INTRODUCCIÓN
La malnutrición por exceso, manifestada como sobrepeso y obesidad, se asocia a diversas alteraciones metabólicas, incrementando el riesgo de desarrollar comorbilidades1,2,3,4. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la declara como uno de los retos más importantes para la Salud Pública del siglo 212. Se calcula que en América Latina y el Caribe, 3,9 millones de niños menores de 5 años tienen exceso de peso, situación que se presenta en más del 34% de los niños bajo los 6 años atendidos en el Sistema Público de Salud de Chile3.
Los principales factores que promueven el aumento de peso y enfermedades asociadas, derivan de la exposición a un ambiente obesogénico y a las respuestas conductuales y biológicas a dicho entorno. Se destacan el consumo elevado de productos de bajo valor nutricional y alto contenido de azúcares, grasa y sodio, además de la ingesta habitual de bebidas azucaradas y la actividad física insuficiente1,2. Chile tiene el consumo más alto de bebidas azucaradas del mundo y es el segundo país de la región en ventas de alimentos ultra procesados per cápita, mientras que sólo el 14% de la población sigue tres o más recomendaciones de las guías alimentarias y sólo el 5% tendría una alimentación saludable3,4.
Desde una perspectiva alimentaria, el precio, la mercadotecnia, la disponibilidad y la asequibilidad determinan las preferencias alimentarias de las personas, las decisiones al comprar y los comportamientos alimentarios3. En este contexto, diversos países han generado acciones para combatir la pandemia de la obesidad, siendo Chile uno de ellos al promulgar la Ley 20.606 sobre Composición Nutricional de los Alimentos y su Publicidad5. Ésta es conocida como “Ley de Alimentos” y entró en vigencia el 26 de junio de 2016, recogiendo las principales recomendaciones internacionales: promoviendo entornos alimentarios saludables, instalando etiquetado frontal claro y sencillo, restringiendo la publicidad de alimentos no saludables dirigida a niños y protegiendo el ambiente alimentario escolar6.
Diversos estudios7,8,9,10 indican que los sistemas de etiquetado frontal que han demostrado ser efectivos en la mejor elección de alimentos, son aquellos simples, consistentes, coloreados, que no requieren habilidades matemáticas y toman poco tiempo para ser interpretados. El etiquetado frontal de la Ley 20.606 –representado por sellos de advertencia– incluyen muchas de estas características, debido a que abarcan 4 advertencias; “Alto en” para azúcares, grasas saturadas, calorías y sodio (Figura 1), que deben estar dispuestas en la cara principal de aquellos envases de productos que contengan adición de sodio, azúcares o grasas saturadas y que superen los límites establecidos para los respectivos nutrientes y/o calorías5.

Fuente: Diario Oficial de la República de Chile. 26 de junio de 2015. Modifica Decreto Supremo No 977. Reglamento Sanitario de los Alimentos. Decreto 135.
Figura 1 Sellos frontales de advertencia “altos en” de Ley 20.606 sobre Composición Nutricional de los Alimentos y su Publicidad.
Existe variada evidencia3,11,12,13,14,15,16,17,18,19,20 que señala que las etiquetas presentadas en forma entendible, podrían tener un papel decisivo en el cambio de comportamiento del consumidor. Por otra parte, el etiquetado frontal favorece la comprensión y utilización de la información nutricional del alimento, debido a las percepciones asociadas a su existencia con esta forma de presentación21. Respecto a los sellos de advertencia que describe el Reglamento Sanitario de los Alimentos (Decreto 977/97 y sus actualizaciones) que hace aplicables las disposiciones de la Ley 20.606, se ha encontrado que son ampliamente conocidos por la población, que su presencia se asocia a características no saludables e influyen en diferentes magnitudes en la selección y adquisición de alimentos6,22,23,24.
Dada la relevancia de esta política pública, el presente estudio tiene como objetivo evaluar el componente etiquetado frontal, representado por los sellos de advertencia reglamentados, en cuanto a su reconocimiento, juicio de valor que se le otorga a la presencia y ausencia, y selección al comprar alimentos, en adultos responsables de la alimentación de niños de primero básico en las comunas de La Serena y Coquimbo. Pese a la evidencia descrita, se espera que este estudio aporte desde una visión de carácter regional, la valoración de los sellos de advertencia en la alimentación y salud de la infancia.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo transversal, mediante un cuestionario estructurado, aplicado por entrevista a 543 personas mayores de edad y responsables del cuidado de escolares de primer año básico de establecimientos educacionales de las comunas de La Serena y Coquimbo, durante los meses de noviembre y diciembre de 2018.
Muestra
El muestreo fue aleatorio estratificado. Considerando la matrícula total de primero año de educación general básica de los establecimientos educacionales de las 2 comunas (5.185 estudiantes), se hizo una afijación proporcional de acuerdo a los tres tipos de administración educacional. En forma aleatoria simple, se seleccionaron 202 sujetos de la administración pública (9 colegios), 241 de particulares subvencionados (8 colegios) y 100 de particulares (5 colegios). La matrícula total de las 2 comunas era de 37%, 45,3% y 17,7% respectivamente. Finalmente, se aplicó el cuestionario a todas las personas responsables del cuidado de los escolares que estaban disponibles y aceptaron participar.
Sujetos de estudio
Se definió como adultos responsables del cuidado, a aquellas personas encargadas de la educación y adquisición de los alimentos del escolar, sea éste familiar directo o apoderado. La invitación a participar en el estudio y la aplicación del instrumento se realizó en coordinación con los profesores jefes de los cursos, utilizando las instancias de reuniones de padres y apoderados. Se incluyó a todos los adultos hispano hablantes que aceptaron participar, encuestándose a sólo un adulto por hogar. Se categorizaron las edades en 3 grupos etarios; menores de 35, entre 35 y 50 y mayores de 50 años. Para la identificación de los sujetos, se consideró como extranjera, a aquellas personas que reportaron nacionalidad distinta a la chilena, y abuelos/as a quienes indicaron esa relación de parentesco con el escolar al iniciar la encuesta. Quedaron fuera del estudio, las personas que no asistieron a la reunión de padres y apoderados y las que rechazaron participar, a quienes se les explicó que por ser un estudio voluntario, no existía ningún tipo de inconveniente ni sanción administrativa.
Instrumento
Se generó un cuestionario de 8 preguntas de selección múltiple, de una o varias respuestas, que consideró 3 dimensiones: reconocimiento, juicio de valor ante la presencia y ausencia de sellos, y su utilización en la selección de los productos alimenticios. Se realizó la validación de contenido a través de un panel de 5 expertos compuesto por; 4 profesionales nutricionistas cuyos desempeños profesionales y académicos son reconocidos en el ámbito de la Ley de Alimentos, y 1 metodólogo del área de medición por instrumentos, quienes evaluaron la encuesta mediante el índice de validez de contenido. El índice utilizado, consideró la evaluación de cada ítem por separado y de toda la encuesta en su conjunto, mediante una escala de valor 0 (no pertinente) a 3 (muy pertinente o indispensable). Posteriormente y con las respuestas, se realizaron los ajustes en el cuestionario para un segundo proceso de validación de juicio por los expertos, cuyas sugerencias de modificaciones fueron incorporadas. La etapa siguiente, consistió en una prueba piloto en un colegio particular subvencionado de enseñanza básica de la comuna de Coquimbo, que no había sido seleccionado en la muestra original. Finalmente, con los resultados de la prueba piloto, se hicieron nuevos cambios y ajustes para la encuesta definitiva (Anexo). El instrumento fue diseñado con 2 preguntas filtro (N° 1 y 6), que definieron la posibilidad de continuar respondiendo la encuesta o abandonarla si respondían negativamente generando 2 submuestras (Figura 2). Un total de 28 personas indicaron que no eran los encargados de comprar alimentos para los niños en el hogar, por lo tanto no fueron considerados en el análisis de las 2 últimas preguntas. Sólo la sub muestra 2 continuó respondiendo las 2 últimas preguntas de la encuesta; es decir, aquellos adultos que seleccionaron la alternativa “sí comparo la cantidad de sellos”. Se capacitó y entrenó a un grupo de encuestadores para la aplicación del instrumento, quienes en forma individual, presencial y cara a cara, realizaron las preguntas en una sala destinada para este fin en un tiempo aproximado de 5 minutos.
El estudio fue aprobado por el Comité Ético Científico de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica del Norte mediante la Resolución Nº 94 del 2018, además s e solicitó la firma de consentimientos informados a los participantes y autorizaciones de directivos de los establecimientos educacionales.
Análisis estadístico
Se utilizó el programa Microsoft Excel 2010 para la tabulación de los datos recolectados, los que se sintetizaron en tablas de contingencia, utilizando la prueba de Chi-cuadrado para bondad de ajuste en el análisis comparativo de las variables; se consideró significativo un valor p<0,05. Para el análisis se usó el programa estadístico Xlstat 2011.2.06.
RESULTADOS
Como se presenta en la tabla 1, del total de 543 personas encuestadas, la mayoría fueron mujeres (88,8%), madres (79,2%), de nacionalidad chilena (95,2%) y con edad promedio de 36,2±10 años.
Tabla 1 Población estudiada y reconocimiento de sellos de advertencia de la Ley 20.606.
Población estudiada | Reconocimiento sellos de advertencia | ||||
---|---|---|---|---|---|
Total n (%) | SI n (%) | NO n (%) | p | ||
Administración | Particular | 100 (18,4%) | 99 (99,0%) | 1 (1,0%) | 0,154 |
Particular Subvencionado | 241 (44,4%) | 240 (99,6%) | 1 (0,4%) | ||
Público | 202 (37,2%) | 197 (97,5%) | 5 (2,5%) | ||
Comuna | Coquimbo | 218 (40,1%) | 213 (97,7%) | 5 (2,3%) | 0,190 |
La Serena | 325 (59,9%) | 323 (99,4%) | 2 (0,6%) | ||
Género | Femenino | 482 (88,8%) | 476 (98,8%) | 6 (1,2%) | 0,730 |
Masculino | 61 (11,2%) | 60 (98,4%) | 1 (1,6%) | ||
Edad | <35 años | 279 (51,4%) | 276 (98,9%) | 3 (1,1%) | 0,251 |
35-50 años | 210 (38,7%) | 208 (99,0%) | 2 (1,0%) | ||
>50 años | 54 (9,9%) | 52 (96,3%) | 2 (3,7%) | ||
Nacionalidad | Chilena | 517 (95,2%) | 513 (99,2%) | 4 (0,8%) | <0,001 |
Extranjera | 26 (4,8%) | 23 (88,5%) | 3 (11,5%) | ||
Parentesco | Madre | 430 (79,2%) | 427 (99,3%) | 3 (0,7%) | 0,041 |
Padre | 51 (9,4%) | 50 (98,0%) | 1 (2,0%) | ||
Abuela/o | 51 (9,4%) | 48 (94,1%) | 3 (5,9%) | ||
Otro pariente | 9 (1,7%) | 9 (100,0%) | 0 (0,0%) | ||
No pariente | 2 (0,4%) | 2 (100,0%) | 0 (0,0%) | ||
Total General | 543 | 536 (98,7%) | 7 (1,3%) |
Chi-cuadrado. p< 0,05: existen diferencias estadísticamente significativas. Porcentajes: Población estudiada= n de cada dimensión de la variable /∑ n; Reconocimiento de sellos= n Si o No / ∑ de cada dimensión de la variable.
Dimensión reconocimiento de sellos de advertencia
El 98,7% de los sujetos reconocieron los sellos de advertencia de la Ley de Alimentos, con menor proporción en extranjeros y en el grupo de abuelos/as. Del total de la muestra, sólo 7 personas señalaron no reconocer los sellos.
Respecto al reconocimiento de los lugares en los cuales visualizaron los sellos de advertencia, los participantes de la sub muestra 1 los identificaron de la siguiente forma y en orden decreciente: “Envases de alimentos” (98,9%), “publicidad de los alimentos” (74,6%), “reportajes de televisión, redes sociales o medios escritos” (72,4%), “publicidad del gobierno” (60,1%) y “actividades educativas” (44,0%).
Dimensión juicio de valor
Al realizar las preguntas sobre opiniones en razón a que un alimento envasado tenga o no sellos de advertencia (Tabla 2), el 86,2% y el 68,1% de los entrevistados confirieron una valoración no saludable y saludable respectivamente. Se destacaron padres/madres y las personas menores de 35 años que presentaron una mayor proporción de valoración no saludable frente a la presencia de sellos. Según el tipo de administración de establecimiento educacional, los participantes de colegios particulares presentaron mayor porcentaje de valoración saludable frente a la ausencia de sellos, al igual que los menores de 35 años.
Tabla 2 Juicio de valor sobre la presencia y ausencia de sellos de advertencia en alimentos envasados.
Sellos de advertencia | |||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Presencia | Ausencia | ||||||||
Es un alimento saludable | Es un alimento no saludable o menos saludable | No tiene una característica nutricional definida | Es un alimento saludable o más saludable | Es un alimento no saludable | No tiene una característica nutricional definida | ||||
n (%) | n (%) | n (%) | p | n (%) | n (%) | n (%) | p | ||
Género | Femenino | 19 (4,0%) | 409 (85,9%) | 48 (10,1%) | 0,668 | 323 (67,9%) | 38 (8,0%) | 115 (24,2%) | 0,919 |
Masculino | 1 (1,7%) | 53 (88,3%) | 6 (10,0%) | 42 (70,0%) | 4 (6,7%) | 14 (23,3%) | |||
Administración | Particular | 0 (0,0%) | 92 (92,9%) | 7 (7,1%) | 0,061 | 75 (75,8%) | 1 (1,0%) | 23 (23,2%) | 0,001 |
Particular | 8 (3,3%) | 208 (86,7%) | 24 (10,0%) | 173 (72,1%) | 16 (6,7%) | 51 (21,3%) | |||
Subvencionado | |||||||||
Público | 12 (6,1%) | 162 (82,2%) | 23 (11,7%) | 117 (59,4%) | 25 (12,7%) | 55 (27,9%) | |||
Comuna | Coquimbo | 9 (4,2%) | 182 (85,4%) | 22 (10,3%) | 0,871 | 141 (66,2%) | 17 (8,0%) | 55 (25,8%) | 0,722 |
La Serena | 11 (3,4%) | 280 (86,7%) | 32 (9,9%) | 224 (69,3%) | 25 (7,7%) | 74 (22,9%) | |||
Edad | <35 años | 5 (1,8%) | 246 (89,1%) | 25 (9,1%) | 0,038 | 201 (72,8%) | 13 (4,7%) | 62 (22,5%) | 0,043 |
35-50 años | 10 (4,8%) | 173 (83,2%) | 25 (12,0%) | 130 (62,5%) | 23 (11,1%) | 55 (26,4%) | |||
>50 años | 5 (9,6%) | 43 (82,7%) | 4 (7,7%) | 34 (65,4%) | 6 (11,5%) | 12 (23,1%) | |||
Nacionalidad | Chilena | 20 (3,9%) | 443 (86,4%) | 50 (9,7%) | 0,331 | 350 (68,2%) | 42 (8,2%) | 121 (23,6%) | 0,217 |
Extranjera | 0 (0,0%) | 19 (82,6%) | 4 (17,4%) | 15 (65,2%) | 0 (0,0%) | 8 (34,8%) | |||
Parentesco | Madre | 12 (2,8%) | 373 (87,4%) | 42 (9,8%) | 0,001 | 292 (68,4%) | 32 (7,5%) | 103 (24,1%) | 0,953 |
Padre | 1 (2,0%) | 44 (88,0%) | 5 (10,0%) | 35 (70,0%) | 4 (8,0%) | 11 (22,0%) | |||
Abuela/o | 5 (10,4%) | 38 (79,2%) | 5 (10,4%) | 30 (62,5%) | 5 (10,4%) | 13 (27,1%) | |||
Otro pariente | 1 (11,1%) | 7 (77,8%) | 1 (11,1%) | 7 (77,8%) | 1 (11,1%) | 1 (11,1%) | |||
No pariente | 1 (50,0%) | 0 (0,0%) | 1 (50,0%) | 1 (50,0%) | 0 (0,0%) | 1 (50,0%) | |||
Total General | 20 (3,7%) | 462 (86,2%) | 54 (10,1%) | 365 (68,1%) | 42 (7,8%) | 129 (24,1%) |
Chi-cuadrado. p<0,05: existen diferencias estadísticamente significativas
Porcentajes: Presencia y Ausencia= n / ∑ de cada dimensión de la variable.
Respecto a cuál de los sellos de advertencia “alto en” era considerado como el más importante, en la tabla 3 se aprecia que en toda la muestra mayoritariamente las respuestas indicaron que todos lo eran por igual, seguido por la opción “alto en azúcares” con una proporción muy baja.
Tabla 3 Juicio de valor respecto a sello considerado como el más importante.
Sello “ALTO EN | Sello de advertencia considerado más importante | ||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Sello “ALTO EN AZÚCAR” | Sello “ALTO GRASAS” SATURADAS | Sello “ALTO EN EN SODIO” | Los 4 sellos son CALORIAS” | Los 4 sellos son importantes | p irrelevantes | ||||
n (%) | n (%) | n (%) | n (%) | n (%) | n (%) | ||||
Género | Femenino | 54 (11,3%) | 17 (3,6%) | 9 (1,9%) | 7 (1,5%) | 374 (78,6%) | 15 (3,2%) | 0,882 | |
Masculino | 7 (11,7%) | 2 (3,3%) | 0 (0,0%) | 1 (1,7%) | 48 (80,0%) | 2 (3,3%) | |||
Administración | Particular | 12 (12,1%) | 2 (2,0%) | 0 (0,0%) | 2 (2,0%) | 79 (79,8%) | 4 (4,0%) | 0,345 | |
Particular Subvencionado | 20 (8,3%) | 10 (4,2%) | 7 (2,9%) | 2 (0,8%) | 194 (80,8%) | 7 (2,9%) | |||
Público | 29 (14,7%) | 7 (3,6%) | 2 (1,0%) | 4 (2,0%) | 149 (75,6%) | 6 (3,0%) | |||
Comuna | Coquimbo | 23 (10,8%) | 8 (3,8%) | 3 (1,4%) | 4 (1,9%) | 170 (79,8%) | 5 (2,3%) | 0,188 | |
La Serena | 38 (11,8%) | 11 (3,4%) | 6 (1,9%) | 4 (1,2%) | 252 (78,0%) | 12 (3,7%) | |||
Edad | <35 años | 33 (12,0%) | 14 (5,1%) | 5 (1,8%) | 4 (1,4%) | 212 (76,8%) | 8 (2,9%) | 0,453 | |
35-50 años | 26 (12,5%) | 4 (1,9%) | 4 (1,9%) | 4 (1,9%) | 163 (78,4%) | 7 (3,4%) | |||
>50 años | 2 (3,8%) | 1 (1,9%) | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 47 (90,4%) | 2 (3,8%) | |||
Nacionalidad | Chilena | 59 (11,5%) | 18 (3,5%) | 9 (1,8%) | 6 (1,2%) | 404 (78,8%) | 17 (3,3%) | 0,070 | |
Extranjera | 2 (8,7%) | 1 (4,3%) | 0 (0,0%) | 2 (8,7%) | 18 (78,3%) | 0 (0,0%) | |||
Parentesco | Madre | 51 (11,9%) | 16 (3,7%) | 8 (1,9%) | 7 (1,6%) | 331 (77,5%) | 14 (3,3%) | 0,946 | |
Padre | 6 (12,0%) | 1 (2,0%) | 0 (0,0%) | 1 (2,0%) | 40 (80,0%) | 2 (4,0%) | |||
Abuela/o | 2 (4,2%) | 1 (2,1%) | 1 (2,1%) | 0 (0,0%) | 43 (89,6%) | 1 (2,1%) | |||
Otro pariente | 1 (11,1%) | 1 (11,1%) | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 7 (77,8%) | 0 (0,0%) | |||
No pariente | 1 (50,0%) | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 1 (50,0%) | 0 (0,0%) | |||
Total General | 61 (11,4%) | 19 (3,5%) | 9 (1,7%) | 8 (1,5%) | 422 (78,7%) | 17 (3,2%) |
Chi-cuadrado. p < 0,05: existen diferencias estadísticamente significativas. Porcentajes: n Sello / ∑ de cada dimensión de la variable.
Dimensión utilización de los sellos de advertencia
La conducta sobre la toma de decisión al observar los sellos de advertencia y compra de alimentos envasados, se presenta en la tabla 4. Se obtuvo que el 67,5% de los encuestados realizó una comparación de la cantidad de sellos. Sin embargo, las madres y personas responsables menores de 35 años fueron quienes presentaron menor frecuencia en esta práctica. El 97,1% de la sub muestra 2 señaló que compraban alimentos con menos sellos o sin ellos, existiendo diferencias significativas en género y edad (p<0,05).
Tabla 4 Utilización de sellos de advertencia al comprar alimentos para los niños del hogar.
Comparación cantidad de sellos | Consideración al comprar alimentos | |||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Si n (%) | No n (%) | p | Sólo compra alimentos sin sellosn (%) | Compra alimentos que tengan menos sellosn (%) | Compra alimentos sin importar la cantidad de sellosn (%) | p | ||
Género | Femenino | 303 (66,7%) | 151 (33,3%) | 0,350 | 49 (16,2%) | 246 (81,2%) | 8 (2,6%) | 0,024 |
Masculino | 40 (74,1%) | 14 (25,9%) | 13 (32,5%) | 25 (62,5%) | 2 (5,0%) | |||
Administración | Particular | 69 (74,2%) | 24 (25,8%) | 0,315 | 8 (11,6%) | 60 (87,0%) | 1 (1,4%) | 0,207 |
Particular Subvencionado | 148 (66,1%) | 76 (33,9%) | 34 (23,0%) | 110 (74,3%) | 4 (2,7%) | |||
Público | 126 (66,0%) | 65 (34,0%) | 20 (15,9%) | 101 (80,2%) | 5 (4,0%) | |||
Comuna | Coquimbo | 133 (68,6%) | 61 (31,4%) | 0,768 | 25 (18,8%) | 105 (78,9%) | 3 (2,3%) | 0,824 |
La Serena | 210 (66,9%) | 104 (33,1%) | 37 (17,6%) | 166 (79,0%) | 7 (3,3%) | |||
Edad | <35 años | 161 (60,8%) | 104 (39,2%) | 0,001 | 19 (11,8%) | 136 (84,5%) | 6 (3,7%) | 0,022 |
35-50 años | 150 (72,8%) | 56 (27,2%) | 34 (22,7%) | 114 (76,0%) | 2 (1,3%) | |||
>50 años | 32 (86,5%) | 5 (13,5%) | 9 (28,1%) | 21 (65,6%) | 2 (6,3%) | |||
Nacionalidad | Chilena | 327 (67,3%) | 159 (32,7%) | 0,764 | 57 (17,4%) | 260 (79,5%) | 10 (3,1%) | 0,313 |
Extranjera | 16 (72,7%) | 6 (27,3%) | 5 (31,3%) | 11 (68,8%) | 0 (0,0%) | |||
Parentesco | Madre | 275 (65,3%) | 146 (34,7%) | 0,049 | 42 (15,3%) | 226 (82,2%) | 7 (2,5%) | 0,131 |
Padre | 35 (71,4%) | 14 (28,6%) | 9 (25,7%) | 24 (68,6%) | 2 (5,7%) | |||
Abuela/o | 29 (87,9%) | 4 (12,1%) | 10 (34,5%) | 18 (62,1%) | 1 (3,4%) | |||
Otro pariente | 4 (80,0%) | 1 (20,0%) | 1 (25,0%) | 3 (75,0%) | 0 (0,0%) | |||
No pariente | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | 0 (0,0%) | |||
Total General | 343 (67,5%) | 165 (32,5%) | 62 (18,1%) | 271 (79,0%) | 10 (2,9%) |
Chi-cuadrado. p<0,05: existen diferencias estadísticamente significativas
Porcentajes: Comparación de cantidad de sellos= n Si o No/∑ de cada dimensión de la variable; Consideración de compra de alimentos= n compra alimentos/∑ de cada dimensión de la variable.
Así mismo, al comparar si había existido alguna modificación en la cantidad de alimentos envasados comprados en base a la presencia de sellos, versus las compras realizadas antes de la existencia de los sellos de advertencia, el 91,3% manifestó haber reducido la cantidad de estos alimentos adquiridos.
DISCUSIÓN
El presente estudio –realizado transcurridos 2 años y medio desde la entrada en vigencia de la Ley 20.606– aporta valiosos antecedentes respecto al componente sellos de advertencia. Un alto porcentaje de la población estudiada (99%), reconoció tales sellos, situación similar a la encontrada en los estudios realizados en los años 2016 y 2017, que indicaron un nivel de reconocimiento de 92,9% y 87% respectivamente25,26. La mayor magnitud de reconocimiento se podría explicar por las múltiples acciones de difusión llevadas a cabo y el tiempo transcurrido desde la fecha de implementación de la Ley. Posiblemente relacionado a lo anterior, un hallazgo importante fue que la población extranjera reconoció los sellos en menor proporción, aspecto a considerar dada la creciente entrada de inmigrantes en Chile. De igual forma, se evidencia que el grupo de abuelas/os presentó un menor reconocimiento de sellos, antecedente similar a lo encontrado en Santiago de Chile en el año 201626, donde los mayores de 45 años presentaron una menor proporción de reconocimiento.
Respecto a los lugares donde los sellos fueron visualizados, también existieron coincidencias con lo encontrado en el año 2016, siendo los “envases de alimentos” los principales espacios donde fueron observados, alcanzando un 99%26. Lo anterior tiene relación con la dieta habitual de la población chilena, que se caracteriza por un amplio consumo de alimentos procesados, lo que facilita la observación de sellos.
En cuanto al juicio de valor sobre un alimento que presenta sellos de advertencia, el 86,2% de los encuestados les confirió una característica no saludable, principalmente en el grupo de padres/madres con cerca de 3 puntos porcentuales menos (91%) que las madres de preescolares estudiadas a los 9 meses de implementada esta política25. Uno de los objetivos de la Ley 20.606 es informar a los consumidores sobre los alimentos con altas cantidades de calorías, sodio, azúcares y grasas saturadas, por su asociación con diversas enfermedades no transmisibles, por lo tanto este hallazgo permite establecer que la población estudiada sí entiende su significado. Sin embargo, sería de interés seguir vigilando si esta percepción tendría una tendencia a la baja como consecuencia del acostumbramiento a la alta presencia de sellos de advertencia en los alimentos que se consumen habitualmente. Diversos estudios internacionales señalan que la existencia de etiquetado frontal de advertencia, entrega información más comprensible respecto a las características nutricionales de un producto alimenticio y que la población que se encuentra expuesta a ellos, en formatos de fácil lectura como el de esta Ley, considera que los alimentos que los poseen son menos saludables y que su consumo debiera reducirse o incluso, eliminarse17,18,19,27,28,29.
En relación a la ausencia de sellos, el 68,1% lo asoció a una característica saludable, con diferentes porcentajes entre tipos de administración de establecimiento educacional, donde los participantes de colegios privados fueron quienes seleccionaron en mayor proporción la alternativa “es un alimento más saludable en comparación a uno que presente sellos”. Esta observación, es consistente con la literatura que refiere a una correlación positiva entre conocimiento nutricional y nivel socioeconómico-educacional21,30. Llama la atención que el 24% de los encuestados, no le confirió una característica nutricional definida a un producto sin sellos. A los 6 meses desde la implementación de esta Ley, un 71,5% de la población consideraba que estos alimentos eran saludables o de mejor calidad, mientras que el 10,5% no tenía opinión al respecto26. Por lo tanto, en esta investigación se encontró un incremento importante de quienes no le atribuyeron una característica a la ausencia de etiquetado de advertencia. Lo anterior, debiera ser entendido considerando que en rigor la ausencia de sellos no significa necesariamente que se trate de un alimento saludable y que el propósito de la Ley es resaltar alimentos no saludables con la presencia de los sellos correspondientes. También se podría explorar algún tipo de desconfianza del consumidor hacia el etiquetado de la empresa alimentaria o porque existen otros nutrientes o componentes alimentarios que son reconocidos por la población como no saludables y que no son advertidos en esta Ley. Como ejemplo, lo planteado estaría sucediendo con las grasas trans, preservantes, colorantes y edulcorantes no calóricos, que han sido utilizados por la industria alimentaria para reemplazar en alguna proporción la presencia de azúcares en los alimentos, y de esta manera, no quedar afectos al sello “Alto en azúcares”, sin embargo, parte de la población los considera como no saludables31.
Otro aspecto interesante, fue la existencia de respuestas sobre el juicio de valor que fueron inversas al mensaje que entrega la Ley de alimentos, donde el 3,7% asoció la presencia de sellos con una característica “saludable” y, sobre su ausencia, un 7,8% le otorgó una connotación negativa o “poco saludable”. Estos hallazgos pudieron deberse al desconocimiento sobre el significado de la presencia o ausencia de sellos o debido a alguna dificultad en la comprensión de la pregunta. Las respuestas a esta pregunta tuvieron frecuencias diferentes entre establecimientos educacionales, donde aquellos de la administración pública presentaron mayor proporción de respuestas inversas, seguidos por particulares subvencionados, mientras que los colegios privados obtuvieron menor número. En este sentido, la literatura manifiesta una relación directa entre conocimiento sobre alimentación y nutrición, y nivel socioeconómico, que demuestra en los niveles más desventajados, menor conocimiento de las características de los productos alimenticios, determinado por su contexto social y menor acceso a la información21,30,32,33.
En relación a la opinión sobre el sello más importante, cerca de un 78% señaló que todos son igualmente importantes, logrando sobrepasar de manera considerable a quienes habían seleccionado esta opción (39,5%) en el año 201626. En ambos casos el sello “alto en azúcar” logró el segundo lugar, lo que se podría explicar por la asociación que tiene la población entre este macronutriente con la obesidad y enfermedades no transmisibles como diabetes mellitus, las que son de alta prevalencia en Chile. Incluso un estudio llevado a cabo en escolares chilenos en el año 2016, reflejó que el grupo de nivel socioeconómico bajo consideraba que el sello “alto en azúcares” era el más importante34.
Un 67,5% de la sub muestra 1 indicó llevar a cabo una comparación de la cantidad de sellos presentes en los productos, de los cuales la gran mayoría señaló que tal acción incidió en la compra de alimentos con menos sellos o sin ellos, y en menor magnitud, eligieron menor cantidad de productos de la misma naturaleza, lo que representa resultados más favorables a los encontrados en Chile en el año 201626. Este hallazgo debiera considerarse con cautela, pues podría tratarse de un sesgo de información producto del diseño del instrumento. Es posible que los participantes evitaron reconocer la provisión de alimentos no saludables para los menores a su cargo, a pesar de conocer sus efectos negativos en la salud, situación que representa una limitación de este estudio. El grupo de mayores de 50 años y abuelas/os, fueron los que reportaron mayor nivel de comparación, y las madres, junto a personas menores de 35 años, quienes menos lo hacían. Lo anterior se condice con un estudio realizado al poco tiempo de la entrada en vigencia esta Ley, donde quienes más comparaban correspondieron al grupo etario de 46 años o más, diferenciándose de los jóvenes entre 18 a 29 años, que comparaban menos25, lo que se podría atribuir al menor nivel de percepción de riesgo que presentarían grupos más jóvenes.
Al comparar el cambio producido en la adquisición de alimentos “altos en” en la actualidad, versus las compras de esos mismos productos antes de la entrada en vigencia de la Ley, se obtuvo una disminución del 91,3% en aquellos alimentos con la presencia de octágonos de advertencia. Esta cifra, llevada a la muestra total que reconoce sellos y compra alimentos para los niños del hogar, cambió al 61,6%, lo que constituiría un importante aumento en comparación a lo encontrado en los años 2017 y 2019, donde el 26% que respondió afirmativamente a la aseveración ¿has dejado de consumir productos porque tienen sellos?25 y un 42,8% señaló que sí había dejado de comprar alimentos que tuvieran sellos en sus envases25,35. Esta situación se ha demostrado en estudios que han determinado la ocurrencia de cambios en la conducta de selección y, por tanto, en la venta de productos alimenticios posterior a la implementación de este tipo de política, principalmente en aquellos que presentan 2 sellos de advertencia y que serían más fáciles de sustituir en comparación a aquellos con 3 ó 118,36,37.
Una limitación de esta investigación es propia de un estudio transversal, en cuanto al posible sesgo de información anteriormente descrito. Otra limitación es que, al tener una orientación cuantitativa, reportó resultados numéricos sobre aspectos de percepción, sin explorar áreas cualitativas que podrían emanar de opiniones de los adultos responsables y que permitirían complementar, explicar e interpretar los resultados obtenidos. Por otra parte, se destaca que esta investigación fue realizada en las 2 comunas de mayor densidad poblacional de la región de Coquimbo, lo que permitió obtener valiosa información sobre valoración y prácticas del etiquetado frontal desde una perspectiva regional.
CONCLUSIONES
La población estudiada reconoce ampliamente los sellos de advertencia de la Ley 20.606, una proporción importante los asocia correctamente a características relativas a la salud y utilizan esos criterios al seleccionar los alimentos para los niños de su hogar, lo que permite establecer inicialmente, cuáles han sido los logros obtenidos desde la implementación de esta política.
Se considera la necesidad de llevar a cabo acciones focalizadas en grupo s de riesgo, correspondientes en este caso a inmigrantes, población con nivel socioeconómico más bajo y madres jóvenes, además de prestar atención a procesos de acostumbramiento que pudiesen estar afectando a la población por la amplia exposición a estos sellos. Con lo anterior, se espera que una selección informada de los alimentos, en conjunto a otras estrategias gubernamentales que deben incorporar educación y empoderamiento, se traduzcan a futuro en mejores indicadores de salud en el país.