Introducción
Los seres humanos y los animales interactúan constantemente, y en ocasiones la convivencia con animales domesticados es tan cercana que se desarrolla una relación afectiva, convirtiéndose en mascotas. Prácticamente cualquier animal puede convertirse en mascota, incluso animales exóticos, como es el caso del erizo de tierra. Por lo infrecuente del contacto con estos animales, los dueños y los profesionales de la salud que no son veterinarios desconocen los riesgos sanitarios que constituye co-habitar con estos animales.
Los erizos son pequeños mamíferos de la subfamilia Erinaceinae, de la cual se han descrito 17 especies. Se reconocen fácilmente por sus espinas, que no se desprenden en condiciones normales. Son de fácil mantenimiento, manejo y transporte. Por otro lado, se sabe que son capaces de transmitir varias zoonosis, ya sea presentando la enfermedad o actuando como portadores1.
La principal infección que transmiten es la salmonelosis, de la cual actúan como portadores asintomáticos. También se han identificado casos de micobacteriosis, y de infecciones por protozoos como Cryptosporidium parvum2,3.
Hasta 80% de los erizos, ya sean silvestres o domesticados, pueden padecer y transmitir dermatofitosis por contacto directo. En los seres humanos, las áreas más comúnmente afectadas son las manos, seguido por la tiña corporal y del cuero cabelludo, la que generalmente se presenta como la variante de querión de Celso o tiña inflamatoria. Si el erizo es quien padece la tiña, las lesiones son clínicamente casi imperceptibles4. El erizo puede ser portador asintomático del hongo y transmitir la infección a los humanos que lo manipulen. En Nueva Zelanda, se ha detectado que hasta 50% de ellos son portadores de Trichophyton erinacei2, aunque también hay reportes de casos secundarios a Microsporum spp.2.
Marples y Smith describieron este hongo en 1960. Actualmente se conoce que su fase teleomorfa es Arthroderma benhemiae, del cual se han descrito cuatro tipos en el genBank4,5. De manera simultánea, estos erizos frecuentemente están colonizados por Staphylococcus aureus resistente a la penicilina (hasta 86% de los casos). Esto se debe a que el dermatofito produce una sustancia similar a la penicilina que les confiere resistencia6.
El diagnóstico de tiña causada por los erizos de tierra generalmente se retrasa porque se confunde con una dishidrosis (pompholyx) o una dermatitis por contacto, ambas dermatosis de origen inflamatorio, frecuentes en las manos.
Caso clínico
Presentamos el caso de un varón de 31 años con antecedentes de intolerancia a la glucosa, migraña y depresión, por lo que recibía metformina, topiramato, carbamazepina y flufenazina.
El paciente consultó por la aparición de lesiones cutáneas en la mano. Al examen físico se observaron dos placas eritemato-escamosas irregulares tanto en la palma izquierda como en la cara palmar y dorsal del quinto dedo de la misma mano (Figura 1). El paciente mencionó que la primera lesión había aparecido hacía dos semanas, con dolor localizado en el quinto dedo y que posteriormente notó la presencia de vesículas y pústulas. Se había automedicado con una combinación de un corticoesteroide y antifúngico tópico, con lo cual no mejoró.
Durante la primera consulta se realizó un examen directo con KOH que resultó negativo. Se decidió iniciar tratamiento como una probable dermatitis por contacto con mupirocina y clobetasol por dos semanas, con lo que se observó un empeoramiento de las lesiones, por lo que se decidió tomar una biopsia. En la histopatología se encontraron infiltrados granulomatosos perivasculares y perifoliculares y la presencia de estructuras semejantes a esporas alrededor y dentro del tallo del pelo, que se hacían más evidentes con la tinción de PAS (Figuras 2 y 3). Con este resultado se concluyó el diagnóstico de un granuloma de Majocchi y tiña incógnita. En el cultivo micológico en agar micobiótico, se observó el crecimiento de una colonia blanca, algodonosa que microscópicamente presentaba microconidias alargadas abundantes, de aproximadamente 6 μm a lo largo de las hifas y algunas macroconidias cilíndricas. Además, la prueba de ureasa resultó positiva. Con estos resultados, se pudo concluir que se trataba de Trichophyton erinacei. A esta muestra se le realizó un estudio molecular en la cual se amplificó y secuenció el espécimen a partir de un fragmento del gen β-tubulina (BT2), utilizando los oligonucleótidos T1-F y Bt2b-R (Sigma-Aldrich Corp., California, USA), que delimitan una región de 723 a 808 pb, según lo reportado por Rezaei-Matehkolaei y cols.7. La secuencia obtenida del aislado estudiado fue editada con el programa BioEdit ver. 7.1.9. (www.mbio.ncsu.edu/BioEdit/bioedit.html). Posteriormente, fue analizada con el algoritmo Blast (www.blast.ncbi.nlm.nih.gov/blast.cgi). Este análisis mostró 100% de similitud e identidad y 0.0 de valor de expectación conArthroderma benhamie (número de acceso JF731117.1), lo que indica que el aislado corresponde a la fase sexual de Trichophyton erinacei, que pertenece al complejo Trichophyton mentagrophytes9.
El paciente fue interrogado específicamente acerca del contacto con mascotas, quien refirió que tenía un erizo de tierra de cuatro dedos desde hacía seis meses, y él era la única persona en su casa que lo manipulaba.
Recibió terbinafina 250 mg vía oral, una vez al día, durante seis semanas, con lo cual tuvo una curación completa.
Discusión
Los erizos de tierra europeos y africanos son los que con mayor frecuencia se adquieren como mascotas. En este caso, el paciente tenía un erizo de cuatro dedos (Alterix albiventris) originario de África y que es más pequeño que el europeo. En la actualidad son cosmopolitas, la mayoría ya son domesticados y la población de los silvestres es cada vez menor10.
Es muy frecuente que los erizos de tierra estén infectados por Trychophyton erinacei. Clínicamente presentan lesiones similares a las que se ven en otras especies. Presentan placas asintomáticas, secas, escamosas, y en ocasiones áreas de pseudoalopecia por pérdida de las espinas2. Esta dermatofitosis se puede transmitir a los seres humanos por contacto directo o por fómites, e incluso en relación a la presencia de ácaros, ya que se ha reconocido que éstos contribuyen a su diseminación10.
La presentación clínica de la tiña en los humanos es mucho más manifiesta, ya que el hongo es zoofílico y ocasiona una fuerte respuesta inflamatoria. Las lesiones son placas eritemato-escamosas, anulares y con pústulas2. Los sitios más afectados son las áreas expuestas como manos y antebrazos (76% de los casos) y por lo general son placas únicas4,11. La incidencia de la tiña de la mano es un 3-8% de todas las dermatofitosis, y se puede asociar a la tiña de los pies y/o a una onicomicosis. Incluso puede formar parte de la variedad de una palma y dos plantas.
El diagnóstico diferencial principal es con las dermatosis inflamatorias como dishidrosis y eccema, ambas muy comunes en las manos. La principal complicación es la tiña incógnita, que como su nombre lo sugiere, es una infección enmascarada por la aplicación de corticoesteroides tópicos, y que puede incluso desarrollar un granuloma de Majocchi, como fue el caso de nuestro paciente11,12. En el granuloma de Majocchi, también llamado granuloma dermatofítico o tricofítico, a veces las estructuras fúngicas pueden estar dentro de los folículos y dar un examen directo con KOH negativo, por lo que puede ser necesario repetir el examen directo en otro momento.
Por lo general, una vez hecho el diagnóstico, responden rápidamente a la terapia antifúngica adecuada, en este caso a terbinafina.