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Revista de estudios histórico-jurídicos
versión impresa ISSN 0716-5455
Rev. estud. hist.-juríd. n.27 Valparaíso 2005
http://dx.doi.org/10.4067/S0716-54552005000100027
Revista de Estudios Histórico-Jurídicos XXVII, 2005, 438-439 RECENSIONES Y RESEÑAS Calvo González, José (coordinador), El derecho escrito. La cultura del libro e impresos jurídicos en las colecciones privadas malagueñas. Siglos XVI - XIX (Diputación de Málaga, Málaga, 2005), 92 págs. Calvo González es un autor prolífico y muy personal del que ya en las páginas de esta misma revista tuve ocasión de recensionar otra de sus obras más recientes, la atrevida y sugerente El cante por derecho. Al igual que entonces nos hallamos ante un texto de difícil ubicación estilística, a medio camino entre la Historia del Derecho y la pasión creativa de su autor (poeta y jurista en dosis idénticas) pero de indiscutible calidad científica. Ensayo histórico-jurídico, trabajo de enorme libertad formal y honda reflexión filosófica, en "El derecho escrito" disfrutamos de una emotiva reflexión sobre la ciencia jurídica a lo largo de la historia y muy especialmente de una loa a la riqueza que encierran, tanto en su contenido como en su continente, los textos en que dicha ciencia ha cristalizado. De modo que en lugar de mero introito a la exposición, de complemento informativo a la serie de libros que pudieron admirarse en la misma y que vuelven a encontrarse fotografiados en la cuidadosa edición del catálogo junto a una completa ficha bibliográfica de los mismos, el texto de José Calvo termina siendo en realidad el rendido homenaje de su autor a los libros y a la profesión de jurista. Comienza la misma con un "Frontispicio (a dos tintas)" en el que reflexiona su autor acerca del escaso elogio que, a lo largo de la historia, tuvieron las librerías jurídicas, la fama enrevesada de sus textos y el mito (no exento de humor) de su extraordinario volumen, para desgranar a continuación en cuatro partes ("Ex-libris"; "Escudo de Editor, Licencia y Aprobaciones"; "Finis" y un "Colofón") su discurso: la riqueza siempre presente del libro jurídico y de las bibliotecas que enriquecen al jurista (escorándose el autor por los terrenos de la "tópica"). Un discurso que en los tiempos que corren, de absoluta flaqueza lectora y de soluciones rápidas en "lo jurídico", se vuelve a mi modo de ver en valientemente llamativo, en subversivo contra el mundo que nos rodea y en un impulso de recuperar el pasado en el presente. ¿O no es síntoma de atrevimiento esa afirmación suya de que "una biblioteca es, sobre todo, el proceso y resultado de una lenta devoración lectora, que asimismo nos digiere"? ¿O esa idea, quijotesca de que "reunimos en una biblioteca los libros leídos, sin comprender que allí son éstos quienes nos leen"? Pero la obra del Dr. Calvo González es ante todo reflexión histórica de la ciencia del derecho, interesante diatriba acerca de la censura en las bibliotecas jurídicas, de la labor oscura de una Inquisición redactora de Índices y Catálogos, pero también de la menos conocida censura ordinaria de los jueces privativos de imprentas. Examen de las diversas normas que de algún modo afectaron a la edición de los libros jurídicos, desde la Ordenanza del Real y Supremo Consejo de Castilla de 1754 relativa a la licencia real para la impresión de libros, que el autor desgrana con cierto detalle, a las posteriores normas del liberalismo decimonónico, tales como el Decreto de Libertad de Imprenta de 10 de noviembre de 1810. Una obra pues de interés para todo historiador del Derecho, que sin duda encontrará en ella una fuente de disfrute, un goce que se incrementa con el acicate de poder repasar tras su lectura los libros antiguos recogidos en el catálogo (ordenados por materias), pues aunque lejos está de ser una colección exhaustiva de bibliografía histórico-jurídica, es más que probable que el amante de la Historia jurídica disfrute al repasarlas comprendiendo, como señala José Calvo, que "sostener entre las manos un libro antiguo es como sustentar el tiempo". Emilio Lecuona Prats |