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Literatura y lingüística
versión impresa ISSN 0716-5811
Lit. lingüíst. n.15 Santiago 2004
http://dx.doi.org/10.4067/S0716-58112004001500015
Literatura y Lingüítica N° 15, págs: 253-286
LINGÜÍSTICA: ARTÍCULOS Y MONOGRAFÍA Referencias para un análisis del discurso del gobierno militar chileno sobre el movimiento estudiantil universitario: 1973-1980
Jorge Baeza Correa Universidad Católica Silva Henríquez.Chile
Resumen: En este trabajo se afirma que el discurso elaborado por la dictadura de Pinochet en Chile estuvo regido por la Doctrina de Seguridad Nacional acuñada por el mismo régimen, conjunto de principios que se van transformando en justificación del atropello a los Derechos Humanos, en especial, al campo universitario y estudiantil, ámbito generacional visto como ejército enemigo. Palabras Clave: - Análisis del discurso - Movimiento estudiantil universitario - Doctrina de Seguridad Nacional Abstract: In this article, the author postulates that the discourse elaborated by Pinochets dictatorship in Chile was governed by the Doctrine of National Security coined by the same regime. They are, basically, a set of principles that are transformed into justification of the upsetting to the Human Rights, specifically, to the university and student field, generational scope seen as an enemy army. Key words: - Discourse analysis - university student movement - Doctrine of National Security
La tarea de develar los discursos, para poner de manifiesto intenciones autoritarias o de concepciones de desapego a los derechos humanos, en muchas ocasiones es una tarea compleja y difícil, ya que ocultan entre juegos de palabras los sentidos y significados últimos de quien lo emite; pero existen también otras ocasiones, en que esta tarea se simplifica, esos momentos son los propios de las dictaduras, donde la seguridad de poder absoluto y la impunidad, permiten la licencia de hablar en forma arrogante y avasalladora, sin esconder intenciones. En Chile, el golpe militar de 1973 y la posterior dictadura de 17 años, no fueron un momento que escapo a lo antes indicado, principalmente los primeros siete año, donde el discurso de quienes han tomado el poder a la fuerza, expresa de forma manifiesta y explícita, principios militares de control y de justificación de atropellos a los derechos fundamentales de las personas. El discurso sobre las universidades, en este sentido, va a constituir un campo especifico de expresión de esta realidad y en forma muy en particular, lo referido al movimiento estudiantil universitario1. En Chile, como en muchos países del mundo, los profesionales constituyen la elite dirigente de la nación, y dado que la formación de estos es entregada a las universidades, éstas son claves al interior del país. Es éste hecho el que lleva, a que quienes encabezan la dictadura militar, coloquen como uno de sus puntos de atención los centros universitarios. Centros que por lo demás, son vistos por la autoridad militar, como totalmente desvirtuados en su misión propia, fruto de la reforma universitaria de los años sesenta, ya que han dado cabida a la instalación de un verdadero -cáncer- en las universidades, las ideas marxistas. A partir de estos dos hechos, que las universidades son claves al interior del país y que son centros infiltrados por el marxismo, se va a elaborar el pensamiento del Gobierno militar sobre ellas. Pensamiento que estará altamente influido por los principios básicos de la Doctrina de Seguridad Nacional, lo que implica el aplicar la lógica de la guerra a la política universitaria. Las universidades, vistas con lógica, militar, son un -teatro de guerra- que debe tratarse como un territorio ocupado por el enemigo, en este caso las ideas marxistas, lo que determina que para su reconquista, en primer lugar, debe coparse todo centro de decisión desde donde el enemigo pueda reemprender su acción, para luego aplicar en dichos centros, una efectiva y rápida acción de desmovilización de los -ejércitos enemigos- , lo que se traduce primordialmente en este caso, en la desarticulación del movimiento estudiantil universitario (aunque también se atomiza a la organización de académicos y administrativos) ya que éste está infiltrado por el marxismo. Es a partir de estos principios, que se entiende la creación de un mando único en la dirección de la universidad a cargo de un militar delegado para dicha función directamente por la Junta de Gobierno, el cual con el nombre de rector-delegado concentra en su persona todo poder sobre el personal académico y administrativo, como también, sobre los estudiantes universitarios. Desde este cargo se iniciará la acción de -depuración- , de eliminación del enemigo, de la universidad. Expulsándose o sancionándose a todo académico, administrativo o estudiante que fuera acusado de ideas marxistas2. Aún más, esta acción depuradora abarca incluso el cierre definitivo de aquellos institutos, centros de estudios o departamentos, donde las ideas marxistas hubiera o pudieran tener un campo propicio para su desarrollo3 Específicamente, en el ámbito de los estudiantes, esta acción, implica la expulsión o sanción de todo dirigente marxista y la implantación de una legislación que posibilite desarticular al movimiento estudiantil universitario. Detrás de esto, está la lógica básica de un militar que ocupa un territorio: se expulsa, detiene o se elimina a toda oficialidad del ejército enemigo, en este caso la dirigencia estudiantil, y se impide la reagrupación de las tropas, en este caso, las bases del movimiento estudiantil; implantando para ello un ordenamiento ad hoc. Esta aplicación de los principios de la Doctrina de Seguridad Nacional a la universidad, sin dejar de tener vigencia hasta el término de la dictadura militar, a los cinco años de Gobierno se verá complementados por otros postulados, ya que con los primeros se ha originado un nivel de apatía que resulta disfuncional para el propio régimen, al no permitirle una base de apoyo que lo consolide definitivamente; aún más, tampoco estos principios habían sido capaces de detener el surgimiento de una actividad estudiantil de carácter opositora. Es así como con fecha 29 de septiembre de 1978 se crea la FECECH, y el 5 de marzo de 1979 se dan a conocer las Directivas presidenciales para la educación, hechos que en definitiva, van a clausurar -al menos analíticamente- esta primera fase del discurso y acción del Gobierno militar sobre el movimiento estudiantil universitario. A continuación, se deja hablar al actor gobierno militar, el que en este caso, como se ha señalado, no requiere mayor trabajo de develamiento, ya que es explicito en sus intenciones. 1. La aplicación de la Doctrina de Seguridad Nacional a la Universidad en su globalidad Inmediatamente producido el golpe militar del 11 de septiembre de 1973, la Junta de Gobierno, designa Rectores-Delegados para todas las Universidades del país, mediante el Decreto N° 50; decreto-ley que tiene solamente un artículo:
Instalados estos Rectores-Delegados, presencia de la Junta de Gobierno en la Universidad, se les dota del máximo de atribuciones, como es posible ver en el Decreto Ley N° 139:
Esta amplitud de atribuciones, no deja fuera del alcance de los Rectores-Delegados a los estudiantes de su respectiva Universidad, como queda de manifiesto en el Decreto Ley Nº 111, donde se señalan las atribuciones del Rector-Delegado de la Universidad de Chile. En dicho decreto ley, el Artículo 2 inciso N° 7 señala, que el -Rector-Delegado de la Junta de Gobierno en la Universidad de Chile- , tendrá:
El objetivo de estas medidas es claramente explicado por el General Gustavo Leigh, en lo que constituye la primera intervención de un miembro de la Junta de Gobierno sobre la Universidad, quien señalará al respecto:
Al especificar el general Leigh con mayor claridad el -virus que debe extirparse- , se hace notoria la aplicación de los principios de la Doctrina de Seguridad Nacional en la Universidad.
Posteriormente, el general Pinochet, en el discurso inaugural del año académico 1979 de la Universidad de Chile, retornará a estos planteamientos de la Doctrina de la Seguridad Nacional, y explicará la forma en que opera esta -guerra no convencional-; donde uno de los puntos claves para atacar a la sociedad es infiltrar los núcleos vitales de ésta, siendo uno de los principales los centros universitarios:
En la búsqueda de las instancias que -permitieron la instrumentali-zación política de la Universidad- , y con ello -la infiltración marxista de uno de los centros vitales de la sociedad- , el Gobierno, recurrentemente, culpará a la Reforma Universitaria. Es así como es posible ya encontrar que el 3 de octubre de 1973 el Ministro de Educación señalará al respecto:
2. La acción del Gobierno Militarfrente al Movimiento Estudiantil Consecuente con la visión de la Doctrina de Seguridad Nacional imperante en dicho momento, la Universidad es vista tanto por el Gobierno Militar como por los medios de comunicación cercanos a este, como un frente de batalla, que implica un teatro de guerra al cual deben ajustarse las estrategias a seguir; como claramente lo expresa una editorial del diario El Mercurio:
Desde el primer momento el Gobierno ve la necesidad de eliminar de dicho frente a todo aquel que sea contrario al régimen, como puede verse en la declaración de octubre de 1973, del Ministerio de Educación, Contralmirante Castro:
Este hecho de -sanear el ambiente- es visto claramente como una etapa por parte del Gobierno, previa a la creación de una nueva institucionalidad universitaria, como queda de manifiesto en las palabras del General Leigh en el 81° aniversario de la Escuela de Derecho de la Universidad Católica de Valparaíso, el 15 de Octubre de 1975.
Esta -depuración- está en función de la mantención de una Seguridad Nacional, fin último, que permite sacrificar para el Gobierno la vigencia de valores fundamentales, tal como lo señala uno de los adherentes al régimen y profesor de derecho en la U. de Chile, como es Pablo Rodríguez:
Pero esta subordinación de los valores a los intereses de la Seguridad Nacional, no solo está expresada en discursos de adherentes al Gobierno de conocidas ideas autoritarias, sino que también en el discurso del general Pinochet, el que señala la abolición de uno de los valores que está en la base de la Universidad:
Detrás de esta posición extrema, que implica un sacrificio de valores, está la justificación de que no se lucha contra un igual:
Palabras coincidentes con las del Comandante de la Guarnición de Santiago en Diciembre de 1973:
La organización estudiantil no escapa de este proceso de depuración, es más, vista esta como un poderoso actor político fue totalmente removida, algunos de sus dirigentes fueron expulsados, otros destituidos y reemplazados por opositores al antiguo régimen; como puede verse claramente en la composición del consejo Coordinador de Centros de Alumnos de la Univ. de Chile, sede Valparaíso, después del 11 de septiembre de 1973:
Pero en gran cantidad de sedes universitarias, las organizaciones estudiantiles fueron eliminadas por completo, exceptuando la FEUC que sigue funcionando aún cuando sus dirigentes no eran elegidos por los estudiantes directamente sino, por los Presidentes de Centros de Alumnos, los cuales eran reafirmados por rectoría. Solo a fines de 1976 por el decreto N° 12981 del 9 de noviembre, firmado por el Rector-Delegado de la Universidad de Chile, se creó en esta la organización de los estudiantes. En donde la ocupación de los cargos del Consejo Superior Estudiantil (organismo máximo de ésta) y de los Centros de Alumnos, depende de hecho de la -confianza- del Vicerrector de Asuntos Estudiantiles, es éste el que aprueba o rechaza el nombramiento de las personas. Forma de operación que es similar a la que determinan -las instrucciones para el funcionamiento del Centro de Estudiantes de la Universidad de Concepción- , que tiene como fecha el 26 de junio de 1976, instrucciones donde es posible leer en el artículo 7 del título IV: de la designación de delegados y el comité ejecutivo, que:
Dichas instrucciones establecen además, cuatro tipos de reuniones de trabajo, siendo una de estas la del Comité Ejecutivo del Centro de Estudiantes, donde se señala al respecto que en las:
En la perspectiva que son creadas estas organizaciones controladas totalmente por la autoridad universitaria, y por ello por el Gobierno, está la conformación de futuras Federaciones de Estudiantes; organización que será generada por la voluntad de la autoridad universitaria y no por los propios universitarios, hecho que pone en duda la capacidad de defensa de los derechos de los estudiantes que poseerá dicha organización. La identificación Gobierno-Rector Delegado-Dirigente estudiantil designado, resulta bastante clara, y de aquí que sea posible encontrar reiteradamente planteamientos de los máximos dirigentes estudiantiles, en orden a legitimar acciones de Gobierno:
3. La Acción del Gobierno Militar frente al estudiantado universitario en general Paralelo al descabezamiento del movimiento estudiantil e instalación de una dirigencia fiel al Gobierno en dichos puestos, el Gobierno aplicó una fuerte política de -atomización- dentro de los estudiantes universitarios, impidiendo entre ellos toda posibilidad de contacto que redundará en futuras organizaciones estudiantiles. Es así como la Universidad de Chile:
En la búsqueda de esta atomización entre los estudiantes, uno de los elementos que se utiliza es el copar al máximo el tiempo del estudiante, de forma tal que no se tenga espacio para la acción política. Esto queda de manifiesto en las primeras declaraciones que dan los Rectores-Delegados, como es la de H. Danyau en noviembre de 1973:
4.- La justificación, por parte del gobierno, de las medidas adoptadas Al mirar la base en que se apoya el Gobierno para justificar todas estas medidas, encontramos que éste las ve como un deber (de ejército) para con la Sociedad; tal cual lo señala el general Pinochet:
Pero junto con percibir el gobierno estas acciones como un deber, lo ve también como una necesidad para el bien del pueblo chileno:
Esta visión sobre si mismo de los militares, cumpliendo un deber y una tarea necesaria para el bien de la totalidad del país, se acrecienta extraordinariamente al referirse a la juventud:
Hecho que lleva incluso al planteamiento del general Pinochet, refiriéndose a los cambios en educación en general y a los rectores-delegados en particular:
5. La toma de conciencia de la ausencia de participación como disfuncional al régimen Con el paso del tiempo, la desmovilización del estudiantado, buscada por el propio régimen, se fue transformándose, para algunos sectores de éste, en un obstáculo para la institucionalización y permanencia del régimen, ya que se hacía necesario la creación de una base de apoyo más amplia para su sustentación. Desde el seno mismo del Gobierno, de sus representantes en el ámbito estudiantil y desde algunos medios de comunicación, ya desde 1976 es posible oír la voz de la necesaria participación de los jóvenes en el proceso que se está viviendo. El Diario El Mercurio en el año 1976, dirá al respecto:
Para quienes perciben esta situación, ella no es un problema de publicidad, de difusión de las actividades; de aquí que Aníbal Vial, presidente del Consejo Superior Estudiantil de la Universidad de Chile, plantea que el deber de la organización estudiantil es despertar la conciencia en el estudiantado:
En esta línea, de lograr mayor participación del estudiante universitario, pero dentro de una concepción estrechamente limitada, las directivas estudiantiles de las Universidades de Chile, Católica y Técnica, reunidas en el Segundo Encuentro Nacional de Dirigentes Universitarios, emiten un documento que es enviado a los Rectores-Delegados de las Universidades del país y al general Pinochet; donde se formula una serie de proposiciones de medidas concretas para avanzar hacia una nueva institucionalidad universitaria, dentro de lo cual se plantea como necesario la creación de:
Planteamiento por lo demás, que es bien visto por las autoridades universitarias, como queda claramente expresado en las palabras del Rector-Delegado de la Universidad de Chile:
Como respuesta a esta realidad, se da inicio a lo que usando un concepto de Jorge Millas, se puede llamar una -participación vigilada- . Para los personeros de Gobierno, la participación vigilada es la única posible dentro de la democracia protegida que se quiere instituir en el país. Lo que significa, según Sergio Fernández, Ministro del Interior del Régimen Militar, comprender:
En este marco de toma de conciencia de la necesidad de una mayor participación estudiantil, con fecha 29 de septiembre de 1978, mediante el Decreto N° 12.948, Agustín Toro Dávila, Rector-Delegado de la Universidad de Chile, aprueba el estatuto de las Federaciones de Centros de Alumnos de la Universidad de Chile, FECECH. Se tomó en consideración para la promulgación de este decreto, que los estudiantes universitarios mostraron una participación, ante los ojos de quienes los vigilaban, adecuada, por lo cual se hacen merecedores de un nivel más alto de participación.
La trascendencia de la promulgación de este decreto, radica en que implica la creación de 10 Federaciones de Centros de Alumnos: Arica, Antofagasta, Iquique, La Serena, Santiago, Valparaíso, Talca, Ñuble, Temuco y Osorno, lo cual significa, junto con abarcar gran parte del territorio nacional, dar organización a un porcentaje alto de los estudiantes universitarios chilenos. Queda eso sí, desde un principio en forma expresa que la representación que hagan las Federaciones de Estudiantes:
Esta estructura, acorde con lo planteado por Sergio Fernández, se inscribe claramente dentro de una línea de participación vigilada, donde el Presidente del Centro de Alumnos, que tiene fuertes atribuciones, debe ser designado por el Consejo de Centros de Alumnos a proposición del Presidente saliente, siendo todos los Presidentes salientes -mediante el artículo N° 3 transitorio- personas de confianza de la autoridad universitaria. Al analizar a un nivel más alto, la estructura de la Federación de Centros de Alumnos, nuevamente se encuentra la existencia de un Consejo -conformado por los Presidentes de Centros de Alumnos- que poseen, también una función netamente consultiva (Art. 21). En este caso, los cargos de Presidente, Vicepresidente y Secretario General de la Federación serán designados por el Consejo antes nombrado a proposición del Presidente que termina su período. En la primera elección de mesa, mediante el Art. transitorio Nº 2, sería el Presidente del Consejo Superior Estudiantil, persona de confianza de la autoridad universitaria, la encargada de hacerla propuesta. Este paso de conformación de la FECECH con toda la estructura recién indicada, altamente cautelada y restringida, no dejó de ser al interior de las autoridades universitarias un punto de conflicto. Para lograr esta organización de participación estudiantil menos dependientes de la autoridad universitaria como era hasta el momento, Claudio Illanes, Vicerrector de Asuntos Estudiantiles de la Universidad de Chile, señalará:
Esta crítica hacia la creación de FECECH se mantiene a través del tiempo, y de aquí que frente a la pregunta que les realiza la Revista Presente (órgano oficial de la FECECH) a la mesa directiva de la Federación, a un año de la creación de esta, sobre ¿cuáles son los hechos negativos que han pasado en ese año?, Patricio Melero, Vicepresidente de la FECECH, responde:
Para los miembros de la FECECH, evidentemente detrás de la postura de algunas autoridades de no variar en la estructura de participación estudiantil, se esconden intereses, y eso es lo que lleva a Ignacio Fernández, Tesorero de FECECH 79, a plantear que:
A lo cual, en forma mucho más directa, Eduardo Silva -en el discurso en que asume la presidencia de FECECH 80- agregará:
No obstante las discrepancias que se mantiene durante los años 79 y 80, la importancia de abrir espacios a la participación, dentro de los límites ya señalados de una -participación vigilada- , es considerada como un paso conveniente luego de cinco años de Gobierno, incluso y en forma explicita por el propio general Pinochet. Al iniciarse el año escolar el 5 de marzo de 1979, Pinochet, reconoce la necesidad de realizar un cambio al sistema educacional en general, de forma tal que éste se adecue a las nuevas exigencias que demandan las políticas implementadas al nivel nacional, logrando también con el, la consolidación del régimen. Dirá al respecto:
El general Pinochet sostendría en aquella oportunidad, además, que se iniciaba una nueva etapa en las universidades, ya que se hacía posible instalar un nuevo sistema de Gobierno Universitario, el cual:
En la carta pública que el general Pinochet envía al Ministro de Educación, adjunta a la llamada -Directiva presidencial sobre la Educación Nacional- , con fecha también de marzo de 1979, indicaría al respecto:
Este nuevo régimen que anuncia el general Pinochet, estaría enmarcado dentro de una Ley General de las Universidades, ley que según la Directiva Presidencial sobre la Educación Nacional, será el marco obligatorio al cual deberán ajustarse los estatutos particulares de las distintas universidades. De acuerdo a dicha ley, los organismos o autoridades de las universidades, serán generados por los profesores, pero mediante una participación restringida. Lo que implica, como señala el Ministro de Educación, en un discurso pronunciado en la Universidad de Concepción en mayo de 1979:
En cuanto al nombramiento del Rector de la Universidad, la -Directiva sobre Educación- , señala que será:
En lo que dice relación con algunos aspectos históricos característicos de las universidades chilenas, como por ejemplo, la llamada -autonomía territorial de la universidad- , la Directiva sobre Educación, estipula que:
Lo que implica, dirá el general Pinochet en entrevista concedida a un Diario, que:
Con respecto a los estudiantes, el Ministerio de Educación anticipa que la ley general de universidad, no permitirá que posean una participación amplia en el quehacer universitario. De aquí que sobre el estudiantado, se sostenga:
Este nuevo ordenamiento va a generar discrepancias entre los propios seguidores del gobierno militar4; al igual como ya se dejo de manifiesto con la creación de la FECECH; pero en este caso, complejizando la situación, se produce también una activación del movimiento estudiantil opositor, el que cada vez más logra presencia pública y ejerce presión sobre las autoridades universitarias. Luego de siete meses de publicada la Directiva Presidencial sobre la Educación Nacional, el proyecto de Ley General Universitaria se dilata, y el general Pinochet, indica como única respuestas a las consultas sobre la materia:
6. La visión del oficialismo sobre el quehacer universitario en el marco de la participación vigilada Las organizaciones estudiantiles que nacen a la luz del nuevo marco de participación universitaria, en su mayoría, están en mano de la posición gremialista, posición política que rechaza en su discurso, el quehacer político al interior de las universidades. Para Eduardo Silva, presidente de la FECECH, esta posición implica que:
Esta posición de -despolitización- en el actuar universitario que los caracterizaría, según los mismos gremialistas, implicar rechazar todos los intentos de desvirtuación de las funciones de los Centros de Alumnos. Desvirtuaciones, que según la Revista Campus -órgano oficial de la FEUC- serían por ejemplo:
Al analizar con mayor profundidad este discurso de despolitización de la universidad, surge claramente detrás de él una concepción de la libertad, que es coincidente con la de Frederick von Hayeck: la de una libertad altamente individualista, donde la persona es libre en la medida de que no se ejerza coerción sobre él. Al respecto, el Vicerrector de Asuntos Estudiantiles de la Universidad de Chile, Francisco Aguilera, señalará:
Claramente, queda expresado en esta extensa cita, que todo universitario tiene la libertad para adherir a una posición, pero dicha adhesión deberá mantenerse siempre en un fuero interno, dado que al expresarla ejercería coerción sobre otros, coartando con ello la libertad de los demás. Pero junto con esta concepción de la libertad, existe una visión del estudiante universitario altamente paternalista, un ser indefenso que debe ser protegido en su libertad, situación que expresa, aún con más fuerza, el Rector-Delegado de la Universidad de Concepción, Guillermo Clericus, al referirse a la presentación de las materias de un profesor:
Detrás de este planteamiento paternalista, existe a su vez, una visión del estudiante universitario como un ser inmaduro, lo que le impediría participar en el -juego político- , hecho que se hace explícito en la entrevista que la Revista Cosas realiza al Rector-Delegado de la Universidad Católica, Jorge Swett:
Esta concepción de los estudiantes como seres inmaduros que deben ser tratados paternalistamente, evidentemente se traduce a la larga en una justificación para aplicar castigos al que no respete las normas, en este caso: la -despolitización- . Joaquín Barceló, decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Chile, dirá al respecto, después de suspender a 39 alumnos, que:
Tras toda esta visión de la libertad y del estudiante universitario como un ser inmaduro, existe una concepción de la Universidad en la que ésta, no tiene como una de sus características el ser libre y democrática, planteamiento que es claramente expresado en la recién citada entrevista el Rector-Delegado Jorge Swett, el Rector-Delegado que más tiempo se mantuvo en su cargo:
7. La respuesta del movimiento estudiantil universitario disidente y la reacción del oficialismo Al darse la organización estudiantil oficial una nueva estructura, se genera en la universidad una efervescencia de asambleas, foros y diálogos sobre la participación estudiantil. En esta acción el número de estudiantes que asume posiciones y que da a conocer sus ideas, en términos comparativos, es mucho más amplia que el de años anteriores. Grandes sectores de estudiantes aprovecharan los espacios que permite la nueva estructura de participación, para dar a conocer sus concepciones sobre la Universidad y las relaciones de ésta con la sociedad chilena. Es así como en esta época (1979-1980), se producen numerosas manifestaciones estudiantiles, que buscan expresar el compromiso del universitario con la sociedad, asumiendo posturas de solidaridad y de apoyo a determinados actores de la realidad nacional, como también protestando por la falta de libertad en la sociedad global y en la Universidad en particular. De las varias manifestaciones de esta época, dos de ellas tendrán una magnitud que trasciende los campus universitarios para convertirse en tema de actualidad nacional; la protesta de la Facultad de Teología y las manifestaciones estudiantiles en el Campus Macul de la U. de Chile contra la Coordinadora Administrativa de este plantel. 8. La protesta de la Facultad de Teología El martes 8 de mayo de 1979, los alumnos de la Facultad de Teología de la Univ.Católica interrumpieron sus clases, leyeron en el patio una declaración de solidaridad con los estudiantes y trabajadores golpeados y detenidos el 1 de mayo y decidieron no reintegrarse a clases por ese día y el siguiente. El miércoles en vez de clases, realizaron un acto litúrgico, presidido por profesores de la misma Facultad. Al reintegrarse a clases el jueves fueron notificados 89 estudiantes que estaban suspendidos por un semestre, otros 3 por dos semestres y 13 que eran -oyentes- (alumnos provisionales), quedaron expulsados de la Universidad- . Detrás de estas sanciones, la rectoría de la Universidad Católica, junto con verlo como un deber, cree interpretar a la mayoría de la comunidad universitaria, señalando al respecto:
Evidentemente, que detrás de este planteamiento y como fondo de estas acciones por parte de la autoridad universitaria, está el considerar a la Universidad como una institución ajena a todo acontecer ya sea mundial o nacional. Lo que expresado en palabras del Rector-Delegado de la Universidad Católica, significa que la Universidad es:
9. Las manifestaciones estudiantiles en el Campus Macul de la Univ. de Chile contra la Coordinadora Administrativa del Plantel El inicio del año académico 1980 estará marcado por el considerable número de despedidos, cambio de jefatura, o reducciones de jornadas, todo ello generalmente justificado por motivos presupuestarios. Dentro de todas estas medidas el Rector-Delegado de la Universidad de Chile, adoptó la decisión de trasladar del Campus Macul -centro de gran movilización estudiantil opositora al régimen- a los Departamentos de Sociología y Servicio Social; y en un principio también Filosofía (lo no se llevó a cabo), a sedes donde estuvieran aislados. Tanto Sociología como Servicio Social, eran considerados en dicho momento, por parte de las autoridades universitarias, como centros de agitación que con su influencia arrastraban a todo el Campus; por ello la conveniencia de esta medida. Junto a ello, marcando también el deseo de control, de vigilancia, por parte de la autoridad universitaria, se les hace firmar a los principales dirigentes estudiantiles disidentes un compromiso de no intervenir en política, como requisito previo a su matrícula; en este mismo contexto, de incrementar las medidas de control y vigilancia, se instala la Coordinadora Administrativa del Campus Macul, frente a la cual, los estudiantes del campus realizan numerosas protestas, entre ellas las -jornadas de noviembre- , donde los estudiantes piden su disolución. Frente a estas protestas, Joaquín Barceló, Decano de la Facultad de Filosofía y Letras y Presidente del Consejo de Decanos del Campus Macul, indica a los medios de prensa escrita, que esta acción obedece a un error, dado que:
Ya anteriormente, en 1978, los estudiantes de la Universidad de Concepción, habían protestado por la labor policíaca del cuerpo de vigilantes de la Universidad, habían encontrado una similar respuesta -de justificación de estos servicios- por parte del Rector-Delegado Heinrich Rochna, el que señaló:
No obstante las justificaciones anteriores, será el mismo Barceló, el que al explicar las labores que realiza la Coordinadora Administrativa del Campus, hace explícito que dicha Coordinadora cumple instrucciones que no sólo dicen relación con aspectos de coordinación administrativa, sino que claramente policiales:
Las manifestaciones contra la Coordinadora Administrativa, son respondidas desde quienes gobiernan la Universidad, con la suspensión e inicio de sumarios a un número aproximado de 50 estudiantes, estando incluidos en ellos importantes dirigentes estudiantiles del Campus Macul, que habían sido elegidos previamente en forma democrática por los alumnos de las diferentes facultades. Por otra parte, agravando esta medida, se impide a todo alumno sumariado ingresar al Campus antes de saberse el resultado del sumario (lo que implicaba un castigo previo a la determinación de la culpa, como era perder el semestre, dado que se estaba en el inicio del período de exámenes). Además, la autoridad universitaria, determinó no participar en ninguna conversación donde se encontraran presente estudiantes suspendidos. Este hecho, evidentemente, dado que en gran parte los dirigentes estudiantiles son los suspendidos o expulsados, estanca todo diálogo entre autoridades y alumnos. Fruto de iniciativas de profesores, que actuaron como mediadores en conversaciones entre los alumnos y la autoridad universitaria, se acordó:
Terminados estos incidentes, no se hicieron esperar las reacciones de la autoridad gubernativa, siendo una de las primeras acciones pedirle la renuncia a todos los rectores-delegados de universidades, aunque la Secretaría de Prensa del Gobierno comunicó que:
Pero, como expresamente lo señala el Vicerrector de Comunicaciones de la Universidad de Chile, frente a la noticia que habría renunciado el Rector-Delegado, sostiene:
Es el mismo general Pinochet quien anuncia que será un General en ejercicio, quien asumirá el cargo de Rector-Delegado de la Universidad de Chile, y que este contaría con la colaboración directa de un equipo de oficiales; de esta forma se impondría energía dado que, señala Pinochet:
Al asumir como Rector-Delegado el General Enrique Morel, en la Univ. de Chile, una de las primeras medidas que adopta es aumentar el nivel de exigencia académica para el año 1981, de forma tal de inmovilizar al estudiante, sosteniendo que:
Este hecho de privilegiar la -exigencia académica- , se hace -nuevamente- olvidando aumentar la -excelencia académica- , como queda de manifiesto en las palabras del General Morel, al vincular la calidad académica con medidas tendientes a aumentar exclusivamente el nivel de exigencias:
10. La consideración de los aspectos económicos de las motivaciones humanas para frenar el activismo estudiantil Si bien 1980 termina con un rebrote autoritario, que hace pensar que los principios de la Doctrina de Seguridad Nacional aún están primando, diversos indicadores dan cuenta de que en un número cada vez mayor de adherentes al régimen, la lógica militar aplicada al ámbito universitario no es una respuesta adecuada, sino que se requiere de nuevas concepciones. El diario El Mercurio, como respuesta a los nombramientos realizados por el General Pinochet, de nombrar rector tanto en la Universidad de Chile como en la Univ. Técnica a un General en servicio activo, planteará a través de su editorial:
Coincidente con esta necesidad de un cambio en el campo de las universidades, al término del año 1980, se dicta el Decreto Ley Nº ?3.541, el cual, analíticamente, marca el inicio de un nuevo período en la política sobre universidades del Gobierno. Dicho Decreto-Ley posee un artículo único que señala:
El nuevo periodo que se inicia va a dar cuenta de la primacía de un nuevo discurso, el cual ha ido logrando cada vez mayor presencia en el transcurso de los últimos años de los 80. Esta concepción que paulatinamente transita desde lo emergente a lo dominante, ya no colocando el acento en los principios de la Doctrina de Seguridad Nacional, sino que en la lógica del liberalismo económico, el que permitiría incluso, según sus divulgadores, frenar definitivamente el -activismo estudiantil- . La aplicación de estos nuevos principios, ha venido ganando presencia pública desde la dictación del decreto-ley N° 3.170 de 1980, que fija la política de financiamiento universitario. Dicho decreto-ley establece que a partir de 1981, todo estudiante deberá pagar el total del costo que su educación demanda. Esto se traduce en que las universidades a partir de 1981, recibirán un aporte anual estable de parte del fisco, pero además de este aporte, podrán obtener ingresos para su financiamiento, provenientes del cobro a los estudiantes que se matriculan en ellas, más los otros ingresos de cualquier naturaleza que obtengan. Detrás de esta determinación está claramente la concepción de las universidades como una empresa más. El diario El Mercurio señalará al respecto:
De hecho, Rolf Lüders, uno de los economistas del régimen ya había dicho con anticipación a la dictación del decreto-ley, que:
Pero la dictación de este decreto ley no sólo tiene la finalidad de cambiar el financiamiento de la universidad, al hacer que los usuarios del sistema lo financien; sino que también, como lo divulgan sus principales adherentes -en el medio de las protestas estudiantiles- tiene una finalidad manifiesta con relación al quehacer del estudiante universitario:
Para Alvaro Bardón, la persistencia de las protestas estudiantiles se da por:
Pero Bardón, además de darle a la racionalidad económica aplicada a la Universidad una importante labor preventiva en la paralización del activismo estudiantil, promueve aparejado a ello el aumento de las exigencias académicas, señalando:
Esta forma de concebir las inquietudes estudiantiles y de cómo actuar frente a ellas, no solo constituye las ideas de un importante economista de gobierno, de personeros de alta influencia en la toma de decisión universitaria, como es el caso de Claudio Illanes, quien señala:
Pero Bardón no señala tan solo el pago de la educación como una forma de controlar el activismo estudiantil (si el pago por lo demandado es muy alto, no se estará dispuesto a correr riesgos que implique perder lo demandado; léase, si el costo de la universidad es muy alto, menor será el número de personas que participen en actividades de protesta, dado que ello le puede implicar la pérdida de lo invertido por una expulsión), ni tampoco el aumento exclusivo de la exigencia académica (como ya se señaló más arriba, se habla primordialmente de aumentar la exigencia académica en vez de la excelencia académica), sino que también plantea la lógica de la atomización, diciendo:
Notas 1 El presente artículo está elaborado en función de la tesis escrita por el autor para optar al grado académico de Licenciado en Ciencias del Desarrollo del ILADES (equivalente a la Licenciatura en Ciencias Políticas de la U. Católica de Lovaina), la que lleva por nombre El discurso y la acción del Gobierno Militar chileno sobre el Movimiento Estudiantil Universitario: 1973 - 1980. Este estudio, escrito en 1985, que tuvo como Director de Tesis a Raúl Vergara D., si bien es citado en diversos trabajos, dada el momento en que se elaboró no logró una alta difusión, motivo por el cual resulta esta ocasión, en que se reúnen trabajos de análisis del discurso autoritario en educación, una valiosa oportunidad para darlo a conocer en sus aspectos esenciales. 2 Según la UNESCO (1980: 450), el número de profesores universitarios descendió de 22.211, en 1974, a 11.419, en 1975. 3 Algunas unidades académicas cerradas fueron: en la U. de Chile, el Centro de Estudios Socio-Económicos, Facultad de Economía y Política Sede Norte; en la Univ. Católica de Chile, el Centro de Estudios de la Realidad Nacional, Área de Estudios Sociales Interdisciplinarios; en la UTE, el Departamento de Ciencias Sociales, Programa de Capacitación de Trabajadores; en la U. de Concepción, la Escuela de Sociología y la Escuela de Periodismo; en la U. del Norte, el Centro de Capacitación Laboral y Centro de Cultura Popular, etc. 4 El fondo de estas discrepancias correspondería a una disputa entre nacionalista y neoliberales, según RUIZ TAGLE (1981:11): "Mientras los nacionalistas quieren mantener una Universidad grande y fuerte, y controlarla, los neo-liberales prefieren dividirla. El proyecto neo-liberal se orienta a concentrar al máximo el poder económico en manos de los grupos privados, centralizar el poder político y atomizar al extremo la base social; así el sistema de dominación podría sustentarse largo tiempo" . Referencias bibliográficas AGUILERA GAJARDO, FCO. 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