1. Introducción
El estudio cuantitativo de la variación lingüística se basa en el argumento de que todas las lenguas naturales varían y cambian (Sapir, 1921; Weinreich, Lavov & Herzog, 1968) y, dentro de ella, la perspectiva laboviana sugiere que dicha variación es el resultado de la convergencia de factores lingüísticos y extralingüísticos. Tal variación es inherente a la lengua y tiende a ser sistemática, por lo que se espera que todos los hablantes de un idioma varíen sistemáticamente en un rango de situaciones lingüísticas, dependiendo de factores internos (lingüísticos) y/o externos (sociales). Dentro de los factores internos que han presentado históricamente una mayor incidencia en la variación lingüística se cuentan el contexto fonético inmediato y la posición de la variable. Asimismo, los factores externos más recurrentes son la edad, el sexo, el nivel educacional y el nivel socioeconómico de los hablantes.
Si bien el estudio de la variación lingüística se ha enfocado tradicionalmente en la variación en lengua materna (L1), las últimas décadas han visto un aumento en el estudio de la variación de hablantes de segunda lengua (L2), principalmente en contextos de inmigración y aún más recientemente, en casos de lengua extranjera (por ejemplo, Kpogo & Gathercole, 2019; Miatto, Hamann & Boersma, 2019), donde el habla que se adquiere no ocurre como componente de un proceso de inmersión, como en el caso de Chile. El español de Chile presenta ciertas características dialectales que lo diferencian de otras variedades de español, entre las que se cuentan el uso de la fricativa postalveolar sorda que se analiza acá. El presente estudio buscó determinar si la variación fonética que exhiben los hablantes de inglés como lengua extranjera (ILE) es sistemática y, de ser así, si esta variación es atribuible a factores sociales, lingüísticos o a ambos; y, en segundo término, comprobar si la variación en hablantes de ILE es similar a la de los hablantes nativos, al menos en lo que respecta a esta variable.
El artículo examina el uso de la fricativa postalveolar sorda en el habla de 18 alumnos de la carrera de Pedagogía en Inglés de la Universidad del Biobío, Chillán, en relación con los factores que se muestran en la Tabla 1.
Tabla 1 Factores externos e internos considerados en el análisis de la variación de la fricativa postalveolar sorda.
Tipo de factor | Grupo de factores | Factores |
Externo | Sexo | Hombre (M) |
(social) | Mujer (F) | |
Exposición al inglés en | 1 | |
contexto educativo (en años) | 3 | |
5 | ||
Grupo socioeconómico | C2 | |
C3 | ||
D | ||
Interno | Contexto fonético (anterior y | Vocales |
(lingüístico) | posterior) | Consonantes |
Pausa | ||
Posición | Inicio de turno | |
Otra posición en el turno: Inicial (en la palabra) Interna (en la palabra) Final (en la palabra) | ||
Clase de palabra | Abierta | |
Cerrada |
Fuente: Elaboración propia.
2. Marco teórico
La fricativa postalveolar sorda (f) aparece en una variedad de contextos lingüísticos en inglés, como en los lexemas show /ʃəʊ/1 , perception /pəˈsepʃən/, comercial /kəˈmɜːʃəl/ e impression /ɪmˈpreʃən/. Este rasgo no ha sido estudiado como variable en hablantes nativos de inglés, pero sí aparece en descripciones fonéticas generales del inglés (Catford, 2002; Ladefoged & Disner, 2012) y asociado al efecto que tienen las vocales en su realización (Shadle, Proctor, & Iskarous, 2008; Wilde, 1995). También ha sido mencionado como variante de (s) en el habla de Glasgow (Stuart-Smith, 2007; Stuart-Smith, Timmins & Wrench, 2003), en relación con la percepción de identidad sexual (Levon, 2007) y en la alternancia de (sh/ch)2 en hablantes latinos en Nueva York (Labov, 2012). En español, el rasgo ha sido estudiado como una de las variantes para la africada alveolar sorda (ʧ), asociada principalmente a factores externos como género y clase social (Cedergren, 1973, 1987; Valencia, 1993-1994), con una variación que va desde una variante prestigiosa en Panamá hasta la estigmatizada en Chile.
2.1. Variación en inglés
La variación de (ʃ) se ha descrito principalmente desde su articula ción, con un enfoque bastante limitado en la lingüística variacionista (Catford, 2002; Jongman, Wayland & Wong, 2000; Ladefoged & Disner, 2012; Ladefoged & Johnson, 2011; Li, Edwards & Beckman, 2009). Dentro de esta, la variable ha sido estudiada solo como una variante de (s) asociada con la clase social de los hablantes de Glasgow (Smith, 2007; Stuart-Smith et al., 2003) o con la identidad sexual (Levon, 2007). Sin duda, es un elemento que presenta variación en inglés, pero el valor sociolingüístico de (sh) en el español de Chile es de naturaleza distinta.
2.2. Variación en español
La fricativa postalveolar sorda -a diferencia del inglés-, no tiene una correspondencia ortográfica directa en ninguna de las variedades de español; es más, no es considerada en el inventario estándar del español, apareciendo como un alófono en variación libre y posiblemente en distribución complementaria con (tʃ) (Dalbor, 1959). En el inventario no estándar ocurre en posición intervocálica en palabras como muchacho (estándar [muʧaʧo ] versus no estándar [mu’ʃaʃo]), después de consonantes en ancho (estándar [‘anʧo] versus no estándar [‘anʃo]) y en posición inicial en chala (estándar [‘ʧala] versus no estándar [‘ʃala]); en español, este elemento no ocurre en posición final, salvo en el caso de préstamos.
Como variable (ʃ) ha sido documentada en variedades de la República Dominicana, Cuba, en la región española de Andalucía y Nuevo México (Canfield, 1962; Cedergren, 1973; Lipski, 1994). En Ciudad de Panamá, Cedergren (1973, 1987) examinó la lenición de <ch>, definida como la “alternancia de una palatal fricativa [s] con la estándar [c]”3 (Cedergren, 1987, p. 51); los factores considerados en su estudio fueron la posición prosódica en la palabra (inicial y media), el contexto fonológico, el estilo, el lugar de origen de los hablantes, el sexo, la edad y el grupo socioeconómico. Cedergren (1973) planteó que existían tres variantes en el español de Ciudad de Panamá: una africada [f], una africada palatal sorda con un onset oclusivo reducido [tj]4, y una fricativa palatal sorda no labializada [f]5. Los resultados de su investigación -la diseminación del cambio fonético desde [f] a [f], desde Ciudad de Panamá a otras ciudades- se comprobaron media generación más tarde (Cedergren, 1987), siendo el factor de mayor incidencia la edad de los hablantes (adultos jóvenes), que Cedergren interpretó como un indicador de la sensibilidad de este grupo etario a la importancia de la nueva variable, comparable con los patrones de hipercorrección descubiertos por Labov (1966), en Nueva York.
Las conclusiones de la autora también sugieren que la variación presenta un uso consistente de la variante prestigiosa en términos de sexo y que la reducción de la oclusión es favorecida cuando la preceden vocales y pausas. La presencia de un patrón curvilíneo en la variación de (ch) a partir de factores socioeconómicos mostró que los grupos opuestos favorecían [tʃ] y [ʃ]. De esta forma, Cedergren demostró que la variación de (ʃ) ocurre como resultado de la interacción de factores sociales y lingüísticos, específicamente edad, sexo y lugar de origen y segmento fonético anterior y posición prosódica. Sin duda, este trabajo sentó las bases para el estudio de (ʃ) en español, al confirmar que el uso de esta variable estaba condicionado por factores internos y externos en hablantes nativos de español.
Sin embargo, los valores asignados a esta variable en Ciudad de Panamá se oponen a los estudiados en el español de Chile: en este contexto, el uso de la fricativa postalveolar sorda está determinado por factores sociales como la edad y el lugar de origen, pero el principal factor es la clase social de los hablantes (Tassara, 1992; Valdivieso, 1983). Al respecto, Bernales (1978) determinó que el nivel educacional, el sexo y el estilo (casual versus enfático) y la posición (inicial, intervocálica y postconsonántica) son todos factores que contribuyen a que (ʧ) sea producida como [ʃ].
Por último, Widgorsky (1978), Valencia (1993-1994) y Cepeda (2001) han demostrado que este sonido es característico de individuos de clase social baja, mientras que Valdivieso (1993) sugirió que los hablantes hombres de clase social baja muestran tasas más altas de uso de la variante no estándar, en este caso (ʃ), que las hablantes de clase alta.
2.3. Variación en contextos de inglés como lengua extranjera o segunda lengua
El estudio de este fonema en contextos en que el inglés no es la primera lengua de sus hablantes, revela la aparición de al menos dos variantes que coinciden con las variantes encontradas en el español de Chile: la fricativa [ʃ] y la africada [ʧ]. Así, al estudiar a un hablante cubano que aprendía inglés en Estados Unidos, Dalbor (1959)6 determinó que la variación de estos sonidos resultaba de la dificultad de los hablantes para reconocer las distinciones fonéticas entre dichos sonidos y que este error podría corregirse con un entrenamiento apropiado. Por su parte, Eklund y Lindstrom (1998) sugirieron que la inclusión de xenófonos -como el caso de la fricativa alveolar sorda- está también presente en hablantes de sueco y Flege (1991) detectó, al estudiar a hablantes nativos de inglés que aprendían español con hablantes nativos de español, que estos producían la fricativa (ʃ) como [č]7, lo que sugiere que la variación de este sonido se asocia al español en general. Finalmente, Labov (2012) estudió la alternancia de (ch/sh) en pasajes de lectura en hablantes de tres orígenes étnicos diferentes de Nueva York y Filadelfia: afroamericanos, caucásicos y latinos; dentro de este último grupo, se distinguieron los latinos que habían aprendido a leer primero en español de los que habían aprendido a hacerlo primero en inglés. Para Labov, la ocurrencia de “errores” es diferente para afroamericanos y latinos, ya que los errores del primer grupo son gramaticales y los del segundo, gramaticales y fonológicos. La conclusión de Labov es que esta alternancia entre la africada /tʃ/ y la fricativa /ʃ/ ocurriría como consecuencia del aprendizaje de la lectura en español en primera instancia, pero los errores no tendrían consecuencias directas en la lectura o comprensión de textos en inglés.
2.4. Hipótesis
Dado el estatus de este sonido en el español de Chile (un estereotipo característico principalmente de hablantes de clase social baja, no educados), este trabajo propone que la variación sistemática de (ʃ) que se evidencia en hablantes nativos de español, se replica en el habla del inglés como lengua extranjera, por medio de la trasferencia de la variante prestigiosa, como producto del fenómeno de hipercorrección8. Específicamente, y basada en estudios similares, la investigación buscó probar que:
existe una diferencia entre el habla de hombres y mujeres no nativos de inglés, donde hay dos escenarios posibles: las mujeres muestran un mayor uso de la forma no estándar del inglés [f] sobre la estándar [J], que es estigmatizada en el español de Chile, o bien, utilizan la forma estándar por sobre la no estándar (refiérase a la paradoja de género de Labov, 2001).
el efecto del contexto fonético inmediato es uno de los factores más importantes que contribuyen a la variación, especialmente en presencia de vocales y pausa, ya que estas favorecen el proceso de lenición.
el tiempo de instrucción formal en inglés como lengua extranjera es también un factor importante, en particular en lo que respecta a la adquisición y producción de las formas meta.
la lenición es más común en ítems léxicos de clase cerrada, en oposición a la fortición en ítems léxicos de clase abierta.
hay un mayor uso de las variantes más débiles en posiciones media y final y de las variantes más fuertes en posición inicial.
3. Metodología
La metodología cuantitativa tradicional sugiere que una de las herra mientas más eficientes en el estudio de la variación lingüística es la entrevista sociolingüística. Esta tiene tanto ventajas como desventa jas: si bien permite que el investigador monitoree de forma confiable al objeto de estudio (en lo que respecta a la calidad de los materiales, grabación, etc.) y en cuanto a la obtención de datos demográficos9, aun así es una entrevista y el registro tiende a ser un poco más formal que si se tratara de una conversación entre conocidos (refiérase a la paradoja del observador, Labov, 1972).
Se obtuvieron más de 17 horas de datos, producto de entrevistas semiestructuradas a 18 estudiantes de la carrera de Pedagogía en Inglés de la Universidad del Biobío. La selección del número de estudiantes buscó garantizar la representatividad de la muestra en términos de sexo, formación y grupos socioeconómico (tres hombres y tres muje res de primer, segundo y tercer año; la indexación del grupo socioeconómico fue posterior a la obtención de datos demográficos). Las entrevistas semiestructuradas se realizaron sobre la base de módulos de conversaciones (Labov, 1984).
Las conversaciones fueron grabadas y posteriormente transcritas grafémicamente en CLAN (MacWhinney, (2000)10. Una vez finalizado el proceso de transcripción -que se estandarizó por medio de un protocolo de transcripción-, se identificaron las variables seleccionadas, al igual que el contexto fonológico inmediato y se codificaron los factores mencionados anteriormente. El análisis estadístico se realizó en el software GoldVarb (Tagliamonte, 2006), que permite estudiar de forma simultánea las variables lingüísticas por medio de análisis de factor por factor y luego de variable múltiple11.
4. Resultados
4.1. Variantes y distribución
Inicialmente se identificaron cuatro variantes:
Fricativa postalveolar sorda [ʃ], que correspondería al sonido meta del inglés y es estigmatizada en español de Chile. Se le denominará “fricativa”12.
Africada postalveolar sorda [ʧ], forma no meta que corresponde a la variante de prestigio del español de Chile. Se denominará “africada”.
Oclusiva alveolar sorda [t], forma no meta, que no ha sido registrada previamente en estudios similares; se le denominará “oclusiva”.
Una forma de africada alveolar sorda con énfasis en la fricación [tʃ]; forma no meta, que se denominará “fricativizada” Esta variante fue registrada por Cedergren (1973)13 y constituye una forma compuesta14 en que la africada y la fricativa comparten, al menos, uno de sus constituyentes (Chambers & Trudgill, 1998). De acuerdo con Chambers (1980), estas formas son comunes en situaciones de contacto lingüístico entre lenguas o dialectos; en el caso de esta investigación [tʃ] surge del contacto entre el español (L1) y el inglés (L2).
A pesar de la cantidad limitada de estudios de la fricativa alveolar sorda (ʃ) en hablantes nativos de inglés, esta investigación se enfocó en determinar la fuente y los patrones de variación en hablantes no nativos, ya que el rasgo en estudio ha demostrado variación sistemática por efecto de factores internos y externos. Específicamente, se buscó determinar si los mismos patrones descubiertos por Valencia (1983), Valdivieso (1983), Tassara (1992) y Cedergren (1973)15 en hablantes de L1 surgen en contextos de inglés como lengua extranjera.
Los resultados preliminares sugieren que nueve de los 18 hablantes estudiados no transfieren los patrones sociolingüísticos que se evidencian en español de Chile; en otras palabras, el 50% de la muestra utiliza la forma meta /ʃ/en lugar de evitarla, a pesar de ser una forma estigmatizada en su L1. Es más, aunque este sonido no forma parte del inventario fonético del español estándar, se evidencia que su uso es aparentemente correlativo con la experiencia de los hablantes en la lengua extranjera: gran parte de los hablantes de quinto año son categóricos en su uso, seguidos de los hablantes de tercer año.
Siguiendo el tratamiento de hablantes categóricos de Tagliamonte (2006), solo se estudiaron aquellos individuos que mostraban variación por dos motivos: primero, los hablantes categóricos no varían, por lo que no es posible determinar el origen de la variación y segundo, la incorporación de estos individuos alteraría los resultados de los hablantes que sí varían16. También se eliminó del análisis la variante [t], ya que solo representa el 1% de las instancias de variación. De esta forma, la Tabla 2 muestra la distribución de (ʃ) para las tres variantes restantes, para los hablantes no categóricos.
4.2. Análisis factor por factor
4.2.1. Factores sociales
Como fue mencionado anteriormente, los factores sociales estudiados fueron: el efecto de los hablantes de forma individual, el sexo, los años de instrucción en inglés y el grupo socioeconómico de los hablantes. Sin embargo, el análisis preliminar de los resultados indicó que el único factor que parecía tener incidencia en la variación era el nivel socioeconómico17. En relación con la variante estándar, el comportamiento de los tres grupos difirió levemente el uno del otro, desde el grupo medio-bajo al medio-alto. La progresión en el uso de la forma meta no pareció ser reflejada por las variantes no meta, como se muestra en la siguiente tabla.
Tabla 3 Distribución de la fricativa alveolar sorda (J) por grupo socioeconómico de los hablantes no categóricos (N = 243).
Fricativa | Africada | Fricativizada | ||||
[ʃ] | [ ʧ] | [tʃ] | ||||
Grupo socioeconómico | % | N | % | N | % | N |
Medio-medio | 76 | 44 | 19 | 11 | 5 | 3 |
Medio-alto | 68 | 47 | 22 | 15 | 10 | 7 |
Medio-bajo | 61 | 71 | 27 | 31 | 12 | 14 |
Total | 67 | 162 | 24 | 57 | 10 | 24 |
Fuente: Elaboración propia.
El uso de africadas fue similar en los grupos medio-alto y medio- bajo y la fricativizada fue usada exclusivamente por los grupos medio-medio y medio-bajo. La variación fue estadísticamente no significativa (valor p = 0,3721335; χ 2 = 4,26), por lo que no habría correlación en el uso de las variantes y los factores estudiados; sin embargo, el uso de estas tres variantes es interesante por las siguientes razones:
La fricativa es estigmatizada en la L1 de los hablantes. El patrón sugiere que los hablantes de clase media-baja muestran el uso más bajo de esta variante (61%, N = 71), mientras que el uso más alto ocurre en el grupo medio-medio (76%). En este caso, los hablantes de clase media-baja parecen evitar el uso de la variante estigmatizada.
Las variantes no meta reflejan el patrón de la variante meta.
En el lado opuesto de la fricativa, la forma prestigiosa en la L1 de este grupo de hablantes está africada. Esto se demuestra en el hecho de que el uso más alto de esta variante ocurre en el grupo medio-bajo (27%) y el más bajo, en el grupo mediomedio (16%). Tradicionalmente, el fenómeno de la hipercorrección ha sido vinculado con hablantes del grupo socioeconómico medio-bajo, tanto en situaciones de lengua materna (Labov, 1966, 1990) como en casos de segunda lengua (Beebe, 1980); en este estudio, dichos patrones parecen replicarse.
Finalmente, en relación con los grupos socioeconómicos, el uso de la fricativizada sigue los mismos patrones que la africada (medio-medio > medio-alto > medio-bajo). Si lo consideráramos como un segmento en desarrollo, podríamos decir que sigue el mismo principio de la hipercorrección. En otras palabras, podríamos esperar que los hablantes que son conscientes del valor sociolingüístico de este sonido en la L1 -ya que su proceso de adquisición está aún incompleto-, podrían elegir la variante prestigiosa por sobre la estigmatizada, lo que explicaría el patrón que aquí se muestra.
Aunque los resultados que comparan estos tres grupos parecen contribuir evidentemente a la variación, las diferencias por grupo socioeconómico no son lo suficientemente robustas en sí mismas.
4.2.2. Factores internos
Dentro de los factores lingüísticos que se analizaron se cuentan: el segmento fonético anterior y posterior, la posición en la estructura prosódica (inicial y final) y el ítem léxico. Se espera que, como en otros estudios (Cedergren, 1973), el contexto fonético sea uno de los factores condicionantes más importantes.
4.2.2.1. Ítem léxico
Solo se examinaron los ítems léxicos con más de 10 instancias de uso; la categoría “otros” incluye todos los ítems léxicos con menos de 10 apariciones.
Tabla 4 Distribución de la fricativa alveolar sorda (f) por ítem léxico, en hablantes no categóricos (N = 243).
Fricativa | Africada | Fricativizada | |||||
Ítem léxico | [ʃ] | [ ʧ] | [tʃ] | ||||
% | N | % | N | % | N | ||
Show, shown, shows | 87 | 13 | 13 | 2 | 0 | 0 | |
Short, shorter, shorts | 86 | 12 | 14 | 2 | 0 | 0 | |
Relationship | 80 | 12 | 20 | 3 | 0 | 0 | |
Finish, finishing | 71 | 10 | 14 | 2 | 14 | 2 | |
English | 70 | 30 | 9 | 4 | 21 | 9 | |
Should | 64 | 7 | 9 | 1 | 27 | 3 | |
She | 61 | 43 | 37 | 26 | 3 | 2 | |
Share, sharing | 60 | 6 | 30 | 3 | 10 | 1 | |
Otros (<10) | 60 | 12 | 35 | 7 | 5 | 1 | |
Spanish | 57 | 17 | 23 | 7 | 20 | 6 | |
Total | 67 | 162 | 24 | 57 | 10 | 24 |
Fuente: Elaboración propia.
En primera instancia se examinó el condicionamiento de los ítems léxicos en términos de clase de palabra (función versus contenido), porque se determinó que los ítems léxicos de frecuencia alta de uso se comportaban de forma diferente de los de baja frecuencia (véase, por ejemplo, Bell et al., 2001) y, en segundo término, hay ciertas si militudes en la naturaleza de las palabras escogidas, por ejemplo, la posición de la variable, la clase, el contexto fonético en que ocurre la variable, etc. Se esperaba un mayor uso de formas débiles (fricativas, como resultado del proceso de lenición), en palabras de función que en palabras de contenido, las que se verían fortalecidas por efecto del componente oclusivo de las africadas.
La mayoría de los ítems léxicos corresponde a palabras de contenido18, con la excepción de should (5%, N = 11) y she (29%, N = 71). La variación de estos dos términos es similar en el segmento meta, pero no en las formas no meta. Should muestra una jerarquía de desarrollo, con un mayor uso de la fricativizada (similar al ítem English), mientras que en she, el uso de la africada es mayor que en los demás ítems léxicos. Should y she se comportan de forma similar a las palabras de contenido.
En resumen, la clase de las palabras parece tener un rol importante en la variación de forma similar a la posición de la variable en la palabra y otras características estructurales, como en los ítems English y Spanish, los que no solo presentan la variable en posición final, sino que también son sustantivos propios, con el mismo segmento anterior.
4.2.2.2. Segmento fonético
Históricamente, los estudios variacionistas de segmentos fonéticos han considerado la observación del segmento anterior y posterior como uno de los factores que más contribuyen a la variación (véase, por ejemplo, la contribución del contexto fonético en variables como la supresión de (t, d) en Bayley, 1994; Guy, 1994; Tagliamonte, 1998; Tagliamonte y Temple, 2005; Santa Ana, 1996; o la supresión de (s) en el español de Puerto Rico, Poplack, 1980).
En el caso de esta variable, Cedergren (1973) confirma la hipótesis de que la presencia de una vocal anterior favorece la lenición, es decir, las vocales como segmento anterior favorecerían el uso de las fricativas por sobre el de las africadas. En este estudio cada segmento fonético fue identificado, pero por motivos prácticos, fueron luego agrupados por articulación19.
a) Segmento fonético anterior
Como todas las categorías difieren entre sí, no es posible considerar categorías mayores (por ejemplo, consonantes versus vocales, como en Cedergren, 1973). La siguiente tabla muestra los resultados para segmento fonético anterior.
Tabla 5 Distribución de la fricativa alveolar sorda (ʃ) para segmento fonético anterior para los grupos: pausa, vocales y consonantes; para hablantes no categóricos (N = 243).
Fricativa | Africada | Fricativizada | |||||
---|---|---|---|---|---|---|---|
[ʃ] | [ ʧ] | [tʃ] | |||||
% | N | % | N | % | N | ||
Fricativas | 87 | 13 | 7 | 1 | 7 | 1 | |
Laterales | 86 | 6 | 14 | 1 | 0 | 0 | |
Pausa | 83 | 5 | 17 | 1 | 0 | 0 | |
Nasales | 70 | 19 | 30 | 8 | 0 | 0 | |
Vocales | 67 | 99 | 20 | 29 | 14 | 20 | |
Vibrante | 67 | 6 | 33 | 3 | 0 | 0 | |
Oclusivas | 45 | 14 | 45 | 14 | 10 | 3 | |
Total | 67 | 162 | 24 | 57 | 10 | 24 |
Fuente: Elaboración propia.
Las diferencias son estadísticamente significativas (p=0,000006393875; χ2 = 46,21). En este caso, las vocales no parecen favorecer el uso de las fricativas más que las oclusivas (como en Cedergren, 1973); es más, English y Spanish, ambas con el mismo segmento anterior, presentan un comportamiento diferente.
Por otra parte, es interesante observar que las oclusivas muestran un uso mayor de africadas y fricativizadas (45% y 10%, respectivamente), considerando que ambas tienen un componente oclusivo en su articulación si se compara con las fricativas.
b) Segmento fonético posterior
Al igual que con el segmento fonético anterior, los segmentos se agrupan en categorías mayores, por lo que se plantean las mismas hipótesis: las vocales favorecerían el uso de las fricativas, así como las oclusivas, el de las africadas y fricativizadas. La siguiente tabla muestra los resultados.
Tabla 6 Distribución de la fricativa alveolar sorda (J) para segmento fonético posterior (N = 243).
Fricativa | Africada | Fricativizada | |||||
[ʃ] | [ ʧ] | [tʃ] | |||||
Segmento | % | N | % | N | % | N | |
Nasales | 100 | 5 | 0 | 0 | 0 | 0 | |
Aproximantes | 100 | 3 | 0 | 0 | 0 | 0 | |
Africadas | 100 | 1 | 0 | 0 | 0 | 0 | |
Vibrante | 100 | 1 | 0 | 0 | 0 | 0 | |
Pausa | 70 | 9 | 8 | 1 | 23 | 3 | |
Vocales | 67 | 122 | 28 | 51 | 6 | 10 | |
Oclusivas | 61 | 14 | 17 | 4 | 22 | 5 | |
Fricativas | 50 | 7 | 7 | 1 | 43 | 6 | |
Total | 67 | 162 | 24 | 57 | 10 | 24 |
Fuente: Elaboración propia.
Los resultados son estadísticamente significativos (p = 0,001395195; χ2 = 35,15). La hipótesis que plantea que las vocales favorecerían el uso de la fricativa se confirma, pero las consonantes no parecen restringir su uso, como argumenta Cedergren (1973), al menos con el segmento fonético posterior. Es más, la fricativa muestra el patrón opuesto en el segmento anterior (como segmento posterior, presenta el mismo porcentaje de uso para las variantes meta y no meta). Solo las vocales y las oclusivas tienen un comportamiento consistente, donde las primeras tienen porcentajes y jerarquías de uso similares20 y las segundas un porcentaje relativamente bajo de uso de variantes meta, en comparación con las no meta.
4.2.2.3. Posición en la palabra
Se ha determinado que la posición prosódica es un factor de importancia en el estudio del fortalecimiento consonántico, donde la posición inicial tiende a favorecer el fortalecimiento y la posición media, la fricativización, especialmente en posición intervocálica (Fougeron, 2001; Fougeron & Keating, 1997; Pérez, 2001, 2007). La Tabla 7 muestra los resultados para las posiciones inicial, media y final.
Tabla 7 Distribución de la fricativa alveolar sorda (J) por posición en la palabra (N = 243).
Fricativa | Africada | Fricativizada | |||||
[ʃ] | [ ʧ] | [tʃ] | |||||
Posición | % | N | % | N | % | N | |
Media | 77 | 20 | 23 | 6 | 0 | 0 | |
Inicial | 67 | 84 | 28 | 35 | 5 | 6 | |
Final | 63 | 58 | 17 | 16 | 20 | 18 | |
Total | 67 | 162 | 24 | 57 | 10 | 24 |
Fuente: Elaboración propia.
El efecto de la posición prosódica, es significativa (p = 0,001402926; χ2 = 17,71). De igual forma, los resultados son consistentes con la literatura, ya que en posición inicial el porcentaje de africadas es mayor que en posición media (28%, en negrita); el mayor porcentaje de fricativas ocurre en posición media (77%, también en negrita). Resulta interesante ver que en posición final hay un uso importante de formas no meta. La articulación de africadas -y de consonantes, en general- en español, no es tan frecuente como en inglés (Alvar, 1980); incluso menos común es la articulación de este tipo de segmentos, ya que las africadas y las fricativizadas tienen un componente oclusivo y fricativo que rara vez ocurre en español. Esto significa que los sujetos no solo han adquirido la estructura silábica de la L2 (en que la articulación de consonantes es más frecuente en la coda), sino que están utilizando la forma prestigiosa y la fusionada (de desarrollo) más que la forma meta.
Por medio de la tabulación cruzada de los factores ítem léxico y posición prosódica se examinó la interacción de estos dos factores, como se aprecia en la Tabla 8.
Tabla 8 Tabulación cruzada de ítem léxico y posición inicial, media y final (N = 243).
Ítem léxico | Variante | N | % | |
Fricativa | 13 | 87 | ||
Show, shown, | Africada | 2 | 13 | |
shows | Fricativizada | 0 | 0 | |
Z | 15 | |||
Fricativa | 12 | 86 | ||
Short, shorter, | Africada | 2 | 14 | |
shorts | Fricativizada | 0 | 0 | |
Z | 14 | |||
Fricativa | 3 | 75 | ||
Otros | Africada | 1 | 25 | |
Fricativizada | 0 | 0 | ||
Posición | Z | 4 | ||
inicial | Fricativa | 7 | 64 | |
Should | Africada | 1 | 9 | |
Fricativizada | 3 | 27 | ||
Z | 11 | |||
Fricativa | 43 | 61 | ||
She | Africada | 26 | 37 | |
Fricativizada | 2 | 3 | ||
Z | 71 | |||
Fricativa | 6 | 60 | ||
Share, | Africada | 3 | 30 | |
sharing | Fricativizada | 1 | 10 | |
Z | 10 | |||
Fricativa | 4 | 100 | ||
Finished, | Africada | 0 | 0 | |
finishing | Fricativizada | 0 | 0 | |
Z | 4 | |||
Fricativa | 12 | 80 | ||
Posición | Relationship | Africada | 3 | 20 |
media | Fricativizada | 0 | 0 | |
Z | 15 | |||
Fricativa | 4 | 57 | ||
Otros | Africada | 3 | 43 | |
Fricativizada | 0 | 0 | ||
Z | 7 | |||
Fricativa | 30 | 70 | ||
English | Africada | 4 | 9 | |
Fricativizada | 9 | 21 | ||
Z | 43 | |||
Fricativa | 6 | 60 | ||
Finish | Africada | 2 | 20 | |
Fricativizada | 2 | 20 | ||
Z | 10 | |||
Fricativa | 17 | 57 | ||
Spanish | Africada | 7 | 23 | |
Fricativizada | 6 | 20 | ||
Z | 30 | |||
Fricativa | 5 | 56 | ||
Otros | Africada | 3 | 33 | |
Fricativizada | 1 | 11 | ||
Z | 9 |
Fuente: Elaboración propia.
El análisis de estos dos factores en interacción revela que:
Todos los ítems léxicos favorecen el uso de la forma meta (fricativa). Las tres variantes aparecen en posición inicial y final; sin embargo, solo las fricativas y africadas lo hacen en posición media.
La frecuencia de uso de la forma meta disminuye en un patrón fricativa > africada > fricativizada, para la mayoría de los ítems léxicos, con la excepción de should, que lo hace en el patrón fricativa > fricativizada > africada21.
En oposición a lo anterior, el uso de las formas no meta aumenta en posición media y final; el uso de africadas es mayor para la mayoría de los ítems léxicos, con la excepción de English, que muestra el mayor uso de la fricativizada, en posición final.
En resumen, los resultados indican que el uso de la forma meta es mayor en posición inicial y media, en tanto las formas no meta lo hacen en posición final. Esto es consistente parcialmente con la literatura que plantea que las articulaciones más fuertes ocurren en posición inicial (en este caso las africadas, por efecto de su componente oclusivo), mientras que la posición media tiende a favorecer la fricativización. El alto porcentaje de formas no meta en posición final sugiere que los sujetos han adquirido la estructura silábica del inglés, pero estarían aún en proceso de separar las características sociolingüísticas de esta variable de la L1 y la L2.
4.2.3. Resumen de resultados
4.2.3.1. Resultados para los factores sociales
Los resultados determinan la existencia de cuatro variantes para (ʃ), lo que significa que la variación ocurre en la L2 de la misma forma que en español como L1; la variante más frecuente es la fricativa postalveolar sorda [ʃ], que corresponde a la forma meta del inglés, como fue hipotetizado. El análisis de factores determinó que todos los hablantes muestran preferencia por la forma meta, con excepción de un hablante. La significancia estadística de este grupo no se analizó debido a que los individuos no pueden ser analizados en relación con otros individuos, sino a partir de las características estudiadas como factores externos (sexo, tiempo de instrucción formal, grupo socioeconómico, etc.), al menos con el modelo de regresión utilizado en esta investigación (Johnson, 2009). La diferencia entre hombres y mujeres fue estadísticamente no significante, en tanto que la variación dentro de los dos grupos no fue homogénea, por lo que los patrones evidenciados en estudios similares (Major, 2004) no se replicaron para este segmento. Los resultados sugieren que la adquisición de la forma meta ocurre de manera gradual a medida que los sujetos progresan en el proceso adquisitivo, donde la mayoría de ellos la alcanza de modo casi categórico al final del quinto año de estudios. Aparentemente, se evidencia un patrón de desarrollo en el uso de las formas no meta. Sin embargo, las diferencias en la variación no son estadísticamente significantes y el análisis de variación intragrupal determinó un comportamiento heterogéneo. A pesar de que los resultados no son estadísticamente significativos, aquellos para el factor grupo socioeconómico son interesantes, ya que muestran que el patrón de variación de los tres grupos es homogéneo y con una aparente distinción en el uso de las variantes para cada uno de los grupos, especialmente en lo que respecta al mayor uso de la variante prestigiosa, en oposición a la variante meta en los hablantes del grupo medio-bajo, lo que resultaría en un caso de hipercorrección.
4.2.3.2. Resultados para los factores lingüísticos
En relación con el grupo ítem léxico, una vez que se separaron los sujetos categóricos de los no categóricos, se analizaron los ítems léxicos show (shown, shows), short (shorter, shorts), relationship, finish (finishing), English, should, she, share (sharing) y Spanish, más un grupo que incorporó todos los ítems con menos de 10 ocurrencias. El único patrón que surgió de este grupo es que se utilizaron las fricativas más que las otras dos variantes. El contexto fonético está asociado al ítem léxico, por lo que se realizó el análisis de estos para confirmar dicho fenómeno. Los resultados fueron significativos estadísticamente para los segmentos anterior y posterior; sin embargo, la contribución de este factor no fue tan marcada como lo sugiere la literatura. Es más, el efecto del segmento no parece estar asociado a los ítems léxicos con características estructurales similares, como sucede con las palabras English y Español. En términos generales, la posición en la palabra parece ser el principal factor que contribuye a la variación de (ʃ)), dado que el uso de las fricativas y las africadas muestran una diferencia mucho más marcada que en los otros factores, en posición media e inicial, respectivamente. Este factor es estadísticamente significativo, en tanto que la interacción de la posición y el ítem léxico parece confirmar que el efecto de la posición, tal como del segmento anterior y posterior, dependen del ítem léxico.
Para comprobar la interacción de los factores, se realizó un análisis de variable múltiple.
4.2.3.3. Análisis de variable múltiple
Para realizar el análisis de variable múltiple, se analizó la aplicación de la regla solo en la variante meta [f] para evitar la ocurrencia de células nulas. Se eliminaron también del análisis del segmento fonético posterior todos los resultados categóricos, ya que no mostraban variación, dejando un total de 231 elementos de análisis. Los resultados se describen en la Tabla 9, donde se presentan de forma descendente los factores que más contribuyen a la variación. Se analizaron solo seis factores: grupo socioeconómico, tiempo de instrucción, ítem léxico, segmento anterior, segmento posterior y posición.
Tabla 9 Análisis de variable múltiple para la fricativa postalveolar sorda (J).
Peso factorial (FW) | % | Total N | |
Input .654 | 65 | 231 | |
Contexto fonético anterior | |||
Fricativas | ,77 | 87 | 15 |
Laterales | ,75 | 86 | 7 |
Pausa | ,72 | 83 | 6 |
Nasales | ,55 | 70 | 27 |
Vibrante | ,50 | 67 | 9 |
Vocales | ,49 | 65 | 137 |
Oclusivas | ,28 | 43 | 30 |
Rango | 49 | ||
Años de educación en inglés | |||
Quinto año | ,71 | 83 | 41 |
Tercer año | ,50 | 66 | 84 |
Primer año | ,42 | 59 | 106 |
Rango | 29 | ||
Grupo socioeconómico | |||
Medio-medio | ,61 | 75 | 56 |
Medio alto | ,51 | 67 | 63 |
Medio bajo | ,44 | 60 | 112 |
Rango | 17 | ||
Contexto fonético posterior | |||
Pausa | [,54] | 69 | 13 |
Vocales | [,51] | 67 | 183 |
Pausa | [,45] | 61 | 23 |
Fricativas | [,35] | 50 | 12 |
Ítem léxico | |||
Show, shown, shows | [,77] | 87 | 15 |
Short, shorter, shorts | [,75] | 86 | 14 |
Relationship | [,67] | 80 | 15 |
English | [,52] | 68 | 41 |
Should | [,47] | 64 | 11 |
She | [,43] | 60 | 70 |
Finish, finishing | [,43] | 60 | 10 |
Otros | [,41] | 59 | 29 |
Spanish | [,37] | 54 | 26 |
Posición | |||
Inicial | [,51] | 67 | 123 |
Final | [,44] | 60 | 82 |
Media | [,25] | 77 | 26 |
Fuente: Elaboración propia
Como se observa, la interacción de solo tres grupos contribuye a la variación de (ʃ): segmento fonético anterior (rango 49), tiempo de instrucción (rango 29) y grupo socioeconómico (rango 17). Se deter mina así que los otros tres factores, en interacción, no contribuyen a la variación.
5. Resumen y conclusiones
La hipótesis inicial que proponía que el uso de la fricativa postalveolar sorda (f) sería replicado desde el español de Chile al inglés se refuta: los sujetos utilizan la forma meta [f] mucho más que la forma prestigiosa de la L1 [f], a pesar de que esta aparece fuertemente estigmatizada. Esto sugiere que los sujetos superan el paradigma social del segmento y reconocen las diferencias fonéticas entre la L1 y la L2. Sin embargo, el uso de las formas no meta parece estar motivado sociolingüísticamente, ya que se determina que tanto los factores internos como externos contribuyen en la variación de la fricativa alveolar sorda. Específicamente, el análisis de variable múltiple sugiere lo siguiente:
El factor más importante es el segmento anterior (rango 49). En oposición a los resultados mostrados por Cedergren (1973), las vocales no parecen desfavorecer el uso de las fricativas a través del proceso de lenición. De este grupo de factores, las fricativas son las que promueven, en mayor medida, el uso de la variante fricativa (,77) y las oclusivas, las que menos lo hacen (,28). Así, este es el único factor interno que contribuye a la variación de (ʃ).
El segundo factor significativo es el tiempo de instrucción (rango 29), que demuestra una progresión clara en la adquisición de la forma meta desde el primer año (,42), seguido por el tercero (,50) y, finalmente, el quinto año (,71).
Finalmente, el tercer factor que contribuye a la variación es el grupo socioeconómico (rango 17). Los resultados confirman lo sugerido por Labov (1966, 1990) y Beebe (1980), que plantean que la hipercorrección ocurre en sujetos del grupo medio-bajo. Aquí, este grupo muestra un uso relativamente alto de las formas no meta, que son más prestigiosas, comparado con la forma meta (,44). El mayor uso de la forma meta ocurre en los sujetos del grupo medio-medio.
De las hipótesis probadas, el efecto del tiempo de instrucción es uno de los más relevantes en el estudio de la variación en la adquisición de una segunda lengua, ya que muestra que la adquisición de formas meta está conectada con el tiempo de exposición a la L2, aun en contextos de lengua extranjera.