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ARQ (Santiago)
versión On-line ISSN 0717-6996
ARQ (Santiago) n.60 Santiago jul. 2005
http://dx.doi.org/10.4067/S0717-69962005006000016
ARQ, n. 60 Arquitectura de infraestructura / Infrastructure architecture, Santiago, julio, 2005, p.76.
ANEXOS
Ronda de Santiago
Texto de: Fernando Pérez O.
Jefe del programa de Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos, Escuela de Arquitectura, Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile.
Resumen
Acto de acogida al diálogo en torno al libro Amereida – Palladio / Carta a los arquitectos europeos, de los arquitectos Alberto Cruz y Bruno Barla, realizado en el Centro de Extensión de la U.C. el 9 de marzo de 2005.
Palabras clave: : Amereida, Palladio, Ciudad Abierta, Ritoque, Universidad Católica de Valparaíso.
Mesa: Alberto Cruz, Bruno Barla, Fernando Pérez, Juan José Ugarte, Alex Moreno
Exposición de dibujos:
Ciudad Abierta – Ritoque: Alex Moreno
Palladio – Véneto: Bruno Barla
Fotografías – Juan Purcell
Extractos de la presentación del arquitecto Fernando Pérez Oyarzun
Cuando en 1994 se celebró el centenario de la fundación del curso de arquitectura en nuestra universidad, se publicó un libro que, a su manera, procuró recoger algunos de los frutos de esos cien años de arquitectura. Los frutos de una universidad se parecen en algún sentido a una galaxia en expansión. No necesariamente están allí, a la mano; hay que ir a buscarlos, a veces lejos, porque es propio de una universidad que aquello que produce no quede necesariamente confinado en su dominio, sino que vaya dirigido a otros.
El libro Cien Años de Arquitectura en la Universidad Católica exigió a sus autores –especialmente a Wren Strabucchi, editor responsable– rastrear la obra de los ex alumnos destacados para incluirla entre esos frutos registrados por el libro. El ex alumno Alberto Cruz exigió una delicadeza particular. En su caso, dichos frutos incluían el impulso y la vitalidad iluminadora en una nueva escuela de arquitectura. Cabía preguntarse entonces, en rigor, a que árbol pertenecían tales frutos y como presentarlos en propiedad (…)
(…) Se trata además, como está dicho por Alberto en su texto, de una vuelta. La acción de Alberto Cruz y de la Escuela de Valparaíso ha tenido una relación real con el territorio que han habitado. Estar aquí o allí, ir a este lugar o aquel otro, ha tenido para ello no un carácter anecdótico o circunstancial, sino real. Es por ello que viajes, estadías, travesías han hecho parte del programa de dicha escuela. Podemos decir entonces que la vuelta –propia, singular, de su propio tiempo, como diría él mismo– de Alberto a Santiago, adquiere un cierto espesor y una especial dimensión en este acto, que convocado por la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones y realizado en esta Casa Central –el sitio donde Alberto fue estudiante, ayudante y joven profesor– adquiere el carácter de una vuelta, no ya solamente a una escuela, sino a la universidad en que se formó.
Si Alberto ha señalado, en su escrito publicado en el libro del centenario, que tal homenaje debía ser dibujado, acogiendo su propio espíritu, hemos querido construir éste como un acto de interlocución. Interlocución que recordando otra intervención de Alberto Cruz en Santiago –aquella vinculada al caso Domeyko– habla de la continuidad en el obrar del arquitecto (…)
Esta interlocución incorpora en esta ocasión el montaje y los dibujos que han levantado Alex Moreno y Bruno Barla en este doble ábside, en el lugar proporcionado por la plaza de nuestro Centro de Extensión. Incorpora también las nuevas voces de Alex Moreno y Juan José Ugarte, quienes se refieren a los comentarios que el libro de Cruz y Barla suscitaron en ocasiones anteriores, e incorpora la voz del propio Alberto, quien ya no comparece como coautor del libro sino como un interlocutor, que vuelve a la universidad en que estudió y enseñó en su juventud a reflexionar sobre los descubrimientos hechos en sus viajes y desplazamientos. Todo ello es lo que da estructura y forma a este lugar y a este tiempo, que como diría el poeta Eliot es aquí y ahora.
Este acto de interlocución tiene entonces un trasfondo; o varios. En primer lugar el libro Amereida Palladio que le sirve de origen cercano. Pero más allá de él, todos aquellos escritos, cuadernos y libros en que Alberto Cruz ha ido fijando un pensamiento que sobrepasando los márgenes de la escuela que constituye su circunstancia inmediata, hace una contribución real a pensar la arquitectura hoy y, aún más, a pensar –a secas– desde la arquitectura. Estoy pensando desde la perspectiva que dan esos textos publicados en los Anales de la Universidad Católica de Valparaíso en 1954, en su propia participación en el poema colectivo Amereida, en sus trabajos sobre la Observación Arquitectónica publicados en un cuaderno sobre los talleres de América, en el Seminario Amereida ya referido, publicado por ARQ, en su Música de las Matemáticas y en su última y monumentalmente sintética obra Don Arquitectura. Todo ello, y tantos otros escritos, apuntes, intervenciones –publicados e inéditos–, a los cuales las circunstancias de una vida dedicada a la enseñanza, la investigación y la reflexión de la arquitectura han dado ocasión, constituyen ese trasfondo.
Las interlocuciones iniciales de este acto pueden entenderse, por último, como un esfuerzo de apertura que invita a todos quienes han acogido nuestra invitación a participar hoy, mañana o en una ocasión futura.