Ubicado en el barrio Gramercy Park de Manhattan, el 160 East 22nd Street es un edificio de departamentos de 21 pisos y 84 unidades. Junto a viviendas de lujo, la estructura incluye un espacio comercial en planta baja.
El proyecto se funda en una reinterpretación moderna de los edificios de departamentos clásicos de preguerra presentes en el barrio. El cuerpo del edificio revestido de piedra caliza fue modelado incorporando un voladizo de 7,3 metros y perforado con un patrón de aberturas rehundidas alternadas. El voladizo fue pensado para poder integrar satisfactoriamente futuros desarrollos producto de la adquisición de derechos de aire por parte de la propiedad, mientras que los retranqueos requeridos fueron incorporados a la composición permitiendo a las unidades del nivel superior disfrutar de terrazas.
Al igual que el diseño exterior, el interior combina proporciones clásicas con un carácter contemporáneo. La diversidad equilibrada de materiales nobles y detalles a lo largo del edificio logra un estilo elegante con un toque de lujo vintage, todo ejecutado por artesanos locales. Los detalles del revestimiento de madera en el vestíbulo y las unidades acentúan este toque sofisticado y tradicional, mientras que los elementos naturales neutros y espacios blancos construyen el telón de fondo perfecto para los eclécticos estilos de los propietarios.
En términos generales, el diseño del 160 East 22nd Street busca combinar líneas contemporáneas clásicas con influencias contextuales históricas, resolviendo las complejas normativas propias de la ciudad de Nueva York mientras cumple con las exigencias estéticas y pragmáticas de sus usuarios finales.
160 East 22 nd Street
Arquitectos: S9 Architecture
Ubicación: 160 East 22nd Street, New York
Cliente: Toll Brothers City Living
Materiales: Ladrillo monolítico portante
Terminaciones: Losas de hormigón visto, pisos de hormigón llaneado, carpinterías de aluminio anodizado negro
Superficie construida: 10,776 m2
Año de proyecto: 2011
Año de construcción: 2014
Voladizo calculado
Marcelo López-Dinardi. Adjunct Assistant Professor, Barnard+Columbia Architecture, New York, usa
A principios de los 2000 el Porter House, un edificio en Meatpacking District, aprovechaba la normativa de edificación de la ciudad de Nueva York para construir una ampliación que sobrevolaba un edificio histórico existente. La operación del voladizo fue argumentada como eficiencia material, pero también como una estrategia de preservación patrimonial: anularía cualquier posibilidad de construir sobre la estructura histórica. Dicho edificio no sólo fue una conjunción inteligente entre arquitectura y desarrollo inmobiliario, sino también una intervención que ayudó a moldear la transformación del mercado neoyorkino de residencias de lujo.
Moderno, elegante, atemporal, clásico, de lujo, vintage, local, sofisticado, tradicional, noble, contemporáneo, pulcro, histórico y contextual, son las palabras utilizadas para describir el 160 East 22nd Street, un nuevo edificio residencial - no de vivienda - en Manhattan. La construc ción, aprendiendo de la operación realizada por SHoP en Meatpacking District, aprovechó la adquisición de dere chos de aire prevista por la normativa para construir más superficie, más unidades de departamentos y multiplicar su planta. El voladizo de quince pisos no es una proeza arquitectónica heroica - como aquella de los primeros modernos - ni pretende serlo: es sólo arquitectura como producto de los instrumentos normativos en favor de los metros cuadrados y no de la innovación arquitectónica.
La profundidad de la envolvente crea una homogeneización rígida de su superficie exterior, una característica desarrollada por primera vez en los rascacielos corporativos y financieros de Nueva York, extendida ahora a cualquier tipo de edificio. Por un lado, admite ventanas en todo su perímetro permitiendo mayor ingreso de luz a cada unidad; pero por otro la planta - un lugar para la oportunidad arquitectónica - pierde su claridad al someterse a un núcleo intrincado resultante de la aglomeración de espacios alrededor de las circulaciones.
El edificio, sin embargo, cumplirá con las expectati vas de sus usuarios, escritas, representadas y empaqueta das en la promoción del edificio tal como se lee en Street Easy (el primer resultado que arroja una búsqueda web), y formalizadas en una dirección compuesta, repartida entre 82 unidades en 21 pisos. Su vida cotidiana será de hecho contextual, pero sólo respecto al desarrollo histó rico de la vivienda en Nueva York, donde se la entiende como un lujo y no como un derecho.