ARQ nace en 1980 bajo la edición de Montserrat Palmer como un medio de difusión del quehacer de la Escuela de Arquitectura UC, con muy bajo presupuesto y sin periodicidad o compromiso de perdurar declarado1.
Las primeras 6 revistas ARQ no tienen portada, por lo menos no declarada a través del tipo de papel, el uso de más de una tinta, solapas u otros rasgos distinguibles. Muchos no conocen estos números o, en caso de conocerlos, no son considerados por su formato pasquín o microzine2. Se trata de fotocopias de originales hechos en papel kraft, sin encuadernar y que, aún para nosotros como editorial, son difíciles de conservar y leer. El logotipo se mimetiza con el nombre de la escuela y su tema central salta a primera vista.

Figura 2 Números 1-6. Formato: 27 × 40,5 cm; doblado tipo periódico; papel: kraft, 90 gr/ m2 fotocopia; tintas: 1/ 1; elementos gráficos incorporados: logotipo, número, titulares, textos.
Salvo los lectores habituales, la elección de una revista se hace, en general, por la portada. (Del Castillo, 2013: 28).

Figura 3 Números 7-29. Formato: 27 × 37 cm; papel: couché Alba 130 gr/ m2; (7-12), 300 gr/m2 (13-29); tintas: 2 / 0; elementos gráficos incorporados: logotipo, número, titulares, imagen y solapas (a partir del número 13).
La memoria popular señala que el primer número de ARQ es el de la portada que mezcla al Hombre de Vitruvio de Da Vinci con el Modulor de Le Corbusier, es decir, el 7. El primero de gran formato3, con una ilustración en negro y rojo, logotipo pequeño y tema declarado. Su encuadernación con corchetes permitía leerla con cierta continuidad y su contenido y diseño distintivos la volvieron coleccionable y relativamente atemporal. Este primer número y los siguientes se convirtieron en objetos de deseo para varias generaciones de estudiantes y profesionales. Sin saber realmente cuál número es cuál, muchos recuerdan, entre otras, la portada de los aviones, la del martillo y la espátula o la de los signos matemáticos, las primeras ilustraciones de Alex Moreno y las siguientes de José Neira. Su potente claridad es reconocida, tal como su contenido. De los números 7 al 12 la editorial aún se sitúa en el extremo inferior de la portada, el logotipo continúa semioculto y el tema resalta en gran tamaño arriba a la izquierda hasta la revista número 84. Entre los números 9 y 21 el logotipo ARQ es resaltado en rojo y, junto al número del ejemplar, se mueven con relativa libertad por la portada. Entre los números 18 y 29 el logotipo se fija, por un período, en el extremo derecho de la publicación.

Figura 4 Números 30-46. Formato: 24,5 × 31 cm; papel: Aquarello 200 gr/ m2 (30-31), Magnomatt 250 gr/ m2 polilaminado; tintas: 2/1 (30-37) - 4/1 (38-46); elementos gráficos incorporados: logotipo, número, tema (a partir del número 38), titulares e imagen.
Con el paso del tiempo el tamaño de la publicación disminuye5, el logotipo se enfatiza, gira y se ubica indistintamente al costado derecho o izquierdo de la portada. Las ilustraciones de portada se convierten en complejos montajes de fotografías, tipografías y dibujos del diseñador José Neira, con la libertad que daba el papel recortado y el cabal conocimiento del uso de tintas planas y sobreimpresiones. Las líneas de titulares circulan libremente, estableciendo ciertas diagonales o tensiones propias a cada número. La revista ya no es temática, por lo que los contenidos del interior se leen en las portadas sin la necesidad de ser literales.
Durante esta observación detallada de las portadas caí en cuenta de que el uso de 4 tintas se inició casualmente, quizás por error. Si se observa detenidamente el número 38, mejor si es con la ayuda de un cuentahílos, se puede notar que la fotografía no es en blanco y negro, sino en 4 tintas. Neira ya no estaba ni como ilustrador ni como diseñador y una nueva etapa de color se iniciaba tímida y momentáneamente solo en las portadas6.

Figura 5 Números 47-67. Formato: 24,5 × 31 cm; papel: couché 300 gr/ m2, polilaminado; tintas: 4/1 (hasta número), 4/2 (55-57) - 4/4 (58-91); elementos gráficos incorporados: logotipo, número, tema bilingüe, imagen y solapas (entre números 57 y 58 sólo se considera solapa delantera y se eliminan desde el 59 en adelante).
Con el paso del tiempo, el uso de colores es el elemento común hasta la actualidad. A partir del número 38 el tema central se manifiesta tanto en imágenes como en titulares que, poco a poco, se vuelven más sintéticos y claros. Hay algunas que vienen a la mente rápidamente por su fuerte vínculo con el tema central: la protesta de las micros amarillas de Desplazamientos (ARQ 52), las bolitas de Juego (ARQ 55) o la del dibujo de En planta (ARQ 58). Los números 71 a 73 presentan grabados de Nemesio Antúnez y del 74 al 76 dibujos de Roser Bru, ambos artistas y amigos de Montserrat Palmer.

Figura 6 Números 68-91. Formato: 24,5 × 31 cm; papel: couché 300 gr/ m2, polilaminado; tintas: 4/4; elementos gráficos incorporados: logotipo, número, tema bilingüe, titulares en algunos números, imagen, solapas y código de barras.
Tras 30 años, entre el número 77 y el 88 se decidió retomar algunos códigos de los inicios, como el uso del rojo y el negro y la mezcla de dibujo, texto e imagen. Muchos, con cierta nostalgia, notaron este guiño al pasado en portadas que podían ser tipográficas, abstractas o fotográficas, según la combinación de sus elementos.

Figura 7 Números 92-100. Formato: 20,5 × 27 cm; papel: cartulina reverso blanco 225 gr/ m2, polilaminado; tintas: 2/4 (tinta especial en tapa completa); elementos gráficos incorporados: logotipo, número, tema bilingüe, titulares, imagen, autores y código de barras.
Los últimos 11 números de ARQ han experimentado variados cambios, ajustes necesarios para iniciar una nueva etapa. Quizás el que más apreciamos es el poder contar con la tapa completa, es decir, portada, lomo y contraportada. El tema de la revista es manifestado en la grilla de ilustraciones de fondo y complementado con la incorporación de contenidos y autores. Junto con el aumento considerable de páginas, a partir del número 92 el tamaño se reduce para volverlo más portable7. Este último año las portadas son negras más un color neón en tinta plana, con íconos o dibujos y logotipo centrado, al igual que los autores y contenidos.
(…) nuestra revista debe involucrarse en los intereses particulares del lector. Es la única manera de intentar fidelizar su atención. La intención de nuestra revista debe ser revelarse como una herramienta útil y debe mostrarse claramente como solución a los problemas del lector (Del Castillo, 2013:16).
No creo que ARQ haya solucionado muchos problemas, confío en que más bien se hayan planteado muchos y se hayan abierto múltiples puertas a nuevos cuestionamientos e ideas. Lo seguiremos intentando en la búsqueda de nuevas posibilidades.