INTRODUCCIÓN
Legumbres son cultivos leguminosos que producen entre uno y doce granos o semillas de forma, color y tamaño variables dentro de una vaina. También por definición se limita a cultivos cosechados de manera exclusiva para grano seco, diferenciándose así de cultivos verdes como hortalizas1. Entre los cultivos leguminosos habitualmente consumidos destacan lentejas, porotos, arvejas y garbanzos, que por supuesto forman parte de la base de una alimentación saludable y balanceada1. Según las estadísticas de la FAO, la producción mundial total de legumbres en 2018 es de más de 92 millones de toneladas, en las que solo Asia produce más de 42 millones de toneladas2.
Destaca en las propiedades nutricionales de este alimento, aportar una fuente esencial de proteínas y aminoácidos de origen vegetal. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) propone que, debido a su elevado aporte de fibra dietética, su consumo de manera habitual contribuiría a prevenir enfermedades cardiovasculares, incluidas obesidad, diabetes y cáncer1.
Por otro lado, las leguminosas poseen la propiedad de fijar el nitrogeno, por tanto, pueden contribuir a aumentar la fertilidad del suelo y añaden efectos positivos al medioambiente1.
Aunque habitualmente las leguminosas están dentro de los patrones saludables de la dieta3, hay un desconocimiento de su consumo sobre el rol en la prevención de de enfermedades crónicas no transmisibles.
El objetivo de la presente revisión es compilar la evidencia científica del consumo de legumbres en la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles.
METODOLOGÍA
Se realizó una revisión bibliográfica, que incluyó los términos; legumbres, dieta, obesidad, enfermedad cardiovascular, síndrome metabólico, en las bases de datos Pubmed y Scielo, que incluyó artículos publicados entre los años 2013 y 2019 en los idiomas español e inglés, y que concluyeron evidencia positiva en relación al consumo de legumbres y sus beneficios para controlar ECNT, síndrome metabólico y riesgo cardiovascular, un total de 6 estudios de legumbres con obesidad, 12 con enfermedades cardiovasculares, 14 con diabetes, 11 con presión arterial elevada, 8 con colesterol, 9 con peso corporal y 23 con cáncer. Se eliminaron estudios en animales, y en el caso de cáncer que fuesen con soja.
Características
Las legumbres son alimentos de origen vegetal, desde el punto de vista nutricional contienen un elevado aporte de proteínas, carbohidratos y también son reconocidas por su alto aporte de fibra dietética y minerales4.
No obstante, la calidad proteica de las legumbres es buena, no es suficiente, ya que poseen un aminoácido limitante; la metionina, debido a esto se recomienda para mejorar su calidad nutricional consumirlas acompañadas por un cereal (que a su vez tampoco es de alta calidad proteica, sin embargo, en su aporte son suficientes en metionina, pero deficitarios en Lisina, por tanto incrementan el score aminoacídico, y de esta manera su calidad proteica), esta mezcla se denomina complementación aminoacídica, y a través de esta estrategia se obtiene una proteína de óptima calidad, similar a la proteína de la carne4.
Otra característica nutricional positiva de las legumbres es que destacan por su bajo Índice glicémico (menor a 49), es decir, a pesar de tener un elevado aporte de carbohidratos, su absorción se produce lentamente y es un alimento recomendado para pacientes con trastornos del metabolismo de carbohidratos como resistencia a la insulina, intolerancia a la glucosa y diabetes tipo 2.
Las leguminosas, además, poseen un elevado contenido de minerales, entre ellos, hierro, zinc, vitaminas del complejo B como B1, B2, B3 y B6, ácido fólico, vitamina C, cobre y magnesio.
Cabe destacar que otra característica relevante es que las legumbres no contienen gluten5, por tanto, se puede incluir preparaciones a base de ellas en regímenes para pacientes con enfermedad celíaca, considerando además que las legumbres presentan un menor costo que otras fuentes proteicas, esto favorece su incorporación en la dieta habitual en la mayoría de la población.
Evolución del consumo de legumbres en Chile
El consumo de legumbres en general en Chile al año 2001 era de 5,2 kilos al año por persona, 10 años después en el año 2011 el consumo fue 1,3 kilos al año, y al 2016 continuó disminuyendo6. En relación a los porotos, se ha observado una disminución en el consumo superior al 10% en los últimos 10 años, y en el caso de lentejas y garbanzos la reducción ha sido mayor al 5%7.
Legumbres y mortalidad
Incorporar un consumo de legumbres de manera regular en la dieta, según indican investigaciones recientes, contribuye a reducir mortalidad total, y mortalidad por causas no cardiovasculares; según indicó un estudio de cohorte prospectiva publicado el año 2017, la ingesta de legumbres fue asociada inversamente con la mortalidad total, y la mortalidad por causas no cardiovasculares8.
Otro reporte, proveniente también de un estudio prospectivo de 134.000 adultos chinos. Reportó una significativa disminución de la mortalidad total, en adultos que se adherían a las recomendaciones dietéticas específicas para el consumo de legumbres, entre otros grupos de alimentos9.
Legumbres y enfermedad cardiovascular
En una reciente investigación sistemática, que incorporó meta-análisis se identificó que el consumo de nueces y legumbres se relacionó de manera inversa con la incidencia de enfermedad cardiovascular isquémica, infarto y diabetes; El consumo de 100 gramos semanales de legumbres redujo un 14% el riesgo relativo de enfermedad cardiovascular10.
Diabetes
Numerosos estudios han señalado anteriormente que una dieta de alta calidad nutricional basada en alimentos de origen vegetal, incluidos legumbres como porotos, lentejas, porotos de soya, chicharos, garbanzos; contribuyen a la prevención de diferentes enfermedades, entre ellas, la diabetes tipo 211,12,13.
Un reciente estudio de cohorte, reportó que hubo una relación entre la ingesta de legumbres y reducción en el riesgo de Diabetes Mellitus tipo 2, pero la evidencia fue calificada aún como baja14.
En una investigación realizada en adultos de India, se determinó que existía una asociación entre ingesta de legumbres y el auto-reporte de diabetes. El estudio concluyó que el consumo diario y semanal de legumbres redujo el autoreporte en los modelos ajustados, por sobre los sujetos que consumían legumbres de manera ocasional (p<0,05)15.
En una ensayo clínico randomizado, publicado en el año 2019 realizado en 60 estudiantes universitarios, en el cual se intervino administrando una dieta a base de legumbres, en aquellos sujetos quienes recibieron 15 g de producto durante 3 meses, diariamente por 5 días seguidos y 2 días de descanso, al final de la intervención se observó una reducción de los niveles de glucosa séricos (p= 0,001), malondialdehido (MDA) (p<0,001) e índice de insulino-resistencia (HOMA index) (p<0,05), los autores indicaron que estos interesantes resultados podrían atribuirse a la presencia de polifenoles como algunas isoflavonas presentes en las legumbres16.
Hipertensión arterial
Un importante meta-análisis que incorporó 17 ensayos clínicos controlados, sugiere que patrones dietéticos saludables como las recomendaciones para reducir la presión arterial; dieta nórdica y también dieta mediterránea lograron reducir la presión arterial sistólica y diastólica significativamente en 4,2 mm/Hg y 2,3 mm/Hg, respectivamente. Destaca entre las características de estas dietas un aporte suficiente de frutas, vegetables, granos enteros, legumbres, semillas, nueces, pescado y productos lácteos y un bajo contenido de carnes, dulces y alcohol17.
Las legumbres y el peso corporal
En estudios publicados en diferentes poblaciones adultas se ha relacionado el consumo de legumbres a patrones dietéticos saludables, que ayudarían a un mejor control metabólico y a la contribución a la pérdida de peso en sujetos que presentan exceso de peso, como sobrepeso u obesidad18,19.
Un meta-análisis, que consideró 21 ensayos clínicos randomizados y controlados con dietas isocalóricas y/o hipocalóricas (en ambos grupos), en un total de 940 individuos reveló que personas que se les entrego en la dieta legumbres de manera diaria (132 g/día cocidos o 1 ración al día) obtuvieron una reducción de peso de −0,34 kg (p<0,05) a las 6 semanas, tanto en dieta isocalóricas como hipocalóricas20.
Por otro lado, autores han descrito que utilizando una dietas isocalóricas como metodo de comparación (dietas con o sin leguminosas), es decir con el mismo aporte calórico, la dieta isocalórica que contenía legumbres consiguió una mayor pérdida de peso −1,74 kg (-0,3 kg; p<0,05). Este efecto puede ser atribuido, de acuerdo a otro metanalisis, a su efecto en la sensación de saciedad aguda (modulando la ingesta a corto plazo)21.
En un estudio realizado en Chile se determinó los hábitos alimentarios en soldados y se identificó que la ingesta de leguminosas de al menos 1 vez por semana y lácteos se asoció a un IMC normal22.
En otro estudio realizado en escolares chilenos, posterior a una intervención educativa incrementó de manera significativa el porcentaje de escolares que consumieron alimentos saludables tanto en aquellos que tenían estado nutricional normal, como en aquellos que presentaron exceso de peso (sobrepeso y obesidad). Entre la ingesta de alimento que incrementó destacó significativamente el consumo de leguminosas que fue ≥ a 2 porciones por semana por intervención. Esto indica que, a través de una intervención programada que refuerza y educa sobre sobre hábitos alimentarios saludables, es posible observar un cambio en el patrón de consumo de alimentos. Este es un resultado detacable considerando que se obtuvo un incremento en el consumo de legumbres, que además han mostrado una reducción en el consumo nacional desde hace varias décadas23.
Colesterol elevado
Los resultados de otra investigación señalan que una dieta rica en legumbres y reducida en soja reducen el colesterol total y colesterol LDL24.
Algunos estudios han relacionado el consumo de legumbres a la reducción de niveles de colesterol plasmático, en un metanaanalisis que incluyó 10 ensayos clínicos aleatorizados, que comparaban ingestas con leguminosas (80-440 g/día) y dietas controles sin leguminosas se identificó que una dieta que incorpora una variedad de legumbres contribuyó a una disminución media de −11,7 mg/dl (p<0,001)24.
Cáncer
Los autores de un meta-análisis que incorporó estudios de cohorte identificaron que un alto consumo de legumbres, sin que el estudio indique si se refiere a gramos/día o cuartil de mayor consumo, fue asociado a una reducción del riesgo de cáncer colorectal (RR: 0,91 95% IC: 0,84-0,98)25.
Otro estudio señaló que existe una relación entre el consumo de legumbres y el riesgo de adenoma colorectal: Un meta-análisis de estudios observacionales. Los autores concluyeron que mayor consumo de legumbres redujo el riesgo de adenoma26.
Otra investigación que incluyó estudios de cohorte prospectivos, analizó el efecto dosis-respuesta, e indicó que el riesgo de cáncer de próstata se redujo por la ingesta de legumbres. Se observó una reducción del 3,7% el riesgo de cáncer de próstata, por cada 20 gramos/día de incremento en el consumo de legumbres27.
Legumbres y envejecimiento
En la búsqueda realizada se identificó un importante resultado en la elección de alimentos asociado al envejecimiento, autores han concluido que existía asociación entre los patrones del consumo de legumbres y el comportamiento cognitivo, demostrando diferencias positivas sobre el envejecimiento28. Si bien es cierto, corresponde a un resultado preliminar, este hallazgo puede contribuir a la generación de nueva evidencia asociada al consumo de legumbres y el desarrollo de ECNT. En una cohorte realizada en China, en la cual participaron mas de 5.600 adultos mayores, al realizar el analisis multivariado por regresión logística, se identificó que el consumo frecuente de legumbres era inversamente asociado con el deterioro cognitivo (OR ajustado 0,78; 95% IC: 0,64- 0,96)29.
CONCLUSIONES
Las legumbres son alimentos muy nutritivos ricos en proteínas, hidratos de carbono de bajo IG, contienen fibra dietética, importantes minerales como el hierro, vitaminas y fitoquímicos que ejercen una acción antioxidante.
A partir de esta revisión narrativa que incluyó diversos meta-analisis, se puede concluir que el consumo de leguminosas presenta diversos beneficios relevantes para la salud, así también su consumo ejerce un rol funadamental asociado a la prevención de diversas enfermedades. Entre los efectos clínicos, que se asocian al consumo habitual de legumbres, destaca una reducción en la presión arterial, colesterol total, glucosa en ayunas y glicemia basal alterada, además colabora de manera positiva en la reducción de riesgo de mortalidad total y mortalidad por causas no cardiovasculares, así también hay evidencia que señala una acción beneficiosa sobre la salud cardiovascular y el cáncer colorectal.