INTRODUCCIÓN
A nivel mundial se estima que la Chlamydia trachomatis es una de las infecciones de transmisión sexual (ITS) bacteriana más frecuente, presentando cada año 131 millones de nuevos casos (1), principalmente debido al desconocimiento de la infección y de su medio de transmisión (2). En Estados Unidos, los jóvenes de 15-24 años, representan sólo el 25% de la población sexualmente activa, pero adquieren cerca de la mitad de nuevas ITS (3).
En Chile, la prevalencia por esta infección oscila entre 55 y 79/1.000 mujeres entre 15 y 24 años. A nivel nacional, no existe tamizaje en relación a Clamidia y tampoco se considera una infección de transmisión sexual de notificación obligatoria (4). Por lo que, por medio de estudios aislados, se ha demostrado que la tasa de prevalencia oscila entre 5,5 – 7% en mujeres adolescentes, 19% en adolescentes embarazadas y 5,7% en hombres, además se establece que un 60% de infecciones por C. Trachomatis y N. Gonorrhoeae se produce en adolescentes y adultos jóvenes, de las cuales si no se trata, puede traer consecuencias como el contagio a otras parejas sexuales y ser un factor de riesgo para contraer otras ITS, como el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) (5).
Las mujeres presentan una mayor mortalidad debido a la mayor susceptibilidad en el epitelio endocervical, y que al presentar la infección por Clamidia, aumenta en 2,6 veces el riesgo de adquirir otras ITS (6). Cabe señalar que una mujer embarazada puede transmitir la infección por vía vertical, generando en recién nacidos conjuntivitis o neumonía (7).
La Clamidia trachomatis fue tradicionalmente diagnosticada en Chile mediante exámenes de inmunofluorescencia, el cual es capaz de detectar un 60% o menos las infecciones bacterianas, lo que se usa actualmente son las nuevas técnicas de amplificación de ácidos nucleicos (reacción de polimerasa en cadena, RCP), la cual presenta una sensibilidad y especificidad aproximada a el 100%, por medio de muestra de secreción vaginal, orina, cérvix, hisopado uretral, faríngea y rectal (6).
La C. Trachomatis se caracteriza principalmente por ser asintomática, es por esto que los jóvenes tienden a subestimar el riesgo propio, aumentando conductas sexuales riesgosas, como la ausencia del uso del preservativo, relaciones sexuales con diversas personas sin métodos de protección, y por otro lado, el desinterés frente a la realización de pruebas diagnósticas para la detección de Clamidia (2).
Esta infección puede llegar a provocar graves complicaciones y secuelas a largo plazo, como la enfermedad inflamatoria pélvica, embarazo ectópico, dolor pélvico crónico, cervicitis, uretritis asociada a síndrome de disuria/piuria, perihepatitis y un significativo daño en el sistema reproductor masculino y femenino, causando infertilidad en ambos sexos (8).
Por lo cual, es de gran importancia la concientización de la población, considerando que 1 de cada 12 a 18 mujeres en Chile presenta Chlamydia Trachomatis (4).
El objetivo de este artículo es describir mediante una revisión narrativa el nivel de conocimiento y creencias en relación a la infección por Clamidia en la población joven entre 15 y 25 años, enmarcado en el contexto chileno e internacional.
METODOLOGÍA
Se realizó una revisión narrativa con fuentes primarias de investigación de tipo cuantitativas y cualitativas encontradas en las bases de datos de CINAHL, Lilacs, Scielo y Pubmed, durante los meses de agosto a octubre del 2018. Se incluyeron artículos sobre los conocimientos y creencias sobre la infección por Clamidia, conocimientos sobre las características clínicas de la Clamidia, y conocimientos y actitudes frente a la prueba diagnóstica.
Se seleccionaron artículos originales publicados en los últimos 10 años, en idioma inglés y español, a través de los siguientes descriptores en inglés y sus respectivas traducciones al español: Sexual transmitted disease, chlamydia, chlamydia trachomatis, chlamydia infection, prevalence, frequency, perceptions, attitudes, knowledge, beliefs, young adults, young people, adolescents; acompañados de los operadores booleanos AND - OR.
Los criterios de inclusión contemplaron investigaciones realizadas en jóvenes entre 15 a 25 años, en los cuales se indagaba acerca de sus percepciones, creencias y conocimientos frente a la Clamidia Trachomatis.
Los criterios de exclusión fueron artículos de texto incompleto, artículos de opinión, casos únicos y otras revisiones bibliográficas.
De un total de 375 artículos encontrados se seleccionaron 14 para la presente revisión narrativa, los cuales se discutirán de manera particular (ver figura y tabla 1).
I. Cuadro resumen de los artículos seleccionados
Número Referencia | Autor(es) | Año | País | Idioma | Principales Hallazgos |
---|---|---|---|---|---|
N°2 | Folasayo A, Oluwasegun A, Samsudin S, Saudi S, Osman M, Hamat R. | 2017 | Malasia | Inglés | El estudio se realizó para evaluar el conocimiento, las actitudes, los comportamientos de riesgo y las prácticas preventivas relacionadas con las Infecciones de transmisión sexual (ITS) entre los estudiantes universitarios de ciencias de la salud y no relacionadas con la salud como futuros proveedores de atención médica en Malasia. |
N°3 | Anderson J, Lemay C, Maranda L y Blake D | 2013 | Estados Unidos | Inglés | Este estudio tiene la finalidad de evaluar el conocimiento que presentan los jóvenes en relación a las diferencias entre Clamidia/VIH y VIH/SIDA. Alrededor de la mitad de los encuestados no sabían que la Clamidia y el VIH son enfermedades diferentes demostrando confusión en cuanto al tratamiento y al pronóstico tanto de la Clamidia, como del VIH y el SIDA. Además, se encontró que el aumento de conocimiento respecto a esta área tiene una relación directa con la edad de los participantes. |
N°4 | Zamboni M, Ralph C, García P, Cuello M. | 2016 | Chile | Español | Se destaca el aumento de la prevalencia y los inadvertidos síntomas de esta enfermedad de transmisión sexual, cuyo aumento tiene relación con el inicio precozmente de la vida sexual, el número de parejas sexuales (> 3) y el tiempo que se encontraban sexualmente activas, mientras que no se encontraron diferencias en relación a los niveles socioeconómicos ni educacionales. También, se evidencia la importancia del tamizaje temprano relacionado a la morbilidad producida a C. trachomatis. |
N°5 | Huneeus A, Schilling A, Fernández MI. | 2018 | Chile | Español | No hubo diferencias significativas entre hombres y mujeres en términos de factores sociodemográficos. Sin embargo, con respecto al comportamiento sexual, los hombres en comparación con las mujeres tenían un historial de más parejas sexuales y usaban condones de manera más regular; sexo regular y último episodio sexual. Las mujeres tenían una mayor proporción de parejas sexuales casuales, actividad sexual entre personas del mismo sexo y una mayor diferencia de edad con las parejas sexuales. |
N°7 | Occhionero M, Paniccia L, Pedersen D, Rossi G, Mazzucchini H, Entrocassi A, et al. | 2015 | Argentina | Español | La infección genital por Chlamydia trachomatis es considerada en la actualidad una de las causas más frecuentes de infecciones transmisibles sexualmente (ITS) a nivel mundial y afecta principalmente al grupo de jóvenes menores de 25 años. Se detectaron 4 casos de infección por C. trachomatis, lo que implicó una prevalencia del 3,5%. Los factores de riesgo que demostraron estar asociados con la adquisición de esta ITS fueron un historial de 7 o más parejas desde el comienzo de las relaciones sexuales y el contacto con una nueva pareja sexual en los últimos 4 meses. |
N°8 | World Health Organization. WHO | 2010 | Suiza | Español - inglés | La Clamidia es la infección bacteriana de transmisión sexual (ITS) más común y produce una morbilidad sustancial y un costo económico en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que, en 2012, ocurrieron 131 millones de casos nuevos de clamidia entre adultos y adolescentes de 15 a 49 años en todo el mundo. En muchos países, la incidencia de clamidia es más alta entre las adolescentes de 15 a 19 años, seguida de las jóvenes de 20 a 24 años. |
N°9 | López E, González V, Bascunyana E, Humet V, Casabona J. | 2015 | España | Español | Indaga en la prevalencia de Clamidia en dos grupos de riesgo en jóvenes <25 años sexualmente activos atendidos en los centros de Atención a la Salud Sexual y Reproductiva (CT/NG-ASSIR) e interna en centros penitenciarios (CT/NG-Prisiones) en Cataluña. La prevalencia de Clamidia no presenta diferencias significativas entre las 2 poblaciones estudiadas, y sí se encuentran diferencias entre algunas características sociodemográficas y conductuales. La prevalencia de Clamidia entre los que iniciaron relaciones sexuales antes de los 16 años es mayor en ambas poblaciones. |
N°10 | Neves D, Sabidó M, Bôtto-Menezes C, Schwartz N, Jardim L, Ferreira C, et al. | 2016 | Brasil | Inglés, portugués y español | Principalmente consta de un estudio realizado a mujeres en la Atención Primaria de Salud en Manaus, cuyos objetivos principales es determinar el rendimiento de pruebas para detectar Clamidia. Lo relevante del artículo es que se incluye la percepción de las mujeres, en las cuales se destaca la poca conciencia de la prueba de detección y otras pruebas de detección de VIH / ITS que se ofrecían en la atención primaria de salud (PHC) y la incomodidad causada por la recolección de muestras. |
N°11 | Pereboom, M; Spelten, E; Manniën, J; Rours, G; Morré, S; Schellevis, F; Hutton, E. | 2014 | Holanda | Inglés | En el cuestionario se obtuvo que 616 (92,8%) participantes habían oído sobre la Clamidia antes del estudio y sabían que era una ITS, 5 (0,8%) habían oído hablar sobre la Clamidia, pero no conocían que era una ITS y 43 (6,5%) participantes no habían oído hablar nunca de la Clamidia. Con respecto a la actitud frente a la prueba, 341 participantes (54,2%) creen que todas las mujeres tienen que realizarse la prueba rutinaria, 85 (13,3%) creen que solo las con mayor riesgo deben hacerse la prueba, 160 (25%) creen que solo hay que realizar la prueba si lo desean, 1 persona no creía necesaria la prueba en mujeres embarazadas. Además 512 (78,3%) indicaron que las parejas tenían que realizarse una prueba diagnóstica y 48 (7,3%) no creían necesario realizar la prueba en la pareja. |
N°12 | Grad A, Senilă S, Cosgarea R, Tataru A, Vesa S, Vica M, et al. | 2018 | Rumania | Inglés | Consta de un estudio realizado mediante cuestionarios vía Internet, específicamente por Facebook, con la finalidad de obtener datos sobre el comportamiento sexual, las actitudes y el conocimiento sobre las ITS en estudiantes. Dio como resultado que la mayoría de los encuestados sabía que el VIH podía contraerse sexualmente, el 75.8% sabía que es la Gonorrea y el 61.1% que C. trachomatis se transmite sexualmente, y aproximadamente un tercio sabía que la Tricomoniasis y la Hepatitis B o C eran ITS. |
N°13 | Lorimer K, Hart GJ. | 2010 | Reino Unido | Inglés | Dentro de los resultados la mayoría de los participantes había oído hablar sobre la Clamidia y sabían que era una ITS, además, lograron identificar que el sexo sin protección era la principal causa de transmisión. En la entrevista se reveló la superficialidad del conocimiento sobre la Clamidia, un tercio de los participantes desconocían que fuera asintomática y alrededor de la mitad de los hombres estaba de acuerdo con la frase “Solo me preocuparía la Clamidia si tuviera síntomas”. Con respecto al origen del conocimiento, refirieron que la mayoría lo habían aprendido durante el estudio y casi todos los entrevistados mencionaron que su educación sexual había sido sobre VIH/SIDA, y no recordaban que les hayan enseñado sobre la Clamidia en la escuela. |
N°14 | Kang M, Rochford A, Skinner S, Mindel A, Webb M, Ucherwood T, et al. | 2014 | Australia | Inglés | Se mide la asociación entre el consumo de sustancias, historia anterior de ETS y actitudes sobre la Clamidia. Frente a los resultados se obtuvo que 118 participantes (16,9%) habían sido portadores de Clamidia y que casi todos los jóvenes que eran sexualmente activos se realizará el examen de Clamidia si su médico se lo indicará (95,4), aunque un tercio de la muestra no sabía cómo realizarse el examen. Frente al conocimiento de la muestra, este fue mayor frente a la encuesta nacional de secundaria que se realizó en 2008 en Australia, pero existe un sesgo debido a que existían participantes de una mayor edad. |
N°15 | Royer H, Falk E, Heidrich S. | 2013 | Holanda | Inglés | Se destaca que muchas mujeres pensaban que existía una prueba para detectar todas las enfermedades de transmisión sexual (40%) y que la inspección visual por parte de un proveedor era un método válido de detección de enfermedades de transmisión sexual para detectar Gonorrea (35%), Clamidia (32%) y VHS (77%). Al igual, más de una cuarta parte pensaba que el Papanicolaou podía detectar la infección por Gonorrea (23%) y Clamidia (26%). |
N°16 | Conejero C, Cannoni G, Merino PM, Bollmann J, Hidalgo C, Castro M, et al. | 2013 | Chile | Español | La detección de C. trachomatis fue de 7,9% y no se encontró muestra positiva para N. gonorrhoeae. El reporte de flujo vaginal por la paciente se asoció a 1,5 veces mayor riesgo de C. trachomatis. El 98% consideró las instrucciones de la autotoma fáciles de entender, 87,5% se sintió cómoda al tomar la muestra. La técnica de autotoma de muestra vaginal fue bien aceptada por las pacientes; sin embargo, manifestaron ansiedad acerca de la seguridad de una toma adecuada. De acuerdo con nuestros resultados, es importante insistir en la detección anual de estos patógenos siendo la técnica de autotoma una alternativa válida. |
La revisión será organizada en dos áreas: conocimientos y creencias sobre la infección por Clamidia; conocimientos y actitudes frente a la prueba diagnóstica.
RESULTADOS
Conocimientos y creencias sobre la infección por Clamidia
Un estudio analítico observacional aplicado a la descripción de la población chilena en una muestra de 286 participantes menores de 24 años de nivel socioeconómico alto, demostró que un 8,7% de los hombres presentaba Clamidia y un 8,8% en mujeres. Además, se demostró diferencias significativas con respecto al comportamiento sexual, donde los hombres presentaban un mayor porcentaje de parejas sexuales y utilizaban el condón más regularmente, y por otro lado, las mujeres tenían una mayor proporción de parejas sexuales ocasionales y una mayor diferencia de edad con estas. En este artículo se relacionaba que presentar múltiples parejas sexuales y sangrado poscoital era un indicio de la infección por Clamidia, donde los últimos se destacan como riesgos predictivos clínicos, con el cual se debe realizar una pesquisa por medio de exámenes para realizar la verificación (5).
Se destaca la existencia de factores de riesgos que hacen más prevalentes a desarrollar esta infección, como haber iniciado la vida sexual antes de los 17 años y haber tenido múltiples parejas (7).
Los factores como las relaciones sexuales esporádicas, jóvenes que inician sus relaciones sexuales antes de los 16 años, uso carente del preservativo y disminución en la conciencia del requerimiento de adoptar medidas preventivas para no contagiarse, traen como consecuencia un aumento considerable de las ITS, ocasionando que los jóvenes se conviertan en uno de los grupos más vulnerables frente a la adquisición de las infecciones de transmisión sexual (9).
Se evidencia en el estudio de Huneeus, et al. que el uso del condón durante la primera, la última relación sexual o el uso regular no se asociaron con el estado de infección por Clamidia, pero sugiere que la utilización de este medio de barrera, junto con la reducción del número de parejas sexuales protege la transmisión de la infección (5).
En múltiples estudios a nivel mundial, se evidenció un déficit de conocimientos sobre la infección por Clamidia en la población joven, por ejemplo, en un estudio en Malasia se demostró que un 26% de estudiantes conoce sobre la Clamidia en comparación al VIH con un 83,6% (2). Por otro lado, un estudio en Estados Unidos muestra que un 45,4% de los encuestados no conocía la gran diferencia entre la Clamidia y el VIH. Además, se demuestra que algunos jóvenes presentaban sentimientos de miedo a realizarse pruebas para detectar la Clamidia, puesto que pensaban que el diagnóstico de esta enfermedad traía las mismas consecuencias que el diagnóstico de SIDA (3).
Por ende, dado al desconocimiento de la población y la naturaleza asintomática de la infección, muchos países desarrollados están ofreciendo exámenes oportunistas a todas las personas sexualmente activas menores de 25 años, mujeres menores de 14 años, embarazadas portadoras de ITS y cada pareja sexual a excepción de los Estados Unidos, donde el examen se centra sólo en mujeres menores de 25 años (10). Un punto clave que es importante señalar, es que se ha demostrado que el conocimiento aumenta de forma proporcional en relación a la edad de la población, al nivel educacional, y a la historia de una ITS previa (11).
Dentro de los artículos revisados se encuentran investigaciones que se destacan por presentar cifras elevadas en relación al conocimiento de la Clamidia en la población joven. Esta diferencia de resultados se debe a las características metodológicas y tipo de población que fue incluida en la investigación, como es en el caso donde se realiza una encuesta en Facebook, en el cual se obtiene que el 98% de los encuestados sabía que el VIH podía contraerse sexualmente, y el 61.1% que la Clamidia Trachomatis se transmite sexualmente (12). A partir de lo anterior, se desprende que más de la mitad de los encuestados conocía sobre la Clamidia, situación similar encontrada en un estudio realizado en mujeres embarazadas y sus parejas, en donde el 92,8% de los participantes sabían que era una ITS y el 6,5% no lo habían oído nunca, esto es debido a que dentro de sus características corresponden a personas con alto nivel educativo y antecedentes de infección de transmisión sexual previas (11).
Por otro lado, en el artículo de Lorimer, et al., se destaca que la mayoría de los participantes conocen que la Clamidia es una ITS pero, aun así, se reveló la superficialidad del conocimiento, ya que un 80,2% de la muestra no sabía determinar los síntomas femeninos, como lo son el “dolor en la parte baja” y erupción/o picazón, al igual que frente a los signos y síntomas masculinos donde, un 74,8% desconocía que el dolor o hinchazón en los testículos fuera un síntoma, junto con un tercio que desconocían que esta infección es principalmente asintomática, por lo que la respuesta de la mitad de los hombres se encontraría de acuerdo con la frase “solo me preocuparía la Clamidia si tuviera síntomas” (13).
Dado la precocidad de las relaciones sexuales en la población, se hace más evidente y relevante comenzar con la promoción y educación sobre la salud en la sexualidad a edades más tempranas (9).
Conocimientos y actitudes frente a la prueba diagnóstica
Frente al método diagnóstico para la infección por Clamidia, se establece que los jóvenes desconocen y confunden las pruebas que se realizan para la pesquisa de las enfermedades de transmisión sexual, en especial sobre el examen para la detección de Clamidia, demostrando que un tercio no comprendía qué es lo que exactamente medía la prueba (14), y un 40% de mujeres tenía la creencia de que el examen era el mismo para todas las ITS, incluso pensaban que la prueba de Papanicolau era un medio para detectar tanto Gonorrea (23%) como Clamidia (26%) (15).
Con respecto a la actitud frente a la prueba de detección, se logró identificar en dos estudios resultados que apuntaban a que los jóvenes presentan interés en adquirir nuevos conocimientos, pero que existían múltiples barreras que lo impiden, como por ejemplo; el desconocimiento de las patologías infecciosas, vergüenza para preguntar y/o realizarse una prueba de detección, su costo, el transporte para dirigirse al centro de salud y preocupaciones sobre la confidencialidad, entre otras (14). Asimismo, en el estudio de Neves D, et al. (10), se identifica que los jóvenes se limitan frente a la obtención de conocimientos, principalmente por la naturaleza asintomática de la infección y la falta de comprensión de lo que implica la prueba diagnóstica. En el estudio de Conejeros, et al., se evaluó la experiencia de jóvenes entre 18 a 25 años con el autoexamen de muestra vaginal, donde se evidencia que el 97,7% de las participantes consideraban las instrucciones fáciles de realizar, con un 87,5% de comodidad frente a la autotoma y un 50,9% de los participantes prefirió al autotest frente al examen realizado por los profesionales de salud (16).
Con respecto a percepción de las jóvenes, en los Países Bajos se ha recomendado la detección de Clamidia durante el embarazo por los diversos resultados adversos del embarazo y enfermedad neonatal; un 54.2% de mujeres embarazadas y parejas participantes mencionaron que todas las mujeres deberían hacerse pruebas de detección de Clamidia en la atención prenatal de manera rutinaria, un 13.3% creía que solo las mujeres con mayor riesgo debían realizarse la prueba; un 25% decía que las mujeres embarazadas sólo deberían hacerla si es que así lo deseaban, 1 persona informó que no era necesaria la prueba en las mujeres embarazadas y un 7.3% informaron que no tenían opinión sobre si estaban embarazadas o no. Por otro lado, un 78.3% pensaba que a las parejas de las mujeres embarazadas también se les debe hacer una prueba diagnóstica; un 7.3% no creía necesario evaluar también a la pareja, y un 14.4% no tenían una opinión sobre si las parejas de mujeres embarazadas debían hacerse la prueba (11).
DISCUSIÓN
En los artículos analizados, se desprende que la población joven es más susceptible a contraer enfermedades de tipo infecciosas, debido principalmente a los factores de riesgo que los predisponen, como por ejemplo: ser sexualmente activos, poseer múltiples parejas o tener relaciones sexuales con parejas ocasionales y la inutilización del condón, entre otros (4,7). A partir de esto, se describe que por ser una población vulnerable, es importante que haya un conocimiento suficiente y comprensivo sobre las enfermedades que pudiesen contraer con el objetivo que los jóvenes tomen conciencia en los diversos métodos preventivos que existen para evitar el aumento de las ITS, y sus complicaciones, pudiendo así detectarlas a tiempo e iniciar su tratamiento antibiótico, el cual es económico y efectivo.
Por otro lado, en diversos artículos se menciona que la mayoría de los jóvenes conoce sobre las ITS, principalmente sobre el VIH/SIDA y en menor porcentaje sobre la Clamidia (2). Esto se avala por medio de la literatura en la cual se establece que al ser una infección asintomática, impide que su detección sea precoz o en estadios más tempranos, pudiendo llevar a graves complicaciones. Es por esto, la importancia del uso de métodos de barreras de protección como lo es el condón, el cual ayuda a la prevención del contagio de las ITS.
Es por esto, que es fundamental indagar dentro de la población de 15 a 25 años la relación que existe con esta infección, ya que según los datos obtenidos se demuestra un desconocimiento frente a las diferencias que hay entre las distintas ITS, como la sintomatología de la Clamidia (13), el uso de barreras de protección como la utilización de condón, y la perspectiva que se tiene frente al ser diagnosticado, en donde se evidenció que la población es más susceptible a alarmarse frente a los síntomas que pudiese presentar (10).
Múltiples países están implementando “campañas” para la detección de Clamidia (10), lo cual es fundamental para una detección prematura, previniendo así las dificultades futuras y los riesgos de contagio; por lo que es de suma importancia que se evalúe esta medida a nivel nacional y así lograr disminuir las cifras de la población infectada.
Junto con otras estrategias en Inglaterra, Países Bajos y Estados Unidos, se han implementado programas de tamizaje dirigidos básicamente a jóvenes <25 años, entregando pruebas gratuitas de Clamidia, con las cuales se ha observado un descenso importante en las tasas de complicaciones de la infección (9).
Destacar que según los artículos de Conejeros, et al. y Huneeus, et al. es importante realizar una modernización en el examen de diagnóstico frente a la Clamidia con método de amplificación de ácidos nucleicos por reacción de polimerasa en cadena (RPC), el cual presenta una alta sensibilidad y especificidad.
Además de esto, es necesario realizar más estudios sobre el conocimiento que poseen los jóvenes sobre esta ITS con la finalidad de conocer estadísticas precisas y así poder intervenir de manera oportuna y eficaz, educando sobre la patología y concientizando a la población con el fin de disminuir la incidencia de Clamidia en Chile.
Dentro de las limitaciones que enfrentó la revisión narrativa, se encontraron escasos artículos que coincidían con los criterios de inclusión, por lo que se destaca que actualmente no hay gran cantidad de estudios en Latinoamérica que se enfoquen en analizar el nivel de conocimiento y creencias sobre la infección por Clamidia en la población joven, por lo que los resultados que se presentan en esta revisión pudiesen no ser totalmente representativos a la población.
La fortaleza de la revisión es que brinda la posibilidad de identificar los conocimientos en la población joven, lo cual abre una arista a futuras políticas en salud atingentes con respecto a este tipo de infección.
De este modo, se hace una invitación a profundizar esta problemática y realizar diversos análisis para conocer los aspectos fundamentales del tema y su repercusión tanto a nivel mundial como nacional, con el objetivo de crear un nivel propicio de conocimiento y reflexión en la población joven sobre esta prevalente enfermedad de transmisión sexual, impactando de manera positiva en los lectores, facilitando la compresión y el entendimiento, promoviendo cautela y especial cuidado en la forma de transmisión de esta patología e incrementando la conciencia continua sobre las prácticas riesgosas.
CONCLUSIÓN
Dentro de los resultados obtenidos se evidencia un escaso nivel de conocimiento sobre la Clamidia en comparación con otras enfermedades de transmisión sexual, ya que se desconocen tanto los métodos diagnósticos como el tratamiento de esta infección, en primera instancia debido a la falta de difusión de esta infección, además, al ser una infección asintomática, los jóvenes tienden a aminorar las consecuencias que presenta, razón por la cual la población no ha logrado incorporar barreras de prevención efectivas de ITS en su vida sexual.
Debido a esto, es de suma importancia realizar nuevos estudios sobre el conocimiento de la Clamidia, con el fin de aportar datos para potenciar programas de salud orientados a la concientización de los jóvenes frente a esta infección y así lograr disminuir la incidencia de ésta.