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Revista chilena de neuro-psiquiatría

versión On-line ISSN 0717-9227

Rev. chil. neuro-psiquiatr. vol.55 no.1 Santiago abr. 2017

http://dx.doi.org/10.4067/S0717-92272017000100004 

ARTÍCULO DE INVESTIGACIÓN

 

Características sociodemográficas y clínicas de pacientes diagnosticados con depresión en Centros Comunitarios de Salud Mental (COSAM) de Santiago, Chile

Sociodemographic and clinical characteristics of patients diagnosed with depression in Community Mental Health Centres (COSAM) in Santiago, Chile

 

Carla Crempien C.1,a, Guillermo de la Parra C.2, Marcela Grez B.3,a, Camila Valdés F.1,b, María José López M.1,a y Mariane Krause J.1,a

1 Escuela de Psicología, Facultad de Ciencias Sociales, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile.
2 Departamento de Psiquiatría, Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile.
3 Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, Chile. 
a
Psicóloga.
b Bióloga.


Introduction: The study aimed to characterize a sample of depressive patients who attend to Community Mental Health Centres (COSAM) in Santiago, regarding their sociodemographic and clinical characteristics and the associations among these variables. Method: 88 patients treated at 5 different COSAM in Santiago were assessed with self-report questionnaires regarding sociodemographic variables, severity of depressive symptoms (BDI), general and social functioning (OQ-45) and health-related quality of life (SF-36). Descriptive and correlational analyses were performed to describe sociodemographic and clinical features of the participants, and to address the associations between depressive symptomatology, general functioning and quality of life. Results: Participants were mostly women, with chronic and severe depressive symptoms and high frequency of comorbid physical illnesses, they presented reduced quality of life and impairments in general and social functioning. Female gender and a history of physical illness were significant predictors of the severity of depressive symptoms. The latter, in turn, showed moderate to high correlations with the different dimensions of general functioning and quality of life, especially with lack of vitality, impact of health and emotional problems in social life, work and daily activities and, the perception of an impaired mental health. Conclusion: Depressive disorders in patients treated at COSAM are highly limiting and are associated with low quality of life. The observed profile describes mainly women patients with severe chronic symptoms, in whom physical, emotional and personality vulnerabilities are intertwined, suggesting the need for an articulated approach to physical and mental health and therapeutic resources considering these characteristics.

Key words: Depression, public health, psychosocial factors.


Resumen

Este estudio describe características sociodemográficas y clínicas en una muestra de pacientes depresivos atendidos en Centros Comunitarios de Salud Mental (COSAM) en Santiago, y explora asociaciones entre estas variables. 88 pacientes consultantes en 5 COSAM fueron evaluados mediante cuestionarios de auto-reporte, respecto a variables sociodemográficas, severidad de los síntomas depresivos (BDI), funcionamiento general y social (OQ-45) y calidad de vida (SF-36). Se realizaron análisis descriptivos y correlacionales para describir características sociodemográficas y clínicas, y estudiar las asociaciones entre variables sociodemográficas y gravedad de la sintomatología depresiva, y entre esta última y el funcionamiento general y calidad de vida. Los participantes fueron mayoritariamente mujeres, con síntomas depresivos crónicos y severos, y alta frecuencia de comorbilidad médica. Presentaron disminución de su calidad de vida y alteraciones en el funcionamiento general y social. Sexo femenino e historia de enfermedad física fueron predictores significativos de gravedad de los síntomas depresivos. Estos, a su vez, mostraron correlaciones significativas con diferentes dimensiones del funcionamiento general y la calidad de vida, especialmente con la falta de vitalidad, impacto de la salud y problemas emocionales en la vida social, trabajo y actividades cotidianas, y percepción de una salud mental deteriorada. Los trastornos depresivos en pacientes atendidos en COSAM son altamente limitantes y están asociados a una baja calidad de vida. El perfil observado describe principalmente mujeres, con sintomatología severa y crónica, en la que se entrelazan vulnerabilidades físicas, emocionales y de personalidad, lo que sugiere la necesidad de un enfoque articulado de la salud física y mental y recursos terapéuticos que consideren estas características.

Palabras clave: Depresión, salud pública, factores psicosociales.


 

Introducción

Los trastornos depresivos (TD) constituyen un problema de salud pública a nivel mundial y nacional, tanto por su prevalencia como por la carga de enfermedad asociada1-3. En Chile, la depresión mayor representa uno de los trastornos psiquiátricos más frecuentes, con una prevalencia de vida de 9,2% y 5,7% de prevalencia en un año3.

Los TD constituyen el motivo de consulta más frecuente por salud mental en el sector público, siendo uno de los problemas prioritarios del plan nacional de salud mental vigente y parte del sistema de garantías explícitas en salud4. Se relacionan con una reducida calidad de vida, menoscabo del funcionamiento global y social, y alta comorbilidad psiquiátrica y de enfermedades físicas5,6.

La evidencia muestra que el riesgo de desarrollar un TD es dos veces mayor en mujeres que en hombres7,8, aunque la variable de género interactúa con otros factores sociodemográficos, como la edad, presencia de hijos, estado civil y nivel educacional9,10. Un menor nivel socioeconómico y educacional se asocian también a mayor riesgo de depresión11, como lo mostró la última Encuesta Nacional de Salud12.

Los trastornos depresivos tienen frecuente comorbilidad de enfermedades físicas13 y psiquiátricas. Particularmente, la comorbilidad de trastornos de la personalidad (TDP) es alta y se asocia a persistencia y recurrencia del trastorno depresivo, a mayor tiempo de tratamiento y limitación en el funcionamiento psicosocial14,15. Estos se asocian además, a mayor probabilidad de abuso de sustancias y mayor riesgo suicida16.

El estudio de estrategias de intervención en depresión en el sector público es relevante, dada la relación entre vulnerabilidad social, prevalencia y permanencia de los trastornos depresivos11,17. La mayoría de las investigaciones respecto a los TD en el sector público en Chile, se ha realizado en la atención primaria y hay pocos estudios en el nivel secundario de atención5, los que se han desarrollado fundamentalmente en centros ambulatorios de hospitales18,19.

Los Centros Comunitarios de Salud Mental (COSAM), son los centros de referencia para casos severos de depresión, de acuerdo a la Guía Clínica para el tratamiento de la Depresión20. Sin embargo, hay escasa sistematización acerca de las características de los pacientes atendidos en los COSAM; un estudio reciente describe una muestra mayoritariamente femenina, con alta comorbilidad psiquiátrica, especialmente TDP y alta incidencia de disfunción familiar21.

Es relevante estudiar el perfil de los pacientes diagnosticados con depresión en los COSAM, en cuanto estos pacientes han llegado a estos centros por la gravedad, persistencia, recurrencia o riesgos asociados a su trastorno, o porque han sido refractarios a las intervenciones del nivel primario. Conocer las características de esta población es un paso necesario para orientar la reflexión y decisiones terapéuticas ajustadas a las necesidades más específicas de estos pacientes. El objetivo de este estudio es caracterizar una muestra de consultantes con diagnóstico de TD, atendidos en 5 Centros Comunitarios de Salud Mental (COSAM) de distintos sectores de la ciudad de Santiago, con respecto a sus características sociodemográficas (sexo, edad, escolaridad, estado civil, ocupación, antecedentes de salud mental y física), sus características clínicas (severidad de la sintomatología, comorbilidad, suicidalidad), su nivel de funcionalidad y calidad de vida. Y, secundariamente, explorar correlaciones de interés entre estas variables.

Pacientes y Método

El estudio tuvo un diseño no experimental, transversal, descriptivo y correlacional. La muestra fue intencionada y estuvo constituida por 88 pacientes adultos, consultantes en COSAM de las comunas de Macul, Ñuñoa, La Pintana, Independencia y Conchalí. Se incluyeron COSAM que representaran distintos sectores de la ciudad de Santiago y que aceptaron participar en la investigación.

Los criterios de inclusión de pacientes fueron: 18 años o más, con algún diagnóstico de depresión, que aceptaran voluntariamente participar en el estudio. Los criterios de exclusión fueron: retraso mental, daño orgánico, trastorno psicótico y dependencia de sustancias.

Por ser parte de una investigación longitudinal que evalúa resultados psicoterapéuticos (FONDECYT Postdoctorado #3140317), los participantes estaban iniciando una psicoterapia en el COSAM, siendo los datos presentados en este estudio correspondientes a la medición basal. Los pacientes firmaron una carta de consentimiento informado y el estudio cuenta con la aprobación de los comités de ética y bioética de la Pontificia Universidad Católica de Chile y del Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente.

Instrumentos

Para la evaluación de variables sociodemográficas, se utilizó una ficha diseñada para este estudio, basada en la ficha sociodemográfica utilizada por el Instituto Milenio para el Estudio de la Depresión y Personalidad MIDAP (IS130005).

Para la evaluación de sintomatología depresiva se utilizó el Inventario de Depresión de Beck (BDI-I)22, cuestionario de auto-reporte ampliamente utilizado en Chile. Puntajes más altos indican mayor severidad de la sintomatología y se utilizaron los puntos de corte establecidos para rangos de sintomatología severa, moderada, leve y mínima.

Para la evaluación del funcionamiento global e interpersonal, se utilizó el OQ-45.223, cuestionario de autoreporte que permite medir progresos terapéuticos en mediciones sucesivas, abarcando tres áreas del funcionamiento actual: malestar general, relaciones interpersonales y rol social. A mayor puntaje, mayor disfuncionalidad. Cuenta con puntajes de corte nacionales que dividen la población en funcional y disfuncional24.

Para la medición de calidad de vida se utilizó la versión española del SF-3625, cuestionario de autoreporte, ampliamente utilizado para evaluar calidad de vida asociada a la salud, a través de dimensiones como el nivel en que la salud limita el trabajo y otras actividades diarias, limitaciones debidas al dolor, sentimientos de vitalidad y fatiga, grado en que los problemas de salud interfieren con la vida social, grado en que los problemas emocionales interfieren con el trabajo y actividades cotidianas, entre otras. Se obtienen dos puntajes que resumen la calidad de vida en sus componentes físico y mental. Un puntaje más alto indica mejor calidad de vida.

Análisis de los datos

Se realizaron análisis estadísticos descriptivos para caracterizar a la muestra respecto a variables sociodemográficas y clínicas. Se desarrollaron análisis bivariados para explorar correlaciones entre severidad de los síntomas depresivos, el funcionamiento general e interpersonal y la calidad de vida de los pacientes. Se realizaron análisis multivariados para determinar qué variables predicen la severidad de los síntomas depresivos. Los datos fueron analizados mediante el programa estadístico SPSS 20.0.

Resultados

Características sociodemográficas

El promedio de edad de los participantes fue de 44,9 años (DE = 13,8), con una edad mínima de 18 años y una máxima de 84. La distribución etárea fue heterogénea, 7,9% de los participantes tenía entre 18 y 25 años; 43,2% entre 26 y 45 años; 43,2% entre 46 y 65 años; y 5,7% tenía más de 65 años. En cuanto al género, la muestra estuvo constituida mayoritariamente por mujeres, siendo estas el 88,6% (n = 78). El 11,4% (n = 10) de los participantes era de género masculino. El 40,9% (n = 36) de los participantes estaban solteros, 31,8% (n = 28) casados, 11,4% (n = 10) en convivencia con su pareja, 14,8% (n = 13) se encontraban separados y 1 participante era viudo.

En cuanto a su escolaridad, la mayoría de los pacientes se concentra en las categorías de educación media completa (35,2%, n = 31) y educación técnica-profesional (25%, n = 22). El 12,5% (n = 11) de los participantes tenía un nivel de estudios universitarios completos, un grupo similar (12,5%) tenía educación media incompleta, el 10,2% (n = 9) presentaba educación básica completa, y 4,5% (n = 4) tenía educación básica incompleta. Respecto a la ocupación, 29,5% (n = 26) de las participantes eran dueñas de casa. El 27,3% (n = 24) de los participantes trabajaba de manera dependiente y el 12,5% (n = 11) trabajaba como independiente. El 14,8% (n = 13) se encontraba desempleado, el 10,2% (n = 9) con licencia médica, el 6,8% (n = 6) se encontraba pensionado y el 9,1% (n = 8), jubilado. El 5,7% (n = 5) eran estudiantes. En esta variable los participantes podían seleccionar más de una opción cuando así correspondía.

Respecto a la salud física, el 55,2% (n = 48) de los participantes reportó tener una historia de enfermedad física relevante, como artrosis, diabetes, fibromialgia, hipotiroidismo, entre otras. Dentro de los antecedentes de salud mental, el 84,1% (n = 74) de los pacientes había tenido tratamiento psicológico previo y 69,3% (n = 61) de los participantes había tomado medicamentos por síntomas mentales anteriormente. El 18,2% (n = 16) de los pacientes tenía historia de hospitalización psiquiátrica. El 54,5% (n = 48) de los pacientes reportó antecedentes familiares de enfermedades psiquiátricas.

Características clínicas

Respecto al diagnóstico consignado por los COSAM, 29,5% (n = 26) fueron diagnosticados con Episodio Depresivo Grave, 15,9% (n = 14) con Trastorno Depresivo Recurrente, 8% (n = 7) con Episodio Depresivo moderado o leve, 8% (n = 7) con Trastorno Afectivo Bipolar, 18,2% (n = 16) con otros trastornos con sintomatología depresiva (trastorno mixto ansiedad y depresión, trastorno distímico, depresión postparto) y en 20,5% (n = 18) de los casos, había diagnóstico de depresión no especificado ("Depresión GES", "Depresión"). El 39,7% (n = 35) de los pacientes presentaba comorbilidad psiquiátrica, dentro de los cuales 68,6% correspondía a un TDP (27,3% del total). El 92% (n = 81) de los pacientes se encontraba en tratamiento farmacológico por el trastorno depresivo actual.

La Tabla 1 muestra las medias y desviaciones estándar de la severidad de la sintomatología depresiva, malestar subjetivo, funcionamiento interpersonal y social y calidad de vida de los pacientes (puntajes BDI-I, OQ-45 y SF-36).

 

Tabla 1. Medias y desviaciones estándar escalas BDI-I, OQ-45 y SF-36

 

La media de los síntomas depresivos fue de 28 puntos, encontrándose en el rango de sintomatología moderada, en el límite con sintomatología severa. La mayor parte de los pacientes presentó sintomatología depresiva severa 44,3% (n = 39), 33% (n = 29) sintomatología moderada, 21,6% (n = 19) sintomatología leve y 1,1% (n = 1) sintomatología mínima o ausente.

La media de los participantes en la escala OQ-45 fue de 98,19 puntos, encontrándose sobre el punto de corte establecido en las normas nacionales (73 puntos), lo que corresponde a población disfuncional, lo mismo ocurre en los promedios de las 3 subescalas: malestar subjetivo (punto de corte = 43 puntos), relaciones interpersonales (punto de corte = 16 puntos) y rol social (punto de corte = 14).

Para evaluar suicidalidad, se agrupó a los participantes en función de que cumplieran con la condición de "con frecuencia" o "casi siempre" piensan en quitarse la vida durante la última semana (ítem 8 OQ-45) y que, además, reportan "siento que estaría mejor muerto/a o que mi familia estaría mejor si yo me muriera" o "me mataría si pudiera" (ítem I BDI). Con este criterio, 22,7% (n = 20) de los pacientes, configurarían en riesgo suicida.

Respecto a la calidad de vida, los puntajes promedio del grupo en los componentes físico (41,52) y mental (25,67) de la escala SF-36 muestran reducida calidad de vida, considerando que los puntajes van de 0 a 100, siendo mayor puntaje mejor calidad de vida. Dentro de las subescalas, la más baja corresponde al Rol emocional (21,96), es decir, los pacientes sienten que sus problemas emocionales interfieren mucho en su trabajo y actividades cotidianas.

Al estudiar la capacidad predictiva de las variables sociodemográficas sobre la severidad de los síntomas depresivos, se encontró que el género y los antecedentes de enfermedad física relevante fueron predictores estadísticamente significativos. Las mujeres en promedio presentan 7,57 puntos más de sintomatología depresiva que los hombres y el tener una enfermedad física aumenta, en promedio, en 6,6 puntos la sintomatología depresiva (Tabla 2).

 

Tabla 2. Modelos de regresión de nivel de sintomatología depresiva en variables
sociodemográficas

Modelo 1: Al ingresar las variables Edad, Sexo, Escolaridad, Enfermedad Física y Estado Civil,
vemos que enfermedad física es el único predictor significativo del nivel de sintomatología
depresiva. Modelo 2: Al considerar como predictores las variables Edad, Sexo, Escolaridad
y Enfermedad Física podemos observar que tanto sexo como enfermedad física son predictores
significativos del nivel de sintomatología depresiva. Modelo 3: Al ingresar comorbilidad
psiquiátrica al modelo podemos observar que no aporta significativamente a este. Este modelo
no es significativo, lo que indica que los predictores no explican una cantidad de varianza
importante de la sintomatología depresiva.

 

Las correlaciones entre sintomatología depresiva y funcionamiento global e interpersonal y calidad de vida, se observan en la Tabla 3. Se encontraron asociaciones estadísticamente significativas moderadas a altas entre la severidad de los síntomas depresivos y malestar subjetivo y, con el componente mental de la calidad de vida; asociaciones significativas y moderadas entre la sintomatología depresiva, el funcionamiento interpersonal y el rol social; y una asociación significativa, aunque menor entre severidad de los síntomas depresivos y el componente físico de la calidad de vida.

 

Tabla 3. Correlaciones de Pearson entre sintomatología depresiva (BDI), malestar
subjetivo, funcionamiento interpersonal, funcionamiento social (subescalas OQ-45)
y componentes físico y mental de la calidad de vida (SF-36)

**p < 0,001.

 

Al estudiar las dimensiones específicas de la calidad de vida, se encontraron correlaciones significativas entre severidad de los síntomas depresivos y todas las dimensiones del SF-36, siendo las áreas más fuertemente asociadas, los sentimientos de falta de vitalidad, el grado en que los problemas de salud física o emocional interfieren en la vida social habitual, el grado en que los problemas emocionales interfieren en el trabajo y actividades diarias y la percepción de salud mental general (Tabla 4).

 

Tabla 4. Correlaciones de Pearson entre sintomatología depresiva (BDI) y
dimensiones calidad de vida (subescalas SF-36)

**p < 0,001.

 

Discusión

Este estudio constituye una primera aproximación a caracterizar a los pacientes diagnosticados con depresión en los COSAM, principales centros del nivel secundario de salud mental, para las referencias desde el nivel primario en Chile. Aunque el tamaño pequeño de la muestra no permite generalizar los resultados, nuestro estudio da una mirada exploratoria a las principales características sociodemográficas, clínicas y calidad de vida de estos pacientes y establece algunas asociaciones interesantes entre estas variables. Futuros estudios, con muestras más amplias e incluyendo centros de diversas regiones el país, podrán confirmar, enriquecer y profundizar estos primeros hallazgos y sus significados.

Respecto al perfil sociodemográfico, destaca que las participantes son mayoritariamente de sexo femenino (88,6%), si bien la prevalencia de trastornos depresivos es más alta en mujeres que en hombres7,8, un porcentaje tan elevado nos puede estar señalando que la depresión tiende a mayor severidad, persistencia o recurrencia en las mujeres, por lo que estas llegan al nivel secundario de atención, o bien que las mujeres consultan más y perseveran en el tratamiento, pero también esto puede deberse a un sesgo muestral en el sentido de que más mujeres hayan estado dispuestas a participar en el estudio.

Otras características sociodemográficas encontradas fueron un nivel educacional que tiende a alcanzar como máximo la enseñanza media o técnica superior y un porcentaje importante de educación escolar incompleta (27,2%). El estado civil es heterogéneo, siendo el grupo de solteros el de mayor frecuencia. Un alto porcentaje de pacientes tenía licencia médica o estaba pensionado por condiciones de salud (17%), y un grupo importante de ellos se encontraba desempleado, lo que es consistente con la carga de enfermedad y disfuncionalidad asociadas a depresión1,3.

Más de la mitad de los pacientes reporta antecedentes de alguna enfermedad física relevante, generalmente crónica, y la mayoría de los participantes ha tenido tratamientos previos por síntomas mentales, lo que habla también de cronicidad.

Respecto a la gravedad de la sintomatología depresiva, si bien se encontró cierta variabilidad, la mayoría de los participantes presentó sintomatología severa, siendo los diagnósticos más frecuentes Episodio Depresivo Mayor, seguido de Trastorno Depresivo Recurrente. Un porcentaje importante presentó una configuración de riesgo suicida (22,7%). Cerca del 40% tiene comorbilidad psiquiátrica y cerca del 30% trastorno de la personalidad asociado. Estos antecedentes nos presentan distintos subgrupos de pacientes, con complejidades relacionadas con el compromiso físico de la salud o con vulnerabilidades de la personalidad, o ambos. El porcentaje de pacientes con comorbilidad de TDP es similar a lo reportado en estudios de pacientes depresivos en atención primaria14 e inferior a lo reportado en relación a pacientes depresivos crónicos26. Sin embargo, este resultado debe mirarse con precaución puesto que no se utilizaron entrevistas estandarizadas para evaluar TDP. Aun así, es necesario considerar las vulnerabilidades de personalidad en las estrategias terapéuticas, ya que estas complejizan la evolución y pronóstico del trastorno depresivo14,27.

Al estudiar la relación entre variables sociodemográficas y la severidad de los síntomas depresivos, se encontraron dos predictores significativos: la variable sexo femenino y la historia de enfermedad física. Ambas variables se asocian significativamente con mayor gravedad de los síntomas. Estos resultados preliminares sugieren la necesidad de considerar, por un lado, la variable de género, y por otro, los antecedentes de salud física, en la elaboración de estrategias específicas del tratamiento de la depresión en el nivel secundario de salud mental en Chile.

La severidad de los síntomas depresivos correlacionó significativamente con el malestar subjetivo, el menoscabo del funcionamiento interpersonal, dificultades en el rol social y laboral, y una calidad de vida limitada, tanto en su dimensión física como mental, lo que es esperable y coincide con evidencia previa6,28.

En resumen, se trata de pacientes mayoritariamente mujeres, que tienden a una sintomatología severa y crónica, donde la persistencia o recurrencia de la depresión probablemente se entrelaza con respuestas psicosomáticas, con significativas limitaciones en su calidad de vida y en su funcionamiento general y social. Esto conlleva el desafío de pensar en un abordaje articulado de la salud física y mental, la necesidad de contar con recursos terapéuticos que incluyan la perspectiva de género y que puedan estimar y considerar las vulnerabilidades de la personalidad en la planificación de tratamientos diferenciales, no sólo centrados en síntomas y que incluyan competencias en el trabajo comunitario, adquiriendo fundamental importancia el trabajo interdisciplinario con trabajadores sociales y otros profesionales de la salud29.

Dentro de las limitaciones del estudio, además del pequeño tamaño muestral, algunas variables importantes en el desarrollo y curso de los TD no fueron evaluadas, como el antecedente de trauma infantil, violencia intrafamiliar o el apoyo social. Otra limitación, es la falta de entrevistas diagnósticas estandarizadas, lo que se suma al hecho de que los COSAM carecen de sistemas consensuados en la forma de evaluar y registrar los diagnósticos, limitando la precisión de los datos y generalización de los hallazgos. Futuros estudios pueden considerar estos antecedentes y enriquecer estos resultados.

Agradecimientos

Este estudio fue posible gracias al financiamiento de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT), por medio del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDECYT de Postdoctorado N° 3140317): "Evaluación del impacto de la aplicación del Sistema de Diagnóstico Psicodinámico Operacionalizado OPD-2 en los resultados psicoterapéuticos en pacientes con depresión, atendidos en Centros Comunitarios de Salud Mental de la Región Metropolitana" y del Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, a través de la Iniciativa Científica Milenio, Proyecto IS130005.

 

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Recibido: 27/08/2016
Aceptado: 16/03/2017

Fuentes de apoyo financiero (Subsidio de investigación): FONDECYT, CONICYT. Proyecto Postdoctorado # 3140317. Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y Personalidad IS130005.

Ninguna de estas fuentes de apoyo financiero tuvo influencia en diseño del estudio, ni en la recolección, análisis o interpretación de los datos, ni en la preparación, revisión o aprobación del manuscrito.

Correspondencia: Carla Crempien
Av. Vicuña Mackenna 4860, Macul. Teléfono: +569 98746727 
E-mail: cecrempi@uc.cl

 

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