INTRODUCCIÓN
Desde el momento de la fecundación hasta la edad adulta ocurren cambios somáticos y funcionales en el ser humano como resultado de los procesos de crecimiento y desarrollo (Rogol et al., 2000). El crecimiento y desarrollo pueden ser valorados mediante diferentes parámetros fisiológicos como las edades ósea, dental, mental, cronológica y la aparición de caracteres sexuales secundarios, y así poder lograr una estimación de la edad biológica del niño o adolescente (de Fereira & Fereira, 2007; Gómez & Zapata-Noreña, 2014).
El crecimiento es diferente en cada individuo, por lo que la edad cronológica no permite determinar con precisión los periodos en los cuales se acelera, se disminuye o se detiene. En cambio, la maduración ósea se ajusta más a la maduración general, al desarrollo y a la talla del individuo (Aguila & Enlow, 1999; Zaror & Paniagua, 2008). El crecimiento óseo es un proceso acumulativo, de reabsorción y de depósito, acompañado de remodelado (Gkiatas et al., 2015).
Existen diferentes características para poder identificar los estadios de crecimiento de un paciente como lo son: la maduración sexual, el peso y la altura, la edad cronológica, el grado de desarrollo dental y el grado de maduración esquelética, valorado principalmente en huesos de la mano, muñeca, huesos largos y vértebras cervicales (Cadenas et al., 2010).
Normalmente la edad dental y la edad cronológica coinciden, pudiendo diferir algunas veces hasta por dos años. Si son más de dos años se considera una anomalía (Aguila & Enlow). Varios autores han intentado clasificar los diferentes estadios del desarrollo dentario. El método más utilizado actualmente es el desarrollado por Demirjian, Goldstein y Tanner. Estos autores realizaron un estudio en una población franco-canadiense de 1446 niños y 1482 niñas y propusieron un nuevo método basado en la maduración dental (Demirjian et al., 1973). El método de Demirjian es considerado el más adecuado por varias razones: sus estadios se definen por cambios morfológicos, lo que es más objetivo que al tratar de evaluar por su longitud ósea (Pizano-Damasco et al., 2016).
Por otro lado, la edad ósea se fundamenta en la valoración de distintos fenómenos de maduración y desarrollo, los que se presentan de forma constante y secuencial durante la madurez ósea, especialmente en los huesos de la mano, muñeca y en algunas vértebras cervicales. Estos hallazgos se comparan con diferentes patrones de evaluación pre-establecidos por sexo y edad, para tratar de predecir el crecimiento que tendrá el paciente (Al Balushi et al., 2018).
Es común determinar la madurez en radiografías de la mano y muñeca y la lateral de cráneo, debido a que son radiografías fáciles de tomar y que requieren un mínimo de radiación para el paciente (Luna Mata et al., 2007; Altan et al., 2012). La valoración de las vértebras cervicales mediante la radiografía lateral de cráneo puede remplazar de forma segura a la radiografía de mano y muñeca, lo que lo hace un método sencillo y de fácil obtención (Bedoya Rodríguez et al., 2016).
El método de maduración ósea cervical vertebral (MCV) ha ganado aceptación en los últimos años. Se basa en las características morfológicas de los cuerpos vertebrales asociadas con las diferentes etapas del crecimiento de las estructuras somáticas y faciales. La razón de la popularidad de este método está en que es realizado en una radiografía cefálica lateral de cráneo, sin necesidad de someter al paciente una segunda exposición a los rayos X (radiografía de mano). Observando detenidamente las vértebras, el clínico puede evaluar la madurez esquelética, y de esta manera, tener una idea razonable del crecimiento del paciente, que puede ser considerado en el plan de tratamiento ortodóntico/ortopédico dentomaxilar (Bedoya Rodríguez et al.).
Los estadios de maduración de las vértebras cervicales fueron descritos inicialmente por Lamparski y posteriormente modificados por Hassel & Farman (1995) (Altan et al.). Más recientemente, Baccetti et al. (2002) confirmaron la validez del método original de Lamparski como un adecuado indicador biológico para la maduración esquelética mandibular y somática. Así mismo, Baccetti et al. reportaron buena reproducibilidad con este método de evaluación (Baccetti et al.; Rainey et al., 2016).
En Odontología Pediátrica la utilización de un método rápido y efectivo para la estimación de la maduración ósea de los pacientes es fundamental para la correcta aplicación de tratamientos ortodónticos/ortopédicos. El presente estudio tiene como objetivo determinar el grado de correlación entre la edad cronológica y dental con los estadios de maduración de las vértebras cervicales.
MATERIAL Y MÉTODO
El presente trabajo fue un estudio observacional, transversal y analítico, desarrollado en el Posgrado de Estomatología Pediátrica y Posgrado de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial, ambos pertenecientes a la Facultad de Estomatología (U.A.S.L.P.). Se seleccionaron a aquellos pacientes que contaran con radiografía panorámica y lateral de cráneo en las que era posible identificar las características anatómicas pertinentes con suficiente detalle.
Los criterios de inclusión fueron los siguientes: Pacientes entre 5 y 15 años, que contaban con radiografía lateral de cráneo y radiografía panorámica tomadas en la misma fecha al momento del estudio. Los criterios de exclusión fueron: Pacientes con alteraciones sistémicas y/o sindrómicas descritas en la historia clínica y pacientes que presentaban agenesia de órganos dentarios mandibulares del lado izquierdo.
Se registró la edad cronológica del paciente; la edad dental fue determinada por el método de Demirjian, el cual describe ocho diferentes estadios (A-H) (Demirjian et al.). Se evaluaron los 7 dientes mandibulares izquierdos (incisivo central, incisivo lateral, canino, primer premolar, segundo premolar, primer molar y segundo molar); cada diente se categorizó dentro de uno de los estadios, para después asignarle el puntaje de maduración correspondiente, de acuerdo con el grado de calcificación, cantidad de dentina depositada, cambios en el contorno de cámara pulpar y cierre apical, de acuerdo al método descrito por Demirjian y Goldstein (Demirjian et al.).
El estadio de maduración ósea se determinó a través del método de Lamparski modificado por Hassel & Farman (San Román et al., 2002), basándose en los cambios de forma y tamaño de los cuerpos de la segunda, tercera y cuarta vértebra cervical. La representación de los estadios de maduración esquelética en imágenes radiográficas se muestra en las Figuras 1 y 2.

Fig. 1 Representación gráfica de los estadios de maduración vertebral: estadio 1(A), estadio 2 (B), estadio 3 (C), estadio 4 (D) y estadio 5 (E).
RESULTADOS
La muestra del estudio quedó conformada por 516 pacientes, de los cuales 280 (54,26 %) correspondieron al sexo femenino y el resto al sexo masculino. La media de la edad cronológica de los pacientes fue de 116,7±25,72 meses (9 años 8 meses), mientras que la media de la edad dental correspondió a 126,7±28,39 meses (10 años 6 meses). Los casos según los estadios de maduración vertebral, de acuerdo al método de Lamparski, se describen en la Tabla I. En este estudio no se reportó a ningún paciente en estadio 6.
Edad cronológica y maduración vertebral. La edad cronológica de los pacientes mostró una media en cuanto al sexo femenino de 117,7±25,54 meses (9 años 9 meses) y una media en cuanto al sexo masculino de 115,4±25,94 meses (9 años 7 meses). La relación de la edad cronológica con los estadios de maduración vertebral se muestra en la Tabla II y en la Figura 3.
Edad dental y maduración vertebral. En cuanto a la edad dental se encontró una media en el sexo femenino de 127,6±29,54 meses (10 años 7 meses), mientras que en el sexo masculino la media fue de 125,5±26,98 meses (10 años 5 meses). La relación de la edad dental con los estadios de maduración vertebral se muestra en la Tabla III y en la Figura 4.
Para evaluar la correlación de la edad dental, cronológica y maduración ósea, se realizó la prueba estadística de normalidad muestral de Shapiro-Wilks, con valor de p<0,05, lo que indicó que los datos no siguen una distribución normal. Por lo tanto, se utilizó la prueba no paramétrica de correlación Rho de Spearman. Entre la edad cronológica y la maduración ósea la rho obtenida fue de 0,7202 (IC 95 %= 0,6759, 0,7593); entre la edad dental y la maduración ósea la rho calculada fue de 0,6619 (IC 95 %= 0,6105, 0,7078), y por último entre la edad cronológica y la edad dental exhibió una rho de 0,8557 (IC 95 %= 0,8307, 0,8772) (Fig. 5).
DISCUSIÓN
El objetivo principal del presente estudio consistió en analizar la asociación de la edad cronológica y dental con los estadios de maduración vertebral, con el propósito de evaluar con precisión razonable el grado de desarrollo y maduración del paciente a través de las radiografías que se piden para la valoración básica de ortodoncia/ortopedia dento-maxilar (radiografía panorámica y lateral de cráneo), y así aumentar las probabilidades de lograr un éxito en nuestros tratamientos.
Para este análisis se evaluó una muestra de 516 pacientes de ambos sexos, con una historia clínica de la que se obtuvieron los valores de edad cronológica. Se utilizó la radiografía panorámica para valorar la edad dental con el método de Demirjian y la radiografía lateral de cráneo para valorar los estadios de maduración vertebral con la ayuda del método de Lamparski modificado. Sin embargo, el uso de cualquier método de estimación contiene invariablemente fuentes subjetivas de error. Al respecto, estudios previos han verificado que el sistema de Demirjian y Lamparski tiene alta correlación con la edad cronológica (Demirjian et al.; Cadenas et al.; Bedoya Rodríguez et al.; Pizano-Damasco et al.). En el presente estudio, la edad dental sobrestimó la edad cronológica con una diferencia de 10 meses en las medias calculadas. Nuestros resultados fueron comparables a un estudio realizado por PizanoDamasco et al., llevado a cabo en el estado de Puebla (México), en el cual se reportó una sobrestimación de la edad mayor a 0,97 años (11 meses); tal sobrestimación de la edad dental se corresponde con la sobrestimación que encontraron Espina de Fereira et al. (2007) en un estudio realizado en Venezuela.
Se ha establecido que existen variaciones en el desarrollo dental entre individuos y entre diferentes grupos de población, ya que no todos los individuos de edad cronológica similar logran el mismo nivel de desarrollo dental (Aguila & Enlow). En un estudio realizado en una población chilena por Cadenas et al.) se estimó la edad dentaria usando el método de Demirjian, y se concluyó que la edad cronológica y dentaria eran muy similares y que la correlación entre ambas edades era casi perfecta. Altunsoy et al. (2015) realizaron un estudio en niños turcos de ambos sexos, quienes presentaban una edad dental avanzada en comparación con su edad cronológica; la diferencia media entre la edad cronológica y la edad dental osciló entre 0,10 y 0,87 años. En este estudio no hubo diferencia entre la madurez dental de mujeres y varones (0,52 años para los hombres y 0,56 años para las mujeres) (Altunsoy et al.).
En nuestro estudio, el método de Demirjian produjo una sobrestimación de la edad dentaria respecto de la cronológica, lo que indica que nuestra muestra presenta un desarrollo dental precoz en comparación con la muestra estudiada para la realización del método. En el estadio 1 de maduración vertebral la edad dental sobrestimó la cronológica por 10 meses; en el estadio 2, por 8 meses; en el estadio 3 por 13 meses (1 año 1 mes); en el estadio 4 por 17 meses (1 año 5 meses) y en el estadio 5 por 8 meses.
Diversos autores han mencionado que el conocimiento de la etapa de maduración vertebral del paciente individual ayuda al clínico a tomar decisiones respecto a las terapias de ortodoncia/ortopedia dentomaxilar, ya que se puede aprovechar el periodo de crecimiento mandibular para estimular una respuesta biológica más eficaz durante el tratamiento de las deficiencias mandibulares; al respecto el estadio 3 de maduración vertebral o de “transición” es la etapa ideal para iniciar las terapias dirigidas a corregir deficiencias mandibulares, ya que el pico de crecimiento mandibular ocurrirá durante este periodo (Zaror & Paniagua).
Uysal et al. (2004) realizaron un estudio similar en 500 pacientes turcos y reportaron la existencia de correlaciones estadísticamente significativas entre la calcificación dental y las etapas de madurez esquelética; las correlaciones entre el desarrollo dental y la madurez ósea oscilaron entre 0,490 a 0,826 para las mujeres y 0,414 a 0,706 para los hombres. Los autores sugieren que las etapas de calcificación dental determinadas a partir de radiografías panorámicas podrían ser clínicamente útiles como indicadores de la madurez del periodo de crecimiento puberal (Uysal et al.). En nuestro estudio se observó que en el mismo estadio de maduración vertebral el sexo femenino presenta una media de edad cronológica de 10 años 2 meses y en el sexo masculino se presenta una media de 10 años 11 meses. Por otra parte, Rivas et al. (2009) en un trabajo de investigación realizado en Chile, se observó claramente que las mujeres tienen el pico de crecimiento puberal 1 año antes que los hombres; La mayoría de las mujeres (80,7 %) manifestaron el comienzo del pico de crecimiento a los 11-12 años de edad, mientras que los hombres lo exhibieron hasta los 12-13 años (74 %). Lo anterior supone que este crecimiento ocurre rápidamente en un periodo de tiempo de aproximadamente 1 año, luego del cual aminora su velocidad para continuar lentamente hasta alcanzar la maduración ósea del adulto (Rivas et al.). Nuestros hallazgos concuerdan con lo mencionado por Lamparski, quien afirma que el pico de crecimiento puberal se produce primero en las mujeres que en los hombres, con una diferencia de alrededor de 1 año entre ambos sexos (Hassel & Farman).
CONCLUSIONES
En el estudio se obtuvieron una correlación positiva entre la edad cronológica y la maduración vertebral del 72 %, una correlación positiva entre la edad dental y la maduración vertebral del 66 % y una correlación positiva entre la edad cronológica y la dental del 86 %. Además, en la muestra estudiada se detectó el pico de crecimiento puberal en un promedio de 10 años 2 meses en las niñas y 10 años 11 meses en los niños. El estadio 3 de maduración vertebral se presentó aproximadamente 9 meses antes en las niñas en relación con los niños.