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Información tecnológica
versión On-line ISSN 0718-0764
Inf. tecnol. v.19 n.1 La Serena 2008
http://dx.doi.org/10.4067/S0718-07642008000100001
Información Tecnológica-Vol. 19 N°1-2008, pág.: 1 EN SÍNTESIS Seriedad, Respeto y Ética en la Evaluación de Artículos Como se ha planteado antes en este mismo espacio, el sistema de arbitraje por pares (peer review), de artículos que son enviados para publicación en una revista internacional como Información Tecnológica, es un procedimiento estándar y apropiado que permite a los editores tomar decisiones sobre temas tan diversos y que no son de su área de experiencia. Sin la revisión y evaluación seria de los trabajos que se reciben para publicación, la literatura especializada sería caótica y quedaría en manos del usuario final decidir sobre la utilidad y veracidad de teorías, experimentos, modelos y procedimientos propuestos en las revistas especializadas. Esta etapa de revisión es usualmente la más complicada y lenta del proceso de tramitación de los manuscritos, y constituye la razón principal de los largos tiempos de espera que a veces se dan con algunos artículos. Los árbitros son investigadores activos que colaboran en forma anónima y desinteresada en esta etapa esencial de evaluación y que hacen que la literatura especializada represente un real aporte al conocimiento. Una vez que el editor a invitado a un evaluador a colaborar, y éste ha aceptado, se inicia el proceso de revisión que termina con un informe que el revisor envía al editor. Con dos o tres informes en mano el editor decide por la publicación o no publicación del trabajo enviado. Algunos revisores toman con la debida seriedad esta importante etapa del proceso de publicación y se atienen a las sugerencias del Editor en cuanto a evaluar aspectos tales como mérito científico del artículo, citas y referencias adecuadas, resultados razonables y reproducibles, y aporte al conocimiento. Otros revisores, sin embargo, extralimitan a veces sus apreciaciones con juicios de valor más allá de lo que se puede percibir en un escrito. Por muy mal presentado que esté un trabajo, algunos comentarios que hemos recibido en el pasado están claramente fuera de lugar. Estos son algunos ejemplos: i) se trata de un autor sin experiencia; ii) el autor ni siquiera sabe escribir; iii) este es un trabajo de nivel de secundaria como mucho; iv) el autor muestra total desconocimiento del tema; v) no solo los autores muestran ignorancia absoluta; vi) no tiene ningún mérito científico y está a nivel de un mero manual de usuario; vii) con benevolencia puede ser considerado como un trabajo de clase de pregrado; viii) este trabajo no debiera ser aceptado en esta revista ni en ninguna otra; ix) el escrito ofende a la literatura científica; x) presenta un nivel muy pobre de originalidad; x) no hace falta que nadie evalúe este artículo, simplemente tírenlo a la basura en cuanto lo lean, entre otros. Creo que este tipo de apreciaciones no corresponden al nivel académico con el que se manejan estos asuntos de publicación, y en el CIT hacemos algo para remediar este asunto. Como parte de nuestra línea editorial promovemos y premiamos las buenas evaluaciones y fomentamos el respeto que se merecen todos los involucrados: autores, evaluadores y editores. Sin embargo, no siempre logramos comprensión en este aspecto y no podemos evitar que árbitros poco cuidadosos entreguen comentarios ofensivos, no aceptables y a veces con cierta arrogancia y prepotencia, con lenguaje poco cordial y más bien destructivo. Es por eso que en nuestra labor editorial todos los informes de los árbitros son revisados para eliminar aquellos términos que creemos que no contribuyen a mejorar un trabajo si es aceptado o a mejorar trabajos futuros si es rechazado. Además, todos los informes son catalogados para otorgar cada año un estímulo a las evaluaciones más destacadas. Arbitros que usan términos ofensivos en sus informes nunca calificarán para una de estas distinciones porque caen fuera de la buena práctica de las evaluaciones que promueve la revista. El Editor |