INTRODUCCIÓN
En el campo hospitalario se han referenciado diversos factores de riesgo ocupacional con ejercicios, esfuerzos, frecuentes y extremos, lo que puede conducir al desarrollo de dolor lumbar (Bedoya et al., 2018a; Bedoya et al., 2018b; Nourollahi et al., 2018; Bedoya et al., 2017a; Wang et al., 2015; Yasobant y Rajkumar, 2014). Personal de ciencias del cuidado conformado por 1.396, principalmente mujeres han informado más de 1 síntoma donde el dolor lumbar afectó al 88% de estas, siendo además la queja más prevalente con 60.9%. La ocurrencia de estas tareas tuvo lugar en más de 10 ocasiones al día, con paciente en la cama (Burgos et al., 2018; Afshari et al., 2014). Dentro del personal expuesto, los riesgos potenciales para las enfermeras está el realizar movimientos frecuentes y de gran amplitud del tronco, lo que puede contribuir al desarrollo de trastornos de la parte baja de la espalda y molestias en extremidades superiores (Bedoya et al., 2018c; Bedoya et al., 2017b; Szeto et al., 2013). Por otra parte, se han consultado fuentes que indican que los problemas osteomusculares en el trabajo se han consolidado como verdaderas dificultades de salud pública en todo el mundo, afectando indistintamente a hombres y mujeres en el servicio hospitalario, siendo actualmente considerados como trastornos laborales, que afectan en especial, a encargados de labores propias de la enfermería (Homaid et al., 2016), lo cual sumado a la escasa mano de obra, la sobrecarga laboral de las mismas, incrementan la carga de lesiones y discapacidades relacionadas, registros clínicos de fisioterapia señalan que las consultas por problemas osteomusculares han aumentado considerablemente, aunque la prevalencia y los factores asociados con este fenómeno no están claros (Dlungwane et al., 2018).
Otro estudio realizado ha permitido una cifra aproximada de la afectación en relación con los problemas osteomusculares donde se pudo afirmar que más del 80% de los profesionales de enfermería en Uganda, han presentado quejas y solicitudes de atención medica ocupacional al sentir afectaciones en diversas partes del cuerpo , en especial la zona lumbar , mostrando factores de riesgo predisponentes para esta condición el estar ausente de la estación de trabajo durante más de 6 meses debido a una enfermedad o un accidente, trabajar en posturas incómodas, empujar / jalar cargas pesadas, con lo cual se menciona la necesidad de mayor promoción, mejores condiciones de trabajo y la adopción de estrategias para reducir las lesiones laborales (Munabi et al., 2014). Algunos eventos de riesgo biomecánico y padecimientos relacionados tienen aparición repentina y duración de más de un día, cronicidad indeterminada se muestran como afecciones importantes en grupos significativos de trabajadores del sector salud (Bedoya et al., 2017c; Nodooshan et al., 2016). Existe asociación con otros factores desencadenantes como algún grado de obesidad, el historial de lesiones previas y la ejecución de trabajos de alta exigencia (Bedoya et al., 2018d; Yusoff et al., 2017). En otros estudios se ha detectado una alta incidencia de dolor lumbar entre las enfermeras como manifestaciones de trastornos musculoesqueléticos algunos sin carácter crónico y otros con indicios laborales (Bedoya et al., 2017d; Harcombe et al., 2014).
Resultados de estudios en áreas asistenciales de ginecología y obstetricia demuestran que el trastorno osteomuscular es alto al 85.5% donde el segmento corporal más afectado son los hombros (n = 575, 62.0%), el cuello (n = 560, 60.3%) y la zona lumbar (n = 504, 54.3%) (Wang et al., 2017). En el mismo sentido Guimarães y Felli (2016), confirman a los factores individuales, posturales, trabajo-medioambientales y psicosociales como posibles generadores del daño. En orden de importancia las morbilidades más frecuentes y según los estudios de Balasubramanya et al. (2016) entre enfermeras, aparecen la diabetes mellitus (11%), hipertensión (10,6%), trastornos musculoesqueléticos (9,3%) y eventos quirúrgicos (8.6%) como las principales quejas de enfermedad detectadas. Para Weiner et al. (2015), el reposicionamiento de los pacientes por parte de los trabajadores asistenciales exige en estos últimos esfuerzos que son detonantes de lesión osteomuscular. Asimismo según lo realizado por Alperovitch-Najenson et al. (2014), los mencionados ejercicios incrementan el riesgo de sufrir lesiones ocupacionales. Estas se atribuyen a las demandas físicas excesivas en las enfermeras debido al peso de los pacientes y las posturas incómodas de la enfermera. Finalmente para Yan et al. (2017), la prevalencia de afecciones osteomusculares en el trabajo oscilan entre 81.18% y 77.43%, entre enfermeras activas, con menor afectación en hombres, donde existió daño en dos o más regiones corporales como la zona lumbar, el cuello, el hombro y la espalda, existiendo bajas e incapacidades por enfermedad debida a molestias osteomusculares de principalmente asociadas con síntomas en la espalda (6.17%), cuello (3.06%), tobillo (2.10%) y rodilla (1.68%).
Altas proporciones de personal asistencial en especial enfermeras reportan anualmente dolores en algún sitio del cuerpo, siendo la espalda baja la más lesionada, siendo necesaria la recomendación de acciones preventivas como las posturas correctas y los esfuerzos físicos controlados con el fin de reducir los riesgos biomecánicos (Bedoya et al., 2017e; Jellad et al., 2013), existe evidencia de la recomendación de programas de educación sobre estrategias de prevención y afrontamiento para trastornos musculoesqueléticos para personal asistencial (Robstad et al., 2014). De acuerdo con Ghilan et al. (2013), tres de cada 10 enfermeras padecen dolor lumbar siendo incapacitadas en el último año, existiendo una asociación significativa entre el dolor lumbar padecido por trabajadores de enfermería y variables como la edad, la nacionalidad, los trastornos menstruales y el nivel de estrés en el trabajo. En un estudio afin a lo anterior realizado por Soroush et al. (2018) se hallaron tasas de prevalencia de trastornos que afectan a personal asistencial entre el 17.5% y 60.98%, con molestias generadas en espalda, cuello, rodillas, parte superior de la espalda, tobillos, hombros, Manos, caderas, muslos y codos. Representando altos costos de atención médica, ausentismo en el trabajo o incluso desempleo.
Arsalani et al. (2014) señala que altas demandas de trabajo físico y psicosocial junto con un bajo control sobre el trabajo que incrementan estrés laboral aumentan considerablemente el riesgo de afecciones osteomusculares entre el personal de enfermería en tanto en países desarrollados como e aquellos en vía de desarrollo, aun en contextos sociocultural diferentes. Teniendo en cuenta lo descrito anteriormente, es determinante establecer asociaciones para evidenciar problemas osteomusculares de origen ocupacional en trabajadores del sector hospitalario, pero para ello las estadísticas descriptivas comunes en la mayoría de este tipo de trabajos se queda corta, así lo explican los autores como Gómez y Severiche (2018), Bustamante et al. (2017) y Castrillón et al. (2017), por lo cual en esta investigación se acude a la estadística inferencial de tipo multivariada, en detalle lo realizado se sintetiza en la aplicación de Modelos Logits para determinar qué variables independientes explican el riesgo de padecer problemas asociados al aparato osteomuscular.
MATERIALES Y METODOS
La población corresponde a 123 trabajadores de una clínica, para los cuales se realizó un censo muy parecido a lo trabajado por Bedoya et al. (2017). Se aplicó un instrumento a los trabajadores, donde se midieron variables asociadas a condiciones sociodemográficas, laborales, y condiciones de salud asociadas a problemas osteomusculares como se ilustra a continuación en la Tabla 1 y con base al estudio hecho por Fajardo et al. (2015):
Para la información recolectada y de acuerdo con la naturaleza de las variables asociadas a condiciones demográficas, condiciones laborales y problemas osteomusculares, se realizaron los siguientes análisis estadísticos, siguiendo los lineamientos establecidos por Penna (2006): (i) Estadísticas descriptivas y (ii) Modelo Logit.
Estadísticas descriptivas. Se calculan los totales y porcentajes para las modalidades de las distintas variables, además de un diagrama de Pareto de los problemas osteomusculares que que comprende la variable dependiente para identificar los principales problemas osteomusculares que presentan los empleados.
Modelo Logit. Se ajusta un modelo Logit para determinar las variables demográficas y de condiciones de laborales que están asociadas a la presencia problemas osteomusculares. Los modelos Logit son modelos de regresión cuya variable respuesta es de naturaleza cuantitativa (Moscote y Rincón, 2012), tal como es el caso del presente estudio, donde la variable respuesta corresponde a la presencia o ausencia de problemas osteomusculares. Los análisis estadísticos se realizan en el programa estadístico R 3.15 y la hoja de cálculo Excel versión 10.
RESULTADOS y DISCUSIÓN
La Tabla 2 muestra los porcentajes obtenidos para las distintas variables demográficas, laborales y problemas osteomusculares.
Con respecto a las variables sociodemográficas, se tiene que un importante porcentaje (41,15%) de empleados presentan una edad inferior a 30 años; mientas que sólo un 7,32% de los empleados presentan edades superiores a 50 años. Además, se tiene que un 71,5% de los trabajadores son de género femenino y en menor proporción se encuentra el género masculino (28,5%). En las condiciones laborales, se observa que el cargo más frecuente es el de auxiliar, donde el 52% de los empleados poseen dicho cargo, seguido por los cargos de doctor y coordinador (13% y 11,4%, respectivamente); mientras que sólo un 6,5% y un 4,1% presentan respectivamente, labores de enfermero y conductor.
En relación a los recesos laborales, un 43,9% de los empleados manifiesta no realizar ningún tipo de receso laboral durante la realización de sus actividades laborales, cual según lo descrito por Guerrero et al (2004), los recesos en el trabajo influyen en el comportamiento en el trabajo y en la salud de los empleados. De acuerdo con la antigüedad laboral, el 50,41% tiene menos de 20 meses en el trabajo; mientras que sólo un 9,76% tienen más de 40 meses. Para las enfermedades laborales, sólo un 8,1% de los empleados manifiestan haber tenido algún tipo de enfermedad laboral, pero un 69,9% indican que tienen algún tipo de problema osteomuscular.
A continuación, se muestra la distribución de problemas osteomusculares en los trabajadores. De acuerdo con Lowe et al. (2017) para las personas en edad laboral con cualquier afección musculoesquelética puede verse aumentada conforme a la carga laboral y el uso de los servicios de salud y atención médica autoinformada. Como ninguna condición musculoesquelética parece empeorar constantemente en presencia de multimorbilidad, es necesario comprender e identificar mejor las estrategias que reconocen y abordan la carga adicional de las condiciones concomitantes para los adultos en edad laboral con una variedad de condiciones musculoesqueléticas.

Fig. 1: Diagrama de Pareto para los problemas de salud de los empleados asociados al aparato osteomuscular
De acuerdo con la Figura 1, se observa que el principal problema que aqueja a los empleados es dolor en los huesos (77:62,6%); seguido de problemas en las manos (51:43,09%) y problemas musculares (7:5,69%).
La Tabla 3 muestra el modelo Logit para los problemas osteomusculares en función de factores sociodemográficos y labolares. Normalmente los trabajadores de enfermería presentan una alta prevalencia a problemas osteomusculares, según Moreira et al. (2014), esto se asocia fuertemente con la presencia de síntomas en varias regiones del cuerpo. Estos resultados indican la necesidad de programas preventivos en el entorno hospitalario para controlarlos.
Tabla 3 : Modelo Logit para los problemas osteomusculares (*: Significativo (p-valor<0,1); **: Altamente significativo (p-valor<0,01))
Variable | Beta | Exp (Beta) | Chi-cuadrado de Wald | Valor p |
---|---|---|---|---|
(Intersección) | 1.883 | 6.5724 | 1.121 | 0.290 |
[Genero=Femenino] | 1.412 | 0.2437 | 8.563 | 0.003** |
[Cargo=Auxiliar] | -0.625 | 0.5352 | 0.667 | 0.414 |
[Cargo=Conductor] | 1.186 | 3.2744 | 0.711 | 0.399 |
[Cargo=Coordinador] | -1.972 | 0.1392 | 3.027 | 0.081* |
[Cargo=Doctor] | -0.261 | 0.7701 | 0.083 | 0.774 |
[Cargo=Enfermero] | -0.502 | 0.6054 | 0.200 | 0.655 |
[Recesos=No] | -0.381 | 0.6830 | 0.676 | 0.411 |
[Enfermedad Laboral=No] | -0.428 | 0.6517 | 0.271 | 0.602 |
[Oficios=No] | 0.194 | 1.2137 | 0.153 | 0.696 |
Edad | -0.009 | 0.9906 | 0.116 | 0.733 |
Antigüedad | -0.023 | 0.9771 | 2.923 | 0.087* |
De acuerdo con los resultados del modelo Logit, se observa que el género, cargo y la antigüedad laboral son los factores que presentan un efecto significativo en los problemas osteomusculares de los pacientes. Para el cargo de coordinador y la antigüedad laboral, se observan coeficientes negativos (-1.972 y -0.023, respectivamente); mientras que para el género femenino hubo un coeficiente positivo de1. 412. Lo cual indica que los problemas osteomusculares están más asociados a empleados del género femenino y menos asociadas a empleados con labores de coordinador y de menor edad. A continuación, se muestran los diagramas de mosaicos que explican estos comportamientos.
En la Figura 2 se muestra el comportamiento entre el género y problemas osteomusculares mediante un gráfico de mosaicos, donde se puede observar que el género femenino presenta una proporción más grande de empleados con problemas osteomusculares.
Para el cargo, se pude ver que los que poseen labores de coordinación muestra menor porcentaje de trabajadores con problemas osteomusculares; mientras que los que tienen cargo de auxiliar muestran proporciones más altas.
Para la variable antigüedad laboral, se muestra en la Figura 3 que la proporción de empleados que no presenta problemas osteomusculares se encuentra en los menores de 20 años.
CONCLUSIONES
De los resultados presentados, de su discusión y de los antecedentes de la literatura expuestos a través del artículo, se pueden obtener las siguientes conclusiones principales: (i) La descripción demográfica y laboral indica que proporción de empelados más importante corresponde al género masculino, con edad inferior a 30 años, cargo de auxiliar, con una antigüedad laboral inferior a 20 meses, realizan trabajos tediosos por fuera de sus trabajos. (ii) El diagrama de Pareto muestra que los principales problemas osteomusculares que presentan los trabajadores son dolor en los huesos y problemas en las manos (iii) El Modelo Logit muestran que el género, la antigüedad laboral y el cargo influye son factores que pueden influir en la presencia de problemas osteomusculares (iv) Los coeficientes del modelo Logit y los diagramas de mosaico muestran que los trabajadores de género femenino tienden más que los de masculino a presentar problemas osteomusculares; mientras que los trabajadores con cargo de coordinador y menores de 20 años presentan menos en menor proporción problemas osteomusculares.