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Alpha (Osorno)
versión On-line ISSN 0718-2201
Alpha n.21 Osorno dic. 2005
http://dx.doi.org/10.4067/S0718-22012005000100009
ALPHA Nº 21 - 2005 (139-157) Diciembre 2005 ARTICULO HEMISFERIOS CEREBRALES Y HEMISFERIOS CULTURALES Cerebral Hemispheres/Cultural Hemispheres Departamento de Estudios Literarios, Universidad de Guadalajara, México. Sistema Tecnológico Industrial, Secretaría de Educación Pública, Jalisco, México. Dirección para correspondencia RESUMEN: Este trabajo contiene una serie de reflexiones filosóficas que intentan concatenar algunos aspectos sobre el funcionamiento del cerebro humano con avances recientes de la física, la psicología y las ciencias cognitivas. Se plantea que la articulación de estos avances convalida la generación de constructos teóricos que podrían ser útiles para enriquecer el tratamiento e interpretación de las ciencias sociales y las humanidades. Se proponen ejemplos demostrativos de aplicabilidad de dichos constructos en la interpretación del devenir histórico y cultural contemporáneos, ahondando en su propia relatividad y en su potencialidad a futuro. ABSTRACT: This paper contains a series of philosophical reflections that try to tie together certain aspects of the functioning of the human brain with recent findings in physics, psychology and the cognitive sciences. The thesis is that the articulation of these findings validates the generation of theoretical constructs that might prove to be useful for enriching the approach to and interpretation of the social sciences and humanities. Examples are proposed that demonstrate the applicability of these constructs for interpreting contemporary historical and cultural developments by carefully considering their own relativity as an instrument as well as their future potential. ANTECEDENTES La llamada física de frontera ha proveído, en los últimos años, un marco de referencia fundamental para las ciencias al concebir la unificación de varias categorías: tiempo, espacio, conciencia e información. Desde 1982, Capra nombró a este nuevo paradigma surgido de comprobaciones físicas como la visión sistémica de la realidad. Esta visión enfatiza la importancia de las totalidades integradas cuyas propiedades no pueden ser reducidas a unidades o a dimensiones más pequeñas o de menor escala. La visión de sistemas subraya principios básicos de organización, procesos, interrelaciones e integración que han de estar presentes en todos los campos de conocimiento.1 Los sistemas de pensamiento corresponden a procesos de pensamiento; la forma viene a estar asociada o ligada con proceso, interrelación con interacción, y los opuestos están unificados por oscilación. (Jones & Culliney, 1998:320-321). La imposibilidad de escindir las cosas atribuyéndolas a compartimientos pulverizados o distanciados de un saber más integral, ha constituido, entonces, un vuelco investigativo interesante que ha puesto a trabajar a disciplinas tales como la filosofía, filosofía de las ciencias, gnoseología, psicología y las llamadas neurociencias. Robert Sperry lo explica así:
Lo cual lleva a Sperry a afirmar que:
Desde este vector de ideas, intentaremos realizar un estudio de orden explicativo que nos lleve a recorrer y a ponderar algunas aportaciones de campos disciplinares diferentes. Lo hacemos, no con la mira de lograr una revisión exhaustiva de dichos campos, sino de corroborar si las ligaduras entre algunas de esas contribuciones pueden resultar pertinentes para la reflexión teórica en otros campos ¿Qué pasa si se aplican los nuevos enfoques fenoménicos de las ciencias de frontera (en especial, del campo de la física y la astronomía) a áreas de lo intangible, a lo mental o a lo cognitivo? ¿Es factible hacer estos cruces con rigurosidad? ¿Es posible ampliar los horizontes disciplinares a fin de desprender aproximaciones más integrales? Las respuestas, creemos, implican un reto de concatenación que puede resultar promisorio.2 PERSPECTIVAS DE RELACIÓN DE AVANCES En el caso de la neurofisiología, vemos, por ejemplo, que se ha avanzado mucho en el conocimiento de las funciones hemisféricas del cerebro humano en los últimos 50 años. Se ha comprobado que el hemisferio izquierdo (HI) se encuentra a cargo de las funciones de control de la parte derecha del cuerpo; que gobierna los procesos analíticos relacionados con el habla y el procesamiento de la información. Esto ha permitido su caracterización genérica como hemisferio racional. De la misma manera, se ha demostrado que las funciones del hemisferio derecho (HD) son distintas, no solamente por controlar la parte derecha del cuerpo, sino por determinar la percepción visual y espacial; esto es, la captación total de imágenes, razón por lo que se le reputa como el hemisferio intuitivo. (Diney, 1995:119). A su vez, Mc Luhan observa que
Esta diferenciación elemental se liga a los experimentos astrofísicos más recientes que muestran que las funciones corporales de los organismos vivos están directamente relacionadas con el potencial gravitacional del espacio cósmico. (Sorli, 2004:43). En la categoría de fuerza del campo astrofísico, las funciones del HD corresponden a la fuerza centrípeta de consecución y atracción (de concreción por parte de la física) mientras que las del HI corresponden a la fuerza centrípeta que repele y desplaza (la fuerza de dispersión). La primera fuerza es simplista y simpática y la otra antipática. Dos opuestos que oscilan constantemente. La articulación resulta plausible, dado que una fuerza se explica por el principio de rotación y la otra por el de traslación, ambas fuerzas están presentes siempre en la naturaleza. Una de ellas, la de rotación, es la que inventa, desde el punto de vista del génesis de toda mitología, la condición de lo Uno (el número uno matemático o la vuelta sobre el sí mismo) y la otra, da lugar al movimiento traslativo del ser, esto es, el número dos, en su desplazamiento a lo largo de toda estructura (en tanto que principio básico de geometría). Esta es la fuerza que crea, explaya o desdobla la realidad de los seres en la trayectoria dinámica dual de su existencia. Un puente interdisciplinario interesante es el que realizan los McLuhan (1990:81-82) al profundizar en los conceptos de espacio visual y acústico percibidos por el cerebro:
Esta diferenciación funcional debe tomarse con prudencia, ya que, como lo hace ver Karl H. Pribram,
La percepción del tiempo también parece variar de un hemisferio a otro: el HD no hace divisiones mayores entre pasado, presente o futuro (es esférico), el HI, sí.. Un individuo es producto del espacio-tiempo, en tanto que este último es el continuum ontológico fundamental anterior a la materia misma (Einstein 1930:125). Ahora bien, la tentativa que plantea toda metodología de ciencia básica para describir cualquier fenómeno es la de congelar la realidad espacio(e inmovilizar el consciente). Ésta es una interpretación de los sucesos que se suponen reales y que puede procesar el HI. En cambio, el HD no posee esa cualidad, es decir, no parece congelar el tiempo. Aborda los objetos de conocimiento como un sólido dinámico en el discurrir. Lo que nos hace ver su capacidad de percepción polidimensional (en tanto que desdoblamiento geométrico del ser en su evolución). Como lo ha observado el doctor J. E. Bogen: El tipo de cognición propio del hemisferio derecho ha sido llamado aposicional, un uso paralelo al uso común que dan los neurólogos a proposicional para abarcar el predominio del hemisferio izquierdo al hablar, escribir, calcular y las tareas con todo ello relacionadas. (Cf. McLuhan 1990:82). En ese sentido, puede decirse que el HD es magnético, mientras que el HI es eléctrico. Como lo enfatiza Sperry ... esta doble vía, camino recíproco del determinismo causal, se aplica no sólo al interior del cerebro sino a las propiedades emergentes que circundan a la naturaleza en general (1995:8). Lo cual no significa que estemos adoptando una postura materialista como él mismo lo hace ver: El materialismo científico tradicional tal como es aplicado en todas las ciencias ha estado equivocado todo el tiempo, porque en su afán exclusivamente atomicista y físico-reductivo, ha excluido lógicamente no sólo lo mental sino, también, en principio, todas las causas autónomas holísticas o macro-emergentes. (Sperry 1995:9). Como dice Pribram mi versión de un enfoque de arriba hacia abajo para entender la experiencia del consciente se opone a toda instancia materialista y de eliminación reduccionista (como la de Churchland, 1986; Crack 1994 y Churchland 1995), no importa que la instancia sea epistémica u ontológica. (Pribram, 2004:8). Ahora bien, el magnetismo representa el eje imaginario que atraviesa el centro de la Tierra y que tiene su anclaje en una orientación Norte/Sur. Tal línea posibilita que la Tierra gire de Oeste a Este, en una suma de fuerzas ascendentes y descendentes que muestran la forma como dicha línea finalmente trabaja como eje dimensional. Sperry nos hace ver la importancia de dicho eje a nivel de la conciencia:
FUNCIONAMIENTO CEREBRAL Y PERCEPCIÓN FENOMÉNICA Habría que pasar a considerar, ahora, la forma alternada o asimétrica en que, al parecer, los hemisferios intervienen en el procesamiento de datos ¿Esto qué significa? En pocas palabras, que un hemisferio tiende a anular al otro mientras interviene en la operación mental. Como nos explica Marie T. Banich:
En el momento cuando se lleva registro de la percepción simultánea, el HD se satura y, por ende, entra en contacto y se subordina al HI el cual, entonces, lógicamente diseña las estrategias para aterrizar las ideas gestadas. Por esta razón, el puente o eje, de alguna manera, nos remite a la imagen ascendente/descendente, convergente/divergente a que aludimos anteriormente en el campo de las fuerzas, cuya resultante planteará al HD un constante dilema de direccionalidad en el plano evolutivo-geométrico. Esto significa que a dicho hemisferio corresponderá en un sentido metafórico tener que decidir hacia dónde se mueven las partes del sólido, hacia la evolución (arriba) o hacia la involución (abajo) como solía decirlo Euclides.4 Banich explica, así, las condicionantes son a nivel neurofisiológico
Esto nos lleva a considerar varias cosas. Entre otras, que no debe pensarse que un hemisferio sea mejor que otro. Ambos arrojan, por así decirlo, productos que son útiles, aunque de naturaleza diferente. Cuando los dos hemisferios intervienen en la toma de decisiones, se utiliza uno u otro siendo, finalmente, la necesidad, grado y complejidad de datos los que imponen su intervención alternada. Este cuadro se complementa si, además, tomamos, en cuenta el tipo de información que parece procesar cada uno de ellos.
HACIA UN ANDAMIAJE TEÓRICO ÚTIL Cabe preguntarse, ahora, si estos avances y posibles ligas interdisciplinarias en torno a la lateralidad funcional del cerebro humano nos pueden servir de algo ¿Tendrán algo que ver estas formas de percibir la realidad con el pensamiento de los pueblos y con las diferentes expresiones culturales? A este respecto, nos recuerda el propio Diney que, en efecto, buena parte de nuestras reflexiones han sido discernidas, aunque con cierto énfasis categórico, por autores tales como R. Ornstein, J. Bogen y Makoto Kikuchy, entre otros.
Aunque no estamos totalmente de acuerdo con una división tan mecánica de las cosas, en la medida en que sabemos que existen funciones cerebrales de transferencia que permiten colegir procesos cerebrales, experienciales y de comportamiento (Pribram, 2004:19), esos antecedentes parecen confirmar la existencia de enfoques culturales que reflejan una mayor o menor incidencia de los caracteres atribuidos al HD o al HI como resultado no de diferencias biológicas, sino de influencias evolutivo-culturales a lo largo del tiempo. También, nos lleva a constatar algo bien importante para nosotros, a saber: que es posible trasladar tal caracterización a diversos campos de conocimiento de lo socio-cultural.
Nos preguntamos ¿habrá espacio para desprender de dicha lateralidad constructos teóricos que puedan ayudar a la interpretación de fenómenos humanos? Creemos que sí, pero, bajo ciertas condiciones: si convenimos en que, no obstante la globalización y la intensidad de los procesos de hibridación cultural que trae aparejada en el mundo contemporáneo, todavía percibimos procesos, fenómenos y diferencias notables de comportamiento social y cultural entre los pueblos. Sobre este particular, cabría entonces proceder a nominar esas manifestaciones de algún modo, como referidas, quizás, a expresiones culturales de hemisferio derecho e izquierdo. Adjetivaciones que, quizás, suenen poco imaginativas, pero que facilitan la mayor o menor aproximación a las formas generalizadas de interrelación social y natural que resultan singulares para los diferentes pueblos. Habría que reflexionar en torno a estas observaciones de Diney.
Aunque estamos de acuerdo básicamente con lo anterior, ello no implica erigir muros hemisféricos infranqueables. No puede dejar de reconocerse, como principio dinámico de la complejidad, que la dualidad y la asimetría se manifiestan a diario tanto en oriente como en occidente. Máxime ahora, en que no habiendo confinamientos informativos, los procesos lógicos y analógicos se están desplegando en ambos mundos a una velocidad impresionante, como resultado del impacto de las comunicaciones. Este punto de relatividad, lo subraya Pribram a nivel evolutivo en la dimensión neuro-cognitiva del cerebro humano:
En tanto que ello no ocurra, nos preguntamos ahora si dicha asimetría hemisférica puede ayudarnos, también, a interpretar los comportamientos culturales desde una perspectiva histórica. Es decir ¿es posible aplicar los constructos teóricos formulados (de hemisferio derecho y hemisferio izquierdo) a contextos socio- históricos? Sentimos que sí, lo que nos obliga a inquirir, antes que nada, si será posible identificar las características de funcionamiento de uno u otro hemisferio en procesos de percepción e interacciones de largo plazo, esto es, en lo que conocemos como sistemas de pensamiento. Pensemos en civilizaciones tan antiguas como la china o la mesoamericana. Se trata de horizontes culturales cuyos períodos de mayor esplendor emulan en gran parte el funcionamiento del HD. Son etapas en que parece que se puede prescindir, incluso, de lenguaje escrito para representar los hechos. Posiblemente, la mayoría de los habitantes de esos pueblos percibía lo mismo, comprendía e interactuaba de un modo tan holístico que no sentía la necesidad de sistematizar el conocimiento, realizar labores de registro, ni explorar aplicaciones a sus descubrimientos y objetos culturales. A pesar de que los chinos conocían la brújula o la pólvora o que los habitantes de las culturas mesoamericanas conocían la rueda, ambos pueblos utilizaban esos objetos sólo para divertirse, para hacer fuegos artificiales o para recrear el juego cósmico y ritual de pelota; no para manufacturar instrumentos de guerra o para facilitar el transporte de mercancía. La escasa tecnología, en el caso de esos pueblos era para otros fines. En cambio, en civilizaciones que reflejan las características funcionales de HI el ser humano parece captar de manera limitada y diferenciada el entorno. Requiere hacer cosas, ciencia, tecnología, para que su individualidad sea reconocida por los demás (quienes no precisamente saben lo que hace). El HD percibe sin tiempo (movimiento sobre el propio eje) ¿Pero, acaso puede alcanzar a percatarse de la frase coloquial que, más o menos, dice: la tecnología tiene en la mano derecha una gran cantidad de regalos para darte y en la mano izquierda un puñado de costumbres que pueden aniquilar parte de tus habilidades. La tecnología es engañosa desde ese punto de vista porque, al mismo tiempo que nos da un beneficio suele cobrarlo con la propia destreza o habilidad específica que viene a suplantar. Recuérdese aquella novela de Orión en que una de las civilizaciones, en lugar de generar tecnología para fabricar digamos una silla, a partir de cortar madera y pegarla, tenían capacidad de hablar con el árbol y moldear un asiento sin requerir de su mutilación. Sin embargo, para la percepción de los diferentes dioses que aparecen en la novela eso no era rentable. Para una civilización con características de HD no existe el individuo. Hay un sentido de pertenencia hacia el todo (el serLa persona carece de sentido de separación o individuación respecto de los demás. CONSECUENCIAS DE LA ASIMETRÍA ¿Qué peligros enfrentan las culturas que ejercitan uno de los hemisferios más que el otro?
Sin embargo, esta argumentación no nos ayuda, por el momento, a explicar el fondo de la pregunta. Nos parece una apuesta un tanto confiada en el mecanismo de la memoria. En fases o sistemas de HD se observa cómo, aunque la conciencia esté percibiendo globalmente y quede inserta dentro del equilibrio y el ritmo con que se mueve el Universo, no se percata de que tiene que seguir actuando en sincronía con ese mismo impulso y no sólo verlo o contemplarlo. Tal vez, al dejar de comportarse correlativamente empiezan a atrofiarse las propias condiciones físicas que permiten hacer los cambios pertinentes. ¿Cómo se explica uno que cualquier pueblo, después de la etapa de mayor esplendor, tiende a depender de valores contrarios a los de la naturaleza? No parece, entonces, razonable pensar que los pueblos inmersos en un sistema de pensamiento específico lleguen a comprender lo que ocurre. Cuando han pasado varias generaciones imbuidas por uno de los sistemas es, quizás, más difícil el retorno, como lo resalta Banich en esta observación:
¿Por qué dice Don Juan en las obras de Carlos Castaneda que los antiguos mexicanos perdieron la batalla ante los conquistadores? Porque creían que el portentoso desenvolvimiento de expresiones culturales de HD los libraría de algún modo de los ataques con armas que jamás habían visto. En cambio, pese a que el desarrollo de HI era muy incipiente en ese entonces en Europa, ya se había desarrollado tecnología armamentista suficiente para vencerlos. Una ceguera parecida, pero en sentido inverso, suele ocurrir en culturas y sistemas de pensamiento con pronunciado énfasis de HI. Por ejemplo, hoy día, en el mundo occidental, difícilmente nos damos cuenta de las graves consecuencias que conlleva la generación de una tecnología de HI que rebasa ya los límites de las leyes naturales y del tiempo. Verdadera cascada de inventos que muchas veces no sirven para nada y que dan lugar a transformaciones que modifican, a su vez, las cosas y los comportamientos, casi sin comprender. Lo que justificamos, muchas veces, con base en principios económicos de amortización de la maquinaria que produce esa tecnología, olvidándonos que el HD podría llegar a equilibrar las directrices y normas a seguir, dado que supone encontrarse más cerca del movimiento de la vida y del tiempo. Quizás, por eso, en Occidente seamos un tanto esclavos de la tecnología, mientras que en Oriente, lo sean de la meditación, siervos de los productos aislados de dos hemisferios, de dos sistemas de pensamiento distintos. El uso asimétrico de un hemisferio hace que los medios parezcan fines ¿Son, ambos, productos de una deformación?
Ante este estado de cosas, de preponderancia del HI sobre el HD, valdría la pena reflexionar sobre esta conclusión de Valeri Diney
FUNCIONAMIENTO ARMÓNICO Ahora bien, cabría formular esta pregunta ¿por qué será importante el uso equilibrado de los hemisferios cerebrales a nivel personal y cultural? ¿Habrá ligaduras que se puedan tender entre lo físico y lo neuropsicológico? Si el HD puede percibir sin tiempo ¿podría darse cuenta de lo que le hace falta? ¿Cómo puede evitar que el trabajo del hombre se anquilose con el tiempo, que se acerque a la muerte indefectiblemente, en lugar de compatibilizarse con la vida? La respuesta, posiblemente, sea no. El reconocimiento de una ley no suele corresponder al HD, según las funciones que maneja. No tiene la precisión del HI. Lo mejor sería el equilibrio entre los dos hemisferios y los sentidos. Lo que sucede con el HD es que la mente va compactando el tiempo. Al hacerlo compara civilizaciones en forma simultánea y diferentes modelos de percepción. Inconscientemente, ese tipo de información pasa directamente al HD ya que, por ser lineal, el HI no la capta, no puede procesarla. El HD es el que descubre el conocimiento y hace las conexiones que luego son transferidas al HI. El HD es el que capta el conocimiento gestáltico, mientras que el HI es el que lo procesa, lo aterriza. El HI ve con microscopio, el HD con un telescopio6.
Valeri Diney refiere que el principio del dualismo izquierdo-derecho, proveniente de tiempos antiguos, lleva a un número de autores a considerar no sólo su aportación a la organización misma del cerebro (la asimetría funcional apoya esto), sino a tratar de detectar, también, sus nuevas manifestaciones y dimensiones. (1995:127). De alguna manera, habría que desconfiar de aquellas propuestas orientales ancladas sólo en el HD. Les hace falta ingredientes del izquierdo como complemento. Quizás lo conveniente sería propiciar propuestas como las de los griegos, en que el cuerpo cobraba importancia también, logrando que el HI tuviera una potencia equivalente al HD. Es decir, procurar un equilibrio entre cuerpo y espíritu. Esto, traducido a la vida práctica de nuestros días implicaría que el hombre fuera ambidiestro para poder resolver con las dos manos los dilemas que le plantea el mundo exterior, la vida cotidiana. Ahora bien, nos preguntamos ¿cuál sería una metodología idónea para aprovechar, entonces, la asimetría funcional de los hemisferios del cerebro humano? Don Juan resumió quizás, a través de Carlos Castaneda toda una estrategia para lograrlo. Se trata de un modo de visión parecido a la tensigridad (término utilizado en Arquitectura). Y ¿qué es la tensigridad? Un principio arquitectónico que postula que, mientras un elemento de cualquier estructura está en tensión o trabaja, el otro elemento descansa y viceversa ¿Qué significa esto en términos prácticos? Que los dos elementos trabajan en forma alternada. Muchos sadhus hindús ejercitan sólo el HD. No se mueven. No son prácticos. En el planteamiento de sección áurea (fórmula esencial de las matemáticas y la teoría de las proporciones geométricas) los dos hemisferios están funcionando. No puede llegarse al movimiento armónico sólo con uno de ellos. Se requiere del movimiento de todas las partes del cuerpo para poder lograrlo, como en la acción de caminar, por ejemplo. Si como individuos, no ejercitamos los dos hemisferios en alternancia, eso significará el mayor desgaste de una parte de nuestro ser. De modo que, no importa que se trate de la civilización occidental u oriental.
¿Será posible considerar un mundo o escenario de equilibrio armónico? Si tomamos como referentes a pensadores tan distintos como Ouspensky, Platón, Leonardo, Bach, McLuhan, Einstein, etc., notaremos que su pensamiento denota como común denominador, el que todos perciben de algún modo la Totalidad y todos están habilitados para transferir el conocimiento de un hemisferio al otro. Guardan equidistancia, mantienen tensigridad. Pero ¿qué tanto podemos comprenderlo los que no tenemos adiestrados los dos hemisferios y estamos inmersos en operaciones y procesos de HI?
Quizás, mucha gente va a encontrar el eje de lo que está haciendo y cómo se enclava en la totalidad del modelo único de ciencia por esa vía. En este sentido coincidimos con estas palabras de Pribram en torno a las aportaciones de Eccles: Hay una rica cosecha que debe levantarse, si se toma en serio el dualismo mente/cerebro y si se trata de trascenderlo cuando sea posible. De hecho, muchas de las contribuciones sobre este asunto tienen su mérito. Puede resultar que la brecha mente-cerebro no pueda ser cerrada, sino que deba ser llenada con datos e interpretación. Espero que John Eccles, así como mi laboratorio y mis contribuciones sean seminales a este respecto. (2004:22). Las presiones ejercidas por los medios tecnológicos contemporáneos en la habilitación aleatoria del HD han sido muy rápidas y cubren un buen número de áreas del comportamiento humano. Las repercusiones del fenómeno son masivas y, de algún modo, caóticas en tanto que no encuentran un ajuste que les dé coherencia. Como conclusión preliminar cabe preguntarse ¿Por qué estas limitaciones para conocer un modelo de HD? Porque es integral. Nuestro único consejo sería que se empezara a oír música, a cultivar el arte y a ejercitar más intencionadamente el HD. Cuando el HI está saturado de información y, por lo tanto, se subordina al HD, la percepción simultánea del HD opera analizando 50.000 datos que son enviados al otro hemisferio en los primeros 5 minutos. Cuando el HD hace eso, regularmente, puede percibirse la simultaneidad. Al respecto, Fara R. Green afirma
NOTAS 1 La teoría de la complejidad muestra un desarrollo reciente que emerge, en parte, de la propia teoría del caos. Cf. M. M. Waldrop. 1992.Complexity, The Emerging Science at the Edge of Order and Chaos. New York: Simon and Schuster, Touchstone Books.12. Quien postula que...todos los sistemas complejos están hechos de muchas unidades interactuantes y subsistemas de unidades. Y que un sistema ha de ser definido como una entidad formada por partes que producen una estructura compuesta pero definitiva que se interconecta o interactúa dentro de esa estructura para producir un rango particular de actividad o de comportamiento. Cf.. David Jones y John Culliney. 1998. Confucian Order at the Edge of Chaos: The Science of Complexity and Ancient Wisdom, en Zygon, Vol.33, N° 3 (September). 396. 2 Máxime si toma en cuenta que ....la mente y la materia parecen tener algo en común en sus órdenes de actividad. Esto lleva a la proposición de que la mente y la materia no son sustancias separadas y distintas sino que, al igual que las ondas de luz y de radio, son órdenes que están dentro de un espectro común.. F. David Peat. 2001. Sincronicidad, puente entre mente y materia. Barcelona: Kairós, 3ª edición. 212-213. 3 A fin de completar este primer cuadro de vinculaciones, parece ineludible revisar los avances que ha tenido la caracterización informativa y detectar sus ligas con el funcionamiento cerebral bifurcado de los humanos. Dinev pondera las aportaciones que ha realizado Abraham Moles en ese campo para entender, hoy en día, la naturaleza de la información: La información percibida por el hombre es de dos tipos: semántica y estética. Él afirma (refiriéndose a Abraham Moles, sic) que el hombre percibe información semántica (HI) cuando escucha el radio, lee el periódico, un libro, cuando está en el teatro, cuando sigue las acciones, las palabras de los actores, etc.; mientras que su variante, las ideas del director, la percepción de la música (sin texto) constituye información estética (HD). En pintura, la información semántica es el tema del cuadro, la relación entre el balance y la perspectiva, la anatomía y los símbolos (HI), mientras que la información estética (que prevalece y juega un papel decisivo en la percepción del observador) está contenida en los colores y la manera de pintarlos /HD). Citado por Valeri Dinev,Evolution, the brain and the arts in Mankind Quarterly, Winter 95, Vol. 36 Issue 2. 4 Y es que el ojo humano está construido para ver en dos dimensiones. Por eso, Euclides proyectó toda su geometría en dos dimensiones y concibió las leyes de proyección para las otras. Es lo que no entendieron muchos matemáticos. Hacia abajo: X, (3ª dimensión); 3X2 (2ª dimensión); 6X (1ª dimensión). Índole de la desviación: bajar de dimensión frente a la integral. La integral une al ente que pasa a otra dimensión. 5 Nuestra lectura de la historia de las civilizaciones nos hace evocar el relato que hace Seldom en la trilogía de Issac Assimov. Como psico-historiador, Seldom se da cuenta (en la Primera Fundación) que la caída civilizatoria no se puede detener. En todo caso, se puede entrenar a un grupo de personas que funcione con los dos hemisferios cerebrales para acortar el tiempo de la caída y la recuperación del ciclo. En la Segunda Fundación, tal pareciera que dicho grupo era el único que tenía la fórmula para trascender la caída al desarrollar nuevos dispositivos de prevención de los acontecimientos (al funcionar con los dos hemisferios) enfrentando exitosamente a los personajes salvajes de la novela quienes se suponían altamente entrenados. Sin embargo, eventualmente, el esfuerzo resultó infructuoso. 6 Pongamos un ejemplo: cuando los académicos reclamaron a Marshall McLuhan, uno de los principales teóricos de las ciencias de la comunicación, cuál era la conclusión de todo su trabajo, éste se pondría a recapitular su obra y sólo entonces se daría cuenta que había 4 leyes que estaban implícitas en el desarrollo de todos sus trabajos. (Ver su obra póstuma, Las leyes de los medios, la nueva ciencia.1999. Trad. Juan José Utrilla. México: Alianza Editorial y Conaculta. 269 pp. BIBLIOGRAFÍA BRUER, J.T. 2000. In Search of...Brain-Based Education, en Phi Delta Kappan, Vol. 80, N° 9. DINEY, V. 1995. Evolution, the brain and the arts, en Mankind Quarterly, Vol. 36, N°2 (Winter). EINSTEIN, A. 1930. The Concept of Space, en Nature N° 125. GREEN, F.R. 1999. Brain and Learning Research, implications for meeting the needs of diverse learners, en Education, Vol. 119, N° 4, (Summer). JONES, D. y CULLINEY, J. 1998. 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