INTRODUCCIÓN
En un mundo altamente competitivo los trabajadores están cada vez más conscientes de la importancia que tiene el perfecciona miento continuo. En el pasado el trabajador con un empleo estable, no consideraba el imperativo de volver a estudiar, sin embargo en los últimos años esta tendencia ha ido cambiando. Según un estudio realizado el año 2012 por la red latinoamericana de universidades (Universia) y en el que participaron más de 13000 universitarios de Argentina, Brasil, Colombia, Chile, España, México, Perú, Portugal, Puerto Rico y Uruguay, se concluyó que el 67% de los estudiantes universitarios compartían las clases con su primer empleo, y que siete de cada diez los estudiantes trabajaban y estudiaban a la vez.1
El empleo y el estudio simultáneos, constituyen responsabilidades que con frecuencia representan exigencias cuantitativas y cuali tativas que se podrían vincular con el estrés de las personas que las deben experimentar. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS)2, el estrés constituye un conjunto de reacciones fisiológicas que preparan al organismo para la acción, por otra parte, Trucco3 lo definió como un conjunto de procesos y respuestas neuroendocrinas, inmunológicas, emocionales y conductuales ante situaciones que significan una demanda de adaptación mayor y a su vez una amenaza. Se trata de una reac ción de activación fisiológica, emocional, cognitiva y conductual ante estímulos y eventos generados a nivel educativo, y para cuyo análisis Barraza4 propone tres ámbitos, uno centrado en los estresores, otro en las manifestaciones clínicas y finalmente en las estrategias de afrontamiento, es por eso que resulta razonable que el estrés en los estudiantes se debería analizar integralmente, desde la exposición a diversos estímulos como los horarios de clases, los excesos de tareas o las características del profesor, hasta la frecuencia de algunos síntomas, sin embargo también pueden existir factores psicosociales laborales que influyan en el estudiante trabajador, es decir condiciones en el contexto de su trabajo que lo afecten, motivo central de ésta investigación y así profundizar en su conocimiento.
La doble presencia, o situación social de desempeño en dos frentes simultáneamente, es un factor de riesgo interesante a la hora de valorar cómo afecta al estudiante, y cuáles son las circunstancias más frecuentes con las que se asocia. La valoración de la doble presencia se ha estudiado en la mujer que trabaja y se han repor tados resultados observados en estudios centrados en el conflicto trabajo-familia en mujeres profesionales5 los que concluyeron que la sobrecarga de rol laboral y familiar, generaba conflictos en este último y cuyas causas eran ciertas condiciones laborales (carga de trabajo y formas de contratación) y la doble jornada de trabajo.
En Chile el tema el tema relevante considerando los datos publi cados por el Consejo Nacional de Educación (CNED), que estimó para el año 2016 un total de 1.161.222 alumnos matriculados en la educación superior, valor que duplica las cifras de hace una década atrás.6 También en Chile, pero el año 2013, el Instituto Nacional de la Juventud (INJ) publicó la Encuesta Nacional de la Juventud, señalando que uno de cada tres estudiantes de educa ción superior en el país estudiaba y trabajaba al mismo tiempo, especificando que en la región de Antofagasta el 42% de los sujetos compatibilizaba los roles de trabajo y estudio simultáneos.7
Por otra parte, la valoración de las características sociodemográficas y el estrés académico ha sido poco explorada en estudios simultáneos mientras la dimensión laboral recobra importancia considerando que en Chile se ha relevado el rol de los factores psicosociales bajo el argumento que las exigencias psicológicas, posibilidades de desarrollo, control sobre el tiempo de trabajo, apoyo social en la empresa, calidad de liderazgo, conflictos de rol o compensaciones y doble presencia, influyen directamente en la salud del trabajador.
La OMS8 en el 2010 reportó a Chile como uno de los países con mayor carga de morbilidad por enfermedades psiquiátricas (23,2%) en el mundo, y evidenció un problema que constituye un desafío constante para la Salud Pública del país en razón de generar políticas de intervención a nivel académico y laboral en todos sus niveles. Así lo menciona el convenio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) N° 187 al proponer el año 2013, que cada país debe identificar nuevos y emergentes peligros en el lugar de trabajo particularmente los de naturaleza psicosocial para favorecer los entornos seguros y saludables.9
Moreno10, refiere en su artículo titulado “Los riesgos laborales psicosociales, marco conceptual y contexto socio-económico”, que dichos riesgos psicosociales pueden ser consecuencia de la organización del trabajo y que tienen una alta probabilidad de afectar negativamente la salud del trabajador, entendiendo que no derivan necesariamente en daño, pero que dependen de la susceptibilidad personal del individuo, experiencia, historia y contexto en que se desenvuelve la persona y que los factores de riesgo psicosocial se asocian a interacciones entre el trabajo, el medio ambiente, la satisfacción laboral y condiciones de su organiza ción, además de las capacidades, necesidades, cultura y situación personal del trabajo fuera del ambiente laboral. La OIT11 coincide con algunos estudios especializados de salud y seguridad en el trabajo a la hora de identificar cinco grandes grupos de riesgos psicosociales: El exceso de exigencias psicológicas del trabajo, la falta de control, la influencia y desarrollo, la falta de apoyo social y de calidad de liderazgo, las escasas compensaciones del trabajo y la doble jornada o doble presencia. Lo anterior coincide en lo afirmado por la OMS8 en el documento “Modelo de Organizaciones Saludables”, que asocia las causales de los riesgos en la organiza ción del trabajo con los estilos de liderazgo, la aplicación y protección inconsistente de los derechos básicos de los trabaja dores y las dificultades de afrontar el rol domestico-laboral, sobre todo durante los sistemas de turnos rotatorios.
Actualmente el escenario laboral chileno está marcado por la polifuncionalidad de los trabajadores, la demanda organizacional de cumplir metas productivas y la inestabilidad laboral. La ines tabilidad en el empleo y el nivel de remuneraciones per cápita que aún se diferencia del promedio de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)12, hacen que Chile sea un país altamente desigual en cuestión de ingreso, riqueza y educación. De hecho, en la ENETS, Encuesta nacional de empleo, trabajo, salud y calidad de vida de los trabajadores y trabajadoras en Chile del Ministerio de Salud de Chile 2009 -201013 se reconoce que un 20 % de trabajadores dependientes percibe su situación laboral como inestable y que la ausencia de contratos de trabajo llega a un 10% en el caso de las mujeres y un 5% en los varones, la misma encuesta reveló que los princi pales síntomas que se asociaban al trabajo eran la sensación continúa de cansancio, dolor de cabeza, problemas para dormir y sentirse tenso o irritable, no obstante lo anterior los trabajadores (as) referían que casi siempre disfrutaban de su trabajo.
Por otra parte, la Superintendencia de Seguridad Social (SUSESO), mediante la Unidad de Riesgo Psicosocial Laboral dispuso en noviembre del año 2013, la versión revisada de una herramienta, SUSESO Istas 2114 para la gestión de riesgos psicosociales y de modo complementario el MINSAL, mediante el Instituto de Salud Pública, dispuso el año 2012 un Instrumento de evaluación de medidas para la prevención de riesgos psicosociales en el trabajo, instrumento de origen canadiense que valora 169 preguntas distribuidas en 16 dimensiones y permite evaluar las medidas de prevención de riesgos psicosociales en el trabajo, es decir las gestiones que ha realizado la empresa en dicha materia.15
OBJETIVO
Con todo, este artículo tiene el propósito de Identificar la relación entre la frecuencia de estrés académico, la doble presencia y los factores psicosociales laborales en un grupo de trabajadores que estudian en el Plan especial de pregrado para trabajadores de la Universidad
JUSTIFICACIÓN DEL TRABAJO
Identificar de los factores asociados al estrés académico en un grupo de trabajadores que estudian, permite ordenar la informa ción respecto de las variables comprendidas en el estrés y aquellas contenidas en la doble presencia y factores psicosociales que coexisten en los hombres y mujeres trabajadoras. De relevancia es la magnitud de los trabajadores que estudian en la región del norte de Chile, no así los estudios destinados a esclarecer el contexto y potenciales agentes de riesgos que podrían afectar a hombres y mujeres en su estudio, en su trabajo y/o en su vida familiar. Los autores esperan que la información derivada del presente estudio sirva de insumo para generar nuevos y más extensos estudios de investigación en el tema, para reflexionar sobre medidas de gestión de riesgos psicosociales que mediante la promoción, prevención y control resulten en una mejor calidad de vida de las personas y que se releve el tema de propender a generar ambientes laborales saludables como condicionante para humanizar el trabajo, el estudio y la familia.
METODOLOGIA
Mediante un diseño descriptivo de alcance correlacional se exploró a 85 trabajadores que conformaron una muestra seleccio nada por conveniencia de un total de 109 sujetos que estudiantes del Plan especial de pregrado para trabajadores de la Universidad Nacional Arturo Prat con sede en la ciudad de Calama, Chile. Los criterios de inclusión utilizados para seleccionar a los sujetos fueron: Que trabajaran y estudiaran simultáneamente (doble presencia) y que tuvieran entre 18 y hasta 55 años de edad.
Los autores consideraron el estrés académico como variable dependiente y lo valoraron mediante el Inventario SISCO de estrés académico, (Anexo 1). Otras 12 variables fueron consideradas variables independientes y se estudiaron como probables causas, a saber: Los factores psicosociales (valorados mediante el cuestio nario SUSESO - ISTAS 21, Versión breve, (Anexo 2), la doble presencia (valorada mediante el cuestionario SUSESO ISTAS 21). Y finalmente el sexo, edad, trabajo activo, rubro o actividad económica, horas semanales de trabajo, tipo de turno, tipo de contrato, rol o actividades domésticas, horas de trabajo diario y tipo de horario/turno, fueron explorados mediante una Encuesta sociodemográfica estructurada (Anexo 3)
En el estudio se consideró todas las recomendaciones éticas conte nidas en “Protocolo para estudios en seres humanos” disponible en la página web de la universidad de Antofagasta, Comité de Ética e investigación científica de la Universidad de Antofagasta (CEIC UA). Cada sujeto se incorporó al estudio una vez que otor gara su consentimiento informado (Anexo 4) y voluntariedad de participación o abandono.
Los datos recopilados por uno de los investigadores fueron poste riormente registrados a una planilla del software EXCEL (versión 2010) y posteriormente fueron analizados a ciegas por un tercer investigador con apoyo del programa IBM SPSS (Versión 24) y presentando los resultados más relevante mediante tablas para facilitar el análisis de los resultados.
RESULTADOS
Según lo expuesto en la tabla 2 puede afirmar que existe relación entre el estrés académico y la doble presencia. El factor psicoso- cial que presentó mayor asociación positiva y significativa con el estrés académico fue la doble presencia (Rho= 0,340 p<0.01), seguido por compensaciones, exigencias psicológicas (Rho=0,331 p<0,01; Rho=0,293 p<0.01) y finalmente apoyo social (Rho=0,225 p<0,05). La asociación de la dimensión trabajo activo, fue negativa y no significativa (Rho= -0.020 p>0.05). En general, se observa que la mayoría de las dimensiones psicosociales presentan relaciones entre sí, destacándose la de apoyo social y exigencias psicosociales (Rho=0,424 p<0,01).
Tabla 2 Matriz de correlaciones entre factores psicosociales laborales y estrés académico.

**. La correlación es significativa en el nivel 0,01 (bilateral). *. La correlación es significativa en el nivel 0,05 (bilateral).
E.A=Estrés académico; E.Ps=Exigencias Psicológicas; T.A=Trabajo Activo; A.S=Apoyo Social; COM=Compensaciones; D.P=Doble presencia
Según lo expuesto en la tabla 2 puede afirmar que existe relación entre el estrés académico y la doble presencia. El factor psicosocial que presentó mayor asociación positiva y significativa con el estrés académico fue la doble presencia (Rho= 0,340 p<0.01), seguido por compensaciones, exigencias psicológicas (Rho=0,331 p<0,01; Rho=0,293 p<0.01) y finalmente apoyo social (Rho=0,225 p<0,05). La asociación de la dimensión trabajo activo, fue negativa y no significativa (Rho= -0.020 p>0.05). En general, se observa que la mayoría de las dimensiones psicosociales presentan relaciones entre sí, destacándose la de apoyo social y exigencias psicosociales (Rho=0,424 p<0,01).
De todos los sujetos con RIESGO PSICOSOCIAL ALTO (n= 58) en la dimensión doble presencia, un 82,8% tiene estrés académico moderado, un 13,8% leve y un 3,4% presenta un estrés académico profundo; mientras que de los que presentan RIESGO PSICOSOCIAL MEDIO (n=12) el 75% tiene estrés moderado y el resto leve y finalmente los con RIESGO PSICOSOCIAL BAJO (n=11), un 45,5% tienen estrés académico leve y la misma cifra estrés académico moderado.
Tabla 3 Distribución porcentual de niveles de estrés académico según dimen sión doble presencia (SUSESO-Istas 21).

Del total de mujeres, el 82,6% presenta riesgo alto (38 de 46), a diferencia de los varones donde el 55,9% presenta esta condición (19 de 34).
En ambos géneros el nivel de riesgo predominante es el “ALTO”.
De todos los sujetos que presentan RIESGO ALTO por la doble presencia el 66,7% son mujeres y el 33,3 varones.
Ya que el valor obtenido (0.040) es menor a 0,05 se puede asumir que la doble presencia no depende del sexo del sujeto. La doble presencia y el género femenino se asocian solamente en el nivel de riesgo alto donde las mujeres representan el 82.6% y los hombres solo el 55,9%. Acorde al baremo utilizado en este estudio (Barraza 2007) de los trabajadores que tienen estrés, el 77,8% presenta estrés moderado; el 18,5% estrés leve y solo un 3,7% profundo.
La frecuencia de la respuesta de la pregunta número 19 nos indica que el 35,3% de los trabajadores responde que SIEMPRE las tareas domésticas se quedan sin hacer cuando está ausente, mientras que la frecuencia de la respuesta de la pregunta número 20 nos indica que el 35,3% responde que ALGUNAS VECES se piensa en exigencias domésticas y familiares cuando está en el trabajo.
Tabla 7 Distribución porcentual de respuestas más comunes por preguntas de la dimensión doble presencia.

En la tabla precedente se observa la dimensión estresores, que compone la variable estrés académico, donde se muestra un porcentaje medio de 47 % que al interpretarlo con el baremo específico indica que las demandas del ambiente académico (evaluaciones, tipo de trabajo, características del profesor etc.) se presentan en promedio “algunas veces” en los sujetos con estrés académico.
DISCUSIÓN
Según los resultados obtenidos en este estudio, el 95,3% de la población explorada presentó estrés académico concordando con algunas investigaciones chilenas como las de Flores16 y Jerez17, quienes reportaron cifras de 94,6% y 98% de sujetos con estrés académico respectivamente; y de Barraza4 quien halló similares resultados en estudiantes universitarios mexicanos en los que el estrés académico fue percibido en la gran mayoría de los estu diantes (95%).
En nuestra investigación de trabajadores estudiantes, el porcen taje promedio de estrés académico fue de 45,96% expresando un nivel “moderado” de estrés, dato que coincide con los estudios de Oliván et al.18, Flores16 y Díaz y Jiménez.19
En el contexto del género, nosotros no hallamos una diferencia porcentual relevante entre hombres y mujeres (94,4% y 95,8% respectivamente) concordando con lo señalado por De Miguel y Hernández en 2006 (citado por Rodríguez ML)20 y por Barraza4, pero en contrario a lo reportado por Marty et al21 y Muñoz22 quienes encontraron mayores niveles de estrés académico en mujeres, del mismo modo que Flores16 y de Jerez17 quienes describieron una diferencia de 8% entre géneros.
Dentro de los estresores más frecuentes, nosotros reportamos la “limitación de tiempo”, “evaluación de profesores” y la “sobre carga de tareas y trabajos académicos” concordando con otros investigadores de universidades chilenas como Oliván et al18, Flores16 y Jerez.17 Por otra parte, Heras23 reportó como el estresor más prevalente las “tareas y exámenes” y secundariamente a la “no comprensión de temas” y la “limitación del tiempo de trabajo”. Otros investigadores como Cabanach y Souto-Gestal24 en su publicación del año 2016 señalaron a la “deficiencia del profesorado” como agente estresante académico más frecuente, en tanto que Román et al25 utilizando un instrumento para valorar el estrés autopercibido identificaron a la organización docente, la malla curricular y el proceso docente como los agentes más frecuentes.
En este estudio, los síntomas físicos reportados coinciden con aquellos más frecuentes descritos en la Encuesta nacional de empleo trabajo, salud y calidad de vida (ENETS) publicada por el Ministerio de Salud Pública de Chile el 2009-2010.13 A saber, según orden de frecuencia, los síntomas físicos más relevantes y referidos por los sujetos estudiados fueron la “somnolencia” y las “cefaleas”, en los síntomas comportamentales fueron las “altera ciones de apetito” y en los psicológicos la “inquietud” y “descon centración”; coincidiendo con el estudio de Oliván et al18 quienes en esta misma materia identificaron como síntomas protagónicos la “somnolencia” e “inquietud” y con el estudio de Flores18 quien reportó las mismas manifestaciones que en el presente estudio. No obstante, Heras23 halló que el “desgano de hacer labores” fue la reacción comportamental más frecuente en los sujetos de su estudio.
En otra materia, Bedoya-Lau26 identificó que la habilidad asertiva y la elaboración de un plan, eran las estrategias más frecuentes de afrontamiento del estrés en un grupo de estudiantes universi tarios, concordando con el estudio de Palacio27 quien reportó que la estrategia de “planificación de tareas” como una de las formas más frecuentes de afrontamiento al estrés. En nuestro estudio las estrategias de afrontamiento más recurridas fueron la “búsqueda de información de la situación” y “elaboración del plan”.
En relación a los niveles de riesgo psicosocial predominante hallados en nuestro estudio, podemos mencionar el nivel alto de riesgo para las dimensiones de exigencias psicológicas (38,2% de los sujetos), apoyo social (49,4%), compensaciones (42,4%) y doble presencia (71,8%), y nivel bajo de riesgo psicosocial para la dimensión trabajo activo (42,4%), cifras que concuerdan con la investigación de Ceballos et al28 quien describió predominancia del riesgo alto para las dimensiones de exigencias psicológicas y doble presencia, mientras que Bravo y Nazar29 identificaron un nivel alto de riesgo para las exigencias psicológicas, nivel bajo para la dimensión de trabajo activo y nivel medio para el resto de las dimensiones.
En materia de relación entre los factores psicosociales y estrés académico, el factor con mayor asociación positiva y significa tiva fue la doble presencia, seguido por compensaciones, exigen cias psicológicas y apoyo social.
En el presente artículo la doble presencia constituyó el factor de riesgo más relevante, particularmente en los niveles altos de riesgo psicosocial (82,6% de las mujeres y un 55,9% de los hombres). Además, todos los sujetos con riesgo psicosocial alto y en la dimensión doble presencia, de ellos, un 82,8% manifestó estrés académico moderado.
La relación entre la dedicación compartida a tareas domésticas y niveles de estrés académico fue altamente significativa.
La importancia de la doble presencia en el género femenino reportada en el presente artículo coincide con lo señalado en la encuesta chilena ENETS13 y el reporte del INSHT de España30, en ambas publicaciones se mencionan las repercusiones que en el ámbito familiar y social afecta a las mujeres que trabajan.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
El presente estudio describe y correlaciona variables para facilitar la comprensión de los factores académicos y extra académicos que mediante el estrés afectan a los trabajadores que estudian.
Los autores concluyen que el factor con mayor asociación positiva y significativa en materia de factores psicosociales y estrés acadé mico, fue la doble presencia y que particularmente en las mujeres con niveles altos de calificación de riesgo psicosocial, la doble presencia constituyó el factor de riesgo más relevante. Resultó también altamente significativa la relación entre niveles de estrés académico y la dedicación compartida a tareas domésticas.
Los estresores más frecuentemente referidos por los probandos fueron la “limitación de tiempo”, “evaluación de profesores” y la “sobrecarga de tareas y trabajos académicos” y las estrategias de afrontamiento que ellos frecuentemente utilizaron fueron la “búsqueda de informa ción de la situación” y “elaboración del plan”.
No son frecuentes los estudios que exploran esta materia en grupos humanos, por ello la necesidad de investigar el tema constituye un imperativo para identificar el contexto en el que ocurre la problemática y para establecer medidas razonables de control con proba bilidad de éxito. Los autores enfatizan la necesidad de investigar en otras muestras de hombres y mujeres, utilizando diseños descriptivos yo analíticos para generar información con impacto disciplinar y social, y esperan que este artículo constituya un aporte para generar ideas y acciones orientadas a mejorar la calidad de vida de los trabajadores.