La región de Arica y Parinacota posee condiciones ambientales particulares que permiten el cultivo de hortalizas durante todo el año, abasteciendo los mercados de la zona central durante la estación invernal. Entre sus productos agrícolas destacan el tomate y el maíz dulce, cultivos de papa, olivos y pimentón. Estas condiciones no solo son favorables para los cultivos, sino, además, para el desarrollo de plagas y enfermedades que afectan la producción. Frente a esta situación, los agricultores se ven obligados a emplear cantidades de pesticidas que superan los límites permitidos, traduciéndose en la producción de alimentos que acumulan pesticidas tóxicos para la salud y el ambiente. Además, que podrían ser como consecuencia de su uso intensivo, han emergido plagas resistentes a estos agroquímicos.
Ante este problema que requiere una pronta solución, los bioproductos representan la alternativa. Estos son productos biológicos, generalmente, derivados de microorganismos, que se presentan al usuario final en una amplia gama de formulaciones, y pueden ser clasificados funcionalmente en biocontroladores (control de plagas y enfermedades), bioestimulantes (favorecen el crecimiento) y biofertilizantes (favorecen la captura de nutrientes).
Estos bioproductos son biodegradables y poseen una baja o nula toxicidad para las personas y el ecosistema, permitiendo una producción inocua de hortalizas.
Naturalmente, estos microorganismos (hongos y bacterias) son capaces de colonizar las diversas estructuras vegetales, tanto en su superficie (epífitos), como en su interior (endófitos), generando comunidades ecológicas que influyen en el crecimiento, desarrollo y productividad de una planta. Poseen diversas capacidades que permitirían mitigar situaciones de estrés biótico y abiótico a través de una modulación local y sistémica de la planta, lo cual logran mediante la producción de sustancias que promueven el crecimiento de raíces, facilitando la captación de nutrientes, y otras moléculas que ayudan a su asimilación, lo cual mejoraría su productividad; estimulan la inmunidad a través de la activación de la resistencia sistémica inducida (RSI), mejorando su respuesta frente a distintos tipos de estrés; y combaten plagas y enfermedades mediante la competencia con patógenos, la producción de sustancias antagónicas y activación de RSI. Esto representa la oportunidad de utilizar estos microorganismos benéficos en la agricultura y de desarrollar diversos bioproductos.
Sin embargo, en la región de Arica y Parinacota existen áreas cultivables con altas concentraciones salino-bóricas, con un proceso de salinización creciente, lo cual limita el uso de los bioproductos comerciales disponibles. En general, los biopro-ductos poseen una alta efectividad en ambientes similares al lugar del que fueron obtenidos, y pierden sus propiedades al ser empleados en condiciones disímiles, como ocurre en esta región. Por lo tanto, es vital desarrollar una solución que incluya formulaciones de bioproductos que actúen óptimamente bajo las condiciones que impone este sector productivo.
La Universidad de California Davis Chile y la Universidad de Tarapacá han aprovechado la oportunidad de estudiar las comunidades microbianas asociadas a diversos cultivos, las cuales están naturalmente adaptadas a las condiciones ambientales de la región. Lograr la identificación de estos microorganismos ofrece la oportunidad de desarrollar nuevos bioproductos de uso agrícola, que funcionen óptimamente en zonas donde las condiciones ambientales limitan la producción de los cultivos. Se ha destacado la necesidad de generar una solución que incorpore microorganismos nativos de ambientes áridos, de modo que permitan desarrollar bioproductos eficientes y efectivos bajo las condiciones que impone esta zona del país, propiciando una producción inocua de alimentos, reduciéndose el uso de agroquímicos tóxicos y favoreciéndose la producción, y combatiendo plagas y enfermedades mediante alternativas que son compatibles con la salud y amigables con el ambiente.