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RLA. Revista de lingüística teórica y aplicada
versión On-line ISSN 0718-4883
RLA v.46 n.2 Concepción 2008
http://dx.doi.org/10.4067/S0718-48832008000200007
RLA, Revista de Lingüística Teórica y Aplicada, 46 (2), II Sem. 2008, pp. 119-136
ARTICULOS / ARTICLES
TIPOS LINGÜÍSTICOS DE ANÁLISIS DEL DISCURSO (AD) O UN INTENTO PRELIMINAR PARA UN ORDEN EN EL CAOS1 LINGUISTIC TYPES OF DISCOURSE ANALYSIS (DA) OR A PRELIMINARY ATTEMPT OFR AN ORDER IN THE CHAOS
OMAR SABAJ MERUANE
RESUMEN El análisis del discurso (AD) es un conjunto heterogéneo de enfoques teóricos y metodológicos, con un gran desarrollo en ciencias que, generalmente, son consideradas interdisciplinas (como la psicología social o la sociolingüística). Las áreas de aplicación de los estudios discursivos adquieren cada vez mayor importancia en ámbitos diversos, como la psicología del consumo, el marketing, la educación o la confección y análisis de encuestas relativas a tópicos como la tendencia política, la evaluación de un producto o el estudio del liderazgo en las organizaciones. En este contexto, este trabajo es un intento por ordenar una parte específica de este amplio espectro de estudios, particularmente en la línea lingüística de su desarrollo. Para ello agruparemos, en distintos tipos o esquemas, algunos de los trabajos que se desarrollan hoy en día en este relativamente nuevo y próspero campo de investigación. Palabras clave: Modelos de Análisis del Discurso, Problemas de Análisis del Discurso (AD), Tipos lingüísticos de Análisis del Discurso. ABSTRACT Discourse analysis (DA) is a heterogeneous set of theoretical and methodological approaches with a great development in sciences which –generally– are considered interdisciplines (such as social psychology or sociolinguistics). The application areas of the discourse studies are acquiring more and more importance in a variety of environments such as consumption psychology, marketing, education or the designing and analysis of surveys related to topics such as political tendencies, the evaluation of a certain product or the study of leadership in the organizations. Within this context, this work is an attempt to order a specific part of this wide realm of studies, particularly, in the linguistics line of its development. For this purpose, we are going to group in different types or schemata, some of the works which are developed nowadays in this relatively new and prosperous field of research. Keywords: Models of Discourse Analysis, Problems in Discourse Analysis, Linguistic types of Discourse Analysis.
1. INTRODUCCIÓN A pesar de que los orígenes del AD pueden rastrearse hasta los griegos, esta disciplina, con amplio rango de áreas de aplicación, se ha desarrollado y masificado sólo en las últimas décadas, sobre todo en el contexto latinoamericano. Esto, debido a que el concepto mismo “análisis del discurso” no puede asirse del todo. Surgen así, preguntas como: ¿Es ésta una teoría o una metodología? ¿Es una subárea interdisciplinaria de otras ciencias más puras? ¿Una idea o una herramienta? Pero la verdad es que estas preguntas sólo pueden hacerse post facto, porque cuando estas tendencias de conocimiento o disciplinas surgen, lo hacen sin un plan de desarrollo unitario; por lo que no es de extrañar que aún no tengamos respuestas completas a las preguntas anteriores. Así también, muchas veces, los estudios que se desarrollan en el área parten de conceptos o supuestos fundamentales diferentes o, incluso, opuestos e incompatibles. La confusión aumenta cuando somos profesores universitarios y el AD es una de las asignaturas que debemos enseñar. Los estudiantes, por su parte, que deben iniciarse por requerimientos curriculares en el área, desesperan. ¿Qué es lo que el profesor espera que sus estudiantes hagan cuando se les pide que realicen un AD? ¿De dónde puede el alumno obtener las categorías de análisis? ¿Qué preceptos o normas metodológicas deberá seguir? Sin duda, en este trabajo tampoco se encontrarán respuestas completas a estas preguntas, ya que se trata sólo de un intento, un establecimiento preliminar para un desarrollo posterior. En cambio, este artículo ofrece una clasificación tentativa para comprender cuáles son las principales líneas de trabajo que han tenido estos estudios, específicamente desde una perspectiva lingüística. Para ello, expondremos una serie de núcleos temáticos para luego presentar las categorías que utilizaremos en nuestra clasificación. Esto, con el objetivo de agrupar diferentes estudios en esquemas o tipos, y mostrar así las principales líneas de desarrollo en esta área. Para finalizar, exponemos algunas refiexiones, limitaciones y problemas que se derivan del estudio realizado. 2. EL DISCURSO COMO UN FENÓMENO COMPLEJO Y POLISÉMICO Uno de los mayores problemas para definir qué es el AD radica en la imposibilidad de delimitar la noción misma de discurso. El discurso es un fenómeno humano que involucra complicadas relaciones entre diversas dimensiones o aspectos. El discurso es, a la vez, un fenómeno biológico, sociológico, lingüístico, cognitivo y, de todas formas, complejo. Por ello, la multiplicidad de relaciones entre categorías, niveles o teorías genera diversos focos de interés, y la propuesta de cualquier clasificación de los estudios que se realizan en AD se asume incompleta de antemano (Sabaj, 2007a). Según Charaudeau (2000), el término discurso es altamente polisémico. En combinación con determinadas formas adquiere un valor diferente. Por ejemplo, si hablamos de ‘discurso humorístico’ –dice el autor– queremos enfatizar su efecto; si consideramos el término ‘discurso periodístico’, lo que se recalca es el tipo del lenguaje usado en un ámbito profesional y si tomamos el binomio ‘discurso neoliberal’, se hace referencia a un conjunto ideológico determinado. Así también, Vergara (2007) señala que en los distintos trabajos se pueden rastrear al menos 4 nociones distintas de discurso: el discurso como acto (de decir algo oralmente ante un público), el discurso como producto comunicativo (texto, dentro de un contexto), el discurso como práctica social (donde los participantes y el contexto se incorporan en el objeto de estudio) y el discurso como el sistema de verdades sobre algo en particular (ideas de un grupo sobre un tema específico). Claramente, se podrían establecer algunos traslapos entre estas definiciones y, aunque no es el propósito de este trabajo, conviene tener en cuenta la diversidad de definiciones que existen sobre el objeto de estudio denominado ‘discurso’. Aunque la diversidad de nociones no es un problema en sí para el desarrollo de una disciplina, sino más bien un aspecto deseable, esta diversidad plantea una enorme dificultad para aquellos que se inician en esta actividad. En definitiva, si no contamos con una definición lo suficientemente amplia del fenómeno es difícil determinar qué se hace cuando se dice que se analiza un discurso. 2.1. El Análisis del Discurso Tal como ocurre con el término ‘discurso’, el binomio ‘análisis del discurso’ (AD) también tiene distintas definiciones. Sin el ánimo de proporcionar una definición completa, exhaustiva ni definitiva, propondremos una definición operativa y parcial, de forma de orientar el objetivo de nuestro trabajo. Para ello, seguiremos la propuesta de González2 (2007). Según este autor, el AD es una actividad científica destinada, generalmente, a describir, explicar e incluso predecir el uso del lenguaje en la comunicación humana. Dicha actividad tiene orígenes diversos que se pueden rastrear en la tradición de estudios de la retórica y estilística griega, en los trabajos de lingüística comparada de fines del siglo XIX, en los inicios de la denominada lingüística del texto, entre muchas otras disciplinas, teorías o enfoques metodológicos. En resumen y en términos generales, se postula que el AD es un tipo de actividad científica cuyo objeto de estudio son usos reales de la lengua. Esta actividad tradicionalmente ha sido desarrollada por científicos de las ciencias sociales, de las humanidades, de la psicología, de los investigadores de la educación, entre otros especialistas. 3. DELIMITACIÓN DEL TERRITORIO Como una primera forma de restringir el ámbito específico al cual nos referiremos en esta propuesta, nos limitaremos a un tipo específico de AD, a saber, aquél de corte lingüístico. A modo de ejemplo, en Chile los trabajos a los que nos referimos son presentados generalmente como ponencias en los congresos de la Asociación Latinoamericana de Estudios del Discurso (ALED Chile) y, también, en buena parte de los trabajos presentados en los congresos de la Sociedad Chilena de Lingüística (SOCHIL). Es a este tipo de estudios al que nos limitamos en este trabajo. Este ámbito, identificado y acotado, se distingue claramente de otras líneas de investigación, que tienden más a la psicología social, a la literatura o a la filología. Un rasgo aparentemente común de los estudios en los que nos centraremos en esta propuesta, es el hecho de que consideran al menos una unidad de análisis lingüística, textual o discursiva. Así también, los trabajos en los que nos focalizaremos se distinguen de otros acercamientos, los que, aunque también tienen como objeto de estudio al discurso, se ocupan más de su procesamiento (como la psicolingüística) o de su representación (las teorías cognitivas). En definitiva, lo que esencialmente convierte a estos estudios en tipos lingüísticos de AD, es su focalización en el lenguaje como objeto de estudio primero y predominante. En este sentido, estos trabajos se diferencian de otros enfoques más aplicados, es decir, que utilizan el análisis del discurso para cumplir un objetivo externo al análisis mismo, por ejemplo, el análisis del discurso de un focus group, el cual tiene por propósito tomar una decisión respecto de la salida de un producto al mercado. 4. ALGUNOS GRANDES PROBLEMAS Presentamos en esta sección algunos problemas que motivaron este trabajo, y que limitan el acceso a esta disciplina a quienes se inician en ella por requerimientos curriculares. 4.1. El problema de los teóricos Los grandes teóricos y referentes obligados para cualquier analista del discurso, escasamente realizan análisis concretos. Como legítimos teóricos, lo que hacen es proponer una serie de temas, conceptos, modelos, teorías o categorías. Estas propuestas funcionan como unidades o categorías para los que ejecutan análisis sobre discursos reales, obtenidos de situaciones comunicativas concretas. Aunque son estos modelos los que han hecho avanzar decididamente este campo, para quienes se introducen como estudiantes en estos trabajos resulta abrumadora la proliferación de dichos modelos o teorías y se sienten incapaces de acabar de entender qué es lo que deben hacer cuando se les pide que hagan un AD. Algunos ejemplos de estos referentes teóricos son los primeros estudios de van Dijk (1977, 1980, 1981a, 1981b, 1983), Charaudeau (1992), Titscher, Meyer, Wodak y Vet-ter (2000). A pesar de que, tal como mencionamos anteriormente, éstas son las propuestas que cuentan con mayor aceptación dentro de este ámbito de estudio; estos trabajos no contienen ejemplos o caracterizaciones de los trabajos concretos que se realizan en el ámbito, por lo que escasamente pueden ser utilizados como guías metodológicas específicas que sirvan para orientar a un estudiante que debe iniciarse en esta práctica por obligaciones de su malla curricular. Otro referente actual, y fiel reflejo de lo que denominamos “problema de los teóricos”, es el exhaustivo y concienzudo diccionario editado por Charaudeau y Maingueneau (2002). Cabe señalar que no es nuestra intención minimizar ni subestimar el aporte de estos estudios de corte eminentemente teórico: sólo queremos destacar que las grandes propuestas teóricas, que recurrentemente se utilizan como referencia en este ámbito, no proporcionan metodologías explícitas, por lo que cada investigador aplica más o menos sistemáticamente las categorías, teorías o modelos al momento de realizar un análisis concreto. Asimismo, cabe destacar que es tan avanzado el desarrollo teórico en esta área, que en la actualidad casi ya no se conciben nuevas propuestas teóricas o modelos del discurso. 4.2.Un problema teórico y otros metodológicos A pesar de los grandes avances en el área, y como acertadamente expone Reisigl (2007a y b), ni siquiera los modelos de esos “referentes obligados” logran llegar a un acuerdo en los límites de conceptos claves en el área, como la distinción entre texto/discurso, o la definición de la noción de contexto (van Dijk, 2001 y volumen en preparación). Un ejemplo específico de esto es justamente el uso indiscriminado de la noción de contexto. Tal como acertadamente indica van Dijk (2001 y volumen en preparación), la noción de contexto es de esas nociones que por parecer demasiado obvia nadie se da el trabajo de definir de forma adecuada, como si supiéramos de antemano a qué nos referimos cuando la utilizamos. Cabe señalar la dificultad que la referencia a esta noción supone, entendiendo que (tal como lo hace van Dijk, 2001 y volumen en preparación) el contexto es un conjunto de parámetros no objetivizables, sino más bien corresponde a una representación mental intersubjetiva, pero también individual e idealizada. Aunque la propuesta de van Dijk (2001 y volumen en preparación) sobre el contexto es una de las más completas y adecuadas desde el punto de vista teórico, impone toda una serie de dificultades desde el punto de vista metodológico, las cuales pueden resumirse de la siguiente forma: si el contexto no es objetivizable, qué validez tiene desde el punto de vista analítico el uso de esa noción para fundamentar un análisis del discurso, entendiendo que lo que se desea es hacer de esta práctica una disciplina científica y que como tal debería poder cumplir con los atributos de la ciencia, es decir, que sea transferible, comunicable, replicable, etc. En definitiva, en nuestra opinión ésta constituye una de las mayores dificultades del análisis del discurso, a saber, que una gran parte de la evidencia que se utiliza para el análisis del discurso es de carácter subjetivo. En otras palabras, para poder analizar discursos se debe poder acceder a aspectos de la realidad que no son directamente observables ni medibles (creencias, ideologías, opiniones), lo que en muchos casos dificulta la transferibilidad y la validez de los resultados obtenidos. Un segundo problema, de corte metodológico, es el que se señala en el trabajo de Antaki, Billig, Edwards y Potter (2003). Los autores exponen un conjunto de seis problemas metodológicos, atajos analíticos o errores metodológicos básicos que, sistemáticamente, se cometen en la amplia y variada gama de estudios que se producen bajo el rótulo “AD”, como si cualquier cosa valiera por AD. Antaki et al. (2003) no se equivocan al demostrar que una gran parte de los trabajos realizados en el área no cumplen con los requisitos que permiten que sean realmente considerados como análisis del discurso. Los autores señalan, con razón, la subestimación que reciben los trabajos de esta área por parte de expertos de otras disciplinas más duras o exactas, cuyos estudios cumplen rigurosamente con una serie de criterios y procedimientos metodológicos. Un criterio básico, que sin embargo muy pocas veces se cumple, para que un estudio califique como análisis del discurso, es el hecho de que los resultados del análisis no se desprendan de forma directa de la lectura de los discursos. Es decir, que uno pueda demostrar que el análisis realmente aporta algo nuevo sobre un fenómeno determinado. Si el análisis de un discurso determinado no nos dice más de lo que uno intuitivamente ya sabe como usuario nativo de esos discursos, estaríamos más bien frente a un comentario sobre ese discurso o una simple paráfrasis que difícilmente puede ser considerado como análisis. Sin entrar en más detalles, concordamos completamente con lo expuesto en ese trabajo, y se recomienda su lectura a cualquiera que se inicie en esta disciplina. Así también, Spooren (2004) indica una serie de dificultades metodológicas que dicen relación con la elección del corpus a investigar, las que conviene tener en cuenta al momento de iniciar un estudio en AD. 5. METODOLOGÍA El siguiente estudio sigue una metodología cualitativa y debe entenderse necesariamente como una propuesta exploratoria y preliminar. Los pasos que seguiremos en el estudio son: a) Definiremos concisamente una serie de categorías. Así también, esta propuesta es descriptiva y no prescriptiva, en tanto que se busca agrupar los estudios que se realizan desde un punto de vista lingüístico en esta área, y no postula ningún ideal de estudio. 5.1. Objetivo El objetivo de la investigación es proponer un ordenamiento y agrupamiento de los trabajos de corte lingüístico que se realizan en AD. El trabajo, además, pretende ser una fuente relevante (sobre todo para quienes se inician en este campo) de ejemplos de estudios de esta área en el ámbito nacional y latinoamericano de los temas e intereses de los investigadores. 6. CATEGORÍAS PARA LA DEFINICIÓN DE ESQUEMAS En este acápite presentamos concisamente las categorías que utilizaremos en nuestro trabajo. Es claro que la definición de estas categorías o variables es problemática, ya que en sí son conceptos complejos que han sido ampliamente discutidos en la bibliografía especializada. Teniendo esto en cuenta, adoptaremos una definición, acotada en algunos casos, definiciones de diccionario con el propósito de operacionalizar nuestro estudio. La combinación de estas categorías formará esquemas que nos serán de utilidad al momento de clasificar los tipos lingüísticos de estudio en análisis del discurso. 6.1. Tipo de texto (TT) En esta categoría, incluimos un amplio rango de nociones, cuya denominación depende del enfoque teórico adoptado. Género (Charaudeau, 2004; Ciapuscio, 2005); contrato de comunicación (Charaudeau, 2006); clases o tipos textuales (Ciapuscio, 1994; Parodi y Gramajo, 2003); práctica discursiva (Charaudeau y Maingueneau, 2002), o registro (Parodi, 2005); son algunos de los términos que incluimos (conscientes de que dichos términos no son directamente intercambiables) dentro de esta categoría que denominamos de tipo de texto. Nos referimos entonces a las formas que adoptan los discursos cuando se materializan en entidades textuales concretas. 6.2. Categorías lingüísticas (CL) Bajo esta categoría incorporamos un amplio espectro de unidades de niveles diversos. En primer término, consideramos categorías lingüísticas a aquellas unidades de los niveles clásicos del análisis lingüístico, en palabras de Benveniste (1974), desde los merismas o rasgos distintivos de los fonemas hasta la oración. Pero también, extendemos esta categoría a elementos que se ubican más allá de los límites del ámbito de la lingüística estructuralista, tal como fueron concebidos por Benveniste (1974). En otras palabras incluimos (entre muchas otras) categorías como los actos de habla (Searle, 2001; Vergara, 2006); los marcadores discursivos (Montolío, 2001; Portolés, 1998); elementos deícticos (Carbonero, 1979; Paz, 2001); participantes discursivos (González, 2006); atenuadores (Hyland, 1998), etc. 6.3. Grupo (G) Entendemos la categoría grupo (G) como un conjunto de hablantes o usuarios de discursos, que pueden ser determinados a partir de cualquiera de las variables sociales (e.g., edad, sexo, estrato socioeconómico, etc.), lingüísticas (e.g., registro) o sociolingüísticas (e.g., variación diatópica, diastrática, etc.) que se pueden encontrar en los referentes de los estudios sociolingüísticos, como por ejemplo, en Silva-Corvalán y Enrique-Arias (2001) o en Moreno Fernández (1998). 6.4. Teoría o ideología (TI) Con esta categoría no nos referimos necesariamente a una teoría entendida como un constructo teórico científico. Es decir, para los propósitos de este trabajo, esta categoría puede entenderse como un sinónimo de tema o un concepto general o específico. Algunos ejemplos de esta categoría son la teoría de la valoración (Martin y White, 2005; White, 1999); el estudio de la cortesía (Haverkate, 1994), o los enfoques sobre el liderazgo (Hasselbein, Goldsmith y Beckhard, 1996). También incluimos bajo este rótulo el concepto de ideología, poder y discriminación, tal como lo entiende van Dijk (1998, 2007). Cabe señalar que estas teorías o conceptos no sólo pueden rastrearse en el ámbito de los estudios lingüísticos del discurso, sino que también se pueden encontrar en trabajos de corte sociológico o bien cognitivo. 7. DEFINICIÓN DE ESQUEMAS Y EJEMPLIFICACIÓN DE TIPOS LINGÜÍSTICOS EN AD 7.1. Esquema 1: Descripción de un tipo de texto (TT) Un primer tipo de estudio lingüístico de AD es aquel que tiene por propósito la descripción de un TT. La pregunta implícita que subyace a esta clase de investigación es: ¿cómo es X? Donde X es un TT, un contrato de comunicación, una práctica discursiva o un género. Si bien es cierto que para caracterizar estos textos pueden usarse categorías lingüísticas, lo que implicaría que este esquema no existiría de forma independiente, sino que formaría parte de otro esquema que especificaremos más adelante; postulamos que este tipo de esquema sí existe de forma independiente porque: a) también pueden incluir categorías no estrictamente lingüísticas, Entre algunos de los ejemplos que se pueden incluir en este esquema encontramos: El artículo de Escoriza (2000), sobre el discurso político; las propuestas tipológicas de Parodi y Gramajo (2003); de Álvarez (2001) y de Ciapuscio (1994, 2000). Otros ejemplos de este esquema son la descripción del discurso instruccional de Silvestri (1995) y de Menéndez (1999); el trabajo sobre los titulares de Zarzalejos (2001) o el estudio de Sabaj (2006), en el cual se describen los mensajes de advertencia en las cajetillas de cigarrillos. 7.2 Esquema 2: Descripción de una categoría lingüística (CL) en un TT Uno de los tipos de estudio más productivo en la orientación lingüística de AD es el que busca describir la aparición y función de una categoría lingüística (CL) en un tipo de texto (TT): la pregunta, en forma de esquema, que subyace a estos estudios es: ¿cómo es X en Y?, o bien, ¿cuánto aparece y qué función tiene X en Y? Donde X corresponde a una CL, e Y a un TT. Entre algunos de los ejemplos de este esquema incluimos: La investigación sobre la atenuación en el discurso científico de Hyland (1998); el trabajo sobre la deixis en narrativas orales de El Empedrao de Paz (2001); el estudio sobre la comunicación del saber en los géneros académicos (López, 2001); la exploración de Massi (2005) sobre las citas en la comunicación académica escrita; la indagación de Arnoux, Nogueira y Silvestri (2002) sobre la construcción de representaciones enunciativas en textos polifónicos. Otros ejemplos de esta clase de pesquisas son la descripción de los esquemas preposicionales en los verbos de comunicación en diversos registros del español (Sabaj, 2007b); la pesquisa de Ciapuscio (2004) sobre el verbo ‘poder’ en discurso científico oral, o el trabajo de Ciapuscio y Oñate (2002), cuyo objeto son las conclusiones de los artículos de investigación. 7.3.Esquema 3: Descripción de una categoría lingüística (CL) en un tipo de texto (TT) asociado a un grupo (G) Un tercer esquema característico de los estudios de corte lingüístico en AD son aquellos que buscan analizar la función/ocurrencia de una categoría lingüística (CL) en un tipo de texto (TT) asociado a un grupo (G). A diferencia de los trabajos incluidos dentro del esquema anterior (CL en TT), estos estudios se centran en un TT que está explícitamente asociado a un grupo. Si bien, al describir un TT (i.e. esquema 1) pueden utilizarse como categorías los usuarios de dichos textos, en los trabajos que incluimos en este esquema el grupo es una condición de partida que funciona como un delimitador del corpus a analizar. Algunos ejemplos de estos trabajos son: El artículo de González (2006), sobre los participantes discursivos en los editoriales de la prensa escrita chilena; el estudio de Vergara (2006), acerca de los actos de habla en los editoriales del periódico costarricense La Nación; los trabajos de Oyanedel (2004) y de Harvey (2004), acerca de las secuencias descriptivas y de la evaluación en informes escritos por universitarios, descripción de Francischini (1999), de los mecanismos de referencia anafórica en narrativas producidas por niños; o el estudio de García (1999), sobre la repetición en anécdotas orales y escritas en preadolescentes mexicanos. 7.4.Esquema 4: Descripción de una Teoría o ideología (TI) asociada a un grupo (G) Otro tipo lingüístico de AD es el que se ocupa de describir la aparición y la función de una Teoría o ideología (TI) asociada a un grupo. Estos trabajos buscan generalmente describir cómo un grupo trata un tema, o cómo ocurre un fenómeno discursivo en grupo específico; y esta descripción no necesariamente está asociada a un tipo de texto específico, ni tampoco necesariamente se utiliza una categoría lingüística en el análisis. Ejemplos de estos estudios son: El trabajo de Bialogorski (1999), sobre la configuración simbólica de los coreanos en Buenos Aires; la pesquisa de Torres (1999), acerca del imaginario masculino-femenino en estudiantes de Barranquilla; la investigación de Centocchi, Del Coto, Tattavitto, Tassara y Varela (1999), sobre la mediatización y la configuración de identidades sociales juveniles; o el trabajo de Berardi (1999), sobre el concepto de justicia en el discurso gubernamental y del Colegio Médico de Chile. 7.5.Esquema 5: Teoría o ideología (TI) en tipos de texto (TT) asociado a un grupo (G) Como una especificación del esquema anterior, el esquema 5 incorpora la categoría tipo de texto (TT). Estos estudios describen cómo un grupo trata un tema a través de un TT específico, o bien describen una teoría o un fenómeno discursivo en un TT asociado a un G. Entre los ejemplos de este tipo de esquema se encuentran: El trabajo de Szretter, Belloro, García, Sánchez y Zullo (1999), sobre las representaciones del imaginario social de la salud y la educación en la prensa argentina; o el estudio de Vitale (1999), acerca del golpe militar en la prensa gráfica argentina. 7.6. Esquema 6: Descripción de una teoría o ideología (TI) Un último esquema reconocible en el ámbito lingüístico de AD corresponde a un tipo de estudio, de corte eminentemente teórico, que busca teorizar o modelar un fenómeno discursivo, sin considerar, en principio, ninguna categoría lingüística (CL), ni un tipo de texto (TT) específico, ni tampoco un grupo (G) determinado. La pregunta que subyace a estos estudios se puede esquematizar de la siguiente forma: ¿Qué es X?, o bien, ¿cómo funciona X? Donde X es una teoría (entendida como un tema o como un fenómeno discursivo) o una ideología (TI). Es importante señalar que, según lo visto anteriormente, este tipo de estudios puede no ser rotulado estrictamente como AD, sino más bien como una teoría sobre el discurso. Es relevante destacar, además, que este tipo de trabajos a menudo incluyen algunos análisis (los que incorporan algunas de las categorías definidas anteriormente CL, TT, G), pero estos análisis no son el foco de esos trabajos, sino más bien son un medio para describir o proponer una teoría determinada. Cabe señalar también, que son estos los estudios que muchas veces sirven de referencia teórica para la aplicación de categorías según los esquemas 1, 2, 3, 4 y 5. Dentro de estos estudios incluimos: El trabajo sobre la Teoría de la Apreciación o Valoración, de Martin y White (2005); la propuesta de Haverkate (1994) para el estudio de la cortesía verbal; los trabajos de van Dijk (1983, 1998, 2001, 2007 y los volúmenes en preparación), sobre la estructura del texto, sobre el contexto y sobre la ideología, el poder o la discriminación. 8. COMENTARIOS FINALES Como una forma de concluir este trabajo, proponemos una serie de reflexiones y proyecciones del mismo, señalando algunas de sus limitaciones o aspectos problemáticos en relación con las categorías y con los esquemas planteados. Lo primero que debemos reconocer es que corresponden a una propuesta preliminar. Esto, tanto en relación con las categorías como con los esquemas propuestos. ¿Son éstos todos los esquemas/categorías necesarios y esenciales para caracterizar los AD en el ámbito lingüístico? ¿Existen categorías/esquemas sobrantes o faltantes? En un análisis fino, la respuesta a estas preguntas es negativa en el primer caso y positiva en el segundo. Por ejemplo, ex profeso se ha dejado fuera la categoría ‘lengua’, entendida como el sistema funcional de comunicación de una cultura determinada (Peronard y Gómez-Macker, 2005), cuya inclusión habría generado una serie de esquemas que darían cuenta de los trabajos comparativos que se realizan en el área. Así también, se debe aceptar que los esquemas planteados no son todos los potencialmente existentes. Por ejemplo, se han omitido esquemas más complejos que combinan categorías lingüísticas, teorías o ideologías, tipos de texto y grupos. Asimismo, se debe tener una consideración especial respecto de la categoría Teoría o ideología (TI, ver punto 6.4.). Muchos lectores4, de un borrador de este trabajo, me han hecho ver, con justa razón, la inconveniencia de unir bajo una misma categoría las noción de teoría e ideología; justificando que la noción de ‘ideología’ puede ser entendida al mismo tiempo como un objeto de estudio o como una metodología de análisis. Aunque en el trabajo no superamos esta certera crítica, queremos mencionarla como una forma de transparentar las condiciones de refutación de las categorías escogidas, en especial aquélla sobre la que recae la crítica. En segundo lugar, un problema patente del trabajo realizado es la distinción categórica entre los esquemas propuestos. Al respecto, cabe señalar que las distinciones entre los esquemas no deben entenderse como tajantes (i.e., deben concebirse como categorías difusas), sino que corresponden a un cambio en el énfasis (en términos de figura/fondo) de una categoría por sobre otra; por ejemplo, en la distinción entre los esquemas 4 y 5. Considerando el carácter interdisciplinar del AD, en muchos casos, el énfasis que está en la base de cada esquema, está dado por la importancia que se otorga a los objetos de estudio de una u otra disciplina. En tercer lugar, un aspecto que no hemos considerado en este estudio dice relación con el tipo de metodología o enfoque que utilizan los trabajos aquí ejemplificados. Este punto se debe tener en cuenta, pues implica la distinción de más esquemas o tipos de estudio. Por ejemplo, algunas de las investigaciones reseñadas utilizan algunos de los principios metodológicos cuantitativos de la denominada ‘lingüística de corpus’, mientras que otros se basan en enfoques más cualitativos, como por ejemplo, las orientaciones del enfoque semio-discursivo, tal como lo entiende Charaudeau (2006). En cuarto lugar, otro aspecto a tener en cuenta es la productividad de los esquemas presentados. No todos los esquemas son igualmente productivos. En nuestra revisión (no exhaustiva por supuesto) y en nuestra experiencia, el esquema 2 es el más productivo, i.e., lo más usual en los AD de corte lingüístico son los que estudian una categoría lingüística en un tipo de texto. Por último, se debe considerar que ni siquiera los trabajos acá ejemplificados a través de esquemas podrían, para un experto, etiquetarse como AD propiamente tal. En una conferencia internacional escuché a un investigador que sostenía que el requisito para que un estudio fuese considerado AD debía necesariamente relacionar aspectos internos (discursivos, lingüísticos) con aspectos externos (sociales, extralingüísticos) al texto. En este sentido, no todos los esquemas acá propuestos cumplen con ese requisito, por lo que se debe entender que, dentro de los esquemas propuestos, existen algunos más cercanos a lo propiamente lingüístico, y otros que se alejan un tanto de esta condición. A pesar de los límites y problemas acá analizados, se espera que este estudio sirva no sólo como una referencia orientadora para quienes se inician en este terreno, sino que además sea una fuente útil de referencias bibliográficas pertinentes en este fértil campo de estudio. NOTAS 1 Esta investigación fue financiada por el Proyecto DIULS PF/07201 de la Dirección de Investigación de la Universidad de La Serena. 2 González, C. 2007. Sobre el binomio ‘análisis del discurso’. En comunicación personal. 3 En algunos casos deberemos ejemplificar con trabajos no latinoamericanos, entendiendo que algunos tipos de estudios simplemente no se realizan en nuestro contexto. 4 Piña, A. 2007. Sobre la categoría TI. En comunicación personal. Vergara, A. 2007. Sobre las distintas nociones del término ‘discurso’. En comunicación personal. REFERENCIAS Álvarez, T. 2001. Textos expositivos-explicativos y argumentativos. Barcelona: Octaedro. 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Recibido: 24-10-2007. Aceptado: 22-09-2008 |