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Formación universitaria
versión On-line ISSN 0718-5006
Form. Univ. v.2 n.2 La Serena 2009
http://dx.doi.org/10.4067/S0718-50062009000200001
Formación Universitaria-Vol. 2 N°2-2009, pág.: 1
EN SÍNTESIS
La Degeneración de los Posgrados
La Real Academia Española de la Lengua, entre varias otras acepciones, define la palabra degeneración como "acción y efecto de degenerar" y degenerar como "decaer, desdecir, declinar, no corresponder a su primera calidad o a su primitivo valor o estado". Creo que esta es la definición que mejor calza con la proliferación de diplomados, magísteres, doctorados y otros estudios de posgrado que vemos en nuestro ambiente iberoamericano. En Chile, por ejemplo, debe haber actualmente unos 300 programas de "magíster" de todos los tipos y colores. Los MBA, los MA, los MS, los MAM, y muchos otros con siglas similares, se publicitan en los diarios al igual que las ofertas de las grandes tiendas o los nuevos modelos de automóviles. Hay aspectos importantes sobre este tema de la degeneración de los posgrados que no puedo dejar de comentar, sobre algo que me parece aberrantemente malo. Dejo fuera de discusión, porque no deben ser ni mencionados en el contexto de estos comentarios, los posgrados de fin de semana y aquellos por correspondencia.
En los programas tradicionales y serios que denominaré "estándares", los alumnos-candidatos son sometidos a un trabajo constante e intenso, a tiempo completo, durante un período de tiempo que es de alrededor de dos años para un magíster y de cuatro años para un doctorado. Adicionalmente el candidato trabaja y aprende del "maestro", que es el tutor o la tutora del trabajo de Tesis, y se impregna de su mística sobre como crear conocimiento, como contribuir al desarrollo más avanzado, o como formar profesionales de más alto nivel. En algunos programas "livianos" se exige realizar unos pocos cursos llamados "intensivos" y luego un trabajo de Tesis, si es que el programa lo incluye. En algunos casos, los tesistas pueden incluso hacer su tesis a distancia, en sus instituciones de origen, donde trabajan. Estas universidades de origen, poseen usualmente escasa literatura y no tienen un ambiente académico de nivel que permita al candidato aprender de los maestros e impregnarse de investigación de punta que sólo se logra con el contacto permanente, largo y personal, con los actores de primera línea. Peor aún es encontrar universidades que, sin disponer de una masa crítica mínima ni la infraestructura adecuada, ofrecen estudios de posgrado "livianos" por no decir claramente mediocres o malos.
Conozco universidades en donde dos o tres académicos con estudios de posgrado (a veces de dudosa procedencia), organizan a su antojo programas de magíster o doctorados, usualmente motivados por aspectos económicos y no por el altruismo de contribuir al conocimiento y de prestigiar la universidad. Estos académicos no tienen proyectos de envergadura que ofrecer como trabajos de tesis, nunca o pocas veces han contribuido al conocimiento de alto nivel, tienen poca o ninguna vinculación con otros académicos o programas de posgrado, y nunca han dirigido una tesis de posgrado como para saber como se hace el trabajo tutorial. Conozco también casos en los que profesores que enseñan algún curso en el programa de magíster o doctorado no tienen dichos grados, y probablemente no saben ni de que se trata. Si a esto adicionamos que la universidad que otorga el grado, y donde estos académicos hacen sus negocios, probablemente no tiene acceso a la literatura de corriente principal actual ni pasada, se dan las óptimas condiciones para formar un programa mediocre que no debiera existir, pero que lo tenemos ya en nuestro medio académico iberoamericano. El problema se agrava cuando las autoridades superiores de la universidad dan luz verde para que estos desmanes ocurran, y no hay entidades gubernamentales o de cualquier tipo que limiten estos excesos.
Le haría bien al ambiente académico y a la comunidad académica Iberoamericana no fomentar estos vicios, que a la larga van en perjuicio de la institución, de la persona involucrada en el fraude, y de los programas de posgrado tradicionales y serios que existen en muchos de nuestros países. En el largo plazo veremos que estos maestros y doctores livianos, no realizan ningún aporte a la universidad ni a la comunidad académica, y solo tergiversan el verdadero sentido que siempre tuvieron los verdaderos programas de Magíster y de Doctorado. Casi con seguridad, hay alguno de estos seudo graduados deambulando por su universidad.
El Editor
Formación Universitaria