El libro “De la protesta a la propuesta 50 años imaginando y construyendo el futuro david barkin” retrata de forma crítica y profunda este reciente medio siglo de México y de América Latina. Cinco décadas es mucho tiempo en la vida de una persona, pero a la vez puede ser poco en el tiempo social-político-económico que es mucho más lento y difícil de transformar, como el autor sabiamente nos muestra en los variados ejemplos en los cuales vemos cambiar la forma de hacer las cosas, pero siguiendo el fondo siendo el mismo, esto es: un modelo que a veces pareciera que hace justamente lo que no se debería hacer si buscamos construir la equidad/justicia social y la sustentabilidad/sostenibilidad ambiental/ecológica.
David Barkin tiene títulos y reconocimientos que lo llevan al más alto nivel académico. Él es investigador Emérito del Sistema Nacional de Investigaciones y Profesores Distinguido en la Universidad Autónoma de Metropolitana, en México; fue galardonado con el premio nacional de Economía Política por el Colegio Nacional de Economistas y la Cátedra George Forster por la Fundación Alexander von Humboldt en Alemania. Recibió el “Premio Internacional para Estudios en Pobreza” del Consejo Internacional de Ciencias Sociales por su propuesta de “La Soberanía alimentaria como estrategia para la reducción de la pobreza” que se está preparando para su próxima publicación. Es reconocido por sus aportes al diseño e implementación de estrategias alternativas para la consolidación de comunidades campesinas e indígenas en América Latina. Actualmente, dedica gran parte de su tiempo a colaborar con comunidades encaminadas a consolidar sus instituciones “poscapitalistas” que les permiten forjar nuevas formas de convivencia y transformar patrones de consumo para avanzar hacia un mundo del “buen vivir”.
El autor presenta una obra en la cual nos muestra una selección de sus artículos, de estos últimos 50 años, dentro de su amplia producción académica de investigaciones, proyectos, textos y libros. Quizá siendo más exacto, este libro muestra los caminos recorridos desde que David Barkin, hace más de 55 años, toma la decisión de vivir en México. En este recuento histórico el autor nos va indicando como comprender el presente y nos va ayudando a profundizar y cuestionar el pasado, pero especialmente nos estimula y motiva para soñar con otros futuros, al constatar que las proyecciones de nuestras sociedades son inciertas, llegando a preguntarse por lo que le depara a nuestra humanidad como especie, vida o muerte.
Así nos habla desde sus experiencias y aprendizajes vividos en sus contactos con comunidades indígenas, con campesinos, con la academia, con el sistema político económico mexicano, con el general Lázaro Cardenas (expresidente de México) y con tantas otras personas e instituciones de América latina y el mundo. También nos relata de sus encuentros y desencuentros con la academia, con la Escuela Cepalina y su diálogo, colaboración y debate con otros pensadores, de nivel mundial, quienes lo estimulan a pensar y repensar sus ideas y teorías, incentivándolo a crear su propia mirada, una mirada multi, inter y transdisciplinaria, algo que está presente en toda su obra, tanto en cuanto al objeto de estudio, como a la perspectiva, desde donde cuestiona y enfrenta a la realidad social de México y del mundo del pasado, presente y futuro. Así todo su trabajo se elabora desde este diálogo vivo entre la economía, la política, la agricultura, la educación, la sociología y antropología, entre tantas otras disciplinas y saberes. Como bien menciona Gustavo Esteva, en el prólogo del libro: “El libro muestra los resultados de una capacidad singular de David para la interlocución y la escucha. Escuchar, como decía el comandante Tacho, no es simplemente oír sino estar dispuesto a ser transformado por el otro. David sabe escuchar. Lo hace con personas como el general Cárdenas, Iván Illich o alguno de los más prominentes académicos del planeta, a quienes interpela sin inhibición, acortando la distancia que su rango impone habitualmente a quienes se le acercan. Hace lo mismo con personas comunes de barrios, comunidades y pueblos a quienes interpela. En este caso, como descubre que el diálogo intercultural no llega muy lejos si se reduce a conversación lo lleva a la práctica, es decir, realiza actividades con personas de culturas profundamente diferentes de la suya. (…) Empezó a poner en práctica y someter a prueba el diálogo de saberes mucho antes de que se pusiera de moda”.
Barkin muestra que es un adelantado a su tiempo, ya que él varias décadas atrás ya hablaba de temas que hoy son cada día más aceptados y puestos como la forma adecuada de ver, pensar y hacer las cosas en pro de la sustentabilidad ecológica y social. A continuación mencionamos algunas perspectivas que el autor desarrolla y que se destacan en el prólogo del libro, de Gustavo Esteva, más otras que agregamos.
Cuando el “desarrollo” aún era un concepto intocable y un tabú incuestionable para todo el espectro ideológico, Barkin realiza un análisis severo, mostrando el impacto real y paradojal de algunos de los llamados “proyectos de desarrollo” y conceptualizados como exitosos. En esta línea sus trabajos sobre “desarrollo regional” siguen siendo referencia obligada, mostrando lo contradictorio del concepto de desarrollo y que muchas veces genera impactos y resultados contrarios a los que se buscaban.
Ivan Illich siente el impulso de llamar a Barkin, por esta crítica eficaz que realiza de la educación (capítulo 12), al mostrar que esta obliga a todos a correr cada vez más rápido sólo para mantenerse en el mismo lugar.
David fue el primero en traer a México el debate sobre la internacionalización/transnacionalización del capital, y todo el tema de la apertura al mercado mundial, como algo inscrito en los genes del capitalismo.
Barkin incorporó la cuestión ecológica, incluso cuando casi nadie ponía atención a los llamados del Club de Roma (Los límites del crecimiento, 1972) o de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano (realizada en Estocolmo, 1972).
Él siempre incorporó la perspectiva ecológica desde un análisis riguroso y profundo, difundiendo las ideas de base de la “justicia ambiental”. Paralelamente amplió las comprensiones de la “Economía Ecológica”, como un campo transdisciplinario que se ocupa de analizar la interacción de los procesos económicos con los ecológicos. A su vez, en su afán por avanzar en estas comprensiones, ha buscado permanentemente establecer un vínculo de esta con otros campos de estudios y de aplicaciones prácticas, tales como la economía social y solidaria, el decrecimiento, y el buen vivir, haciendo intrínsecos los principios éticos de justicia social, equidad intergeneracional y manejo sustentable de los ecosistemas. (p.488)
Sumado a lo anterior y atreviéndose a romper la mirada hegemónica pro globalización, destaca en todo su trabajo la importancia de la “economía local”, al describir experiencias específicas que directamente colaboró a organizar y que caracterizó con expresiones como “la economía política de la autonomía” y la “economía ecológica desde abajo”.
Como queda revelado en la presente obra, Barkin es un defensor de la “vía campesina”, entendida esta como una “nueva ruralidad comunitaria”, entendiendo el “desarrollo autónomo” como un camino a la sostenibilidad. Dando valor a la las estrategias campesinas e indígenas, autogeneradas desde los propios saberes populares, como un elemento central del proceso de impulso en la búsqueda del “buen vivir” en estas comunidades.
Sus palabras están fundamentadas en análisis teóricos sistemáticos y rigurosos, así como en casos reales, cuando expresa la convicción de “que son las propias comunidades, organizadas en agrupaciones étnicas y alianzas regionales e internacionales, quienes tendrán la última palabra en el diseño de las estrategias para superar las diversas crisis que enfrenta la humanidad actualmente”.
Como destaca Esteva (pag. 11), la convicción anticapitalista de Barkin no tuvo una raíz ideológica, sino teórica y analítica. Su análisis es adecuado frente a la situación actual que podríamos llamar, desde las propias palabras del autor, como el “colapso del capitalismo”, situación que pone en riesgo la propia sobrevivencia de la especie humana en el planeta.
En esta misma línea crítica y contrahegemónica, y en gran medida realista, se plantea en el horizonte la construcción de mundos “poscapitalistas” como alternativa para un modelo que amenaza con erosionar las posibilidades de mejorar la vida de los pueblos y del cuidado del medio ambiente (p.537). Desde esta postura propositiva y en el camino de la construcción de “un mundo en que caben muchos mundos”, Barkin destaca la diferencia entre territorio y propiedad realzando el significado de la propiedad social y la pertenencia como algo muy distinto de las actividades individuales. Así la “gobernanza colectiva” y la “autonomía” al ser formas de organización no están involucradas en la simple formación de “una economía alternativa, sino más bien una alternativa a la economía” (Esteva, 2014, p.149). (p.524)
A todo lo ya dicho en su obra, Barkin, realiza un análisis crítico de los modelos tradicionales de desarrollo, al enfatizar con claridad que: los estudios de la sustentabilidad sostienen críticamente que los modelos de desarrollo crean simultáneamente riqueza para unos cuantos y pobreza para las mayorías. En las áreas rurales, la pobreza obliga a la gente a abandonar las viejas tradiciones de manejo de los ecosistemas que por siglos se habían realizado. (…) Las estrategias de manejo rural exitoso (agregamos, autogestionado y autónomo) permiten asegurar mejores condiciones de vida y mayores ingresos. Los campesinos no solo cuidaran el ambiente, sino que llevarían a cabo aquellas tareas que se requieren para proteger sus escasos recursos naturales, mientras que contribuyen a sanear el ambiente en que habitan, así como el habitado por otros sectores sociales (Barkin, 1998; Toledo, 2000). (p.367)
Sin duda los estudios y publicaciones de David Barkin son un trabajo de investigación y una obra intelectual de mucho valor, porque él se atreve a mirar el pasado de forma crítica y cuestionadora, teniendo el coraje de imaginar el futuro de un modo propositivo, no ingenuo pero si esperanzador. Él cree en el ser humano y en su libro va cuestionando en su esencia un modelo (capitalista, extractivista, urbano e industrial… y hegemónico, homogéneo y también eurocéntrico) que tiene la pretensión de presentarse como el único posible y como el más adecuado y avanzado para que la humanidad pueda acceder a la construcción de sociedades “desarrolladas”. El autor cuestiona la historia política, económica, educacional y social de México y del mundo, y la relee desde una visión poscolonial, contrahegemónica y en la cual la rigurosidad y seriedad académica son el carácter principal que se destaca en su obra. Así, esta mirada aguda, rigurosa y alternativa, nos ayuda a pensar y soñar otros mundos posibles y otros futuros posibles, buscando alternativas a sociedades que se muestran, a nivel global, padeciendo una profunda crisis estructural sistémica de alarmantes y catastróficas dimensiones, llegando a poner en riesgo la propia sobrevivencia de la vida humana como la conocemos. Problemas que se acarrean desde hace décadas, pero que hoy comienzan a emerger de forma más clara e innegable, como son los conflictos por el agua, la desforestación y la pérdida de diversidad biológica, entre muchísimos otros, todos como consecuencias de la sobreexplotación ciega de recursos naturales y de un modelo extractivista, que agudiza la concentración de la riqueza y sigue manteniendo a una amplia mayoría de la población excluida y en situación de pobreza material, siendo algunos de los muchos problemas que deberemos enfrentar como sociedades. Pero lo relevante y significativo de este libro no está puesto exclusivamente en la poderosa y consistente crítica y propuesta que hace al modelo neoliberal capitalista, sino principalmente está en la capacidad de generar alternativas y formas nuevas (en el sentido de no ser las utilizadas) y adecuada de planificar y realizar las políticas públicas, económicas, culturales y sociales, para los desafíos que enfrentan México, América Latina y el mundo.
Al hablar de “poscapitalismo” Barkin abre una significativa perspectiva para romper con la idea del “fin de la historia”, entendida esta como la repetición de un capitalismo continuo y frente a lo cual se pretende hacer creer que no existirían alternativas, esto es un “más de lo mismo” perpetuo. Destacamos así que este gesto epistémico y gnoseológico es de vital importancia para romper con el letargo y la desesperanza que existe en la humanidad, frente a nuestro futuro como sociedades y como especie. En síntesis, presentamos aquí una obra que muestra una producción científica e investigativa del más alto nivel, y que creemos debe ser leída por todo estudioso de la economía del futuro y del presente, la prospectividad y la sustentabilidad ecología y social, pero también una guía para los muchos que sueñan con un mundo de sensato, humano y ecológico (esto es un mundo SHE… en contraste con un mundo HE, de hiper explotación y control autoritario). O sea el libro muestra la urgente necesidad de repensarnos como humanidad y sociedades, especialmente si soñamos con un mundo donde la libertad, la democracia, la justicia, la equidad, la solidaridad y la sostenibilidad/sustentabilidad/durabilidad sean nuestras estrellas guías.