La historia de las áreas protegidas en Chile comienza en 1907, con la creación de la primera reserva forestal del país. Este hito ubica a Chile como país pionero en la creación de áreas protegidas en América Latina (Folchi, 2015). A nivel regional, en 1932 fue creada la Reserva Nacional Magallanes, la cual vino a ser la primera área terrestre protegida regional. Entre los años 1940 y 1980 fueron creadas otras 10 nuevas áreas terrestres protegidas, cinco parques nacionales, tres reservas y dos monumentos nacionales (CONAF, 2019).
A pesar de lo anterior, la creación de áreas marinas protegidas (AMP) es comparativamente más reciente. La primera reserva marina legalmente constituida fue creada en 1997, la cual corresponde a La Rinconada (D.S. N°522/97 del Ministerio de Economía). Siete años después, se promulgó la primera AMP de la región de Magallanes, el Área Marina Costera Protegida de Múltiples Usos y el Parque Marino Francisco Coloane (D.S. N°276/04 del Ministerio de Defensa Nacional) (Figura 1). Más de una década después y promovida por la necesidad de conservar la biodiversidad a nivel mundial, se han promulgado otras cuatro nuevas áreas marinas: el Área Marina Costera Protegida de Múltiples Usos Seno Almirantazgo, el Parque Marino Islas Diego Ramírez y Paso Drake, la Reserva Nacional Kawésqar1 y el Santuario de la Naturaleza Bahía Lomas. De esa forma, las seis AMP contribuyen a un 68% de superficie protegida total en la región de Magallanes (Figura 1; MMA 2019).

Figura 1 Superficie protegida cumulada en la región de Magallanes entre los años 1930-2020. Se acumula la superficie protegida de cada área protegida conforme al año de creación. Áreas terrestres (puntos azules) y las áreas marinas (cuadrados rojos).
Con este antecedente, la región de Magallanes no solo se tiene que considerar como una de las áreas con menor impacto humano (Sanderson et al. 2002) y, consecuentemente, es un área que se conserva en un estado naturalmente inalterado (Inostroza et al. 2016); sino también, es una de las regiones que a nivel país está priorizando la protección del ecosistema marino que alberga. No obstante, es de vital importancia profundizar la operacionalización de las actividades de estas áreas por medio de desarrollo de planes de manejo y la interconexión entre las distintas áreas protegidas que alberga la región.