El trabajo de investigación sobre medios y comunicación está viviendo una época de globalización tanto institucional como disciplinar (Waisbord, 2019). Los textos seleccionados para este dossier dan cuenta de esa expansión. Los artículos abordan temáticas disímiles, pero asociadas por la interacción entre la comunicación digital y la materialidad en las prácticas sociopolíticas. Originalmente presentados en el Cuarto Congreso sobre Desarrollos Contemporáneos sobre Medios y Sociedad en América Latina, del Centro de Estudios sobre Medios y Sociedad en Argentina (MESO), llevado a cabo en octubre de 2018 en Buenos Aires, estos trabajos también son un testamento de la pluralidad en los enfoques teóricos y metodológicos de la disciplina en América Latina.
Tres de los trabajos analizan procesos político- gubernamentales. Santana y Huerta Cánepa parten de la teoría de la esfera pública (Habermas, 1989) y su instanciación en línea (Papacharissi, 2010) para examinar la conversación en Twitter y Facebook en torno a la campaña presidencial de Chile en 2017. Su principal hallazgo es que, a diferencia de otros países en los que tanto el gobierno, los partidos políticos y los países extranjeros han orquestado acciones de propaganda en redes (Bradshaw & Howard, 2018; Persily 2017), no existió evidencia de que la discusión electoral en Chile estuviera cooptada o secuestrada por ciber-tropas. El caso de las elecciones en ese país ejemplifica cómo no bastan las potencialidades tecnológicas (affordances) de los medios para generar determinado tipo de comportamiento por parte de partidos o gobiernos: el contexto institucional es fundamental para comprender la construcción social de la tecnología (Pinch & Bijker, 1984).
La campaña es solo uno de los aspectos de la información política: la comunicación gubernamental atraviesa la relación entre políticos y ciudadanos durante todo el mandato presidencial. Dagatti y Onofrio se basan en la teoría del discurso social de Angenot (1989) para analizar las imágenes posteadas por el poder ejecutivo de Argentina. Los autores encuentran distintas lógicas según el medio por el cual se difunden los videos y fotografías. Los diferentes usos de las plataformas por parte de la presidencia de Argentina remiten a los usos diversificados que hacen los jóvenes de las redes sociales (Boczkowski, Matassi, & Mitchelstein, 2018), y subrayan la importancia de integrar al análisis de las estructuras con la agencia de los usuarios individuales e institucionales.
Desde la teoría económica de los medios y de la comunicación de masas (Albarran, 2002 estudia la evolución de la propaganda gubernamental en Argentina entre 2000 y 2017, y consigna que, en los años analizados, la cantidad de dinero público destinado a la publicidad oficial creció “de punta a punta con pequeños retrocesos algunos años, en general en los inmediatos posteriores a las elecciones nacionales”. El autor señala que, “aun sin analizar los contenidos de las piezas publicitarias, las cifras parecen confirmar el usufructo electoral de la publicidad gubernamental”. Sin embargo, afirma que, a pesar de la masiva transferencia de recursos a los medios públicos y privados a través de la pauta publicitaria oficial, “el sistema comunicacional argentino no mostró grandes novedades en la oferta, no logró multiplicar las voces ni evitó la crisis estructural que afecta a escala mundial a los medios de comunicación de la era industrial debido al impacto de las nuevas tecnologías”. La crisis de los medios de masas no parece deberse únicamente a cuestiones financieras, sino a un cuestionamiento profundo sobre el rol que ocupan en las democracias postmodernas (Williams & Delli Carpini, 2011).
Lo político excede lo estrictamente partidario- gubernamental de acuerdo a los estudios feministas sobre medios, y el trabajo de Celeste Wagner se posiciona en la intersección entre estudios de género e investigaciones sobre persuasión para examinar cómo el género de los y las periodistas influye en la audiencia de los editoriales de prensa. A través de un experimento en línea, la autora encuentra que quienes leyeron a un periodista hombre indicaron percibir al acoso sexual como un problema más grave que aquellos que leyeron a una periodista mujer, hallazgo que sugiere que las históricas desigualdades de género se siguen perpetuando (Mitchelstein et al, 2019; Usher, Holcomb, & Littman 2018).
Las plataformas en línea no necesariamente terminan con los estereotipos, pero sí pueden ser herramientas útiles para establecer relaciones de colaboración. El artículo de Gómez-Zará, Andreoli, DeChurch y Contractor explora las maneras en que los profesionales encuentran colaboradores usando sistemas para la formación de equipos. A partir de teorías sobre equipos y capital humano y social (Granovetter, 1977), y a través del análisis de redes, los autores examinan cómo los individuos y sus redes sociales influyen en los procesos de formación de equipos entre profesores universitarios de Argentina. Encuentran que, aunque inicialmente los profesores tendían a invitar a contactos anteriores, finalmente formaron equipos interdisciplinarios y cohesivos con desconocidos; sin embargo, la mayoría de los vínculos se inició en un grupo reducido de participantes, lo que sugiere que ciertas características de los actores sociales -como la personalidad y la apertura a la colaboración- siguen siendo cruciales para establecer relaciones colaborativas en plataformas en línea.
Todos los artículos de este dossier reflejan que es crucial para los estudios de medios, comunicación e información abordar los fenómenos a estudiar desde una perspectiva texto-material (Siles & Boczkowski, 2012) que combine el enfoque sobre cómo los usuarios crean y se apropian del contenido con las estructuras materiales y las potencialidades tecnológicas de los artefactos mediáticos. En el estudio de Santana y Huerta Cánepa, las redes habilitaban la proliferación de bots en la elección presidencial en Chile en 2017; sin embargo, los usos que hicieron las campañas en las plataformas divergen significativamente de los que se habían puesto en práctica en Estados Unidos en 2016 y los que se emplearon en Brasil en 2018 (Ruediger et al., 2018). El equipo de presidencia de Argentina podría haber producido el mismo material para distintas redes, pero como examinan Dagatti y Onofrio, el poder ejecutivo eligió acomodarse a los usos de las plataformas entre los usuarios. A pesar de que, en teoría, Internet y las redes permitirían una comunicación más directa y menos dependiente de los medios masivos con la ciudadanía, Crettaz detalla cómo el presupuesto de publicidad oficial de la Argentina, destinado principalmente a medios tradicionales, masivos y offline, creció entre 2000 y 2017. Si bien en los inicios de Internet se la celebró como una red igualitaria, en la que las opiniones de hombres y mujeres, y de mayorías y minorías, podrían encontrarse en igualdad de condiciones (Noble, 2018), el experimento de Wagner muestra cómo las opiniones de los grupos dominantes siguen teniendo más peso, incluso en la discusión de temas tan relacionados con la experiencia de las mujeres como el acoso sexual. Finalmente, aunque las plataformas en línea podrían en teoría expandir la formación de equipo interdisciplinares y con individuos de distintas características, Gómez-Zará y sus coautores encuentran que una minoría de profesionales se abocó a la formación de equipos, y que la mayoría de estos estaban compuestos exclusivamente por hombres o por mujeres, en lugar de ser espacios de diversidad. El uso de artefactos mediáticos se desarrolla en contextos específicos, por actores sociales a los que ese contexto constriñe y habilita de maneras que exceden, pero incluyen, la tecnología puesta a su disposición. Los estudios de medios, tecnología y comunicación en América Latina alcanzan su máximo potencial cuando dan cuenta de estas variaciones y las explican a través del análisis empírico y la reflexión teórica.
Los cinco trabajos incluidos en este dossier parten de diversas perspectivas teóricas (democracia deliberativa, teoría del discurso, economía de los medios, estudios de persuasión, y capital social) y aplican distintas estrategias metodológicas (análisis de contenido, análisis cualitativo del discurso (audio)visual, análisis económico, método experimental, análisis de redes). Ganter y Ortega (2019) han señalado la poca visibilidad de las investigaciones sobre estas temáticas en el Norte Global. Sin embargo, los primeros autores de los trabajos son jóvenes investigadores de América Latina, específicamente de Argentina y Chile, y dos de ellos trabajan en Estados Unidos. Su participación en este dossier señala la diversificación y la profesionalización en los estudios de comunicación en Latinoamérica, y augura un futuro venturoso para las y los jóvenes académicos y estudiantes de la región.