Introducción
En la actualidad, la acción colectiva (Vargas, 2003; Melucci, 2002; Tilly, 2010) por parte de los movimientos sociales no se concibe sin una presencia determinante del uso de los medios de comunicación digital. En este contexto, la acción colectiva incide en la política y en la apropiación social de la tecnología, redefiniendo la participación convencional ligada a la democracia representativa, así como la participación política no convencional, dirigida al activismo y con predominancia del ciberespacio como escenario estratégico (Robles, 2015).
En un inicio, se caracterizó por la utilización de los beneficios que ofrece Internet; ahora, los usos han evolucionado hacia las interacciones en redes digitales y mediante acciones de política situada (Escobar, 2007), creando un ecosistema que trasciende el hacktivismo y que evidencia configuraciones de nuevas relaciones y modelos de comunicación de los ciudadanos a partir de su analogía con el ciberespacio, como la denominada Sociedad Red (Castells, 2000), la desintermediación comunicativa y los nuevos modelos de interacción y conexión social, como el individualismo en red (Castells, 2009) y las hipermediaciones (Scolari, 2008).
Esta perspectiva se denomina ciberciudadanía, concepto que ha entrado a formar parte de los abordajes teóricos de la comunicación política y los estudios ciberculturales, pero que aún evidencia vacíos ya que se identifica con la ciudadanía digital, más dirigida al uso de las funciones del Estado y a la implementación de dispositivos que dinamicen la democracia representativa. En cambio, esas interacciones y correlaciones que surgen en procesos de activismo social entre las esferas digitales y de gestión in situ son escenarios con poca atención que, a juicio de la presente investigación, se consolidan en ámbitos de nuevas formas de interactuar y que iluminan recientes dimensiones de lo que se denomina un ciberciudadano.
El objetivo general de la investigación consistió en conocer si la información de medios digitales, acciones colectivas y consultas populares son manifestaciones de una ciberciudadanía en contra de la explotación minera en el proyecto La Colosa. Para este artículo, se presentarán los resultados publicados en Twitter, específicamente a través de tres cuentas, sobre la Gran Marcha Carnaval y las consultas populares.
Marco teórico
Ciberciudadanía
Internet y la promulgación de las ecologías digitales establecen diversidad de relaciones con la sociedad. Así, se generan prácticas como el gobierno electrónico, el entretenimiento, el desarrollo científico y vida cotidiana (Martínez, 2004; Finquelievich, Baumann, & Jara, 2001). Del mismo modo, surgen analfabetismos, exclusiones e inequidad, demostrando una diferenciación en la calidad del acceso a los dispositivos virtuales (Robinson, 2005; Araya, 2005), generando clasificaciones sociales a partir de la conectividad y la tecnología.
Otras relaciones que emergen son los discursos, a través de acciones, ideologías y poder que mediante Internet operan como cimientos sociales (Porras, 2005), y la ciberciudadanía, categoría que se suma a las crisis de la ciudadanía contemporánea (Ariza, 2007; Bartolomé & Cabrera, 2003; Rueda, 2006), como una representación a partir de la configuración de una vida transversalizada por las tecnologías y la necesidad de colocar en una esfera pública la diferenciación y luchas por los diversos derechos.
Los estudios que permiten acercarse a la ciberciudadanía se encuentran en dos vertientes: una primera perspectiva desde la gestión, ligada a prácticas relacionadas con el uso de las tecnologías para la modernización del Estado, una mayor eficiencia y mejora de procesos como el sufragio y el ejercicio de la democracia (Galindo, 1998; Porras, 2005), con conceptos como gobierno electrónico (Ruelas & Pérez, 2006), e-democracia, ciberdemocracia (Prats & Del Álamo, 2003) y democracia electrónica (Van Dijk, 2000).
La segunda postura aborda la ciberciudadanía como un discurso, ligada a las prácticas sociales que consisten en ámbitos de sentido y enunciación; es decir, el asunto es menos de técnica y más de interacción sociocultural. Estas referencias se encuentran en el Primer Congreso Online del Observatorio para la CiberSociedad, realizado en 2002 en España, en donde se promulgó el Manifiesto por el ejercicio de una ciberciudadanía activa. Esta visión discursiva integra análisis conformados por la triada ciudadanía, cibercultura y globalización (Lozada, 2004) con lineamientos de la ciudadanía contemporánea que se consolidan desde una visión de las tecnologías que no se desliga de las realidades socioculturales (De Moraes, 2004) y que han transformado la esfera pública (Martín-Barbero, 2001). En esta línea existen igualmente estudios de la ciudadanía y la tecnología, relacionados con las representaciones sociales (Lozada, 2004), ligados a la hegemonía y el mercado (Páez, 2009) y de oportunidades de creación de un universo referencial (Viché, 2008).
Para esta investigación, la ciberciudadanía en general se desmarca de la concepción de gestión para instalarse en una posición crítica y sociocultural. Se distingue como las diversas relaciones o manifestaciones de los sujetos que fundamentan una sociedad, ejercen derechos y deberes y, de acuerdo a determinadas situaciones, movilizan acciones colectivas, desde una visión ecológica de la comunicación, actuando desde un raciocinio que integra lo cibercultural y la política situada.
Se trata de una derivación fruto de la crisis del concepto tradicional de Marshall (citado en Varela, 2008), basado en los derechos civiles, políticos y sociales y de fenómenos sociales como la globalización, la caída de los Estados Nación, la soberanía, el territorio, la identidad, las migraciones, el género, la crisis ambiental, el tránsito de escenarios socioespaciales a sociocomunicacionales, y el desarrollo tecnológico.
El ciberciudadano se considera un sujeto que transita en la actualidad por los derechos socioculturales o derechos de tercera generación, referidos a colectividades específicas e incluso de cuarta generación relativos a la bioética y, de manera fundamental, con relación al derecho a la información y como consumidor de tecnologías. Las necesidades de criterio y criticidad en este sujeto son fundamentales para garantizar mejores niveles de empoderamiento y participación (Marta Lazo & Grandio, 2013).
Referirse a una lógica cibercultural es comprender el ciberespacio como un eje que complementa lo real y lo virtual consolidándose en una esfera pública (De Moraes, 2004), donde las expresiones y acciones de los sujetos y las formas de consumir y producir (Marta-Lazo, Segura-Anaya, & Martínez Oliván, 2017) son representaciones a manera de huellas que van dejando los ciudadanos en la red, inaugurando un espacio político que plantea riesgos y conlleva oportunidades, tales como: una comunicación interactiva, la creación de nuevas identidades, el desarrollo de proyectos cooperativos, y el desarrollo comunitario y la superación de las contradicciones sociales, factores que convierten al ciberespacio en un entorno socioeducativo de vital importancia para la intervención de los animadores y los colectivos sociales (Viché, 2008, p. 2).
Una visión ecológica de la comunicación consolida la ciberciudadanía. Esta ecología se adapta y permite construir nuevas formas de encontrarse con interacciones locales-globales, donde las tecnologías operan como mediaciones entre actores y fenómenos con una alta capacidad de adaptación, dando forma a lo que Scolari denomina hipermediaciones, entendidas como un “conjunto de intercambios, hibridaciones y mediaciones dentro de un entorno donde confluyen tecnologías, discursos y culturas” (2008, p. 26), sin dejar de lado las posibilidades relativas a los contenidos y la importancia de una mayor comprensión frente a lo que comunica y aprende (Hergueta-Covacho, Marta-Lazo, & Gabelas-Barroso, 2016).
En ese perfil, las redes sociales han cobrado un papel preponderante en su uso en diferentes escenarios y acciones de protesta, básicamente por ser escenarios autónomos, que permiten liberarse de intermediarios, brindan acceso, inmediatez, impacto, atacan el paradigma tradicional de los mass media y renuevan los espacios de opinión y debate público. Para esta investigación, el Twitter cobra un interés especial en tanto
Es una red social que permite la interrelación de los flujos de información e ideas de diseño de colaboración en tiempo real, el cambio y la aceleración de los procesos globales de la mente colectiva. Se diferencia de otras redes sociales de Internet, como Facebook, por ejemplo, por ser independiente de las redes de relaciones, incluyendo el fuera de línea para trabajar. El foco de Twitter es la calidad y el tipo de contenido (Alzamora & Braga, 2014, p. 19).
Respecto de la política situada, la dinámica ciberespacial como esfera pública establece asociaciones entre las acciones virtuales y la interacción offline (Rueda, 2006) las implicaciones de la cibercultura se evidencian en el ciberespacio, pero los sujetos lo viven y actúan en lo físico. Escobar (2007) señala que lo político en el ciberespacio no debe perder el arraigo del lugar, en tanto mucho de lo que es necesario transformar depende de relaciones de poder en el mundo real.
Contexto de la investigación
La investigación tomó como estudio de caso el proyecto minero La Colosa, en Tolima, Colombia. Allí, en 2007 y en el marco de una promulgación e implementación de una política extractiva en ese país, se anunció que la empresa Anglo Gold Ashanti (AGA) había descubierto una de las diez minas de oro más grandes del mundo (Mina de oro La Colosa…, 2009).
El escenario geográfico es el Departamento de Tolima, cuya capital es la ciudad de Ibagué. Está ubicada al centro oeste de Colombia y cuenta con una población de 1.420.000 habitantes, y su economía se basa en la agroindustria, los servicios y la industria. Lo componen 47 municipios, de los cuales Cajamarca y Piedras han sido ejes de los proyectos mineros y, junto con la capital, Ibagué, epicentros de los movimientos de resistencia. Según el Observatorio de Conflictos Mineros (2014), el proyecto minero La Colosa sería de carácter regional, integrando otros títulos mineros que la empresa Anglo Gold Ashanti tiene en la región.
Desde ese momento, se generaron tensiones entre el Estado, la empresa minera y la comunidad, pues al ser el montaje de la mina a cielo abierto generaría un alto impacto ambiental en la región (Tamayo, González, & González, 2013). Este proceso se caracterizó por la manipulación de la información, la parcialidad de los medios informativos nacionales y regionales, y las presiones políticas y jurídicas para el desarrollo del proyecto (Corredor, 2014). La comunidad respondió mediante acciones como la generación y circulación de contenidos por medios digitales y redes sociales, la realización de bloqueos, protestas y marchas en diferentes regiones, y las consultas populares realizadas en municipios, en las que se generaba una votación a la comunidad sobre su aprobación o no a la implementación del proyecto minero en la región (Corredor, 2014). Los impactos de estas acciones y, en especial, los resultados de la consulta de Cajamarca del 26 de marzo de 2017 llevaron a que la empresa AGA informara a la comunidad la suspensión del proyecto en la región en abril de 2017 (Vargas, 2017).
Por otro lado, está el contexto digital en Colombia: según el Boletín Trimestral de las TIC 2018, publicado por el MINTIC, el país contaba en el primer trimestre de ese año con 30,4 millones de conexiones a Internet, de las cuales 23,9 millones eran móviles. De acuerdo al Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) (2018), en una población estimada de 45,5 millones de personas en 2018, 29 millones eran usuarios activos en redes sociales virtuales, lo que señala un panorama en evolución constante sobre el uso de las TIC en procesos como entretenimiento, comercio electrónico y comunicaciones.
Con relación al activismo digital, el país cuenta con antecedentes como Un millón de voces contra las FARC (movilización social en 2008 contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, convocada por Facebook); la Ola Verde (una movilización espontánea en redes sociales para el apoyo al candidato a la presidencia Antanas Mockus en 2010); la muerte de Rosa Elvira Cely (el feminicidio de Rosa Elvira en 2012 motivó una presión en las redes sociales que incidió en la creación de la ley con su nombre, logrando un avance en las garantías y el reconocimiento de los derechos de la mujer); el Paro Nacional Agrario de 2013 (movilización de organizaciones campesinas durante 21 días, donde el uso de redes sociales construyó redes nacionales e internacionales y se mostraron los abusos y las dinámicas de las marchas y protestas); la campaña del SÍ o el NO (en 2016 el país se enfrentó directamente al uso de fake news, boots, hackers, en el marco de la votación por el plebiscito por la Paz en Colombia), y la campaña presidencial de 2017, eventos últimos donde los contenidos en redes sociales virtuales y motivaciones particulares prevalecieron sobre controles, lógica y ética comunicacional (MOE, 2018).
Colombia convive históricamente con un conflicto entre el país urbano y el rural, siendo este último marginado y víctima directa de los problemas sociales de mayor conmoción; así, los impactos ambientales, y en especial el de La Colosa, iniciado en 2008 aproximadamente y ubicado en un sector rural, se enfrentaron mediáticamente a otros acontecimientos sociales en el país, como la guerra contra la insurgencia entre 2002 y 2010 y la firma de los acuerdos de paz de La Habana (2012-2016), que acapararon la atención del país. Por ello, lo sucedido en La Colosa tiene un especial interés, en tanto son escenarios en los cuales, desde diversas regiones, ciudadanos y organizaciones sociales lucharon para colocar los temas ambientales en la agenda política y en la esfera informativa (Polo, 2017). A nivel ambiental, si bien hay acciones, la defensa del Páramo Santurban en Santander contra la explotación minera por parte de la empresa canadiense Greystar Resources LTDA, fue un eje sobre el cual los movimientos ambientales comenzaron a usar las redes sociales virtuales para las acciones de resistencia (Páramo de Santurban…, 2018); más reciente es el caso del proyecto hidroeléctrico de Hidroituango, donde las diversas emergencias han tenido una difusión masiva a través de redes sociales e Internet (Nuevo derrumbe…, 2018), así como el derrame de petróleo por parte de la empresa Ecopetrol en Barrancabermeja (Santander) en 2018 (Algo huele mal, 2018), en el cual las redes cumplieron un papel determinante para informar y movilizar a la opinión ciudadana sobre el tema. Estos eventos han fortalecido la incorporación de lo ambiental en el pensamiento colectivo, que ha encontrado en las redes sociales y en los medios de comunicación mecanismos para la defensa del medio ambiente (Guhl, 2016).
Partiendo de los supuestos teóricos señalados, la problemática conlleva la siguiente pregunta de investigación: ¿Se identifican prácticas de ciberciudadanía a través de la red social Twitter en las acciones colectivas realizadas, como la Gran Marcha Carnaval y las consultas populares contra el proyecto minero La Colosa, en Tolima, Colombia?
Metodología
La metodología de investigación es de carácter mixto (Creswell, 2013) y de alcance exploratorio y descriptivo. Se utiliza el estudio de caso a partir de la propuesta de Galeano (2007), que establece tres fases para su desarrollo: exploración, focalización y profundización; para el análisis de las plataformas digitales se usó la etnografía virtual (Hine, 2004) y el software Twitonomy. A continuación, se explica el diseño desarrollado.
Fase de exploración
En la primera fase, se partió de los resultados de Badillo (2015) y Badillo & Marta-Lazo (2014), donde se analizaron 235 registros que entre 2008 y 2015 publicaron contenidos sobre el proyecto minero La Colosa en medios digitales. Sobre dichos antecedentes se reconocieron como actores definitivos para las acciones online y offline contra el proyecto minero La Colosa al Comité Ambiental en Defensa de la Vida y a la Red de comités ambientales de Tolima. La selección, además del reflejo en los registros de publicación, se basó en los siguientes criterios: una organización social con una estructura definida, prácticas comunicativas en formatos tradicionales y digitales, el uso de una página web y una trayectoria en acciones offline y online de denuncia contra el proyecto minero La Colosa. Mediante una observación no participante sobre la página web https://comiteambiental.com/ se localizaron las siguientes cuentas en Twitter adecuadas al objetivo trazado: @defensavida, @votoNoalamina y @Marchacarnaval, seleccionadas para este estudio. Los rangos de fechas elegidos cubren desde la creación de la cuenta, ya que interesa conocer su comportamiento general e identificar los momentos en los cuales se reconozcan variaciones significativas.
Fase de focalización
En la segunda fase se aplicó un análisis de contenido a las cuentas citadas mediante el software de analíticas de Twitter Twitonomy. Este software permite descargar los tuits, retuits y diversos datos cuantitativos sobre el comportamiento de las cuentas. Siguiendo a Krippendorff (1990), para el ejercicio se definieron:
Unidad de muestreo: tuits publicados en las cuentas @defensavida, @marchacarnaval y @votoNoalamina desde la fecha de creación hasta 2018.
Unidades de registro: tuits, retuits y réplicas (solo textos escritos).
Unidad de contexto: Gran Marcha Carnaval (GMC), consulta popular (CP).
Con los datos obtenidos se construyó una matriz analítica de las tres cuentas.
Fase de profundización
A través de Twitonomy se descargaron los tuis seleccionados y se ubicaron los datos de las unidades de contexto. Se empleó un muestreo no probabilístico por conveniencia, en el cual se seleccionaron los tuits publicados sobre las unidades de contexto: Gran Marcha Carnaval y Consulta Popular, generándose los siguientes datos a partir de los resultados iniciales del software Twitonomy (tabla 1).
Tabla 1 Muestra de tuits Gran Marcha Carnaval y Consulta Popular

Fuente: Elaboración propia con datos de Twitonomy
Sobre los datos seleccionados se aplicó un análisis de contenido cualitativo y cuantitativo a los enunciados de texto publicados. Se definieron categorías de análisis sobre la perspectiva de Bardin (1996), que estipula que “es una operación de clasificación de elementos constitutivos de un conjunto por diferenciación, tras la agrupación por analogía, a partir de criterios previamente definidos” (p. 90). De esta forma y sobre la teoría trazada sobre la ciberciudadanía, se establecieron las siguientes categorías: marco ideológico, perspectiva estratégica, ecología comunicacional y política situada; de acuerdo a su comportamiento, frecuencia y variabilidad, estas permiten verificar la presencia o no de manifestaciones de ciberciudadanía.
Los datos se analizaron desde las siguientes perspectivas teóricas:
Teoría de Valoración (Kaplan, 2004), que permite ubicar la postura ideológica y emotiva hacia el contenido experiencial de los enunciados; específicamente, de dicha teoría analizaremos los sistemas de valoración: actitud (juicio, afecto y apreciación) y gradación (fuerza y foco de los enunciados).
El modelo de comunicación y contrainformación de López y Roig (2006).
Los conceptos de Escobar (2007) sobre TIC y acción política situada.
Sobre estos referentes se construyó la matriz de codificación (tabla 2), que se aplicó a las unidades de contexto seleccionadas.
Resultados
Fase de exploración
El Comité Ambiental en Defensa de la Vida (CADV) se define como una
Plataforma de integración y trabajo colectivo de organizaciones de carácter social, grupos ambientalistas, corporaciones, fundaciones, colectivos estudiantiles, campesinos, indígenas, medios de comunicación alternativos y personas independientes que tiene como objetivo impulsar acciones públicas en defensa del agua, la vida, el territorio y derecho colectivo a un ambiente sano. Surge en el año 2011 como parte del acumulado histórico de movimientos socioambientales de Colombia y América Latina, asumiendo como aprendizaje la experiencia de movilización, resistencia y articulación de estos movimientos (n.d.).
Entre sus acciones se encuentra la realización de la Gran Marcha Carnaval y el apoyo y acompañamiento a las consultas populares realizadas en los municipios de Piedras, Cajamarca e Ibagué.
Su página web opera como un centro de gestión informativa con una propuesta multimedial que integra radio, video, boletines de prensa, publicaciones y acciones formativas con el desarrollo de diplomados ambientales. Se complementa su accionar con redes sociales como https://Twitter.com/DefensaVida, con 2626 seguidores y https://www.facebook.com/oficialcomiteambiental/, con 16.628 seguidores.
La gestión comunicativa ha tenido movimiento por Facebook, pero con el predominio de Twitter, la dinámica se ha trasladado a esa red social. Sobre la cuenta @defensavida, se identifican otras cuentas que han complementado el manejo informativo como @votonominearia, @marchacarnaval y el uso de etiquetas como #CarnavalesPorElAgua, #carnavalambiental, #CajamarcaSeRespeta, #consultespopulars, #WeLoveIbague y #CajamarcaNoSeArrepiente.
Fase de focalización
En esta fase, el software Twitonomy permite lograr una caracterización cuantitativa y cualitativa de cada cuenta, permitiendo conocer rasgos históricos y datos sobre su comportamiento. Para ello, se han seleccionado algunos ítems de análisis como se ve en la tabla 3.
Tabla 3 Análisis descriptivo cuentas seleccionadas
Ítems de análisis/ Cuenta | @defensavida | @votonomineria | @marchacarnaval |
Definición de la propia cuenta | Plataforma de organizaciones sociales y ambientales de Tolima | Espacio de articulación de sectores sociales y ambientales que promueven el NO a megaproyectos en consultas populares | “¡Sígueme! Colombianos de más de 34 municipios nos unimos en la más grande movilización nacional contra el extractivismo. #CarnavalesPorElAgua |
Fecha de más movimiento cuenta | Agosto de 2017-noticia sobre acuerdo 012 que prohíbe la minería en Ibagué | Marzo 27 de 2017- triunfo consulta popular en municipio de Cajamarca | Junio 2 de 2017 por realización Marcha Carnaval. |
Fecha de inicio | 26 de marzo de 2013 | 21 de julio de 2016 | 01 de junio de 2017 |
Fecha de análisis | 2014 - 2018 | 2016 - 2018 | 2017 - 2018 |
Cantidad de tuits | 5294 | 3314 | 789 |
Seguidores | 2619 | 2929 | 281 |
Tuits x día | 1,67 | 4,6 | 2,04 |
Hashtags | 937 | 449 | 41 |
Usuario más replicado | @valentinacmpm | #consultapopular | @valentinacmpm |
Usuario más mencionado | @Mineros_sa, | @Defensavida | @AGAColombia |
Tuit favorito | 15/11/2017: A esta hora en plantón frente a @MinAmbienteCo y la @ANLA_Col ciudadanos protestan contra el proyecto minero Soto Norte de @Minesa_Col #SanturbánNOEstáEnVenta | 26/03/2017: #CajamarcaVotaNo El ambiente en Cajamarca es una fiesta, al son de @systema_solar promoviendo la #ConsultaCajamarca | 07/06/2017: #JericoDiceNoMineria Jericó aprueba acuerdo municipal por el cual se prohíbe la minería de metales. Y así se le corre + la cerca a Anglogold |
Plataformas más usadas | Facebook (1726), Twitter for Android (1394), WordPress.com (33), Twitter Web Client (28), Instagram (7), MailChimp (6), Google (3). | Twitter for Android (3167), Twitter Web Client (17). | Twitter for Android (720), Twitter Web Client (67). |
Fuente: Elaboración propia con datos de Twitonomy.
Verificando el comportamiento cuantitativo de cada una de las cuentas, se reflejan rasgos que profundizan cómo Twitter actúa como un dispositivo de ciberciudadanía. Las cuentas @defensavida y @votonominería son mucho más antiguas, lo cual implica un mayor número de seguidores y una gestión representada en cuanto a los tuits y retuits. Llama la atención que, si bien el proceso de La Colosa se inicia hacia el 2008, el uso de Twitter en estas cuentas se evidencia en años posteriores. La cuenta @defensavida tiene un carácter institucional, es la imagen del comité ambiental y por ello aborda diversos temas que, en el transcurso del proceso, se han articulado a la agenda mediática y del conflicto. El tuit más destacado es sobre un conflicto ambiental en Santurban, en Santander, una región distinta a donde se ubica el proyecto minero La Colosa, el objeto de estudio de esta investigación. La cuenta @marchacarnaval es mucho más reciente y por ello sus cifras son más bajas, pero es importante determinar que se complementa con una serie de etiquetas como #CarnavalesPorElAgua, #carnavalambiental, en las cuales se visualiza un tráfico de contenidos específicos a las diferentes versiones de la Marcha Carnaval. Esto demuestra un uso estratégico de esta cuenta, concentrando en estos escenarios las diferentes acciones realizadas en cada evento, como las convocatorias, y convirtiéndose en eslogan de las movilizaciones. Finalmente, la cuenta @votonomineria cuenta con más seguidores, mayor cantidad de retuits, de menciones y de favoritos, evidenciando su impacto y del interés sobre las consultas populares. Ha evolucionado con el conflicto, ya que al convertirse las consultas populares en el eje de la estrategia contra las empresas extractoras en Colombia, el tráfico de información e interés incrementó. Su focalización, al igual que la cuenta @marchacarnaval, está en que el tuit más destacado es coherente con sus perspectivas estratégicas y temáticas. Otros aspectos relevantes son que entre los usuarios con mayor interacción aparece la cuenta @valentinacmpm, una periodista ambiental de Ibagué, así como que las plataformas con mayores interacciones son Facebook y Twitter. Se destaca la coincidencia de los horarios y los días de publicación, en la madrugada y el domingo y lunes; asimismo, por las plataformas utilizadas, se comprueba el rol que ha tomado Twitter en el proceso.
Fase de profundización
En atención al propósito de la investigación, se describe el contexto de cada acción colectiva, que son los escenarios en los cuales se identificará la presencia de prácticas de ciberciudadanía.
La Gran Marcha Carnaval
Es una acción comunitaria realizada desde 2010. Hasta la fecha se han realizado diez eventos, en los cuales diferentes representantes de la sociedad civil marchan con cantos, eventos culturales, conciertos y discursos por las calles de la ciudad de Ibagué, para terminar en el parque principal donde se congregan los asistentes y se llevan a cabo discursos, denuncias, manifiestos, entre otra serie de actividades. De acuerdo al Comité ambiental, se inició con tres mil asistentes y se tienen cifras de asistencia de más de 100 mil personas en las últimas versiones.
Las marchas nacieron para lograr una presencia mediática a nivel nacional e internacional, a través de un medio pacífico y cultural. Las articulaciones surgieron al ir integrando actores fundamentales como movimientos sociales, docentes, medios regionales, sectores comunitarios, la academia y personajes públicos (actores de TV, músicos). Al avanzar los impactos, el evento se institucionalizó a realizarse el 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, conectándose con celebraciones globales relacionadas con el tema, evolucionando en su ampliación y organización.
Consulta popular
En Colombia se han realizado en total siete, cinco de ellas durante 2017 (Carmen del Darién, 2009; Piedras, 2013; Cabrera, Cajamarca, Pijao, Arbeláez, y Jesús María, 2017). Son un mecanismo de democracia participativa, se consagran en la Constitución Política de 1991 y se regulan por los artículos 50 al 57 de la Ley Nacional de Participación (Ley 134 de 1994). Complementa el artículo 33 de la Ley Municipal (Ley 136 de 1994), que autoriza a los gobiernos locales el derecho a realizar consultas populares sobre determinados asuntos. La Ley 1757 de 2015 abrió la posibilidad para que en los municipios sus respectivos alcaldes realicen consultas populares ciudadanas mediante la recolección de firmas. El procedimiento requiere que estas consultas pasen inicialmente por el Consejo Municipal y tengan una participación mínima del 33% de la población censada.
Las consultas populares se enmarcan en lo que Dietz (2017) denomina estructuras de oportunidad política, difusión directa e indirecta y participación; consiste en mecanismos democráticos para incidir sobre la implementación y el desarrollo de proyectos mineros en Colombia.
La primera consulta se realizó en el municipio de Piedras el 28 de julio de 2012, donde AGA proyectaba una expansión del proyecto minero. Ante la presencia de la empresa, se iniciaron consultas y protestas por parte de la comunidad (bloqueo del municipio de Doima, represión de la policía). Con el apoyo de diversas organizaciones, se llevó a cabo la consulta, que tuvo una participación de 58%. Con este resultado, en otros dos municipios (Ibagué y Cajamarca) se motivaron a realizar consultas, pero por incidencia y amenazas de la empresa AGA y del Estado, los respectivos consejos municipales la rechazaron. Posteriormente, con el fallo de la Corte Constitucional de octubre de 2016 (T-445/16), si bien en Ibagué no se realizó la consulta, sí se generó un acuerdo del Consejo Municipal, el 2 de agosto de 2017, prohibiendo el desarrollo de actividades mineras de metales y de la gran y mediana minería de los demás minerales en la jurisdicción del municipio (Concejo Municipal Ibagué 2017, p. 3).
En Cajamarca, el mecanismo fue otro: partió de la recolección de firmas acorde a la Ley 1757 de 2015, que señala que para iniciar una consulta a partir de recolección de firmas debe estar apoyada por el 10% de los votantes. La consulta se realizó el 26 de marzo de 2017, con un resultado del 36,05%, superando el umbral.
La tabla 4 señala cómo los contenidos en Twitter evidencian el comportamiento de las categorías marco ideológico, perspectiva estratégica, ecología comunicacional y política situada en las unidades de contexto Gran Marcha Carnaval (GMC) y Consulta Popular (CP), lo cual permite verificar la práctica de una ciberciudadanía en las acciones colectivas.
Para ello, se organizaron los datos sobre un esquema de rangos en cuatro cuartiles: primer cuartil (Q1), entre cero y 25%, evidencia una baja manifestación de ciberciudadanía; segundo cuartil (Q2), entre 26% y 50%, con una manifestación media; tercer cuartil (Q3), entre 51% y 75%, que señala una manifestación media-alta como ciberciudadanía, y un último cuartil (Q4), entre 76% y 100%, con una evidencia alta de ciberciudadanía.
Marco ideológico
En las Consultas Populares, se identifica que los tuits de las cuentas @defensavida y @votonomineria transmiten valoración con alta intensidad y fuerza, mientras en aquellas relativas a la Gran Marcha Carnaval la valoración es más equilibrada. Al contrario, la cuenta @marchacarnaval maneja un nivel de valoración menor en comparación a los contenidos relacionados con la Gran Marcha Carnaval donde lo emocional, la valoración y la fuerza tienen un nivel mayor de contenidos. Así, se encuentra que las tres cuentas evidencian posiciones ideológicas y actitudinales sobre los procesos, y los porcentajes ubican los datos en los cuartiles 3 y 4, evidenciando una manifestación media-alta y alta de ciberciudadanía. Estos aspectos quedan reflejados en ejemplos como:
@Defensavida: El año pasado fuimos 120.000 voces contra el extractvisimo, este año seremos mas! #Junio2MarchaCarnaval (@Defensavida, 2017, March 9)
@ehsalah1: Suspender las CONSULTAS POPULARES es un ATENTADO contra la democracia y el derecho fundamental a la participación en, contravía del espíritu descentralizador de nuestra Constitución Política, Comparto mi columna de opinión de hoy https://goo.gl/UEdDJT (@ehsalah1, 2018, April 26)
@VotoNoMineria: @consejodeestado ratificó la constitucionalidad de la pregunta planteada en la #ConsultaPasca estaremos comunicando la fecha próximamente #PascaVotaNO (@VotoNoMineria, 2017, November 9)
Perspectiva estratégica
Con porcentajes superiores al 70% (tercer y cuarto cuartil), los contenidos generados tienen fines de sensibilización, motivación a la acción y su continuidad fomenta una presión sobre los diversos procesos, lo cual manifiesta un alto nivel de ciberciudadanía en su gestión. En este sentido, Twitter actúa desde una perspectiva estratégica, lo cual ha sido necesario, ya que es un fenómeno sin precedentes en el país; el enfrentamiento contra las estrategias del Estado, de AGA y de las entidades interesadas en el proyecto minero ha requerido esfuerzos notables para generar inicialmente una conciencia y, posterior a ello, una movilización y luego las respuestas representadas en los logros de cada acción, como se evidencia en los siguientes tuits.
@mambientalistac: Sí te encuentras en Bogotá, te esperamos hoy a las 12 del medio día en la Plaza de Bolívar. Plantón y movilización en rechazo a la tragedia ambiental en Lizama. (@mambientalistac, 2018, April 3)
@ambienteysoc: Guía Metodológica para realizar Consultas Populares en Colombia ----> http://bit.ly/2EBKzqS vía @Defensavida (@ambienteysoc, 2018, February 19)
Ecología comunicacional
El resultado de esta categoría es contundente, ubicándose en el cuartil 4, con un alto nivel de ciberciudadanía, al partir de dos procesos con un alto sentido comunicacional de transformación: la Gran Marcha y la Consulta Popular. Son dos constructos discursivos conformados por lógicas de acción colectiva, que se han desplegado en Twitter, donde los repertorios comunicacionales se han activado con el fin de presionar, mediante la focalización e intensificación. Se articulan redes comunicacionales basadas en la interacción entre Facebook, Twitter, Instagram, formularios de firmas digitales, campañas de Twitter, páginas web, blogs, YouTube, y medios de comunicación tradicionales que circulan y recirculan los contenidos, como se puede apreciar en los siguientes ejemplos:
@TejidoT: Inicia Foro "Educación Popular y acción colectiva en defensa del territorio" pueden seguirla en https://t.co/DeuUebDUPA (@TejidoT, 2017, August 25)
@VotoNOMineria: Transmisión del debate de control político sobre las #ConsultasPopulares, entérate porqué somos #DictaduraMinera (@VotoNOMineria, 2017, September 26)
@VotoNOMineria: Descripción gráfica de lo que pretende hacer @OscarBarretoTol con el acuerdo 012 que prohíbe megaminería en Ibagué #NoMásMineroPolítica (@VotoNOMineria, 2017, September 12)
Política situada
Se despliegan las regiones, los contextos, los eventos, la acción ciudadana, se cubren los hechos y se identifican actores y proyecciones. Twitter se convierte en una acción estratégica focalizada y contextualizada, donde la identidad se refuerza con rasgos culturales propios de cada región. Se verifica con un 100% representado en que los contenidos van acompañados de etiquetas con nombres de regiones, personas, ilustrados con imágenes, mapas, fotografías, entre otros elementos, como por ejemplo:
@Asonalca_: #PolíticaMineroEnergéticaMata En Meta, Santanderes y Antioquia, nos quieren meter, a las malas, los intereses de empresarios como comunes (@Asonalca_, 2017, August 20)
@valentinacmpm: Aprobado acuerdo 012 por medio del cual se prohíbe la minería contaminante en Ibagué. #IbaguéSinMineríaContaminante (@valentinacmpm, 2017, July 31)
Conclusiones
Esta investigación se realizó para profundizar en una perspectiva de la ciberciudadanía y en cómo su presencia se refleja en el uso de la red social Twitter, en los diferentes procesos que han consolidado la Gran Marcha Carnaval y las consultas populares, como dos acciones colectivas de gran incidencia en la lucha de la comunidad contra el desarrollo del proyecto minero La Colosa en el Tolima, Colombia.
Sobre la teoría propuesta, se concluye que la ciberciudadanía como discurso permite comprender con mayor rango el fenómeno y desplazarlo del determinismo que señala solo una serie de prácticas de comunicación digital, el activismo y mucho más la perspectiva desde el e-gobierno o e-democracia. De igual forma, la investigación evidencia cómo desde los conceptos señalados y los resultados son claras una serie de prácticas de ciberciudadanía a través de Twitter, como se amplía a continuación.
La primera identificación surge con la importancia que implica el ciberespacio para el Comité Ambiental en Defensa de la Vida y la Red de comités ambientales del Tolima, convirtiéndolo en un espacio de lucha estratégico. Así, el Comité despliega recursos a través de la página web, redes sociales en Facebook, Twitter, YouTube e Instagram. De manera específica, Twitter se ha manejado como una cuenta institucional y desde allí, con base en las narrativas y la lógica de la comunicación digital, ha integrado a manera de hipermedio otras cuentas, etiquetas, difusión de fotografías, videos, documentos, audios, memes, enlaces, firmas digitales, jornadas de uso de Twitter intensivo, Periscope y Facebook Live. En ese sentido, construye una metanarrativa basada en el hipertexto, donde la comprensión global se sostiene desde el marco ideológico, por los diferentes eventos y la línea evolutiva del fenómeno que determina contenidos, replicas, retuits y la participación de otras cuentas que circulan la información.
La fase de focalización presenta cómo las cuentas estudiadas juegan un rol decisivo en las dinámicas de la Gran Marcha Carnaval y las consultas populares, señalando picos de frecuencia de publicación en fechas fundamentales, generando un posicionamiento informativo y permitiendo la valoración sobre los hechos y las reacciones, en especial sobre las consultas populares, que generaban respuestas sobre los resultados desde los diversos sectores involucrados; así, en Twitter se difundía la información y se actualizaba en tiempo real sobre posibles procesos a realizar. Los datos descriptivos de cada cuenta presentan cómo es necesario acudir a estas métricas para desarrollar una gestión planificada de la comunicación en este tipo de entornos. Las cuentas operan sobre acciones específicas, la realización de las marchas, los procesos de las consultas, y es importante analizar el manejo que se le da al ir integrando otras problemáticas de otras regiones.
La fase de profundización, parte de definir que la ciberciudadanía comprende una serie de categorías gestionadas a través de Twitter. Predomina un marco ideológico caracterizado por una valoración negativa hacia el Estado, la empresa AGA y diversos actores pro proyecto minero, a la vez que se consolida un discurso en defensa de los recursos naturales y que invita a considerar nuevas alternativas de desarrollo. Hay un componente emocional, que constantemente es combustionado con mensajes que invitan a la reflexión y la acción. Hay una perspectiva estratégica a nivel de sensibilización y organización, la cual es eficiente, pero que requiere transitar a otros estados donde la comunicación a través de Twitter sea menos reactiva e informativa y en la dinámica discursiva perfile otros escenarios; es decir, considerar que luego de la acción colectiva, comunicacional y educativamente, ¿qué debe continuar?
Con relación a la ecología de medios, los contenidos sobre la Gran Marcha Carnaval y las consultas populares logran un impacto debido a la posibilidad de actuar sobre redes que permitan flujos de información diversos, directos y masivos. Desde el inicio de la agenda de protesta, los contenidos se generaron y circularon, funcionando como representaciones sociales que simplificaron el mensaje, el sentido y permitieron adaptarlo a las realidades, contextos y cimentarlos en escenarios específicos: marchas carnavales y consultas populares. Al basarse en el bien común, se logró una interacción y una interconexión de individuos en general desconocidos entre sí, integrando una movilización de recursos y un enfoque colectivo (Conover et al., 2013, p. 1) sobre las narraciones que generaron, las cuales se potencializaron en la movilidad de la comunicación digital.
Los medios estructuraron oportunidades políticas, evidenciando vacíos jurídicos, sociales, económicos y resonando los impactos, creando los escenarios para la acción colectiva, por lo cual la participación en las marchas y en las consultas se convirtieron en escenarios transversalizados por datos, facilitando la sensibilización, la coordinación y la acción (Martínez Romero, 2012).
Discusión
La complejidad del fenómeno ha implicado estructurar una serie de categorías que operan como detectores de acciones y prácticas que permitan su verificación. Así, desde una postura interdisciplinaria a través de una matriz de análisis se evidencian prácticas ciberciudadanas en los contenidos analizados en diversas prácticas ideológicas mediante un discurso definido, una serie de estrategias definidas, una visión ecológica de la comunicación y la acción política en territorio.
Esta investigación corrobora la lógica sobre la cual la comunicación en redes sociales -como en este caso- y su articulación con hechos en territorio se configuran sobre modos horizontales, con parámetros de producción y transmisión diversos, en ocasiones caóticos. Estas plataformas van en paralelo a los medios tradicionales; no hay que olvidar que se alimentan del espíritu del conflicto y buscan visibilidad aprovechando la cultura de la convergencia. Solo desde ese anclaje se pueden comprender los métodos con los que se gestiona la comunicación; así, todos los seguidores de estas cuentas posiblemente no estén en las calles ni asistan directamente a la consulta popular, pero son parte de una dinámica colaborativa que se intersecta con la problemática, configurando la denominada sociedad en red, conectada, híbrida. Con ello, los movimientos sociales, al abordar los entornos online y offline, despliegan repertorios con un alto nivel de intensidad y fuerza.
Es fundamental comprender que la ecología comunicacional opera sobre las lógicas de las redes. Cada cuenta tiene una relación directa con un tema, pero no es exclusiva; así, la cantidad de tuits que manejan y los porcentajes relacionados con cada unidad de contexto son bajos: @defensavida, 22%, @VotoNOMineria, 29% y @MarchaCarnaval, 33%; es decir, circula una gran cantidad de información relacionada, pero que conecta con otro tipo de temáticas como redes hermeneúticas que configuran el sentido. Estas conexiones se movilizan en frecuencias de publicación dependiendo de la incidencia de los hechos y de la perspectiva estratégica que sobre ellos se defina a nivel de sensibilización, acción o presión. En este punto, es relevante analizar la distancia entre el inicio del conflicto, aproximadamente 2008, y el inicio de las cuentas en Twitter, el 26 de marzo de 2013, el 21 de julio de 2016 y el 1 de junio de 2017, lo que se produce por los tiempos en los cuales este tipo de redes sociales fueron integrándose al consumo de los usuarios y, en especial, porque al inicio del proceso se usaron más páginas web, blogs y Facebook.
La acción de política situada se evidencia desde el hecho de actuar de los grupos vinculados a la acción colectiva. Parten del territorio, de lo local, de los municipios, y con todas sus diferencias e intereses logran consolidar representaciones que se mediatizan y que facilitan la identidad, como por ejemplo #noalacolosahorrorosa, #NoalaMINA, “si paramos la Colosa, paramos cualquier cosa”, #cajamarcadiceno, #dictaduraminera, #aquiNadiesemueredeHambre, #Pijaovotono, #yoatacolagranmineria, los cuales se concibieron como estrategias multimedia, ya que se proyectaron sobre etiquetas para el uso de redes sociales. Desde esos espacios, se enfrentaron a modelos de desarrollo hegemónicos con base en su apuesta local por una estabilidad económica, que dependía de ellos mismos y no de modelos macroeconómicos impuestos.
La investigación plantea una serie de categorías y una metodología para abordar cómo en las redes sociales, en este caso Twitter, los conflictos encuentran en el ciberespacio una esfera en la cual se desarrollan dinámicas específicas. El concepto de ciberciudadanía como discurso pretende abordar con un mayor nivel de complejidad lo que sucede en la comunicación digital y, en especial, sus correlaciones con la forma en que los movimientos sociales desarrollan su actuar en esta esfera. El trabajo se centró en los enunciados publicados en Twitter, y abre escenarios de estudio de interés, al proyectar unas categorías que permiten puntualizar esa relación y metodologías como el análisis de métricas. De igual forma, son necesarios estudios que aborden otros aspectos comunicativos como lo audiovisual y multimedial, que cumplen un rol predominante al focalizar e intensificar los mensajes, dando forma a muchos de los sentidos y métodos sobre los cuales se caracteriza y certifica la importancia de las plataformas digitales en las acciones de los movimientos sociales en la actualidad.