Introducción
Este artículo reflexiona sobre los vínculos entre el discurso de la prensa y las dinámicas históricas constitutivas de la nación. Específicamente, indaga en el rol de la prensa de alcance nacional en la construcción simbólica de la frontera norte de la Argentina durante la reciente transición presidencial del kirchnerismo al macrismo (2015-2016).
Este artículo no busca proporcionar una definición precisa de la frontera norte de la Argentina. Más bien pretende, desde una estrategia metodológica de tipo genealógica, reconocer significados y referencias geográficas empíricas con los que se fue asociando esa categoría. En el norte, la Argentina comparte fronteras internacionales con todos sus países limítrofes: toda la frontera con Bolivia, Paraguay y Brasil, y parte de ella con Uruguay y Chile. Sin embargo, la denominación frontera norte no ha alcanzado precisión en el discurso académico y oficial. A pesar de ello, en el discurso periodístico se fue asociando empíricamente, con frecuencia, a la frontera internacional que la Argentina comparte con Bolivia y Paraguay.
Por su importancia histórica y geopolítica, la frontera norte de la Argentina es objeto de disputas semánticas particulares. Una de ellas tiene relación con el fenómeno migratorio: por la frontera norte ingresan las dos comunidades de inmigrantes mayoritarias en la Argentina, la paraguaya y la boliviana (Benencia, 2012), y a ellas se les asignan distintos estereotipos e imaginarios (Miranda, Cravino, & Martí, 2012; Benencia & Canevaro, 2017). Otra disputa tiene eje en el crimen organizado y el narcotráfico, con Argentina como país consumidor y Bolivia o Paraguay como productores (Renoldi, 2014; Campero & Del Prado, 2016). En estas contiendas por la significación, los medios tienen un rol central, por la legitimidad de su discurso y la masividad de su alcance.
El objetivo es revisar la participación del discurso de dos medios de prensa nacionales con líneas editoriales divergentes (La Nación, conservador, y Página/12, progresista) en la producción, reproducción o circulación de imaginarios sobre la frontera norte de la Argentina durante el último año de presidencia de Cristina Fernández (2015) y el primero de Mauricio Macri (2016). Esta transición tiene relevancia en la historia reciente del país, pues significó el fin de 12 años de gobierno del kirchnerismo, movimiento político de ideología nacional-popular, y el inicio del gobierno del macrismo, de ideario conservador-neoliberal.
Los estados nacionales modernos se han construido a partir de su definición territorial. Ello implicó el establecimiento material y simbólico de fronteras que permitieran constituir la unidad nacional y diferenciarse de los países vecinos. Como dispositivos espaciales, las fronteras del estado-nación moderno articulan tres componentes: 1) el ámbito en que se constituyen las relaciones sociales de frontera, 2) los marcos de interacción social que operan en escalas más amplias, y 3) los imaginarios que se generan sobre ella. Aquí se indaga en este último componente de lo fronterizo.
Se puede concebir a las fronteras de los estados nacionales como realidades contingentes y dinámicas definidas en las prácticas materiales y simbólicas de distintos agentes sociales. Son dispositivos simbólicos centrales en la construcción territorial, pues completan la misión cohesiva del estado nacional moderno trazando una línea que permite imaginar un nosotros, acá, de este lado, distinto de los otros, allá, del otro lado.
Las imágenes surgen de la condición humana de estar provistos de sistemas perceptivos y cognitivos (Hiernaux & Lindón, 2012). A través de ellos, las personas se apropian de su entorno y producen representaciones mentales. Narración, visualización y conceptualización son algunos de los procesos por los cuales se crean y recrean imágenes sobre la realidad circundante. A partir del entretejido de imágenes, significados y valoraciones -atravesados por relaciones de poder- se van construyendo imaginarios sociales.
Los imaginarios sobre las fronteras nacionales están permeados por miedos y temores respecto de lo/s que, desde el otro lado, pudieran cruzar hacia este lado. Abarcan asignaciones y sanciones morales sobre lo peligroso, prohibido e indeseado (Alonso & Balbuena, 2004) y son frecuentemente manipulados por quienes detentan poder para construir hegemonía (Zusman, 2013).
Consideraciones generales
Localizando la frontera norte de la Argentina
En cada país circulan diferentes formas de denominar las fronteras o partes de ellas. Por ejemplo, la expresión Triple Frontera es usada en la literatura científica, la planificación turística y la prensa para dar cuenta del trifinio formado entre Argentina, Brasil y Paraguay, y está asociada fuertemente con el terrorismo y el narcotráfico (Giménez-Béliveau, 2011). Entre Portugal y España, raia/raya es la expresión que permanece para identificar la frontera compartida. En Tijuana y San Diego, los hispanoparlantes se refieren a esa frontera como la línea, pero también emplean bordo, del inglés border.
En distintos países de Latinoamérica, la expresión frontera norte es utilizada con diferentes grados de institucionalización en el vocabulario geográfico común, siendo probablemente la de México la más estudiada, mencionada y reconocida, con frecuencia asociada a la esperanza del sueño americano, pero también a la muerte, el placer, el peligro y lo prohibido (Alonso & Balbuena, 2004). Claro que, amén de su complejidad política, económica y sociocultural, es relativamente sencillo circunscribir geográficamente la frontera norte de México, porque contrasta con una única nación, Estados Unidos, y se extiende de un extremo al otro del continente.
Las referencias a la frontera norte de la Argentina son más imprecisas. Al describir los límites del territorio nacional, la literatura geopolítica nacionalista clásica no hizo referencia a tal término, segmentando las fronteras según el país vecino (Daus, 1957; Rey Balmaceda, 1979; Milia, 2015). En artículos académicos que abordan críticamente las fronteras internacionales de la Argentina tampoco se ha cultivado esta expresión: se habla de la frontera argentino-boliviana (Campisi, 2001), del espacio de frontera argentino-boliviana (Domenach, Celton, Arze, & Hamelin, 2007), de la frontera norte de Argentina con Bolivia (Caggiano, 2007), de la frontera argentino-paraguaya (Linares, 2009) o de la frontera de Argentina, Paraguay y Brasil (Renoldi, 2013). En el discurso académico, el concepto de frontera norte de la Argentina no se ha consolidado, y cuando es utilizado, el término es meramente descriptivo -no conceptual- e intercambiable con otros (Caggiano, 2007).
En otro tipo de fuentes discursivas, los informes y páginas web de organismos públicos nacionales, las referencias a la frontera norte de la Argentina no se remontan a antes de 2015. Entre ellas se encuentran un comunicado del Ministerio de Seguridad, de agosto de 2016, titulado “Ministerio de Puertas Abiertas: Frontera norte, narcotráfico y seguridad”, que menciona a la Frontera Norte de nuestro país”, aunque sin especificar un referente empírico claro para ese término (Ministerio de Seguridad, 2016, tercer párrafo). Otro comunicado del mismo organismo, fue titulado “Avances en el control aéreo y terrestre en la frontera norte”, pero tampoco especifica su alcance geográfico (Ministerio de Seguridad, 2018). Esto sugiere que en el discurso del estado nacional argentino tampoco existe precisión sobre el alcance de aquello denominado a veces con el término frontera norte de la Argentina.
En cambio, en los principales medios gráficos argentinos, la primera mención a la frontera norte de la Argentina de la que se tiene registro aparece en una noticia de La Nación de 1996, casi una década antes que en los informes y páginas web de organismos públicos. Allí se indica que “por la frontera norte se filtra el flujo principal de la droga que ingresa en el país…”, sin explicitar el referente empírico del término (Avanza el Gobierno…, 1996). En Página/12, la referencia más antigua a la frontera norte de la Argentina es de 2005, en un artículo que menciona la “indefensión de la frontera norte”, asimilando el término a la región del Noroeste Argentino y nuevamente asociándolo al narcotráfico (Cecchi, 2005). Es decir que la prensa se ha referido a la frontera norte por más de dos décadas, y en sus primeras apariciones le imprime una fuerte connotación negativa. No obstante, no existen estudios que hayan profundizado en el posterior desarrollo de ese concepto en ese tipo de discursos.
Discurso de la prensa y construcción de la realidad
La prensa ha sido históricamente un agente central en la constitución de imaginarios sobre lo nacional en los estados modernos, ya que la legitimidad de su discurso funciona como una articulación mediadora y aglomerante de las distintas voces, a menudo contradictorias o mutuamente ininteligibles, presentes al interior de un territorio (Anderson, 1993). Además, el discurso de la prensa ha cobrado especial importancia en momentos históricos específicos, en los distintos estados nacionales y respecto de enclaves específicos como el que se estudia en este artículo, modelando determinados imaginarios sobre el alcance de la nación, sus límites, su nosotros y sus otros (Rubilar Luengo, 2015).
Para dar forma a los acontecimientos noticiosos, los medios de comunicación emplean operaciones discursivas mediante las cuales se decide qué, cómo y cuándo será informado (Conboy, 2010). Así, el discurso periodístico construye semánticamente una realidad a la que la mayoría de las personas se ven imposibilitadas de acceder en forma directa. Esto es importante cuando medios nacionales se refieren a realidades que ocurren en los confines del país. En estos casos, la enorme mayoría de la población, que habita lejos de esos lugares, solo tiene una experiencia secundaria de ellos, mediada por el discurso informativo. Además, por la propia dinámica de la producción de la información, el discurso de los medios, aún sin pretenderlo, actúa en favor de la reproducción del statu quo, reforzando y perpetuando los valores e ideas dominantes en una determinada sociedad (McQuail, 1994).
Si bien las fronteras del estado nacional constituyen un tópico frecuentemente tematizado por los medios de comunicación de distintos países, más allá de algunos esfuerzos aislados (Grimson, 1998; Alonso Meneses, 2013; Antolínez Merchán & Rivero Recuenco, 2016), aún no se ha conformado un corpus sustantivo de estudios académicos sobre la relación entre discurso periodístico y frontera. En consecuencia, se desconoce el alcance de las distintas denominaciones asignadas por los medios a las diferentes fronteras, su desarrollo e importancia en relación con determinados momentos históricos y políticos en el desarrollo de los estados nacionales.
La Argentina es un caso particular de centralismo mediático. El país tiene 2.700.000 kilómetros cuadrados de superficie y unos 9.800 kilómetros de fronteras terrestres. Los principales medios de comunicación argentinos se encuentran radicados en el centro político-administrativo, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, muy distante de las fronteras con Brasil, Chile, Paraguay y Bolivia (aproximadamente a 670, 1.350, 1.250 y 1.700 kilómetros, respectivamente). Allí se localizan las redacciones de los principales diarios nacionales, entre ellos los que se analizan en este artículo, La Nación y Página/12. En ese sentido, el discurso de los medios sobre las fronteras de la nación parte desde un lugar de extrema lejanía. Paradójicamente, ellos son el único modo en el que la mayoría de los ciudadanos puede enterarse de lo que sucede en esos confines.
La Nación, fundado en 1870, es uno de los periódicos argentinos más antiguos. Su origen y desarrollo estuvieron ligados a sectores con hegemonía gubernamental, militar, empresarial e intelectual. Por eso mismo, más allá de los matices, a lo largo de su historia ha mantenido una línea editorial identificada políticamente con una visión liberal-conservadora, y su discurso ha tenido la vocación de representar, especialmente, a los sectores más empoderados de la sociedad (Sidicaro, 1993; Zimmermann, 1998).
Página/12, por su parte, fue fundado en 1987, pocos años después del fin de la última dictadura cívico-militar, en un proceso signado por la recuperación de la democracia y la libertad de expresión. En ese contexto, ha logrado posicionarse como un medio dirigido especialmente a un público joven, perteneciente a estratos socioeconómicos medios y medios-altos, de ideología progresista y cierta ilustración, a quienes se apela con estilo y contenidos vinculados con la defensa de los derechos humanos y un uso transgresor del lenguaje (González, 1992).
La transición presidencial kirchnerismo-macrismo
Nacido en el contexto de la crisis económico-político-social argentina que eclosionó en 2001, el kirchnerismo gobernó en tres presidencias consecutivas: la de Néstor Kirchner -de quien este movimiento político toma el nombre-, de 2003 a 2007, y las de Cristina Fernández, de 2007 a 2011 y de 2011 a 2015. Su discurso progresista y nacional-popular le sirvió para diferenciarse del fracaso del régimen conservador y neoliberal que había imperado en la década de 1990. En ese sentido, a lo largo de buena parte de sus gobiernos-, el kirchnerismo apeló a una polarización discursiva con los grandes medios de comunicación, especialmente los impresos, como los diarios La Nación y Clarín. A su vez, estos asumieron un posicionamiento editorial fuertemente crítico respecto de aquel. A los gobiernos kirchneristas, la estrategia de confrontación con el discurso de los grandes medios le fue útil para desarrollar un “modelo de comunicación controlada” y librar una batalla por el control de la información y las interpretaciones de la realidad (Vincent, 2017, p. 102). A los grandes medios, por su parte, les permitió erigirse en representantes de las voces de la oposición política al kirchnerismo.
Mauricio Macri -de cuyo apellido deriva la expresión macrismo utilizada para referirse a su espacio político- asumió la presidencia en diciembre de 2015 y culminó su mandato en diciembre de 2019. Dos veces jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires e hijo de un empresario conocido por sus negocios con el estado nacional, Macri, sin embargo, llegó a la presidencia con un discurso en el que se presentó a sí mismo como ajeno a la política tradicional, un ciudadano común cercano a la realidad de la gente (Annunziata, Ariza, & March, 2018).
A diferencia del kirchnerismo, que se valió de la figura del anacronismo, apelando al pasado para insertar su proyecto en la tradición nacional y democrática interrumpida por el neoliberalismo, el macrismo se construyó discursivamente desde una oposición al pasado, presentándose como la encarnación de la Argentina del futuro (Dagatti, 2017). A lo largo de su campaña electoral y de su mandato, Macri contó con un fuerte respaldo de la mayoría de los principales medios de comunicación nacionales, entre ellos el diario La Nación. En cambio, Página/12, que había apoyado al kirchnerismo durante sus sucesivas presidencias, se convirtió en uno de los principales medios opositores al gobierno macrista.
Método
Diseño
La estrategia metodológica es cualitativa y transversal, pues busca conocer el desarrollo del objeto de estudio -los imaginarios sobre la frontera norte de la Argentina en el discurso de dos medios de prensa de circulación nacional, La Nación y Página/12- a lo largo de un período determinado, los dos años correspondientes a la última transición presidencial argentina.
Procedimiento y selección del corpus
Se seleccionaron todos los artículos con el término frontera norte publicados entre el 1/1/2015 y el 31/12/2016 en las ediciones en línea de La Nación y Página/12 (se utilizaron estas ediciones por un criterio de accesibilidad y facilidad en el procesamiento informático de la base de datos, pero se cotejó que cada artículo analizado correspondiera textualmente con su versión impresa). Se descartaron aquellos en que el término frontera norte refiriera a fronteras de otros países. El período delimitado corresponde a la transición presidencial entre el último año de gobierno del kirchnerismo -finalizado el 9 de diciembre de 2015- y el primer año de gobierno del macrismo -iniciado el 10 de diciembre de 2015-. La búsqueda se limitó a estos dos años para aprehender la transición de un gobierno a otro, que probablemente se habría diluido de haber seleccionado un período más amplio. El corpus de análisis quedó conformado por 47 artículos: 33 de ellos fueron publicados en el diario La Nación y los 14 restantes, en Página/12.
Procesamiento y análisis de los datos
Se confeccionaron dos bases de datos, cada una correspondiente a los discursos de uno de los dos diarios analizados. Empleando el programa informático de análisis cualitativo Atlas.ti, se identificaron en cada artículo las citas referentes a la frontera norte de la Argentina, se asignó a cada cita un código creado ad hoc en función de su contenido y se identificaron las relaciones entre códigos. Treinta y un códigos (tal es la denominación que aplica el programa Atlas.ti) fueron asignados a las citas, cada uno correspondiente a una unidad o núcleo temático del fenómeno estudiado. Para avanzar desde la codificación hacia un grado de conceptualización, se interpretaron los datos mediante el análisis crítico del discurso (Van Dijk, 1990), que permite relacionar los discursos con sus contextos de producción y circulación. Específicamente, hemos trabajado con lo que el autor denomina estructuras ideológicas del discurso (Van Dijk, 2003), es decir, formas en las que la ideología se hace evidente en el modo de estructurar el discurso, en relación con categorías de análisis como los “temas” que destacan en el tratamiento de cada noticia, la “coherencia” global y local entre los temas, el “nivel de descripción” o “grado de detalle” otorgado a las distintas partes del discurso, operaciones como las “implicaciones” o “suposiciones” la “sinonimia”, el “contraste”, el modo en que son presentados los “actores” y la “ambigüedad y vaguedad” en ciertas descripciones (pp. 58-68).
Resultados: La frontera norte de la argentina según la nación y página/12
Durante el último año de presidencia kirchnerista, La Nación publicó cinco artículos periodísticos que mencionan la frontera norte de la Argentina. En ellos se identificaron 12 núcleos temáticos, cada uno asociado con una cantidad de citas o fragmentos de texto: aumento del narcotráfico (10 citas); zona caliente (9); puerta de ingreso de drogas, inmigrantes o mercadería contrabandeada al resto del país (9); debilidad, desorganización o falta de recursos del estado (9); lucha desigual contra el narcotráfico (8); preocupación (8); necesidad de controlar o frenar (8); fortaleza, organización y poder del narcotráfico (8); zona lejana (5); zona problemática (4); Bolivia como país de origen de drogas, inmigrantes y mercadería contrabandeada que ingresan al país (4), y Paraguay como país de origen de drogas que ingresan al país (1). Página/12, durante el mismo período, publicó cuatro artículos periodísticos sobre la frontera norte y en ellos se identificaron ocho temas: evasión fiscal (5 citas); pobreza (5); desigualdad (4), campaña política/electoral (2); disociación entre frontera norte y delito o narcotráfico (1); Güemes (1); necesidad de controlar o frenar (1), y reforzamiento de la participación militar en el control de la frontera norte (1).
Se observa, entonces, que si bien la cantidad de artículos de ambos medios sobre la frontera norte es similar en este período (cinco y cuatro, respectivamente), el tratamiento del tema es diferente. En La Nación prima la preocupación por el aumento del narcotráfico, la caracterización de la frontera norte como zona caliente y puerta de ingreso al país de elementos indeseables, así como una semblanza negativa del estado respecto de su capacidad de combatir esa amenaza. En cambio, en Página 12 prevalece la preocupación por la evasión fiscal y fenómenos sociales como la pobreza y la desigualdad. Así, se vislumbra una articulación entre la línea editorial de cada diario, la tendencia ideológica del gobierno en ejercicio y la tematización de la frontera norte. La Nación, de línea opositora al gobierno, construye discursivamente una situación de amenaza creciente y se focaliza en la debilidad del estado para frenarla. Página/12, afín al gobierno, se centra en problemas más amplios y estructurales y no deposita sus críticas en el estado.
El aumento del narcotráfico como tema principal en el discurso de La Nación en este período es apoyado por distintos recursos narrativos. En un artículo titulado “Habló el juez de Orán sobre narcotráfico: ‘Son mil causas por empleado; hacen lo que pueden’”, el diario se refiere al “narcotráfico en la frontera norte” como una “problemática en aumento” y cita a una autoridad judicial fronteriza, quien señala que “es incesante la cantidad de causas que ingresan” (Habló el juez…, 2015). Allí, localiza el narcotráfico en la frontera norte y lo caracteriza como un problema irresuelto, donde un estado débil y desorganizado se enfrenta en una lucha desigual a un fenómeno que no deja de crecer.
A su vez, la idea de lejanía asociada a la frontera norte es recurrente en el discurso de La Nación durante el último año de gobierno del kirchnerismo. En un artículo titulado “Nuevos indicios de la elaboración de drogas en el país”, se indica que “la circulación de hojas de coca no sorprende en el Norte, donde el coqueo está arraigado en Jujuy, Salta y Catamarca”, pero “el decomiso de un importante cargamento de hojas de coca bien lejos de la frontera norte puede abrir un nuevo y preocupante frente en cuanto a la penetración del narcotráfico en el país”, y añade que “el embarque estaba camuflado entre un cargamento de prendas de vestir que tenía como destino final la provincia de Buenos Aires, claramente fuera de la zona en la que el coqueo es una costumbre social ancestral” (Gallo, 2015b). La narración establece, además de la lejanía geográfica entre Buenos Aires -lugar de enunciación- y la frontera norte una distancia cultural que delimita lo que es o no es aceptado en cada contexto. La irrupción del narcotráfico en territorio bonaerense, lejos de los confines y cerca del centro político, económico y administrativo del país, es tematizada como un fenómeno novedoso y preocupante, ya que amenaza la permanencia de esas distancias culturales arraigadas en tradiciones diferenciadas.
Además, La Nación refiere reiteradamente a la frontera norte con el adjetivo caliente, reforzando la idea de un problema que levanta temperatura y debe ser frenado o controlado por el estado en un contexto de lucha: “La frontera porosa del noroeste argentino es uno de los talones de Aquiles en la lucha contra el narcotráfico. El Estado debe incrementar ahí su presencia” (En la caliente frontera…, 2015). Con la metáfora de la permeabilidad, la frontera norte es presentada como débil frente a amenazas cuyo origen se encuentra en dos países: Bolivia, y en menor medida, Paraguay (Gallo, 2015a; Gallo, 2015b; En la caliente frontera…,2015).
En contraste con La Nación, en el discurso de Página/12 la evasión fiscal, la pobreza y la desigualdad aparecen como temas principales en relación con la frontera norte en el último tramo del gobierno kirchnerista. En un artículo titulado “Ventas con nombres y precios falsos”, se indica que la Administración Federal de Impuestos Públicos “detectó operaciones fraudulentas de exportación por 25 millones de dólares a través del operativo Frontera Norte” y se recurre a una cita textual de Ricardo Echegaray, titular de esa entidad de la administración pública nacional, quien precisa que “las maniobras fueron concretadas por dos despachantes que utilizaron a diez individuos de bajos recursos como prestanombres e implicaron una evasión en el Impuesto a las Ganancias […] en derechos de exportación por subvaluación de precios en los despachos”. A su vez, se señala que “entre los individuos de escasos recursos se encuentra un albañil que fue registrado como exportador, prestando su nombre para documentar ventas por más de un millón de dólares” (Ventas con nombres…, 2015).
Se observa que en el discurso de Página/12 durante el último año de hegemonía kirchnerista, el gobierno nacional es presentado como un agente sensible a los vulnerables y duro con los poderosos. A su vez, la frontera norte no es tematizada como el lugar por donde ingresan elementos de origen foráneo, sino donde agentes locales evaden impuestos al exportar bienes hacia el exterior. Más allá de las diferencias en el tratamiento del tema, durante este período ambos diarios coinciden en no asignar una localización precisa a la frontera norte. En ocasiones se la asimila a ciudades próximas a la frontera argentina con Bolivia, como Orán -ubicada a unos 50 kilómetros del límite- (Habló el juez…, 2015), o con Paraguay, como Posadas (Gallo, 2015a). En otros casos es intercambiable con otros términos: “la frontera entre la Argentina y Bolivia”, el “Paso Internacional Aguas Blancas-Bermejo” o las ciudades de Aguas Blancas y Salvador Mazza (En la caliente frontera…, 2015). A veces, el término carece de localización (Salta: claro triunfo…, 2015). A veces se la asocia a las provincias de Salta (Conteo manual de los votos…, 2015; Este proyecto nacional…, 2015) o de Formosa (Ventas con nombres…, 2015); en otros casos, no le asigna alguna referencia (Verbitsky, 2015).
Finalizado el gobierno kirchnerista, durante el primer año del macrismo en la presidencia, La Nación menciona a la frontera norte en 28 artículos. Se identificaron 23 núcleos temáticos: recuperación del poder o la organización del estado (presente en 69 citas); lucha más pareja contra el narcotráfico (41); reforzamiento de la frontera norte (39); debilidad, desorganización o falta de recursos del estado (32); reforzamiento de la participación militar en el control de la frontera norte (30); puerta de ingreso de drogas, inmigrantes o mercadería contrabandeada al resto del país (30); críticas al gobierno kirchnerista (27); aumento del narcotráfico (20); necesidad de controlar o frenar (19); cooperación internacional en el control de la frontera norte (15); emergencia en Seguridad Pública (14); Bolivia como país de origen de drogas, inmigrantes y mercadería contrabandeada que ingresa al país (12); fortaleza, organización y poder del narcotráfico (10); características geográficas/físicas de la frontera norte (7); terrorismo/lucha contra el terrorismo (6); lucha desigual contra el narcotráfico (5); zona problemática (5); preocupación (4); zona lejana (4); Paraguay como país de origen de drogas que ingresan al país (2); Brasil como país de origen de drogas que ingresan al país (1); exportación de carne (1), y Güemes (1).
Página/12, en el mismo período, menciona a la frontera norte en 10 artículos, que contienen 13 núcleos temáticos: críticas al gobierno macrista (presente en 11 citas); derechos humanos (7); necesidad de controlar o frenar (6); disociación entre frontera norte y delito o narcotráfico (5); emergencia en Seguridad Pública (5); Güemes (5); reforzamiento de la participación militar en el control de la frontera norte (4); cooperación internacional en el control de la frontera norte (1); críticas al gobierno kirchnerista (1); debilidad, desorganización o falta de recursos del estado (1); lucha desigual contra el narcotráfico (1); puerta de ingreso de drogas, inmigrantes o mercadería contrabandeada al resto del país (1), y zona lejana (1).
Así, la llegada del macrismo al poder le sirve a La Nación para articular una narrativa en la cual se profundizan sus preocupaciones iniciales, con el aumento del narcotráfico a la cabeza, pero a su vez se comunica la imagen de un gobierno que, a diferencia del anterior, está dispuesto a hacerse cargo del problema, inclusive con participación militar. Por su parte, Página/12, que se había mantenido acrítico respecto de la participación del estado sobre la frontera norte durante el gobierno kirchnerista, al llegar el macrismo al poder activa sus críticas al nuevo gobierno y refuerza los temas sociales y de derechos humanos que son propios de su línea editorial. A su vez, por la disparidad de espacio que le otorgan al tratamiento de la frontera norte, se observa que el tema es más afín a la línea editorial de La Nación que a la de Página/12. Esto es llamativo, pues evidencia que, a pesar de sus esfuerzos por tematizarla en un tono progresista, Página/12 parece no lograr concebir a la frontera norte como un tema propio.
En este período se observa cómo La Nación comienza tempranamente a construir el imaginario de un gobierno que, desde su visión, llega para afrontar con seriedad y firmeza el control de la frontera norte. Así, en un artículo publicado el 2 enero de 2016 -a menos de un mes de la asunción del presidente Macri- titula “La agencia antidrogas, otro paso que se dará”, y señala que “mientras establece el mecanismo para lanzar la agencia federal antidrogas, el Gobierno piensa fortalecer la frontera norte con un mayor despliegue de gendarmes” (Gallo, 2016a). Aquí, el empleo de los verbos fortalecer y cubrir cumple una doble función: presenta al gobierno macrista como un actor decidido a recuperar la fortaleza y la organización del estado, y retoma la idea de debilidad, desorganización o falta de recursos del estado en el control de la frontera norte que había comenzado a delinear durante el último año de la presidencia kirchnerista, pero la desliga del nuevo gobierno, tematizándola como una situación heredada de su antecesor.
A su vez, las críticas al kirchnerismo contribuyen a describir las deficiencias en el control de la frontera norte como una situación heredada por el macrismo. En algunos casos, para canalizar esas críticas el diario cita el testimonio de fuentes cercanas o pertenecientes al nuevo gobierno. Por ejemplo, en un artículo se expresa:
No hubo en los últimos años un gran esmero del kirchnerismo por combatir el narcotráfico en la frontera norte del país. Si no hay que preguntar al actual ministro de Defensa Julio Martínez que empezó a verificar que varios rada- res no funcionan en la frontera y que el operativo antidrogas Escudo Norte situado a lo largo de la zona de la triple frontera había sido casi desmantelado por falta de presupuesto (Dinatale, 2016a).
En otras ocasiones, el propio medio toma la voz, haciéndose cargo de la producción de su discurso, para criticar al gobierno anterior y destacar los esfuerzos de la nueva presidencia. Así, en una de sus editoriales, género periodístico que por antonomasia representa la opinión del diario, manifiesta:
A medida que el poder del narcotráfico crecía como nunca en la Argentina durante la era kirchnerista, disminuían hasta desaparecer los datos y esta- dísticas oficiales sobre el tráfico de drogas y precursores químicos, dificultando a las nuevas autoridades nacionales la tarea de medir con precisión su exponencial incremento para poder enfrentar este flagelo […] Mientras tanto, la radarización de la frontera norte registra retrasos en Formosa, gobernada por Gildo Insfrán, porque las autoridades provinciales no acondicionaron el predio donde operará un nuevo radar fabricado por Invap. Insfrán fue uno de los gobernadores más fieles a Cristina Kirchner (La decisión de luchar…, 2016).
En igual sentido, desde enero de 2016 el discurso del diario comienza a reflejar dos ejes temáticos interconectados: la declaración de emergencia en Seguridad Pública emitida por un decreto presidencial de Macri ese mismo mes, y el reforzamiento de la presencia militar en el control de la frontera norte establecido en esa directiva, presentados como ejemplos de una política más activa en el combate al narcotráfico por parte del nuevo gobierno. Así, en un artículo titulado “La emergencia en seguridad habilita el derribo de vuelos narcos” se señala que “el Gobierno autorizó a los militares a abrir fuego contra aeronaves ‘hostiles’ en el espacio aéreo argentino”, se destaca que “también aparece la necesidad de completar la radarización de la frontera norte y se habilita ‘en forma inmediata la adopción de las medidas necesarias para la adquisición de los dispositivos técnicos materiales y tecnológicos’”, y se concluye que “el eje del esfuerzo de seguridad será colocado, según se desprende de ese decreto, en frenar el ingreso de drogas en el norte argentino” (Gallo, 2016b).
El imaginario de un gobierno serio y eficiente, decidido a enmendar los errores de la gestión anterior, que comienza a reorganizar el estado para controlar la frontera norte, se completa con una serie de menciones al pedido de apoyo internacional para esas tareas y un nuevo elemento surge en relación con esa colaboración: el terrorismo, entendido como una nueva amenaza a la seguridad en la frontera norte, que no había sido mencionado por el diario en sus discursos producidos durante el último año del kirchnerismo en la presidencia.
Por otra parte, se profundiza la semblanza de la frontera norte como un espacio poroso y permeable que, a pesar de los esfuerzos del nuevo gobierno, continúa operando como puerta de entrada de drogas, inmigrantes y mercadería contrabandeada al resto del país. Por ejemplo, en un artículo titulado “Marea verde: queman en Mar del Plata 4800 kilos de marihuana” se relata el decomiso y la incineración del “cargamento de marihuana más importante que se haya interceptado” en camino a la ciudad de Mar del Plata, ubicada a unos 400 kilómetros al sur de la Capital Federal, y se precisa que “en el caso quedaron involucradas nueve personas con distinto grado de participación en la organización que ingresaba la droga al país desde la frontera norte” (Marea verde…, 2016). Aquí se observa la idea de acortamiento de las distancias entre la frontera norte, como punto donde ingresa la droga, y el centro del poder del estado nacional. Además, a través de la metáfora marea verde, se refuerza la idea de invasión del narcotráfico desde los confines del país hasta el resto del territorio nacional. En ese escenario, el principal origen de los elementos no deseados continúa siendo Bolivia, mencionado en 12 citas, caracterizado como foco de drogas, contrabando y de trata de personas, y en menor medida, Paraguay (dos citas) y Brasil (una cita).
En este período, la frontera norte es tematizada por La Nación como problemática y difícil de controlar, no solo por su complejidad sociocultural sino también por sus características físicas o geográficas. En ese sentido, se menciona que la nueva ministra de Seguridad de la Nación del gobierno de Macri, Patricia Bullrich, “dijo que ‘la frontera norte del país es muy grande, cuenta con muchos pasos por donde puede ingresar la droga y allí se generan problemas’” (López, 2016). Las dificultades que surgen de la propia geografía del lugar se repiten en otras citas:
Integrantes del Escuadrón 22 San Antonio de los Cobres persiguieron un vehículo que había intentado evadir un control de ruta a 3900 metros sobre el nivel del mar. La Gendarmería informó que para realizar la detención y una posterior inspección de la camioneta sospechosa los gendarmes debieron recorrer 360 kilómetros durante diez horas por un camino sinuoso de alta montaña, con ripio y en malas condiciones (Fueron secuestrados…, 2016).
En ese contexto, el nuevo gobierno aparece retratado como un agente que está atento a la complejidad de la zona y se desplaza hasta la lejana y problemática frontera norte para escuchar a quienes viven allí. A su vez, se lo muestra como un actor dispuesto a adoptar medidas para enfrentar el problema:
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, escuchó en un viaje a las ciudades fronterizas salteñas de Salvador Mazza y Aguas Blancas acerca de los problemas prácticos -fundamentalmente referidos a movilidad- de los gendarmes para cubrir la zona de ‘bombardeo’ de cocaína (Gallo, 2016c).
Como se mencionó anteriormente, si la llegada del macrismo a la presidencia le sirvió a La Nación para establecer cierta relación discursiva con el nuevo gobierno e insistir en ciertos imaginarios sobre la frontera norte que ya había comenzado a delinear durante el último año del gobierno kirchnerista, en el caso de Página/12 ocurrió algo similar. Así, los cinco tópicos más presentes en el discurso de Página/12 sobre la frontera norte en este período son las críticas al nuevo gobierno, los derechos humanos, la necesidad de controlar la frontera norte, la disociación entre frontera norte y delito o narcotráfico, y la declaración de la Emergencia en Seguridad Pública. A menudo, estos núcleos temáticos aparecen entrelazados en una narrativa que profundiza la diferenciación entre la ideología progresista que caracteriza la línea editorial del diario y la de la nueva gestión, que es retratada como reaccionaria, antidemocrática y contraria a los derechos humanos.
En un artículo titulado “Emergencia en seguridad, ‘otra oportunidad perdida’”, el diario cita casi en forma completa una misiva crítica de esa medida (Emergencia en seguridad…, 2016). Así, el extenso espacio otorgado a reproducir una declaración contraria a las políticas de seguridad macristas -y de su concepción de la frontera norte- es una manifestación de apoyo del diario al contenido de la misiva, reforzada por la utilización en el título de una cita mixta que, si bien incluye contenido textual (entrecomillado), no se señala una fuente, y por lo tanto es atribuible al medio.
En otro artículo, firmado por Horacio Verbitsky con el título “Otra vez el flagelo”, el periodista critica la mencionada declaración de emergencia de Macri y señala que “sin ningún diagnóstico serio, la emergencia hace foco en la frontera norte como causa principal de los problemas del narcotráfico” (Verbitsky, 2016). Este fragmento de texto es prácticamente idéntico a uno de la declaración mencionada más arriba -que manifiesta que “sin tener ningún diagnóstico, la emergencia hace foco en la frontera norte como causa principal de los problemas del narcotráfico” (Emergencia en seguridad…, 2016)-, entre cuyos firmantes está el propio Verbitsky, como presidente de la ONG Centro de Estudios Legales y Sociales. Ambos discursos se funden en su crítica al macrismo utilizando los mismos argumentos y expresiones textuales de manera indistinta, sin citarse entre sí, tal como si compartieran un mismo lugar de enunciación.
Por otra parte, de las 11 citas asociadas en este período al código críticas al gobierno macrista, siete se encuentran también vinculadas al tema derechos humanos, lo cual evidencia una estrategia discursiva de oposición entre la ideología del medio periodístico, que se presenta como defensora de los derechos humanos, y la del macrismo, que se aparta de esos preceptos.
No obstante, más allá de la profusión de imágenes, metáforas y significados asociados con la frontera norte de la Argentina, el referente empírico de esa categoría permanece borroso tanto en el discurso de La Nación como en el de Página/12. En la mayoría de los casos analizados no se le atribuye a la expresión ninguna localización específica. Se utilizan indistintamente referencias a la “frontera norte de la Argentina”, “frontera norte”, “fronteras con Bolivia, Paraguay y Brasil” o inclusive a los “puestos fronterizos de La Quiaca, la Triple Frontera y Aguas Blancas” (Dinatale, 2016b), y en ocasiones se la asimila al territorio de la provincia de Salta (O’Donnell, 2016; Una reivindicación de Güemes…, 2016; Un país, un libro abierto…, 2016).
Conclusiones
El propósito de este trabajo ha sido reconstruir los imaginarios sobre la frontera norte de la Argentina en el discurso de dos diarios de circulación nacional (La Nación y Página/12). Estos periódicos tienen diferentes trayectorias, tanto temporales como ideológicas: mientras el primero es un diario centenario de orientación liberal-conservadora, el otro tiene poco más de tres décadas de existencia y una línea editorial progresista. Cada uno de ellos tuvo una fuerte identificación con uno de los dos espacios políticos antagónicos que se sucedieron recientemente en la conducción del gobierno argentino. Página/12 fue afín al gobierno del kirchnerismo; La Nación, al gobierno del macrismo. Del análisis de la totalidad de los artículos periodísticos sobre la frontera norte publicados por estos diarios durante el período 2015-2016, coincidente con la transición presidencial entre estos dos gobiernos, es posible extraer algunas conclusiones que se resumen a continuación.
Ambos diarios asumen la existencia de la frontera norte de la Argentina como un ámbito singular del cual es preciso dar cuenta. Sin embargo, a pesar de que le asignan múltiples significados, no localizan ni delimitan con claridad ese ámbito desde un punto de vista geográfico. Más o menos tácitamente, se infiere de los discursos de La Nación y Página/12 que la frontera norte remite principalmente a Bolivia, con frecuencia a Paraguay y, a veces, a Brasil. También se identifican algunos pasos fácilmente reconocibles en la memoria colectiva (La Quiaca, Puerto Iguazú) y se ignora a la gran mayoría (La Mamora, Andresito, por caso). En definitiva, no se percibe en el discurso de estos diarios de circulación nacional y producción en el centro político-administrativo del país un interés por dar a conocer la frontera norte de la Argentina en su integridad geográfica, histórica y social. El término se utiliza, más bien, como recipiente de problemas que se vislumbran como tales desde la capital, fundamentalmente relacionados a otro estado nacional que suele ser Bolivia o Paraguay.
La frontera norte es imaginada por ambos diarios como un fenómeno periférico y extraño, a ser interpretado desde el centro, apelando a los sentidos que tiene en el centro. Así, más allá de la información que se desee proporcionar, la frontera norte es un tópico para producir una narrativa que muestra logros y fracasos, aciertos y desaciertos, pasado o futuro de las expresiones políticas de alcance nacional en pugna, con las cuales estos diarios muestran alineamientos, a veces indisimulados. El prisma sobre la frontera norte tiene un locus externo a su realidad concreta. Retomando a Zusman (2013), es probable que estos imaginarios sobre la frontera norte emitidos desde el centro estén hablando menos de ese referente empírico situado en los confines que de las dinámicas de poder que se deciden en el centro político administrativo del país, y en ese sentido “un camino interesante para trabajar sería articular la relación entre imaginarios geográficos hegemónicos e imaginarios geográficos que negocian y resisten a los primeros y que acaban reconfigurando la geografía material” (p. 62).
La frontera condensa significados, aunque sean divergentes, sobre la construcción de la nación y los fundamentos del nacionalismo. Mientras La Nación asocia la frontera norte recurrentemente al narcotráfico, las amenazas y la ilegalidad (que proceden especialmente de Bolivia), Página/12 se desliza hacia sus vínculos con la pobreza y las desigualdades. También, aunque con menor énfasis, aparece la cuestión del control. A su vez, la narrativa de La Nación sobre la frontera parece condensar un sentido más belicoso del nacionalismo: la necesidad de luchar contra la amenaza representada por quienes vienen desde el otro lado, mientras que en Página/12 prevalece un nacionalismo más amistoso y se presenta una visión más consustanciada con los derechos humanos y el espíritu latinoamericanista.
También se hace claro el posicionamiento político de los medios (en ocasiones explícito; en otros, solapado mediante distintas retóricas) en relación con sus respectivas líneas editoriales. Así, generalmente, el discurso sobre la frontera norte de La Nación, de línea editorial conservadora, es funcional al macrismo, gobierno de ideario conservador-neoliberal, y el discurso de Página/12, de tendencia progresista, es favorable al kirchnerismo, gobierno de ideología nacional-popular. Además, hay una disparidad entre ambos diarios respecto del espacio otorgado al tratamiento informativo de la frontera norte. Ante ello, La Nación, de tendencia conservadora, dedica una mayor cantidad de artículos (33) a noticiar lo que ocurre en la frontera norte y lo hace desde una mirada preocupada por los peligros de lo que allí pudiera suceder en materia de seguridad y narcotráfico como amenazas al statu quo. En cambio, Página/12, de línea progresista, dedica menos espacio informativo a la frontera norte (14 artículos, menos de la mitad que La Nación) lo cual, irónicamente, refuerza la invisibilización y estigmatización de ese territorio, ya que el menor énfasis en noticiar lo que allí sucede puede ser interpretado como el reconocimiento de que tampoco se cuenta con un modo alternativo (más afín a un discurso progresista) de abordarlo consistentemente a lo largo del tiempo.
Por otra parte, la frontera norte es noticia cuando ocurren hechos traumáticos, indeseables y problemáticos (narcotráfico, amenaza terrorista, violencia). A partir de estos acontecimientos, los discursos de los medios analizados tematizan a la frontera norte como un espacio que parece intrínsecamente degradado, negativo y desfavorecido. En este punto no se observan grandes diferencias entre el discurso de Página/12 y de La Nación: ya sea desde perspectivas más progresistas o bien más conservadoras, ambas narraciones reproducen un sentido de extrañeza y lejanía de esta frontera que, pareciera, es intrínsecamente diferente a la capital desde la cual se la está mirando. A propósito, volviendo sobre la idea de que, por su propia dinámica, a menudo el discurso periodístico actúa en favor de la reproducción de los valores e ideas dominantes en una determinada sociedad (McQuail, 1994), cabría preguntarse por los orígenes más profundos y antiguos de estas representaciones sobre la frontera norte que las narrativas recientes de la prensa estarían contribuyendo a difundir o amplificar.
Por último, es necesario precisar que estos hallazgos se limitan a una frontera específica, la frontera norte, y al discurso sobre ella de dos de los principales medios gráficos de circulación nacional. Sería importante que estudios futuros profundizaran en el análisis de otros medios de comunicación (por ejemplo, medios locales, con base en el propio territorio estudiado) y otras fronteras argentinas de relevancia (como la frontera entre Argentina y Chile) que a priori podrían estar ligadas a imaginarios divergentes respecto de los analizados en este caso. Asimismo, serían muy provechosos los estudios comparativos entre fronteras de países de la región.